1. Introducción
Las tormentas son uno de los fenómenos meteorológicos
más espectaculares y que con mayor frecuencia podemos contemplar.
En ellas se produce una gran liberación de energía
que se manifiesta en forma de fuertes precipitaciones, intensas
rachas de viento y abundante aparato eléctrico.
Desde la antigüedad el hombre mostró su interés,
temor o admiración por este fenómeno y así
encontramos desde la antigüedad la existencia de muchos mitos
relacionados con las tormentas.
Zeus, padre de todos los dioses griegos, y Júpiter, dios
de los romanos, eran quienes lanzaban los rayos desde el cielo.
Thor, dios nórdico, forjaba los rayos a golpe de martillo
sobre su yunque mientras se desplazaba en su carro entre las nubes.
Los meteoritos, son las piezas rotas del martillo de Thor y en Escandinavia
se denominan piedras de tormenta.
En la mitología vasca Ortzi, el dios del cielo, es también
el dios de las tormentas y Aidegaxto es el genio que lanza los rayos.
La denominación vasca más generalizada para el rayo
es tximistarri, encontrándose también la forma ozkarri
(piedra del cielo). El vocablo arri, en castellano piedra, nos indica
que en la mitología vasca, al igual que en la indoeuropea,
al rayo se le atribuye un origen pétreo.
De la interpretación mítica del rayo, se pasó
a la búsqueda de las causas y la explicación del fenómeno.
Ya los etruscos pensaban que el choque entre las nubes producía
el rayo. Los Clásicos (Séneca, Heráclito, Anaxágoras
y Aristóteles) establecían la naturaleza ígnea
del rayo, sustentándose principalmente en las interacciones
que se producían entre los elementos fuego, tierra y agua.
No fue hasta el año 1752 en el que Benjamín Franklin
estableció de una forma científica la naturaleza eléctrica
del rayo. Franklin determinó experimentalmente que las cargas
situadas en la parte inferior de las nubes eran de signo negativo.
Llegado a este punto el propio Benjamín Franklin diseño
el primer sistema de protección frente a los rayos, el pararrayos.
Este sistema conducía a tierra los rayos que caían
sobre las construcciones, que de esta forma se veían a salvo
de los mismos.
Pero, ¿qué es realmente una tormenta, y cómo
se originan los rayos?. Intentaremos desde estas líneas dar
respuesta, de forma somera, a estos interrogantes.
2. La célula tormentosa
La presencia de un rayo va casi siempre unida a la existencia de
una nube aunque existen otros fenómenos en la naturaleza
como las tormentas de arena, ventiscas, erupciones volcánicas
y terremotos que pueden dar lugar a rayos. Sólo nos ocuparemos
de los rayos producidos por las nubes tormentosas.
Las tormentas son por definición aquellas nubes que dan
lugar a descargas eléctricas. Si no se producen rayos o relámpagos
en una nube no podemos denominarla de tal forma.
No todas las nubes dan lugar a descargas eléctricas, ni
todas las nubes que dan lugar a descargas eléctricas tienen
las mismas características. Sin embargo para explicar como
se forma una tormenta podemos idealizar un modelo general de nube
que de lugar a descargas eléctricas y que llamaremos célula
tormentosa.
El proceso de formación de una célula tormentosa consta
de tres fases principales:
- Fase de desarrollo
El aire cálido y húmedo de las capas inferiores
de la atmósfera asciende y como consecuencia de este ascenso
se enfría y condensa dando lugar a la formación
de una nube llamada cúmulo. El ascenso del aire
puede originarse debido a un forzamiento orográfico o bien
por condiciones de inestabilidad en la atmósfera. Esto
es, el aire ascendente, se encuentra con capas de la atmósfera
cuya densidad es mayor, es decir el aire es mas frío.
Si el proceso de alimentación de las corrientes ascendentes
continua, la nube sigue su crecimiento y comienza la formación
de cristales de hielo al alcanzar el nivel cuya temperatura es de
0 ºC. En esta fase, la nube puede crecer hasta alcanzar la
tropopausa a más de 10 km de altura.
En este estado, la nube recibe el nombre de cumulonimbo,
se producen las primeras precipitaciones y aparecen las primeras
descargas eléctricas entre distintas zonas de la nube (relámpagos)
- Fase de madurez
En esta fase el cumulonimbo llega a su máximo desarrollo.
