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Diego María de Gardoqui y los Estados Unidos de América: Influencias de un vasco en el nacimiento de una nación

Álvaro CHAPARRO SAINZ, Casa de Velázquez, LARHRA
Ángel CHAPARRO SAINZ, Universidad del País Vasco

Originarios de Larrabezúa, esta familia vizcaína destacó durante los siglos XVII-XVIII, por sus actividades comerciales. José Ignacio Gardoqui Meceta, padre de Diego María, natural de Gernika, fue quien impulsó la creación de varias sociedades mercantiles caso, por ejemplo, de “Gardoqui e hijos”. Su enlace con María Simona Arriquibar Mezcorta supuso la unión de dos familias comerciantes de alta raigambre y tradición en la sociedad bilbaína del siglo XVIII. Fruto de este matrimonio nacieron, además de Diego María de Gardoqui, José Joaquín, el mayor de todos los hermanos, Regidor de Bilbao y Diputado de Vizcaya, así como Cónsul y Prior de la Universidad y Casa de Contratación de Bilbao, Juan Ignacio que, al igual que su hermano mayor, fue Regidor de Bilbao y Cónsul de la Universidad y Casa de Contratación y, finalmente, Francisco Antonio, quien optó por la carrera eclesiástica, llegando a ser Canónigo de la Catedral de Palencia y Cardenal de la Iglesia Católica en Roma.

Antes de continuar la tradición comercial de la familia, Diego María fue enviado a Inglaterra con el fin de aprender el idioma, establecer relaciones personales y mejorar sus conocimientos en prácticas económicas. Tras años de formación, Diego María regresó a la villa que le vio nacer para ingresar como Prior segundo del Consulado de Comercio de Bilbao, allá por el año 1763, donde su tío, Juan Ignacio de Gardoqui, ejercía el cargo de Cónsul.

John Adams

John Adams, futuro segundo presidente de EEUU, aprovechó su visita a Bilbao para reunirse con la familia Gardoqui.

El fallecimiento de su padre en el año 1765 obligó a Diego María a posicionarse al frente de los negocios familiares, así como a ocupar los empleos dentro de la política local de Bilbao. De este modo, Gardoqui pasó, en el año 1768, a ocupar el puesto de Regidor Capitular de Bilbao, algún tiempo antes de emplearse en la Casa comercial “José Gardoqui e hijos”. Para esas fechas, su trayectoria dentro del Consulado de Comercio de Bilbao continuaba, accediendo en 1770 al cargo de Cónsul segundo y, seis años más tarde, al empleo de Prior de la misma institución.

En el año 1777, le llegó a Diego María de Gardoqui la responsabilidad de encabezar una Comisión entre la Monarquía española y una Delegación americana comandada por Arthur Lee. Por esas mismas fechas, durante la realización de un viaje de investigación por Europa para recabar información que poder incluir en su Defence of the Constitutions of the United States, John Adams, futuro segundo presidente de EEUU, aprovechó su visita a Bilbao para reunirse con la familia Gardoqui, con la que mantenían lazos comerciales desde los inicios de la Guerra de Independencia americana. “At Bilbao, We fare very well, and have received much Civility from Mr. Gardoqui and sons”1, aseguraría Adams a su mujer a través de una carta escrita el 16 de Enero de 1780. Sin duda alguna, acontecimientos como estos fueron perfilando la trayectoria diplomática de Diego María. De este modo, consolidadas las relaciones con los representantes estadounidenses, Gardoqui se encontraba preparado para dar un salto hacia la carrera política. Tras un largo viaje con escalas en Cádiz, San Juan de Puerto Rico y La Habana, Gardoqui y esposa llegarían a Nueva York, presentando sus credenciales ante el virginiano Richard Lee Henry, por entonces presidente del Congreso de los Estados Unidos.

Las relaciones diplomáticas de Diego María de Gardoqui con los EEUU

La relación entre el bilbaíno y John Jay, primer Juez Presidente de los Estados Unidos, gobernador de Nueva York y Secretario de Estado para Asuntos Externos, daría lugar a lo que históricamente se ha conocido como el tratado de Jay-Gardoqui. Dependiendo de las fuentes, este hecho sufre un baile de fechas, ya que algunas lo sitúan en 1785 y otras lo retrasan a 1789. No obstante, todas resaltan las largas negociaciones que implicaron a Jay y a Gardoqui dentro de las labores diplomáticas de este último como representante de la Corona española.

