No cabe duda de que con los grandes órganos importados de Francia que se instalaron en la provincia Gipuzkoa y otras localidades del País Vasco durante la segunda mitad del siglo XIX, se abría una nueva etapa para la historia del órgano en España. Los instrumentos comprados directamente en el extranjero ya no iban a seguir las tendencias estéticas tradicionales de la organería española, pues estaban muy lejos de sus concepciones. De esta manera, con el asentamiento de los órganos de Lekeitio (Cavaillé-Coll, 1854) y de la catedral de Murcia (Merklin, 1857), se iniciaba una nueva corriente estética que se mantendría en los sucesivos decenios.
La iglesia de San Martín de Andoain fue construida entre 1757 y 1770, bajo las directrices y el diseño del arquitecto Francisco de Ibero. Durante los años 1765-67 fue el organero Domingo de Garagalza quien construyó el nuevo órgano para la iglesia. Dicho instrumento fue sustituido en 1907 —hace ahora justamente un siglo— por otro de nueva factura, construido por la prestigiosa firma de París, J. Merklin & Cie. Foto: Alejandro Turanzas Guerra. |
Junto con Aristide Cavaillé-Coll, Joseph Merklin fue uno de los organeros más importantes de la segunda mitad del siglo XIX en Europa. Tras la construcción del órgano de la catedral de Murcia —bajo la iniciativa de Hilarión de Eslava—, se convirtió desde el primer momento en uno de los principales protagonistas en el proceso de introducción del órgano romántico en España. No obstante, como indica Esteban Elizondo en su obra La Organería Romántica en el País Vasco y Navarra (1856-1940), la presencia de Merklin en el País Vasco fue casi insignificante, a pesar de haber presentado importantes proyectos para la construcción de los órganos de Tolosa, Loyola, Azkoitia y Bergara1. Las diferencias constructivas entre Joseph Merklin y Aristide Cavaillé-Coll son muy notables. Merklin, de origen alemán, se integró en la organería francesa a través de sus experiencias en Bruselas y la posterior compra de la Casa Ducroquet de París. De una manera u otra, Merklin vino a sintetizar la organería romántica alemana con la francesa, al igual que lo haría Reinkenbach en Alsacia por aquellos mismos años. Aplicó a sus instrumentos el sistema de válvulas cónicas (Kegellade), heredado de su formación con Eberhard Walcker en Ludwigsburg, y fue quien lo introdujo por primera vez en España en 1857, en el órgano de la catedral de Murcia. Más adelante optó por aplicar otro tipo de transmisiones como la tubular-neumática y eléctrica. La adopción de estas y otras nuevas técnicas convirtieron a Merklin en uno de los precursores de las tendencias constructivas que iban a imperar en Francia en la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, Aristide Cavaillé-Coll permaneció fiel al órgano de transmisión mecánica hasta el final de su vida, aunque acompañada en todo momento —en los instrumentos grandes, por supuesto— de la máquina de asistencia neumática o de palancas neumáticas desarrollada por Charles Barker.
Folleto editado por Joseph Gutschenritter con objeto de publicitar el órgano construido en 1907 para la iglesia de San Martín de Andoain. Edición: Manufacture de Grandes Orgues, J. Merklin & Cie - J. Gutschenritter, Successeur, 22, rue Delambre - Paris. |
La continuidad de la firma tuvo lugar gracias a Joseph Gutschenritter, quien comenzó a trabajar con Merklin en 1878, y que con el tiempo pasó a ser jefe de taller. Merklin le traspasó el taller entre 1894 y 1898, conociéndose a partir de entonces como «Manufacture de Grandes Orgues, J. Merklin & Cie. París». Bajo este nombre, Gutschenritter construyó varios instrumentos en el País Vasco, todos de una excelente calidad. Entre ellos cabe destacar el de la iglesia de San Martín de Andoain, uno de los más notables de la provincia de Gipuzkoa, y que fue construido en 1907, hace justamente un siglo. Este espléndido instrumento fue donado por Nemesio Olariaga Echaide, hijo de la villa y residente en Maipú (Argentina), donde murió a finales de 19332. La cantidad que se pagó por el órgano fue de 28.044 pesetas, de las cuales 25.000 fueron sufragadas por el bienhechor. Sobre el panel central que cierra el frente del pedestal del instrumento existe una placa en euskera que reza así: «Andoaingo seme Garagorri-tar Larramendi-ko aita Manuelen izenean andoaindar baten erregaloa, 1907». Gutschenritter editó unas hojas publicitarias en las que mostraba un diseño de la fachada del órgano de Andoain y la disposición de registros (en francés, y no en español, como lo está en el órgano). En las mismas hojas figura la razón social de la empresa: «Manufacture de Grandes Orgues, J. Merklin & Cie - J. Gutschenritter, Successeur, 22, rue Delambre - Paris».
