Felipe Haedo de Zalla y sus inéditas memorias sobre exploraciones en el territorio rioplatense en el siglo XVIII
Nora Siegrist de Gentile

Fue Felipe Haedo natural del Consejo de Zalla, Vizcaya, arribado al Río de la Plata como escribano del navío de S.M. San Andrés. Antes de su partida a Sudamérica, su paso quedó registrado en la Matrícula de Comerciantes de Cádiz, en 1764 (1). Durante su vida fue capitán de forasteros; más tarde, maestre de campo y cabildante, sobre el que se ha señalado: fue "uno de los peninsulares más conspicuos que residían en Córdoba (territorio argentino) durante la segunda mitad del siglo XVIII, fallecido en 1789, ab intestato y sepultado en el Monasterio de Santa Teresa de Jesús" (2) el 24 de noviembre de igual año. Se ha sostenido que ya residía en esa ciudad mediterránea en 1768, como vecino reconocido por sus múltiples méritos al servicio de la comunidad donde se estableció.

Convento e Iglesia de Santa Teresa Ciudad de Córdoba (3)

El personaje tratado, fue hijo de los vascos Domingo de Haedo y Arriá y Manuela de la Sota; proveniente de la Casa de Haedo, reconocida también bajo el nombre de Aedo o Ahedo originaria del Valle de Carranza (4). Algunos genealogistas sostienen que este linaje provenía del caballero García de Aedo, que había acompañado en sus luchas a D. Pelayo. Hay otra versión en el sentido de que fue descendiente del duque de Cantabria, D. Heduo, que fundó solar en el valle de Carranza. Lo cierto es que este apellido se radicó en este lugar, desde donde pasaron a las villas de Balmaceda y Carranza (Vizcaya). Como no está comprobada totalmente la cuestión, ya que diferentes casas de Haedo adoptaron su propio escudo se supone, en una de ellas, que sus armas son de oro con una encina de sinople sobre ondas de agua de azur y plata, acostado de dos jabalíes de sable empinados a su tronco, uno a cada lado.

Haedo casó en la ciudad de Córdoba en 1755 con Doña María Mercedes Roldán y Allende, hija de Don Bernardo Roldán, Comisario General de Caballería, natural de Orotava, Islas Canarias, y de Doña María de Allende Losa Bravo. Por hijos tuvieron, entre otros, a María Tiburcia Haedo Roldán y Allende, nacida en 1767; desposada con José de Paz y Durán, hija legítima de Andrés de Paz Vásquez de Codecido y de Doña Manuela de Durán y González. Estos a su vez tuvieron una proficua progenie; entre éstos, el relevante General de la independencia argentina Don José María Paz y Haedo (5), quien fue considerado como un gran estratega militar; gobernador de la Provincia de Córdoba, Argentina, entre 1829-1831. Asimismo, hubo otros hijos; una, monja profesa en el Monasterio de Santa Teresa en Córdoba, donde justamente, fue sepultado D. Felipe Haedo.

Materia específica de este capítulo es la obra que realizó como naturalista y mineralogista al servicio de la Corona española, la que se conserva en su mayoría en estado inédito; y es actualmente materia de un estudio mayor. Sobre sus viajes en territorio rioplatense, el erudito Padre jesuita Guillermo Furlong expresó que se destacó como uno de los más importantes científicos que recorrió las provincias rioplatenses, pero que sus Memorias son prácticamente desconocidas. Desde 1774 marchó hacia La Plata, Potosí y Córdoba, dedicándose a su estudio predilecto. En ocasiones regresó a España, en donde escribió al rey sobre sus experiencias. Así, los escritos en 1777, según consta en el Archivo General de Indias en Sevilla, al enviar Haedo cartas al secretario del Rey, Gálvez, con el propósito -por estas fechas- que S.M. le concediera "algún corregimiento", según lo pidió de manera textual (6). Al año siguiente repetía su solicitud, cuando en nota a igual destinatario vuelve a insistir para que se le conceda el corregimiento que -expresó -, buscaba en "aquél país" para así extender sus exploraciones y poder llevar a cabo la navegación del Río Bermejo (7).

Antigua delimitación rioplatense con vista del Virreinato del Perú a mediados del siglo XVIII.

Cabe destacar que Haedo estaba asimismo versado en hidrografía, realizando observaciones propias de su especialidad. Escribió varios trabajos, el más destacado se llamó: "Origen y desagües de los ríos Pilcomayo, Cachimayo y Bermejo", que se conserva sin publicar, en la espera que la memoria vasco-argentina lo rescate de su olvido.

