Pintor acuarelista, nace en Vitoria el 25 de septiembre de 1925. Es hijo de Mariano Basterrra, quien le instruye en los rudimentos básicos del oficio pictórico. Delineante de profesión, trabajó en el Ayuntamiento vitoriano. En noviembre de 1971 ingresa en el claustro de profesores de la Escuela de Artes y Oficios para impartir clases de copia de yeso y pintura. Abandonará la docencia en 1988.
Irrumpe en la escena artística local en el año 1943 cuando expone con su progenitor en la sala GYS. Al año siguiente, en agosto de 1944, participa en la II Exposición de Pintura de Artistas Alaveses. Envía sus obras a los primeros certámenes artísticos que auspicia entonces, a partir de octubre de 1944, la misma entidad de ahorros: las Exposiciones de Pintura de Artistas Noveles Alaveses, actuales Certámenes de Arte Alavés.
En 1950 expone individualmente en Galerías Mendoza de la calle de Dato, y en octubre de 1955 en el Salón de Arte de la calle San Prudencio, donde reafirma su interés por la técnica de la acuarela y la temática de paisaje. Preferentemente, motivos urbanos.
Además de los rincones típicos de Vitoria y la llanada alavesa, también ha pintado los paisajes norteños de Bizkaia, Gipuzkoa y Cantabria, trasladándose igualmente a las tierras de Burgos, la Rioja, Toledo, Aranjuez, Ávila, etcétera. Ya en la década de los cincuenta tenía por costumbre salir fuera de su ciudad natal durante quince días al año con objeto de recorrer otras latitudes y familiarizarse así con diferentes realidades geográficas y lumínicas.
Observador naturalista, le ha interesado siempre sacar por sí mismo las impresiones que plasma en sus acuarelas, mirando y observando. No inventa nunca escenarios, sino que los ilustra fidedignamente con alto poder de seducción. Sus panorámicas de nieve, con aguadas sutilmente matizadas, cautivan a los seguidores de este maestro vitoriano.
Ajeno durante toda su vida a las agrupaciones y los colectivos de artistas, realizará una obra en solitario, rechazando compromisos sociales. A partir de los años sesenta enseñorea sus acuarelas en los certámenes madrileños, a los que es muy asiduo y en los que obtiene las mayores satisfacciones personales. Así, consigue 3ª Medalla en el Salón de Otoño de 1963; 2ª Medalla en la edición de 1965, 1ª Medalla en la de 1977, Premio del Ayuntamiento de Madrid en las convocatorias de 1986 y 1987, logrando también en este último año el Premio especial “Reina Sofía” en el Salón de Otoño.
Desde la apertura de la galería Artelarre de Vitoria en julio de 1976, Carmelo Basterra frecuenta las exposiciones colectivas de verano hasta el cierre definitivo del local acaecido en 1995. Es más; fue el encargado de estrenar el espacio. En este mismo establecimiento de la Cuesta de San Francisco, nº 18, efectuará también sus últimas comparecencias individuales, siendo una de ellas la que acontece a finales de septiembre de 1991.