El
interés por el tema, ha surgido a partir de la construcción
de mi árbol genealógico, esto permitió que
descubriera la influencia de los vascos en el orden político,
económico, social y cultural, en el partido de Avellaneda.
A pesar de no ser una comunidad extremadamente numerosa, ha merecido
reconocimiento y respeto, tal ha sido su influencia que Domingo
F. Sarmiento, al referirse a nuestro municipio lo llama la "Villa
de los Vascos".
Precisamente por lo anteriormente expuesto es que uno de los temas
investigados es el que presento aquí. El por qué de
su elección, se debe a que la "Revolución de
1880" trasciende el orden local para ser un acontecimiento
nacional, a pesar de haberse desarrollado casi enteramente en el
municipio de Avellaneda.
ORÍGEN DEL CONFLICTO
Los hechos que desencadenaron la "Revolución de 1880",
están relacionados con la lucha por el poder de dos sectores
muy bien diferenciados. Por un lado, Nicolás Avellaneda,
presidente de la Nación y por el otro, Carlos Tejedor, gobernador
de la provincia de Buenos Aires.
A partir de la muerte de Adolfo Alsina, caudillo del partido Autonomista,
ocurrida en 1887 Carlos Tejedor queda como sucesor; siendo su pretensión
llegar a la presidencia de la Nación. Esta es rechazada por
el interior del país, que respalda la candidatura de Julio
A. Roca.
En cuanto al presidente Avellaneda, podemos decir que los hechos
que lo enfrentan a Carlos Tejedor, están relacionados con
su apoyo a la candidatura de Roca; a diferencias ideológicas,
debido a que Avellaneda es un hombre del interior y Carlos Tejedor
de Buenos Aires, por lo tanto sus intereses eran distintos, y por
último la idea de convertir a la ciudad de Buenos Aires en
capital de la Nación, que desde hacia un tiempo tenía
Avellaneda.
La provincia de Buenos Aires no estaba dispuesta a perder su capital,
no solamente por él perjuicio económico que esto acarrearía
sino también, por la humillación que esto significaba
para los orgullosos habitantes de esta ciudad.

A pesar de que las autoridades nacionales residían en la
ciudad de Buenos Aires, eran considerados "huéspedes",
según lo refiere el gobernador Tejedor al asumir el mando
el 1° de Mayo de 1878, dijo: "La constitución federal
traza claramente la línea que divide la acción del
gobierno general de los gobiernos de provincia; y esa línea
será sagrada para mí, procurando conciliar las prerrogativas
propias con la obediencia que en asuntos nacionales debemos a nuestro
huésped".
ACCIONES ANTERIORES AL CONFLICTO
Ante esta situación que se hacía cada vez más
insostenible, Carlos Tejedor decide preparar un ejército
compuesto por civiles y militares; que serían los que posibilitarían
su permanencia en el poder, evitando que se concretara la idea de
Avellaneda sobre la federalización de Buenos Aires.
Los preparativos bélicos del gobernador de la provincia,
comienzan en noviembre de 1879; a partir de un ejército formado
por las tropas provinciales, integrado por oficiales fieles y el
pueblo, que son organizados y preparados militarmente en cada partido
de la campaña . Las organizaciones cívico-militares
que surgen en Barracas al Sud, a partir del 24 de noviembre de 1979,
son el Tiro Nacional y el Cuerpo de Bomberos Voluntarios.
En el Cuerpo de Bomberos Voluntarios participaron vecinos jóvenes;
llevándose a cabo la primera reunión en la casa de
Nicanor Basavilbaso .La "particularidad" de este
cuerpo era que en lugar de mangueras, contaban con armas y realizaban
prácticas de tiro como así también ejercicios
de adiestramiento los días domingos y feriados.
