Hasta
la construcción de este paso entre Rioja Alavesa y Castilla,
ambas orillas tenían dos accesos para el transporte mayor:
Logroño y San Vicente de la Sonsierra. Entre estos dos enlaces,
multitud de barcas comunicaban ambas orillas para el paso fundamentalmente
de personas; pero que no cumplían el cometido de esta nueva
época de desarrollo: transporte de caballerías, carruajes
y mercancías pesadas.
Este puente es de los de tipología de estilo francés,
construidos en la segunda mitad del s XIX: aminoramiento del grosor
de las pilas, elevación de los arranques de las bóvedas
respecto del nivel del cauce del río, ojos entre arcadas
y mayor capacidad de desagüe.
Esta obra civil va unida al desarrollo económico de la Rioja
Alavesa, especialmente al empuje que se le quiere dar a la nueva
elaboración de vinos, y sobre todo a entablar un enlace de
transporte moderno con el ferrocarril Tudela-Bilbao.
Construcción del Puente (1861 - 1867)
La barca había sido hasta esta fecha el medio de transporte
entre Elciego y Cenicero. Era una barca amarrada a una maroma que
transportaba fundamentalmente personas; pero que no podía
atender el paso de carruajes ni mucho menos atender la demanda que
originaba la cercanía del ferrocarril Bilbao-Tudela (1856).
Era una barcaza que sufría muchísimos desperfectos
por la humedad, las crecidas del río, el uso......y era una
herramienta no válida para la nueva época.
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Laguardia, Rioja Alavesa |
El Ayuntamiento local, inmerso en una nueva época de saneo
de arcas, planificación de la economía y animado por
el empuje que puede tomar el tema vitivinícola, inicia la
idea y el proceso de construcción de un puente de piedra
que una ambas márgenes y que sea el paso adecuado para carruajes,
con idea de enlazar con el ferrocarril de Bilbao-Tudela, en la estación
de Cenicero.
En un acuerdo de 1861 se decide contactar con Diputación
y costear a medias la construcción del puente. D. Pantaleón
Iradier, Arquitecto de Provincia, se traslada a Elciego y redacta
un informe positivo sobre la ubicación del mismo en este
término por ser el punto más céntrico de la
Rioja Alavesa y porque podría ser la llave para el resto
de los pueblos limítrofes. Supedita este proyecto a que la
compañía del ferrocarril construya una estación
en Cenicero. Valora su construcción en 845.750 reales.
En Abril de 1862 el jefe de obras del ferrocarril Miranda -Tudela
certifica que se establecerá una estación a las afueras
de Cenicero y que ya se estaba construyendo.
El Ayuntamiento busca medios para financiar la obra y así
decide vender las encinas que se hayan en el Monte de Valduengo,
propiedad común. Tras varias subastas se venden en 38.000
rs.
En Enero de 1863 se celebra el remate del puente, no habiendo licitador
alguno. Se reduce la cantidad y se establece en 762.900 r/v a finales
de año, adquiriéndola D. Andrés Senderos, quien
se compromete a realizar la obra en un año.
La obra del puente lleva consigo otros dos proyectos importantes:
el enlace entre el núcleo urbano de Elciego y el puente,
y el enlace entre éste y la estación de ferrocarril
de Cenicero. Es el Ayuntamiento local el que toma la iniciativa
y empuja para sacar adelante los dos proyectos anexos . Así
se compromete a la realización del camino alavés a
medias con la Diputación de Alava y a la realización
del trazado en el municipio de Cenicero a medias con la Diputación
de Logroño Es obvio que la Diputación logroñesa
no muestra interés en el proyecto y así a la hora
de compra y expropiación de terrenos se muestra menos interesada
por lo que tiene que ser el Ayuntamiento de Elciego el que adelante
pagos e impulse la realización del acuerdo.
Tras varios retrasos originados por los fríos, agotamiento
de dineros y cumplimiento de otros planes que se adosaron a esta
obra (fuente, abrevadero y lavadero), el 8 de julio de 1867, con
presencia del Teniente Diputado General D. Vicente Payueta, se inaugura
el puente.
La utilización de este nuevo paso lleva consigo un pago denominado
pontazgo. Y para ello se construye una pequeña vivienda en
el extremo del puente donde residirá la persona encargada
de cobrar este impuesto y allí estará colocada la
cadena que impediría el libre paso.
Derrumbe del puente (1871)
El 12 de enero se producen grandes riadas y el puente es arrastrado
por las aguas hacia las siete de la mañana. Urge la construcción
de un nuevo barco tanto para el servicio de personas como para la
extracción de vinos y se acuerda contactar con los constructores
Barcos de Bilbao.
Reconstrucción del puente (1871 - 1873)
El Ayuntamiento recurre inmediatamente ante la Diputación
indicando la necesidad de reconstruir el puente tanto por sus ideas
iniciales, como por la situación económica negativa
en que se ha quedado la administración local al haber realizado
enormes gastos en la construcción.
Nuevamente el Arquitecto de Provincia, D. Pantaleón Iradier
se presenta e informa favorablemente sobre la reconstrucción.
Pone el proyecto en manos de D. Ricardo Bellsolá, famoso
ingeniero vinculado con Elciego ( Bodegas Marqués de Riscal,
Fuente, Abrevadero, Lavadero,.....)
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Elciego |
Se ve necesario elevarlo metro y medio más que el anterior
y alguna pequeña variación para el mejor desahogo
de las aguas. Se debate profusamente sobre la conveniencia o no
de utilizar las piedras del anterior, y se desestima esa posibilidad
(en la actualidad, cuando el río baja poco crecido, pueden
verse en el fondo losas y piedras labradas de la primera construcción),
aunque sí se aprovechan los estribos y alguna parte del material.