Etiqueta de la casa J. Merklin & Cie. utilizada por Joseph Gutschenritter en el órgano de la iglesia de San Martín de Andoain. Es de señalar que Merklin no permitió utilizar su nombre bajo fines comerciales a su hija Marie Alexandrine y a su yerno Charles Félix Michel, tras disolver la sociedad que formaron entre los años 1879 y 1894. Sí, en cambio, a sus sucesores Joseph Gutschenritter y Philipe Decock, quienes gozaron de su total confianza. Foto: J. Sergio del Campo Olaso. |
Como señala Michel Jurine en su obra Joseph Merklin, facteur d’orgues européen, Gutschenritter generalizó la utilización del sistema tubular-neumático3, es decir: por medio de «conducciones tubulares» de plomo o de latón. Dicho sistema fue aplicado tanto en Andoain como en otros órganos instalados por la firma en el País Vasco, como por ejemplo en el de la iglesia de San Nicolás de Bari de Getxo-Algorta (Bizkaia), los cuales destacan por su excepcional calidad y la excelente precisión de su funcionamiento. La transmisión tubular neumática surgió ante el deseo de eliminar todo varillaje torpe y de excesiva longitud4. Así, en el órgano de Andoain, las conexiones entre la consola y los secretos se realizan por medio de estrechos tubos de latón de aproximadamente 8 mm. de diámetro. Su funcionamiento es «por presión» o «por aire entrante»; al contrario que las válvulas de los secretos, que funcionan «por depresión» o «por aire saliente». La organización e instalación de los tubulares es perfecta, y en general todo el sistema está muy bien construido. La pulsación es ligera incluso con los acoplamientos activados, necesitándose la misma fuerza para tocar un simple registro o un tutti. No cabe duda de que estando bien regulado, el sistema es muy sensible, pudiéndose equiparar en cuanto a fidelidad y precisión con cualquier buen órgano de transmisión mecánica tradicional. Tanto es así, que muchos organistas han creído siempre estar tocando sobre un órgano de transmisión mecánica, sin haberse percatado nunca de ello. De esta manera, es evidente que las virtudes del órgano de Andoain vienen a cuestionar el rechazo tan generalizado que existe hacia las transmisiones de tipo tubular-neumática. Es cierto que un sistema tubular-neumático de poca calidad, o mermado por el uso, es lento tanto en la propia transmisión como en el ataque de los tubos. Esto representa un serio inconveniente de cara a una interpretación clara y definida. De ahí que dicho sistema, más que ningún otro, esté considerado generalmente como un aspecto negativo que desvirtúa las cualidades musicales del órgano. Bien por unas razones u otras, la transmisión tubular-neumática a presión o de aire entrante no gozó de popularidad entre los organeros franceses5. Sin embargo, en Inglaterra muchos constructores prefirieron el sistema tubular-neumático a escape o de aire saliente, por considerarlo más rápido, más silencioso y duradero.
1 Elizondo Iriarte, Esteban: La Organería Romántica en el País Vasco y Navarra (1856-1940). Bilbao 2002, pág. 292.
2 Este ilustre personaje, nacido en Andoain en 1864, emigró a Argentina a la edad de quince años, estableciéndose en Maipú, provincia de Buenos Aires. Allí se dedicó activamente al comercio y a la ganadería, convirtiéndose en uno de los ganaderos más importantes del país, donde presidió la Sociedad Rural de Maipú y abrió oficinas comerciales en Buenos Aires. En 1921, fue nombrado director del Banco de la Nación Argentina por el presidente del Gobierno, Hipólito Yrigoyen.
3 Para mayor detalle sobre la vida y obra de Joseph Merklin, ver Jurine, Michel: Joseph Merklin, facteur d’orgues européen. Essai sur l’orgue français au XIX siècle. París 1991.
4 La transmisión neumática aplicada por David Hamilton en 1835 en el órgano de la St. John’s Episcopal Church de Edimburgo, está conceptuada como la precursora de casi todos los sistemas de presión que se fueron introduciendo posteriormente. Bonavia-Hunt, Noel A.: The Church Organ. London 1967, pág. 20.
5 Quizás sea esta la razón por la cual Joseph Gutschenritter tuvo el acierto de escoger un sistema de transmisión tubular-neumática fiable que además de garantizar su buen funcionamiento, pudiera competir con la fidelidad que ofrecían las transmisiones mecánicas tradicionales.
:: El órgano J. Merklin & Cie. de Andoain en su 1º centenario (II/II)
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