El primer ejercicio se realiza en las inmediaciones del arroyo
Maciel a la altura de la zona denominada Crucesita. La formación
de este cuerpo es comunicada de inmediato al presidente de la Comisión
Central del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de la Provincia. de Buenos
Aires, el vocero de los mismos era en Barracas al Sud el diario
"El Pueblo", propiedad de Manuel Justiniano Estévez.
Los integrantes de esta compañía eran miembros de
familias importantes de la ciudad, en algunos casos fundadoras de
la misma: Jefe Tomás Pita, 2° Jefe Pastor Basavilbaso,
Director Dr. Nicanor Basavilbaso y los bomberos Lorenzo Basavilbaso,
Juan Amestoy, Felipe Pita, José Pita, Juan C. Mignaburu,
José Perez, Gabino Echaburu, Cirilo Montes de Oca,
Luis Montes de Oca, Juan José Iturburu, Pedro
Iparraguirre, Manuel Nelson, Manuel Justiniano Estevez (director
del diario "El Pueblo"), Manuel A. Estevez, Leopoldo Fernandez,
Pedro Dumas, Lorenzo Zunda, Martín Beranger, Domingo
Facio, José Facio, Juan Etcheverry, Emilio B. Barceló,
Alberto Balparda, Pedro Mendilaharzu, Juan Grillo,
Juan Duhalde, Pedro Sarobe, Sebastián Bastel,
Manuel Piaggio, Salvador Mignaberregaray Juan Figarol, Antonio
Frecuento, Bernardo Berrenechea, Hipólito Garcia, Manuel
Trinch, Saturnino Alvarez, Juan Rozas Bernal, Emilio Suarez,
Andrés Cabo, Juan Recarte (futuro Primer Intendente
en el año 1886), Bernardo Larrondo, Antonio Arago,
Antonio Fernandez, Luis Miranda, Ramón Etchaleco,
Martín Luna, José Lima, Domingo Sanchez, Juan César,
Adrián Castro, Miguel Echurriberry, Manuel Arriga,
José Cafferatta, Mariano Córdoba, Matías
Pinedo, José Montanaro, Ramón Lamarini, Domingo
Ponciolo, Tomás Weast, Pedro Lardapide (murió
en el combate de la meseta de los corrales, el 21 de junio de 1880),
este Esteban Ferrariere, Antonio Irureta y Gregorio Claussen.
|  |
Nicolás Avellaneda |
El 13 de febrero de1880 el Presidente Nicolás Avellaneda
decretó la prohibición en todo el país, de
reuniones de ciudadanos armados. A pesar de ello, el 28 de marzo
de 1880 los vecinos se reunieron en el Club Rivadavia, que funcionaba
arriba del teatro del mismo nombre, el motivo de ello fue organizar
el Tiro Nacional de Buenos Aires. Este cuerpo realizaba prácticas
de tiro al igual que el anterior, las armas eran guardadas en el
aserradero del Dr. Pedro Mignaburu ubicado en Av. Mitre 12.
Las actividades de ambas organizaciones se llevaban a cabo secretamente,
se contaba con fusiles, ametralladoras y cañones marca Krupp
de retrocarga.
A comienzos de 1880, Carlos Tejedor contaba con un ejército
de más de 3.000 hombres, en febrero comienza el movimiento
de tropas. Cabe aclarar que comenzaron a elevarse voces de protesta
dentro de la provincia, como por ejemplo en la ciudad de Quilmes,
a través del periódico "El Quilmero" que
en la nota fechada el 2 de abril de 1880 dice:
"¿Cuál es el motivo de esta lucha que se
prepara con aspecto tan siniestro a juzgar por los preparativos?.
Porque si los ejércitos argentinos tuvieran al frente un
enemigo de otra nacionalidad a quien repeler con armas después
de haberse agotado recursos diplomáticos que es en estos
tiempos la entidad que dirime casi siempre las disidencias entre
potencias, el pueblo empuñaría las armas con entusiasmo
y bravura que siempre lo caracterizó, y cada argentino estaría
poseído de la convicción de que al pelear iba a defenderse
de la conquista de sus derechos. Pero hoy no se trata de eso. Se
trata de disidencias entre argentinos. ¡ Se trata de guerra
civil ¡..."