Se licita en 554.073 r/v. Tras unas primeras subastas desiertas,
D. José Arístegui, de Bilbao, oferta unas condiciones
que acatan Diputación y Ayuntamiento de Elciego.
En septiembre de 1871 la obra está en plena actividad. Trabajan
en promedio unos setenta y tantos peones, veintitantos canteros,
una docena de carpinteros, tres capataces y dos principales.
A lo largo de la obra van siendo necesario pequeños retoques
como la traída de cal de lugares más lejanos, variación
en la fabricación de morteros, dificultades de asentamiento
de las pilas, etc...
La construcción va rápida y sin mayores problemas;
pero una nueva crecida de aguas a primeros de marzo inutiliza el
barco que se viene utilizando provisionalmente para el paso; por
lo que la Corporación local solicita se abrevie lo más
posible el final de la obra, e incluso accede, con el consentimiento
de la compañía Egaña, la encargada de la construcción,
el paso de carros y caballerías antes de entregar la obra.
El Ministerio de la Guerra también interviene en la pronta
ejecución de esta obra, por los intereses que tiene para
movimientos de tropas (estamos ya en plena guerra carlista).
El 27 de junio de 1873 se firma la entrega de la obra, en la que
se especifican las dos variaciones que se han introducido en el
pliego de condiciones: 1.-Que las pilas, hasta salir fuera de agua
se han construido con mampostería hidráulica en lugar
de común y 2.- que los morteros construidos primitivamente
no estaban confeccionados completamente a los señalados en
las condiciones. Estas modificaciones no supusieron inconvenientes,
no así los incrementos de 11.365 r/v relativos a incrementos
de materiales en pilares, necesidad de profundizar más de
lo señalado en el plano, diferencia en el precio del hormigón,
daños de la avenida de marzo, daños causados por el
uso del puente sin estar terminado etc..
Destrucción del puente (1873)
Antes de terminar la obra, se persona en el Ayuntamiento de Elciego
el Jefe de los voluntarios de Cenicero alegando autorización
del Gobernador Civil de Logroño para que se deje paso libre
por el puente y en caso contrario destruirlo. El alcalde de Elciego
transmite al Gobernador de Logroño y a la Diputación
de Alava la inquietud suscitada por la posible voladura del puente
ya que tantos esfuerzos económicos han costado a las arcas
municipales. Propone así mismo colocar una puerta en el puente
por cuenta de la villa de Elciego forrada con sus arpilleras y fortines
laterales, zanjas y parapetos.
Debido "a las actuales circunstancias que está atravesando
el país y los muchos gastos que con la sublevación
carlista en las provincias vascongadas" Diputación suspende
la obra de acceso al puente y el Ayuntamiento acata " hasta
tanto que las cosas tomen otro rumbo o se determine el llevar a
debido efecto la mencionada obra, pues con la revolución
son muy escasos los trabajos que pasan por dicho camino y no creen
un perjuicio para los intereses de este vecindario la indicada suspensión".
La guerra carlista sigue su curso y el paso del Ebro es un punto
estratégico importante. Los de Cenicero se dirigen a los
de Elciego solicitando se colocase una guardia en el puente, y así
se hizo. Más tarde en la parte castellana se hizo un gran
foso en el extremo del puente, detrás de la puerta forrada
de hierro y fortines laterales cortando el paso; incluso hasta se
pensó en la colocación de un puente levadizo para
solventar el paso por este foso, pero no llegó a realizarse.
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El Ebro es un punto estratégico importante.
Los de Cenicero se dirigen a los de Elciego |
El 1 de diciembre las fuerzas del Ejército de los voluntarios
de Cenicero vuelan con pólvora el primer arco del puente
por la orilla de Castilla. Con el debilitamiento de la estructura,
en abril de 1874, se hunde el segundo arco.
Nueva reconstrucción
El Ministerio de Guerra comunica al de Fomento la necesidad de
restaurar este paso, no tiene inconveniente en adelantar los trabajos
y los gastos, pero posteriormente tendrá que ser Diputación
quien devuelva los dineros gastados. Diputación argumenta
en un extenso escrito fechado el 29 de octubre de 1974 las dificultades
económicas por las que atraviesa y que la responsabilidad
del hundimiento es del Ejército. Finalmente el Gobierno de
la República es quien resuelve rehabilitarlo.
Hacia mayo de 1875 se trabaja a buen ritmo en la reconstrucción
del puente, que queda totalmente finalizado a finales del mes siguiente.
Los caminos de acceso han quedado bastante deteriorados por el paso
de convoyes y de tropas, con lo que el Ayuntamiento ha tenido que
desembolsar nuevamente dineros añadidos para su puesta a
punto. En la recomposición del camino es fundamental el trabajo
de veredas que todo vecino tiene obligación de cumplir. Todos
estos desembolsos no previstos inicialmente originan un conflicto
con la Diputación alavesa para el cobro de aranceles. La
entidad foral reclama el dinero que anticipó para su construcción
y el Ayuntamiento responde que con motivo de la guerra ha tenido
que realizar importantes desembolsos y atender primerísimas
necesidades; por lo que se pactan en mayo de 1878 nuevas bases.
Al año siguiente se declara obra Provincial, por lo que es
necesario entregarlo a la provincia completo y totalmente reparado.
Así, tras un informe del Arquitecto de Provincia, D. Pantaleón
Iradier, es necesario reparar manchas de humedad provenientes del
camino, reparar la caseta de recaudación del portazgo (que
se hallaba en mal estado e inhabitable por haberse destruido en
la guerra) y reparar el camino hasta el pueblo.
Jesús Fernández
Ibáñez,
Fotografías: Auñamendi |