Su cima se expande horizontalmente en forma de yunque al
llegar a la tropopausa. Se producen precipitaciones de lluvia,
nieve o granizo acompañadas de fuertes corrientes descendentes
que progresivamente van destruyendo las corrientes ascendentes
iniciales. En este estado se producen las primeras descargas eléctricas
o rayos desde la nube hasta la tierra
- Fase de disipación
En la fase de disipación las corrientes descendentes interrumpen
el proceso de alimentación del cumulonimbo y este tiende
a desintegrarse al mismo tiempo que las precipitaciones, descargas
eléctricas y ráfagas de viento disminuyen progresivamente.
El tiempo en que se desarrolla todo el proceso se sitúa
en torno a las dos horas. El tamaño de una célula
tormentosa de estas características se encuentra entre
1 y 10 km de diámetro.
Ahora bien, ¿cómo y por qué se electrifica
una célula tormentosa?
3. Mecanismos de generación y separación de
carga
El proceso que da lugar a la electrificación de la nube
no es otro que los choques o la fricción que se produce en
el seno de la célula tormentosa cuando colisionan entre sí
los cristales de hielo y el granizo en presencia de
gotitas de agua subfundida (gotitas de agua que permanecen
sin congelarse a menos de 0 ºC).
Se ha demostrado que a temperaturas superiores a -15 ºC (por
debajo de los 5000 metros) las partículas de granizo que
chocan con los cristales de hielo adquieren carga positiva
(+) y estos últimos carga negativa (-). Por debajo
de esta temperatura (alturas superiores a 5000 metros) ocurre el
proceso inverso. De esta forma los cristales de hielo, más
ligeros que el granizo, son arrastrados por las corrientes ascendentes
de aire en el interior de la tormenta hacia la cima del cumulonimbo,
formando una región de carga positiva entre 8 y 10 km de
altura, mientras que a unos 5 km de altura, en torno a la isoterma
de -15 ºC, se acumula la carga negativa.
De esta forma las tormentas se asemejan a un gran pila, donde se
genera una gran cantidad de carga y que, en su forma más
simple, tiene dos zonas de acumulación de carga o polos bien
diferenciados, el positivo en la cima de la nube y el negativo en
la parte inferior. Este es el modelo llamado dipolo tormentoso.
Comúnmente se observa que en la misma base de la nube existe
una pequeña región de carga positiva originada por
la precipitación en forma de granizo, que a estos niveles
se halla cargado positivamente. Este es el llamado modelo de tripolo
tormentoso. En la realidad el numero de regiones de carga dentro
de una nube puede ser superior a tres y tener una estructura muy
compleja.
|
Figura1. Esquema de la distribución de
carga en distintas fases de una tormenta |
Como consecuencia de este proceso de generación y separación
de carga dentro de la nube, se inducen grandes diferencias de potencial
eléctrico, tanto en el interior de la misma nube como entre
la nube y la superficie de la tierra la cual, por inducción
eléctrica, aparece cargada positivamente. En virtud de estas
diferencias de potencial se originan en las tormentas los rayos
y los relámpagos; pero, ¿cómo se producen exactamente
estas descargas eléctricas?
4. El rayo
Comencemos por definir el rayo como la descarga eléctrica
que se produce entre una nube y la superficie terrestre, para así
diferenciarlo de otros tipos de descargas, como las descargas nube
a nube o nube a aire, llamadas relámpagos, o bien las descargas
nube ionosfera, descubiertas recientemente que son llamadas espíritus
y duendes.
- Génesis del rayo
En condiciones de buen tiempo, se observa que en la atmósfera
libre el campo eléctrico es del orden de 125 voltios / metro.
Esto es la diferencia de potencial que existe entre la superficie
terrestre y una altitud de 1000 metros es de unos 125.000 voltios.
Este campo eléctrico se debe a que la superficie terrestre
esta cargada en su conjunto negativamente y la parte inferior de
la ionosfera positivamente, a modo de un condensador esférico.
Cuando se aproxima una tormenta esta situación cambia notablemente.
La tormenta cargada negativamente en su base induce una carga positiva
sobre la superficie terrestre y el campo eléctrico aumenta
de valor hasta valores del orden de 10.000 voltios/ metros.
Esto es, una diferencia de potencial entre el suelo y la nube del
orden de 30 millones de
voltios.