INICIO DEL CONFLICTO
A principios de junio se producen los hechos que harían
prever el comienzo de la lucha. El Ferrocarril del Sud suspendió
sus servicios debido a que los revolucionarios cortaron los rieles,
comenzando a preparar barricadas. El acontecimiento que precipitó
los primeros enfrentamientos, es el desembarco el día 2 de
junio, en la Vuelta de Rocha, delante de las tropas nacionales,
de un encargo proveniente de Alemania que consistía en 3.500
fusiles Mauser. Esta carga ingresa en el carguero "Puerto de
la Boca" de Nicolás Mihanovich, protegido por el buque
de guerra provincial "Guardia Nacional". A pesar de la
orden de detención dada por las tropas nacionales, hace caso
omiso a la misma; siendo ametrallado, pero a pesar de esto logra
entrar en el Riachuelo, atraca en el muelle; es defendido por los
batallones provinciales del Coronel Arias, que allí estaban
apostados.
La carga fue llevada a la Casa de Gobierno Provincial.La dimensión
que tomaron los acontecimientos, determinaron que el 4 de junio
el presidente Avellaneda dejara la capital y se trasladara con parte
del gobierno nacional al pueblo de Belgrano, designando al mismo
residencia de las autoridades nacionales, lugar donde se instaló
el Congreso. El gobierno nacional cierra los puertos para evitar
la llegada de nuevas remesas de armas, esto ocasionó alarma
en el sector comercial y en la población porque determinó
el encarecimiento de las mercaderías provenientes del exterior
(El Quilmero, 13 de junio de 1880)
|
 |
Carlos Tejedor |
El día 6 de junio el presidente Avellaneda firma el decreto
donde declara rebeldes a los ciudadanos que obedecieron las órdenes
de movilización dadas por Carlos Tejedor. La situación
se agravó y no solamente el Ferrocarril del Sud suspendió
sus servicios sino que también a partir del 10 de junio lo
hace el correo y luego el servicio de telégrafo. A esta altura
de los hechos, las tropas de ambos bandos comienzan a movilizarse,
ocupando posiciones estratégicas.
El Gral. Mitre es designado Comandante en Jefe de la plaza de Buenos
Aires, siendo el Jefe de la Caballería el Coronel Hilario
Lagos y de la Artillería Edelmiro Mayer. Participaron el
Coronel Julio Campos ocupando la Jefatura de las fuerzas de desplazamiento
dentro de la ciudad, y el Coronel Arias se encargó de las
tropas de la campaña de la provincia. Las tropas que respondían
al gobierno nacional estaban dirigidas por el Coronel Joaquín
Viejobueno, como Comandante en Jefe. El Coronel Nicolás Levalle
guió la División Sud, y la del norte estaba al frente
del Coronel Eduardo Racedo, todos ellos hombres del gobierno y del
Gral. Roca.
El desplazamiento de tropas se realizó desde toda la provincia.
En cuanto a los hechos acontecidos en la zona, el primer enfrentamiento
tuvo como origen el asalto a un tren expreso del Ferrocarril del
Sud en las inmediaciones de la actual estación Lanús.
Las tropas nacionales al mando del Coronel Levalle avanzaron parte
en tren y parte marchando a pie, desde el pueblo de Adrogué
hacia Barracas al Sud, con la intención de tomar el puente
de Barracas. Las tropas provinciales se encontraban emplazadas en
el puente de Barracas, en las márgenes del Riachuelo, en
la estación de Barracas al Sud, en las azoteas de los edificios
que formaban las esquinas de actuales Mitre y Pavón, en el
Teatro Rivadavia y en la iglesia de La Asunción.