Esto coincidía con otras exploraciones que se venían practicando en la zona. Ya a partir del año 1750, habían comenzado a llegar al Río de la Plata varios estudiosos europeos, integrantes de las comisiones designadas por España y Portugal, para solucionar sus problemas limítrofes en América. Se sabe que estos dominaron los conocimientos y escribieron sobre geografía, cartografía y astronomía. Entre estos científicos pueden mencionarse a Diego de Alvear, Francisco de Aguirre, Félix de Azara, Andrés de Oyarvide, Pablo Zizur y Pedro Cerviño. Aquéllos primeros viajes respondían a la necesidad de buscar un camino que acortara el camino que unía Buenos Aires con las minas peruanas. Pero, por entonces, todos los intentos realizados durante mediados y fines del siglo XVIII para usar el Chaco como camino hacia las minas peruanas fracasaron, porque la Corona se negó a solventar nuevas exploraciones. No obstante las reiteradas prohibiciones, se ha expresado que los colonizadores del Plata no perdieron nunca el interés en esa ruta que podría acortar en semanas o meses el viaje al Perú (8). A su vez vale comentar que, por entonces, el gobernador Cevallos insistió por llevar adelante su plan de abrirse paso por el Chaco en 1759. Debido al poco interés que demostró la Corona, en 1763 aquél escribió a fray Julián de Arriaga (relacionado con la autoridad superior) para lograr el objetivo de una nueva ruta y para que se ampliara -como consecuencia- la frontera del indígena habitante de esos territorios.

Es así que Haedo en conocimiento de tales intereses redactó una gran parte de sus Memorias Pero además de escribir sobre las regiones del NO, lo hizo dando noticias de las del sur rioplatenses. En comunicaciones al gobierno virreinal envió una "Descripción de la Colonia del Sacramento y Puertos del Río de la Plata al norte y sur de Buenos Aires, seguida de un plan para la conquista y población del Cabo de Hornos y sus Pampas. Ano 1778".

En un documento oficial decía el Virrey don Pedro de Cevallos que don Felipe de Haedo, a impulso de su celo y sin otra memoria que la de contribuir al adelantamiento de los intereses públicos, se había impuesto el deber de estudiar y describir el territorio. Muy especialmente las costas y puertos del virreinato, y que en desempeño de ese deber, le había dirigido varios y valiosos informes, de los que se conoce sólo el cuarto informe, salvado en las páginas de la Revista del Río de la Plata, de Andrés Lamas del año 1872 (9).

Cabe destacar que la participación de Haedo se extendió también a importantes aspectos religiosos, al llegar a ser Ministro de la Orden Tercera de San Francisco en 1771 (10) en Córdoba, cargo religioso y espiritual honorífico, luego de haber quedado registrado como hermano en la de Buenos Aires, al presentar su patente de haber profesado en la "Villa y Corte de Madrid en manos de fray. Antonio Martínez, maestro, a 3 de agosto de 1762". Esta hermandad de seglares, que no era una cofradía, se encontraba muy extendida en las posesiones rioplatenses de España, tanto en Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Corrientes, Salta, por indicar algunos de los centros urbanos destacados. En ellas ha quedado demostrado que en su conformación, hubo una activa participación de vascos, navarros, y en general, de pobladores del norte de España (11).

Hasta aquí el resumen de una pequeña biografía que aguarda ser ampliada como testimonio de largos meses y años de viajes por el Río de la Plata, como explorador-científico que fue. Es de esperar que en fecha próxima sus recuerdos, próximos a ser editados, sean incorporados a la bibliografía de viajeros de España y América (12).


Fuentes Primarias

Archivo General de la Nación (AGN). Argentina.
Archivo y Museo del Museo Mitre. Argentina

Bibliografía general acotada

Alonso Flecha, Ángeles, y Alejandro R. Díez Torre, y Tomás Mallo, y Daniel Pacheco Fernández, Coordinadores, La ciencia española en ultramar. Actas de las I Jornadas sobre «España y las expediciones científicas en América y Filipinas», 1991.
Araóz, Gregorio, Noticia sobre la navegación del Bermejo, Buenos Aires, 1879.
Furlong, Guillermo, Naturalistas argentinos durante la dominación hispánica, Buenos Aires, 1948.
García Carrafa, Alberto y Arturo, Diccionario Heráldico y Genealógico de Apellidos Españoles y Americanos, Salamanca, Imprenta Comercial Salmantina, MCMXXX.
Lamas, Andrés, "Descripción de la Colonia del Sacramento", en Revista del Río de la Plata, Tomo III, n° 11, Buenos Aires, 1872.
Maeder, Ernesto J.A., "Estudio Preliminar" al libro de Jorge Luis Fontana, El Gran Chaco, Buenos Aires, Solar-Hachette, 1977.
Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Argentina, Catálogo de Documentos del Archivo de Indias en Sevilla referentes a la Historia de la República Argentina, 1514-1810, Buenos Aires, Taller Topográfico de la Penitenciaría Nacional, 1902.
Mogrobejo. Endika de, Origen, Nobleza y Heráldica de los principales apellidos hispanos, Bilbao: Mogrobejo-Zabala, 2000.
Querexeta, Jaime de, Diccionario onomástico y heráldico vasco, Bilbao, Biblioteca de la Gran Enciclopedia Vasca, 1970.
Ruiz Rivera, Julián B., El Consulado de Cádiz. Matrícula de Comerciantes 1730-1823, Cádiz, Diputación provincial de Cádiz, 1988.
Terán, Juan B., José María Paz, 1791-1854, Buenos Aires, Cabant y Cía. Editores, 1936.
Udaondo, Enrique, Crónica Histórica de la Venerable Orden Tercera de San Francisco en la República Argentina, Buenos Aires, 1920.