- Fase preparatoria
Una vez que en el seno de una nube tormentosa se produce la suficiente
acumulación de carga eléctrica, el campo eléctrico
dentro de la nube puede ser lo suficientemente intenso, del orden
de 100.000 voltios /metros, como para que el aire, material dieléctrico
que no conduce la electricidad, se convierta en conductor eléctrico.
En estas condiciones puede producirse, en un proceso no del todo
conocido, una chispa. Partiendo de esta chispa, las cargas eléctricas
de la nube aceleradas por el intenso campo eléctrico presente,
van abriendo en el aire un estrecho canal que va progresando de
forma escalonada apareciendo múltiples ramificaciones que
progresan independientemente hacia abajo, definiendo así
la forma del rayo. Este chorro iónico en progresión
se denomina descarga líder o guía y es una especie
de descarga débil o previa al rayo cuya intensidad se sitúa
entre 100 y 1000 amperios.
- Fase principal
Transcurrido un tiempo de unos 20mseg, el extremo de la descarga
líder se aproxima a unos 100 metros del suelo. Como consecuencia
del intenso campo eléctrico que se establece entre el extremo
del canal abierto por esta descarga guía y la superficie
terrestre, desde las irregularidades del terreno u objetos puntiagudos
comienza una descarga ascendente que acaba por conectar con la descarga
guía. En ese momento la nube queda al mismo potencial que
la tierra y se produce una intensa descarga denominada descarga
de retorno, que se propaga de forma continua hacia la nube. La intensidad
de la descarga es del orden de 30 kiloamperios y en este proceso
se transfiriere a tierra la carga de la nube.
La temperatura del canal por el que se transfiere la carga, de
apenas unos centímetros de diámetro, llega a alcanzar
temperaturas de 30.000 ºC. La brusca expansión del aire
a esta temperatura genera una onda sonora, el trueno.
- Fase de replicas
Cuando la descarga de retorno cesa por completo y no se producen
ya mas procesos de descarga, el rayo se denomina rayo de descarga
única; Pero si existe mas carga disponible en la nube, después
de la primera descarga de retorno y tras un breve periodo de tiempo,
puede producirse una segunda descarga guía, llamada descarga
dardo, que surge desde la nube y se traslada hasta llegar cerca
del suelo. El movimiento de esta descarga dardo se realiza de forma
continua y sin ramificaciones a una gran velocidad. Cuando el líder
dardo está próximo al suelo se produce desde aquí
una segunda descarga de retorno. Este proceso puede repetirse un
numero de veces superior a 15 y en un corto intervalo de tiempo,
denominándose a este tipo de descarga como descarga múltiple,
es decir cada rayo se compone realmente de varios rayos sucesivos.
La duración típica de todo el fenómeno expuesto,
o sea del proceso de descarga de un rayo, es de 0,2 segundos, tiempo
durante el cual se transfieren del orden de 30 culombios de carga
y se libera una energía del orden de 1010 julios (el equivalente
a una bombilla encendida durante un año). La energía
liberada por un rayo no es en sí misma muy elevada, sin embargo
al ocurrir en una fracción de segundo su potencia es considerable.
|
Figura 2 . Proceso de descarga del rayo |
La diferencia de tiempo que transcurre entre el resplandor del rayo
y el sonido o trueno que se escucha, nos da información de
la distancia a que ha impactado el rayo, tan solo multiplicando
el numero de segundos transcurridos por la velocidad del sonido,
o sea 1 km cada tres segundos.
Ahora bien existen dos clases de: los rayos negativos, los
más habituales, que llevan carga negativa a tierra y cuya
génesis acabamos de describir, y los rayos positivos.
Estos últimos se producen cuando la descarga entre nube y
tierra lleva carga positiva. Son menos frecuentes alcanzando normalmente
el 10% del total de las descargas, pero en general son mucho más
intensos, con intensidades del orden de 200 kiloamperios y más
dañinos.
Diariamente se producen en todo el planeta unas 44000 tormentas
y un numero de rayos estimado de 8.600.000, unos 100 por segundo,
de lo que se deduce una densidad media anual de rayos para todo
el planeta de 6 rayos / km2.año
No obstante la distribución de tormentas sobre la superficie
terrestre no es uniforme, así existe una variabilidad espacial
que a su vez esta condicionada temporalmente bien por la variación
diaria y estacional de la irradiación solar, o bien debido
a fenómenos de orden climático, como las variaciones
en la circulación oceánica (El Niño), que juegan
un papel importante en la distribución de las tormentas.
