Antecedentes
La
Asamblea de Municipios Vascos de Estella hay que situarla en
el contexto histórico exacto en el que tuvo lugar, el
14 de junio de 1931.Hacía dos meses que había sido
proclamada la II República española que abría
una nueva era de esperanzas tras la caída de la Dictadura
de Primo de Rivera y la marcha al exilio del desprestigiado monarca
Alfonso XIII.
La dimisión de Primo de Rivera hace aflorar, entre otros,
dos viejos contenciosos anteriores a la Dictadura (1913-1930):
las reivindicaciones de Cataluña y de Vasconia de sendos
regímenes autonómicos para las mismas.
En ambas nacionalidades históricas se inicia un proceso
de preparación diferente y poco coordinado.
Los grupos de izquierda nacionalista catalanes pactan con el
republicanismo español la inmediata autonomía catalana
en caso de triunfar la revolución republicana ( Pacto
de San Sebastián del 17 de agosto de 1930). En Vasconia,
sin embargo, la desorganización y división de las
fuerzas políticas vascas, hará que sea Eusko
Ikaskuntza (Sociedad de Estudios Vascos), institución
neutral nutrida por elementos de diverso componente
ideológico, la que asuma la reivindicación autonómica
( 8 de setiembre de 1930) y efectúe la redacción
de un Estatuto General de Estado Vasco.
El Estatuto General de Estado Vasco (EGEV) de Eusko Ikaskuntza.
La redacción del EGEV va a efectuarse a lo largo de los
días que median entre el 8 de setiembre de 1930 y el 31
de mayo de 1931. Para ello Eusko Ikaskuntza crea una Comisión
de Autonomía central conectada con cuatro subcomisiones:
las de Alava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra. Las decisivas elecciones
municipales del 12 de abril de 1931 acarrean la llegada de la
II República y la delimitación de un mapa político
vasco en el que el nacionalismo confesional y la izquierda cobran
importante fuerza en Bizkaia y Gipuzkoa mientras que una masa
católico- antirrevolucionaria conforma la mayoría
en Alava y Navarra. Este factor es decisivo a la hora de efectuar
Eusko Ikaskuntza la redacción final de un Estatuto que
deba de contentar a todos: a católicos confesionales y
laicos, a foralistas y estatutistas.
En mayo de 1931, mientras Eusko Ikaskuntza efectúa esta
tarea, el nacionalismo confesional ( PNV) lanza el Movimiento
de Alcaldes pro Estatuto Vasco llamado a obtener un destacado
éxito no sólo entre sus bases electorales sino
también entre las del carlismo y la derecha tradicional,
huérfanos de liderato. No es ajena a este éxito
la quema de iglesias y conventos que tiene lugar en España
entre los días 1º, 11 y 12 de mayo, y la consiguiente
agitación de las conciencias católicas en un País
tradicionalmente confesional. Ello, unido a una soterrada conciencia
de comunidad antropológica vasca que, en tales circunstancias,
no es difícil hacer aflorar: una especie de Covadonga
vasca católica se contrapone, en el imaginario popular,
a la "impía" República española
que destruye conventos y expulsa a "santos" prelados.
Falto de un texto estatutario, el Movimiento lo solicita a Eusko
Ikaskuntza, mientras las autoridades provinciales ( las Comisiones
Gestoras republicanas de las cuatro Diputaciones) adoptan a finales
de mayo unas normas unitarias para la aceptación del mismo.
El 31 de mayo Eusko Ikaskuntza entrega el EGEV en el que las
cuatro provincias vascas de España son concebidas como
un Estado Vasco cuadriprovincial, confederal y laico.
Estatuto de Estella y EGEV.
Contrariamente a lo que se cree,
el llamado Estatuto de Estella es una hijuela del EGEV, sometido,
eso sí, a unas importantes enmiendas (en especial
la que reclamaba un Concordato directo con la Santa Sede)
que la hacen inadmisible para el nuevo régimen. Tales
enmiendas son consagradas en la Asamblea de Municipios Vascos
de Estella, precipitada reunión que tuvo
como objetivo recoger los frutos del Movimiento de Alcaldes antes
de que tanto las autoridades republicanas como la derecha antirrepublicana
pudiera encauzarlo hacia sus propios fines.
De esta forma, un Estatuto cuadriprovincial y laico, el de Eusko
Ikaskuntza se convertía en banderín de enganche
de las fuerzas movilizadas a lo largo de dos meses, con el objetivo
de ganar las elecciones constituyentes de las nuevas Cortes republicanas.
Una misma clientela, la gran masa católico-foral
vasca, fue disputada por el nacionalismo vasco confesional (PNV,
Asamblea de Estella) y por la derecha tradicional (Mitin Católico
de Pamplona), en una huida hacia delante que, a la larga, resultó
nefasta para la Autonomía vasca. Y ello, pese a la labor
de destacados elementos republicanos en especial Acción
Nacionalista Vasca ( ANV) y el Partido Republicano Autónomo-
que trataron de reordenar el movimiento autonomista estructurándolo
en sucesivas asambleas provinciales que desembocaran en una final,
aprobatoria del texto de Eusko Ikaskuntza.
Esta solución llegó, pero demasiado tarde, cuando
tras la polarización suscitada por las elecciones constituyentes,
las Cortes republicanas dictaron sus propias normas estatutarias
y el Estatuto de Estella se manifestó, como había
advertido ANV, como inviable.
El EGEV, enmendado de una u otra forma, fue aprobado en sucesivas
Asambleas provinciales hasta que, ya definitivamente desvirtuado
(Estatuto de las Gestoras) mediante la primacía del poder
unitario vasco sobre el de las Diputaciones (disminución
del elemento paritario, escoración hacia Bilbao), recibió,
no sin la ayuda de coacciones y cohechos, el final tiro de gracia
en la Asamblea de Pamplona de 1932.
El Estatuto Vasco de 1936, que hizo posible la constitución
del Primer Gobierno Vasco ya en plena guerra, nada tiene que
ver con el EGEV ni sus derivados.
Más
información en el libro "ASAMBLEA DE ADMINISTRACIÓN
MUNICIPAL VASCA. San Sebastián. 1919"
Más
información en el libro "EL MUNICIPIO EN EUSKAL HERRIA
- UDALA EUSKAL HERRIAN"
Más información en el dossier
de Prensa de Eusko Ikaskuntza. Consulta "ASAMBLEA DE MUNICIPIOS"
Idoia Estornés
Zubizarreta. Dra en Historia. Autora de "La
Construcción de una Nacionalidad Vasca. El Autonomismo
de Eusko-Ikaskuntza (1918- 1931)", San Sebastián,
Eusko Ikaskuntza, 1990. |