Koldo Gojenola es un pintor con una gran capacidad técnica. Y este aserto no es gratuito dada la cantidad de certámenes de pintura rápida que ha ganado en los últimos 9 años. Además, tiene una gran capacidad para elegir el tema (sea este dado o no por las bases del certamen en cuestión) y ojo para elegir el mejor enfoque posible en el menor plazo de tiempo.
Lo que caracteriza a Gojenola, es su buena utilización del color.
Su color es muy intenso, bien en la gama de rojos como en la de azules. Y según el tema, elige una gama u otra.
Y todas sus imágenes representan cabalmente el motivo representado, de forma que sea perfectamente reconocible. Además, combina temas como en el caso de “Bihotz magikoen edukazioa” en el que pelotaris conocidos (presumiblemente Juan Martínez de Irujo, el de Ibero) aparecen junto a toros (ibéricos), un dantzari y un centauro. Y hace bien, ya que como Rudolf Nureyev (bailarín estrella del Ballet de la Opera de Paris, el más antiguo del mundo) decía, el folclore vasco (el tenía sobre todo referencias de Dantza) es uno de los más ricos junto al de Rusia y el asiático.
Su versión de Las Bacantes de Eurípides, es una fiesta en rojo, en uno de los momentos cumbre de la obra. Y en “Urrestiko idi sakartuak” hace un claro homenaje al Homo quadratus transmitido por Leonardo Da Vinci, del original de Vitrubio.
Animales en movimiento, luz y color en la fiesta, y pose imperecedera de personajes reconocibles (especialmente del mundo de la pelota vasca), junto al rezumar de la mitología griega, hacen de Koldo Gojenola un pintor que mantiene la representación antropológica muy visible, pero que al mismo tiempo se renueva.
Ramuntcho Robles Quevedo
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