En líneas generales se produce una mayor actividad tormentosa
en las áreas continentales que en las oceánicas, y
mayor en las zonas ecuatoriales que en las latitudes medias y polares.
En los océanos el numero anual medio de tormentas varia
entre 40-80 días anuales de tormenta que se producen en las
corrientes cálidas y mares templados y valores inferiores
a 10 en las latitudes medias, polares y tropicales. La baja temperatura
superficial en el primer caso y la presencia de anticiclones tropicales
en el segundo inhiben los procesos convectivos que dan lugar a la
formación de tormentas.
En las áreas continentales la mayor actividad tormentosa
se concentra en la franja ecuatorial, con un número medio
de 100-200 tormentas anuales, mientras que la mínima actividad
aparece sobre las zonas polares y los desiertos tropicales, con
valores inferiores a 1 y 5 días de tormenta al año
respectivamente. En las latitudes medias el numero anual medio de
tormentas esta comprendido entre 10 y 40, con un máximo de
80 en el sudeste de los Estados Unidos, sobre Florida.
El número de rayos que impacta cada año varía
también de unas zonas geográficas y esta relacionado
con el número de tormentas. África Ecuatorial
es la zona con más impactos de rayo de todo el planeta, alcanzándose
los 30 rayos por kilómetro cuadrado y año.
En el sureste de los Estados Unidos se superan los 10 rayos por
kilómetro cuadrado y año, mientras que en Europa se
produce una media de entre 1 y 3 rayos por kilómetro cuadrado
y año. En muchas regiones desérticas y polares no
se registran rayos durante todo el año.
Dentro de la Península Ibérica, el País Vasco
es una de las regiones con mayor número de descargas eléctricas
al año y en particular es el área del Gran Bilbao,
con más de 3 rayos por kilómetro cuadrado y año,
el área que más impactos de rayo recibe. El aumento
de la actividad eléctrica en las grandes ciudades es un hecho
que se constata en otras zonas del mundo.
|
Figura 3. Número medio de impactos anuales
de rayos en el País Vasco, por kilómetro cuadrado
y año |
5. Daños producidos por el rayo y medidas de protección
La energía y carga liberada por el rayo se produce en una
fracción de segundo, con consecuencias en ocasiones altamente
destructivas y que en las personas ocasiona daños importantes.
Como norma general el 30% de los impactos por rayo resultan ser
mortales y deja secuelas en el 75% de los supervivientes.
Anualmente se producen en España del orden de 0.6 fulminados
por el rayo cada millón de habitantes. Este valor es dos
veces superior al registrado en los Estados Unidos, donde de entre
los fallecimientos debidos a fenómenos meteorológicos,
los causados por el rayo (27%) superan a los causados por tornados(23%)
y huracanes (8%).
Por otro lado el número de heridos por este fenómeno
se estima en cinco veces superior al de las muertes registradas.
Este numero de muertes es la cuarta parte de las acaecidas, en las
décadas de los años 40 y 50 como consecuencia, principalmente,
del movimiento de la población desde los campos hacia las
ciudades. No obstante, debemos tener en cuenta que, con aumento
de las actividades al aire libre (golf, montaña, etc.), se
ha constatado un aumento de los accidentes debido al rayo en los
últimos años.
Un rayo puede afectar a una persona bien impactando directamente
sobre ella o bien en su cercanía. Las lesiones que deja un
rayo son de distinta índole incluyendo: lesiones neurológicas
y psíquicas, lesiones cardiovasculares y pulmonares, quemaduras,
lesiones traumáticas y lesiones sensoriales
Impacto directo
Cuando un rayo impacta directamente sobre una persona cabe distinguir
dos efectos:
En el primero, la descarga eléctrica de varios kiloamperios
de intensidad se produce a través del cuerpo, por su interior.
En el segundo, la mayor parte de la corriente se transmite externamente
mediante un arco voltaico que se produce entre la cabeza y el suelo.
El primero de los casos es el más peligroso pues la alta
intensidad de corriente que atraviesa el cuerpo, puede producir
graves quemaduras internas además de diversos efectos
de índole eléctrica o química que sobre los
tejidos, músculos y sistema nervioso se producen dando lugar
en muchos casos a una parada cardiorrespiratoria. La probabilidad
de sobrevivir a una descarga de este tipo es del orden del 15%.
