Aizkorri: Kalbarioa...
1996. (2,4 x 2 m.)
-Parece que la fotografía
es sacrificada
Y muy cara. Los materiales que se necesitan son muy caros. En
el banco no tengo ni un céntimo, pero dispongo de un equipo
que me permite hacer cualquier trabajo. Invertir en el trabajo;
en eso ha consistido mi apuesta.
Un amigo me dijo una vez que yo creo en lo que hago, y que consigo
que los demás también crean en ello. Claro que
si yo no creyera en mis cosas, ¡cómo conseguir que
lo hicieran los demás! Quien aspira a vivir de la fotografía
tiene que hacer tres cosas: trabajar, trabajar y trabajar. Así
es como se obtienen los resultados, tanto en la fotografía,
como en la literatura o en la escultura.
Además, cada vez más hay más gente en la
fotografía, sobre todo gente joven, y puesto que la competitividad
aumenta, hay que trabajar más.
-En 1996 obtuvo con la
colección de fotografías de paseos y paisajes el
Premio Imagínate Euskadi.
A ese concurso presenté cinco fotografías, pero
eran individuales. Sin embargo, la exposición "Paseos
y Paisajes" se basa en imágenes compuestas. Las fotografías
presentadas al concurso no eran tan abstractas; no me atreví
a presentar fotografías de mucho movimiento. Hablando
claro, me presenté al certamen porque necesitaba dinero.
Estaba metido en un agujero enorme, necesitaba dinero, y por
eso presenté algo seguro.
Obtuve el primer premio de fotografía, pero además
se entregaba otro premio especial entre los que resultaron vencedores
en las diferentes secciones, que también lo gané.
Era la primera vez que concedían ese premio a la fotografía.
Me quedé alucinado. Ya sabe, la literatura y esas cosas
tienen más importancia. No esperaba recibir ese premio
especial.
-¿Ese premio le
sirvió para darse a conocer?
Repercutí en los medios de comunicación, y, sí,
me sirvió para dar a conocer mi trabajo. Yo siempre suelo
tener dudas al emprender nuevas cosas, y en ese aspecto los premios
son interesantes.
Al principio, cuando ganas un premio, buscas más la repercusión
que la investigación de tu trabajo. Sin embargo últimamente
me interesa más elaborar mi trabajo. Si luego llega la
repercusión, mejor. Ahora mismo mi objetivo es seguir
haciendo lo que me gusta, es decir, continuar sacando fotos.
-¿Cuál es el secreto para
sacar una buena foto?
Hay que tener bien claro qué es lo que se quiere hacer,
y en función de ello se emplea una u otra técnica:
blanco y negro, color, retrato...
Tiene que haber un sentimiento; en una buena foto hay que contar
algo. Yo saco una foto cuando lo que estoy viendo me produce
un sentimiento. Luego tengo que conseguir que la persona que
observe esa fotografía llegue a sentir lo mismo. Evidentemente,
hay que dominar la técnica, pero lo fundamental es tener
una idea. La cámara es una herramienta, pero antes de
sacar una foto hay que ponerse a pensar.
-Fotos, ¿en color
o en blanco y negro?
Yo soy partidario del blanco y negro. Mis trabajos más
profundos los he realizado en blanco y negro. Aunque en un principio
puedan parecer más simples, el blanco y negro lo trabaja
cada uno, y ése es otro cantar. El color, por contra,
es más fácil, y los laboratorios hacen ese trabajo
maravillosamente bien.
-En
1992 estuvo en Rwanda, y tiene una colección de fotografías
de aquel país. ¿Por qué Rwanda?
Jokin Otaegi, antiguo profesor mío y muy amigo de mi padre,
estaba en Rwanda de misionero. Allí dirigía una
escuela de arte, y durante unas vacaciones vino aquí y
trajo unos trabajos consigo. Los colores que empleaban nos parecieron
asombrosos, pero las fotos eran bastante malas. Por una parte
tenían un nivel extraordinario, pero en lo que respecta
a la fotografía sucedía lo contrario. De este modo,
surgió la oportunidad de que yo impartiera un cursillo.
Pagamos el viaje y mi padre y yo partimos a Rwanda para un mes.
Por las mañanas impartía las clases y por la tarde
sacaba fotos. Fue un trabajo antropológico; las fotos
reflejan cómo vive y qué hace la gente de allí.
Esa gente me emocionó mucho, denotaban dignidad cuando
yo les hacía fotos. Tenían una elegancia insuperable
ante la cámara. Saqué unas 1.800 fotografías,
y de ellas escogí 50 para formar la colección.
Me gustaría mover más este trabajo, porque ha sido
expuesto pocas veces.
-¿Qué relación
mantienen entre sí los fotógrafos de Euskal Herria?
Ya hay relaciones. Me gusta mucho el modo de trabajar que tiene
la sociedad fotográfica de Elgoibar. También hay
que tener en cuenta el trabajo que está llevando a cabo
el Photomuseum de Zarautz.
-¿Qué se
trae entre manos en estos momentos? Estoy sacando fotos
sobre la presencia humana en la naturaleza. Son fotos en blanco
y negro sacadas con distintas cámaras: con placas, con
panorámica pero sin moverse y con cámara de 35
mm. Algunas imágenes serán pequeñas y otras
muy grandes.
Empecé con este trabajo hace un año, y la colección
ya va adquiriendo forma. Pero de todos modos todavía lo
tengo que trabajar más. El año que viene estaré
en condiciones de presentar algo.

GORKA SALMERON (Legazpi, 1969) |
Curriculum
Portafolios: Emulsiones, 1989. Paris Egunetik Egunera,
1990. Condenados a Pensar, 1990. Puertas, 1991. Polaroids o el
Color de la Luz, 1992. Leaxpi Industri Paisaiak, 1992. Rwanda
1992, 1995. Paseoak eta Paisaiak, 1998.
Algunas exposiciones individuales:
en la Casa de Cultura
de Legazpi. En la Galería Gaspar de Rentería. En
la Galería Spectrum de Zaragoza. En el Photomuseum de
Zarautz. En la Bilbao Bizkaia Kutxa. En Israel, en el The Museum
of Photography at Tel-Hai Industrial Park. En UFCA de Algeciras.
Becas y premios: beca de investigación sobre antiguas
técnicas fotográficas, Diputación Foral
de Gipuzkoa. XII Abejorrillo de Plata XII y VI Beca de Estudios,
Sociedad Fotográfica de Guadalajara. Beca para la promoción
del trabajo Leaxpi Industri Paisaiak, Diputación Foral
de Gipuzkoa. Primer premio de fotografía en la IX Edición
de Imagínate Euskadi y premio especial del VII Hispano
de Plata. |
Fotografías
de Gorka Salmeron: Maria Agirre
Euskonews
& Media 55.zbk (1999 / 11 / 19 - 26) |