ENFRENTAMIENTOS ARMADOS
El combate se inició el 20 de junio de 1880, cerca del mediodía
y se extendió por varias horas, teniendo toda la crudeza
de los enfrentamientos cuerpo a cuerpo. Continuaron en la madrugada
del día siguiente en el actual Puente Alsina y la meseta
de los corrales (Parque Patricios). Las fuerzas nacionales resultaron
victoriosas. El periódico "El Quilmero" hace referencia
a estos episodios, en un artículo del 24 de junio de l880,
diciendo:
"...¡ Ya es tarde ¡. En el número del
20 de junio, publicamos un artículo referente a las esperanzas
de paz que aún abrigábamos antes de llegar al extremo
terrible a que ese día se llegaba... Insistir con nuestras
prácticas de paz sería ridículo ahora que el
cañón y el Remington han tomado la palabra para pulverizarse
argentinos con argentinos.. .Hemos dicho varias veces que esta hoja
no se inclina por ninguna bandera política pues su objeto
es el bienestar del pueblo exclusivamente...
...La primera operación bélica que dimos a cuenta,
tuvo lugar con motivo de estorbarle a la columna del Coronel Arias,
la entrada a las puertas de la ciudad. Allí se rompió
el fuego y cayeron las primeras víctimas de la lucha fratricida.
Muy pronto siguió otra. La columna del Coronel Levalle, que
protegida por las fuerzas del ejército nacional intentó
forzar el paso el día domingo.
Con ese motivo se empeñó un reñido combate
en el puente Barracas en el que no solamente han caído soldados
de la patria sino vecinos inocentes de aquella localidad... No culpemos
ni a uno ni a otro bando. Culpemos a la fatalidad.. La situación
creada en la nación Argentina por los actuales sucesos políticos
es incontenible..."
 |
Puente Alsina, Buenos Aires. Foto: Arjan Sikking |
CONSECUENCIAS
El resultado de estos acontecimientos denota la gravedad de los
mismos. En el Combate de Barracas se registraron 3.000 bajas y en
los combates de Puente Alsina y Los Corrales resultaron un total
de 1.200 muertos y heridos. Estas cifras son por demás elocuentes
en cuanto a la ferocidad de los enfrentamientos, donde la lucha
cuerpo a cuerpo, con todo tipo de armas nos muestra a un ejército
nacional preparado contra uno precariamente organizado, que lo único
que tenía sobradamente, era coraje.
Se improvisaron hospitales de sangre, todo el pueblo colaboró
en la atención de los heridos, que en algunos de los casos
fueron atendidos en las casas de familia. El Cuerpo de Sanidad de
las tropas provinciales contó con la participación
de Manuel Justiniano Estévez, quien fuera fundador y director
del periódico "El Pueblo".
Se acusó a las tropas nacionales, a través del periódico
"La Patria Argentina" de cometer excesos : "...se
ha saqueado las casas de negocios de Barracas; no se decía
nada, sino gritos de roben y degüellen...". "...
hay cinco vascos que han muerto, algunos de ellos estaban comiendo
en una mesa ,donde fueron asesinados...". "...las fuerzas
de Levalle mataron cuatro italianos particulares en otro punto,
han herido a dos vascas, haciéndolas pedazos con las culatas
de los fusiles, han robado varias casas y violado...y concluye,
"...esto es público en Barracas..."
Los hechos posteriores aparecen relatados por un vecino de Barracas
al Sud, en un artículo aparecido en el diario "El Quilmero"
del 19 de noviembre de 1882:
"Después del 20 de junio de 1880, Barracas había
quedado sin autoridades. El pueblo sólo, con sus casas de
comercio cerradas, sus familias llenas de zozobra por el estruendo
de los combates en los cuales tomaba parte alguno de sus miembros,
tenía el aspecto de un cementerio..."