El segundo de los casos la corriente que atraviesa el cuerpo no
produce quemaduras internas, pues la corriente pasa por la
superficie del cuerpo, aunque si externas. La probabilidad
de sobrevivir a una descarga de este segundo tipo es del orden del
55%.
Descarga por diferencia de potencial en tierra en impacto próximo
Cuando un rayo impacta sobre la superficie terrestre, se produce
una diferencia de potencial de carácter radial sobre
la misma, proporcional a la resistividad del terreno y a la intensidad
de la descarga. De esta forma se produce una diferencia de potencial
entre las distintas partes del cuerpo en contacto con el suelo (pies)
y consecuentemente una corriente eléctrica fluye a través
el cuerpo. No obstante, los valores de la corriente eléctrica
y su duración para un rayo que impacta a 10 metros no implican
en general un gran peligro para el individuo. Evidentemente, si
una persona esta tumbada el riesgo de sufrir algún daño
es mayor.
No ocurre lo mismo en el caso de animales cuadrúpedos y
los eventuales jinetes que los montan. La distancia entre sus miembros
inferiores es lo suficientemente grande como para que los efectos
de la corriente eléctrica sean fatales para ambos.
Medidas de protección frente al rayo
La trayectoria que sigue un rayo es muy caprichosa y por tanto
no existe la seguridad absoluta de no sufrir una descarga, aunque
tomemos las medidas de seguridad recomendadas. No obstante la probabilidad
de sufrir un impacto siempre será menor cuando estas medidas
sean tomadas en cuenta.
En caso de realizar una excursión a la montaña o
realizar una actividad al aire libre, se recomienda acceder a la
información meteorológica para dicha área
para conocer, el riesgo de tormenta y programar debidamente cualquier
actividad.
La formación de las tormentas es delatada por la existencia
de la nubosidad típica que las precede: los cumulus castellanus,
nubes con forma de almenas a gran altitud que se forman principalmente
a primeras horas de la mañana
Se debe prestar gran atención a todo tipo de bajada brusca
de la presión atmosférica (mayor de 2 milibares
por hora), sobre todo en verano, pues indican la posibilidad de
tormentas.
Cuando la célula tormentosa se ha formado, los primeros
relámpagos preceden aproximadamente unos 15 minutos
a los primeros rayos a tierra.
Busque refugio en:
- Edificios sólidos (a poder ser con pararrayos,
instalaciones eléctricas y de fontanería, pero sin
estar en contacto con ellas), automóviles, autobuses,
trenes o barcos. Son los sitios más seguros, pero solo
si están cerrados, por actuar como jaulas de Faraday ante
el rayo,
- Una espesa arboleda de árboles bajos rodeado de
otros mas elevados es un lugar que ofrece cierta seguridad
- Si se encuentra en campo abierto, agáchese y manténgase
arrodillado o srecogido con la cabeza y los pies juntos, más
aún si los cabellos se le erizan. Nunca se tumbe a lo largo.
- En la montaña, aléjese de los puntos mas elevados
y descienda hacia los valles y las vaguadas. En casos extremos
una pedriza a media ladera puede servir de refugio.
- El interior de las cuevas es un lugar seguro, no así
las entradas y las paredes, donde el riesgo de impacto es
importante.
- Tápese las orejas con las manos para reducir daños
en los oídos.
- No busque refugio bajo un árbol aislado y puntos
prominentes. Evítense los espacios abiertos y las superficies
de agua.
- No se debe circular en bicicleta, motocicletas, tractores
y vehículos abiertos
- No correr, las salpicaduras pueden ionizar el ambiente
y favorecer una descarga.
- Las tiendas de campaña, las cabañas y los cobertizos
no ofrecen seguridad frente al rayo.
- Evítese la proximidad de alambrados metálicos,
muros húmedos, farolas etc.
- No use el teléfono durante las tormentas, ni
utilice la ducha.
- Utilizar materiales aislantes como vestimenta, puede
disminuir el riesgo de impacto de rayo en cumbres de montaña.
- No salir a campo abierto hasta asegurarse
que la tormenta se haya alejado definitivamente. La mayoría
de los accidentes causados por el rayo ocurren cuando el núcleo
principal de la tormenta ya ha pasado, pero los rayos siguen impactando
a varios kilómetros de la misma.
Joseba Areitio Piedra,
Doctorando en Rayos por Departamento de Física Aplicada I de
la UPV-EHU y Meteorólogo de la Oficina de Vigilancia y Predicción
Hidrometeorológica de EUVE
|