Los intereses de España en Luisiana obligaban a Gardoqui a defender su parte de poder en la navegación del río Mississippi. Años después de la primera visita de Jay a España, cuando éste se convirtió en Secretario de Asuntos Exteriores, se intentó negociar una nueva distribución de asentamientos con Gardoqui, quien para entonces era Embajador en los Estados Unidos. Los americanos aspiraban a conseguir ampliar la frontera de sus territorios por debajo del paralelo 31 y así conseguir el derecho a navegar el Mississippi con normalidad, pero Gardoqui, siguiendo instrucciones de la Corona, rechazó la propuesta. En lugar de eso, el bilbaíno propuso otro reparto y rechazó negociar la navegabilidad del Mississippi. Jay convenció al Congreso para que le diera permiso para seguir las conversaciones en los términos de Gardoqui, aunque la infructuosidad de las negociaciones era ya aparente. De hecho, los mínimos acuerdos alcanzados, y que no tocaban nada en referencia al comercio marítimo en las aguas del Mississippi, fueron repudiados por el Congreso en 1787.

John Jay

John Jay, primer Juez Presidente de los Estados Unidos, gobernador de Nueva York y Secretario de Estado para Asuntos Externos.

Por otro lado, William Short, mano derecha de Thomas Jefferson, futuro Presidente de los Estados Unidos, fue quien manejó los negocios y los intereses del gobierno de George Washington con la Corona de España, siempre bajo la atenta supervisión de Jefferson primero, y de Edmund Randolph después. El conjunto de relaciones que llevarían entre manos Short y Gardoqui durante dos años de intensa actividad en la Corte fueron los primeros pasos que acabaron con el famoso acuerdo de San Lorenzo, cuyo protagonismo se lo adjudicaron injustamente Manuel Godoy y Thomas Pinckney. De hecho, los acuerdos entre Pinckney y Godoy no se pueden entender sin tener en consideración que venían precedidos de largas jornadas de reuniones que se prolongaron durante años entre William Short y Diego María de Gardoqui y, en menor medida, entre el propio Manuel Godoy y William Carmichael. Durante las mismas, Short llevaría toda la carga administrativa ya que Carmichael estaba enfermo. La primera reunión tuvo lugar el 24 de Febrero de 1793. En la correspondencia que recoge el acontecimiento, las cartas cruzadas entre Jefferson y Short dejan testimonio de los quebraderos de cabeza que el enviado sufrió a razón del protocolo exigido en las relaciones con la Corona española y los problemas concernientes a su rango que esgrimían los españoles en toda ocasión, para así rebajar la importancia otorgada a los dos enviados americanos.

Los asuntos tratados por Gardoqui en estas relaciones fueron de vital importancia para el crecimiento de la nueva nación, tanto por razones de índole comercial y territorial como por lo que significaba la navegación del Mississippi a razón del valor que el territorio al oeste del continente suponía para la identidad del nuevo país. No sólo los territorios que ya habían sido colonizados, si no también aquellos que quedaban por colonizar al otro lado del río, tenían una importancia capital para el futuro de un país que unía su destino al de aquellas aguas. De este modo, la finalidad de aquellas negociaciones escondía una relevancia mayor que la meramente reconocible en cualquier proceso político.

En este ámbito, la figura de Gardoqui se muestra con un protagonismo muy relevante. Tanto por sus primeras relaciones con Jay, a través de la red social tejida durante sus años en Nueva York, como a consecuencia de la amplitud e importancia de sus relaciones comerciales con la empresa familiar que abandonaría a temprana edad para implicarse a fondo en su carrera diplomática, la figura de Gardoqui se erige como la de un personaje fundamental para entender las relaciones españoles en América y estudiar el crecimiento del nuevo país.

1 “En Bilbao, nos encontramos bien, y hemos sido recibidos con suma civilidad por el señor Gardoqui y sus hijos.” Traducción de los autores del artículo.

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