Los pocos hombres que habían quedado, en su mayor parte
extranjeros, dormían sobre las azoteas para proteger la vida
de los suyos ayudados únicamente por los señores don
Adolfo Nuñez y don Evaristo Santamaría que hacían
todo lo posible por aguardar el orden, encargados por Arauz
con ese objeto por recomendación del General Levalle.
En este estado, llegó el 24 de junio en el que el General
Levalle mandó como Juez de Paz a don Elías Arauz
e inmediatamente de haber sido puesto en posesión del juzgado,
procedió acompañado del Comandante Daniel Solé,
a practicar una policía activa para traer la tranquilidad
y garantías al vecindario, lo que consiguió con la
prisión de unos y remisión de otros al campamento
del General Levalle al que servían al mismo tiempo en la
provisión de haciendas, pastos, etc.
El 27 de junio el Sr. Arauz hizo llamar al tesorero de la
administración dispersa, a fin de que hiciese entrega de
los documentos y dinero que tuviera en su poder, lo que efectuó
reduciéndose éste último, a la cantidad de
317 pesos. La paz entre la gente armada estaba hecha; pero quedaba
en pie el pueblo entero adverso a la nueva situación, como
debía suceder después de los sucesos. Era necesario
tacto y buen criterio para salvar aquella crisis.
Las situaciones pueden cambiarse radicalmente, pero no se modifican
las ideas buenas o malas con la misma rapidez. En esta difícil
situación era necesario usar de toda la prudencia para que
los ánimos mal dispuestos se calmaren de todas las actividades
para organizar aquel desquicio.
Arauz supo pulsar todos sus actos, y con verdadero tino, sin mirar
color político, sino la competencia de cada persona, formó
una administración de hombres honrados y bien dispuestos
para las tareas que debían desempeñar. Al terminar
1880 la marcha de la administración estaba regularizada.
|
 |
Bartolomé Mitre |
Luego de los combates, la ciudad fue declarada en estado de asamblea.
Se formó un nuevo concejo presidido por Bartolomé
Mitre. Existía la sensación de que la lucha estaba
perdida, la única alternativa, para evitar la continuación
del baño de sangre en que esta lucha fratricida había
sumergido a Buenos Aires, era firmar la paz.
A partir del 23 de junio de 1880, comienzan los intentos por lograr
el fin de hechos lamentables. Se le exigía a Buenos Aires
la separación de las autoridades que habían encabezado
la revolución, la disolución de las fuerzas y la entrega
de las armas, entre otras condiciones, que no fueron aceptadas.
La situación era confusa y hacía prever nuevos enfrentamientos;
los hombres de Buenos Aires no estaban dispuestos a firmar una paz
deshonrosa. La solución se logró con la renuncia,
el 1° de julio, de Carlos Tejedor; quien es reemplazado por
José María Moreno. Mitre fue el portador de las siguientes
condiciones escritas: acatamiento del gobierno de Buenos Aires a
los poderes públicos de la Nación, obediencia al presidente
de la República, y el desarme de la guarnición de
Buenos Aires, entregando ésta las armas de propiedad pública,
en el Parque Nacional. No habría presos políticos
ni militares.
El rumbo de los acontecimientos, señalaba la pérdida
del poder de Buenos Aires sobre él resto del país,
morían las esperanzas de toda supremacía o liderazgo
en lo político. En el aspecto económico fue un duro
golpe para los comerciantes, saladeristas y demás miembros
de la elite porteña.
No puede dejar de destacar, que con relación al número
de soldados intervinientes, él porcentaje de bajas fue el
más importante que recuerda nuestra historia; pero también
él carácter de guerra civil la hace aún más
penosa. Esto fue el resultado de las apetencias de poder de un grupo
que no vaciló en enfrentar a soldados y civiles mal armados
con él ejército nacional. La suerte de los combates
estaba echada antes de empezar.
En el texto de su renuncia, Tejedor comunica a Avellaneda, que
pretende evitar el derramamiento de sangre, estando dispuesto a
firmar una paz honrosa; a través de la cual ofrece su sacrificio.
