Carteles, esculturas, y todo tipo de obras. Inspirado en elementos reales como pinzas, carretillas, pero dispuestos de las maneras más dispares, con libros como colgando como de un hilo de araña (arácnido que se las ingenia una y otra vez para colocar su red en los sitios más insospechados, y sujetándola en sitios harto distantes). Botellas con alegres estampados. Víctor Arrizabalaga es de los artistas que conozco personalmente más capaz de hacer de un elemento perfectamente reconocible, algo irreal. Transmuta, dispone, colorea, estampa, ilustra siempre de una manera fresca y moderna, haciendo que el espectador columbre de una manera menos real lo que llamamos realidad; su estética nos hace vislumbrar las cosas de otro modo, más abierto.
La imaginación desaforada de Víctor le permite expresar lo que quiere sin las ataduras de la plástica. Y si esa estética pareciera no sustancial, es que no se ha entrado en su juego: que como todo juego no requiere explicación alguna sino alegría por disfrutarlo.
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