(1) Julián Ruiz Rivera, El Consulado de Cádiz. Matrícula de Comerciantes 1730-1823, Cádiz, Diputación provincial de Cádiz, 1988, p. 168.
(2) Agradezco al Dr. Ignacio Tejerina Carreras, Presidente del Centro de Estudios Genealógicos y Heráldicos de Córdoba de Argentina esta información. Asimismo, cfr.: Carlos A. Luque Colombres, "Los vascos en Córdoba", en Fundación Vasco Argentina Juan de Garay, Los Vascos en América. Investigación sobre asentamientos vascos en el territorio argentino- siglos XVI a XIX, Buenos Aires, 1996, Tomo III, p. 22. No obstante que este autor señala a Haedo como fallecido en 1789, otros lo siguen teniendo vivo todavía para la época de la revolución de mayo: Guillermo Furlong, S.J. P, Naturalistas argentinos durante la dominación hispánica, Buenos Aires, Editorial Huarpes, 1948, con prólogo de Gregorio Williner, S.J., p. 400, expresa del vizcaíno que se trata: "Haedo vivía aún a principios del siglo XIX..."
(3) El convento de las Carmelitas Descalzas de San José o Teresas es un monasterio de clausura que fue fundado en 1628. Desde aquellos tiempos viven aquí monjas que a través del tiempo cultivan su huerta, realizan bordados y reparan. Su vida se acompaña con la oración. Al igual que otras monjas de clausura, se levantan muy temprano para dedicar a Dios sus cantos de alabanzas. En su origen fue casa natal de D. Luis de Tejeda, el primer poeta de la Argentina. En uno de los patios del Convento funciona en la actualidad -en Córdoba- el Museo de Arte Religioso "Juan de Tejeda"
(4) A. y A. García Carraffa, Diccionario Heráldico y Genealógico de Apellidos Españoles y Americanos, Salamanca, Imprenta Comercial Salmantina, MCMXXX.
(5) Sobre el Gral. J. M. Paz, nacido en Córdoba y fallecido en Buenos Aires, ver: Juan B. Terán, José María Paz, 1791-1854, Buenos Aires, Cabaut y Cía. Editores, 1936. Las mismas Memorias de este general, abreviadas, fueron publicadas por CEAL, en 1982, asimismo pueden ser consultadas las Memorias completas.
(6) Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Argentina, Catálogo de Documentos del Archivo de Indias en Sevilla referentes a la Historia de la República Argentina, 1514-1810, Buenos Aires, Taller Topográfico de la Penitenciaría Nacional, 1902, p. 355, donde citan el AGI: 123-1-17. [Carta fechada en Córdoba del Tucumán, 8-12-1777].
(7) Ibídem, p. 323, AGI: 124-1-15 [Carta fechada en Córdoba del Tucumán, 8-11-1778]
(8) Clifton Kroeber, La navegación de los ríos en la historia argentina, Buenos Aires, Paidós, 1967, pp. 54-55.
(9) Andrés Lamas, Revista del Río de la Plata N° 11, Tomo III, Buenos Aires, 1782, p. 436.
(10) Enrique Udaondo, Crónica histórica de la Venerable Orden Tercera de San Francisco en la República Argentina, Buenos Aires, 1920, p. 189.
(11) Nora Siegrist de Gentile, "Familias de la Orden Tercera de San Francisco en Buenos Aires. Identidad de sus miembros y relaciones con España durante el siglo XVIII y principios del XIX", en Pilar Gonzalbo Aizpuru (Coordinadora), La Familia Iberoamericana: entre el espacio público y el ámbito privado, El Colegio de México, México, 2001; e Idem, "Vasconavarros en Buenos Aires. Su relación con la Matrícula de comerciantes del Sur de España y con la Tercera Orden de San Francisco. Fuentes contemporáneas para su estudio", en William A. Douglass, Carmelo Urza, Linda White, Joseba Zulaika (Coordinadores), The Basque Diaspora, University of Nevada, Reno, 1999, EE.UU., pp. 108-149
(12) El presente forma parte de un trabajo mayor ya elaborado, en donde están redactadas todas las Memorias que aquí se citan,


Nora Siegrist de Gentile, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas- Cemla. Argentina: Siegrist@fibertel.com.ar.(1)
Fotografías cedidas por la autor


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