Un año más tarde Carlos Tejedor pretende explicar
en su libro "La defensa de Buenos Aires" las razones de
estos acontecimientos:
"...La cuestión que trajo el rompimiento, no fue
de candidaturas sino de derechos federales dé los estados..."
"...Persuadido el gobierno de la provincia de que toda esperanza
de salvación estaba únicamente en el pueblo de Buenos
Aires, consintió en que se formara la asociación del
Tiro..."
"... Era necesario salir de la ciudad para anunciar a los pueblos,
desde la Chacarita, que el gobernador de Buenos Aires se había
rebelado.
Con la noticia, las legiones preparadas también de antemano,
debían moverse en socorro
del Presidente..."
"... El Presidente, desde Belgrano, sometió también
a la provincia a una intervención.."
Una vez más en nuestra historia se mezclan víctimas
y victimarios, intereses económicos disfrazados de patriotismo;
siendo el pueblo instrumento de sectores, que no escatiman esfuerzos
para satisfacer sus ambiciones.
En Barracas al Sud, luego de la renuncia de Manuel Estévez,
como Presidente Municipal, el 4 de julio de 1880, se formó
la nueva administración con los miembros elegidos por él
Interventor de la Provincia. Utilizó para las designaciones
el criterio de elegir hombres respetados y de trayectoria, a los
efectos de comenzar a pacificar la zona, sin importar su ideología.
En la primera sesión, participaron el Juez de Paz Elías
Arauz y los municipales Olivier, Rodriguez y Mignaburu.
Se inicia así, lentamente, la nueva etapa a través
de la cual, Barracas al Sud (actual Avellaneda), irá transformándose
en una de las ciudades más importantes de la provincia de
Buenos Aires.
BIBLIOGRAFÍA
. Costa, Julio A.: Entre dos batallas, parte
2, Buenos Aires, Talleres Gráficos Mario, 1927.
. "El Quilmero": periódico de
Quilmes, Bs. As, edición del 22 de abril de 1880.
. Idem anterior.: edición del 13 de junio
de 1880.
. Idem. anterior.: edición del 20 de junio
de 1880.
. Idem. anterior.: edición del 24 de junio
1880.
. Idem. anterior.: edición 1° de julio
de 1880.
. Idem. anterior.: edición 4 de julio
de 1880.
. Idem. anterior.: edición del 19 de noviembre
de 1882.
. Fernández Larraín, Federico:
El último año de la presidencia de Avellaneda.
Barracas al Sud y la Revolución del 80 .Congreso
de Avellaneda, octubre 3, 4 y 5 de 1985, tema C: Historia
de sus realizaciones.
. Galíndez, Bartolomé: Historia
Política Argentina. La Revolución del
80 ,Buenos. Aires., Imprenta y Casa Editora, 1945.
. Gutierrez, Eduardo: La muerte de Buenos Aires,
Crónica del 80, Colección: El Pasado Argentino,
Buenos Aires, Editorial Hachette, 1959.
. Mayer, Jorge M.: Alberdi y su tiempo, tomo
2 , Buenos Aires, EUDEBA.
. Mignaburu, Ramón: Conferencia Recordando
Barracas al Sud, Periódico "La Opinión",
edición del 17 de octubre de 1936, Avellaneda,
Buenos Aires.
. Mignaburu, Ramón. : Algo sobre el viejo
Barracas al Sud y su Patrona, Periódico "La
Opinión", edición del 15 de agosto
de 1941, Avellaneda, Buenos Aires.
. Sarramone, Alberto : Los abuelos vascos en
el Río de la Plata, Ed. Biblos Azul, Azul, Pcía.
de Buenos Aires,1995
. Tejedor, Carlos: La defensa de Buenos Aires,
Buenos Aires, 1881.Imprenta de José Tragant,1911 |
|
|