Desde el origen
Arantxa Ugartetxea Arrieta

La ciudad de Barbosa pertenece al Departamento de Santander (Colombia). Está situada a unos 1.300 metros de altura, y al sureste de Bucaramanga que es la capital de dicho departamento. Yo llegué a esta ciudad Colombiana hace treinta años como cooperante junto con mi amiga Maite de la Vega, entre otras cosas para colaborar en la creación del Colegio Cooperativo de la misma. Como suele ocurrir en la mayoría de los comienzos, las expectativas eran enormes, la ilusión y la generosidad también.

Barbosa. A orillas del Rio Suárez en "fiesta del Rio" del 2000.
Maruja Porras y Arantxa Ugartetxea

Los sacerdotes de la época nos cedieron una sala del colegio parroquial en el comienzo; mas tarde pasamos a un piso de la calle central de la ciudad y hoy goza de un edificio propio. La dignidad junto con un toque de austeridad embellecido por las flores y el buen gusto y hacer del profesorado y alumnado que la habitan, le dan a este colegio un estilo peculiar. Participan en el unos quinientos alumnos y alumnas que salen preparados para la universidad.

"Colegio Cooperativo". Barbosa. Colombias

El nombre de "Cooperativo" hace honor a lo que realmente es. Padres y ciudadanos de Barbosa colaboraron en su origen a la formación del mismo con una generosidad extraordinaria. Merece mención especial el profesor Simón Cornejo de quien fuimos colaboradoras Maite y yo. Me hubiera encantado encontrarlo, abrazarlo y agradecerle por tanta profesionalidad y dedicación incondicional. Creía y creaba, creaba y seguía creyendo en lo que veía. Murió joven pero su obra nos lo trae a la memoria constantemente.

En la actualidad es directora del colegio Hamira Fajardo. Gran amiga y buena profesional. Ella nos invitó a la celebración y yo no tuve dudas en acudir a la cita. Maite no pudo hacerlo. Volver a Barbosa es un placer, la ciudad a crecido, no es lo mismo que en la época, pero en ella viven amistades imborrables que me hacen sentir como en casa propia. A esta ciudad la atraviesa el río Suárez; en sus tierras encontramos guayaberas, cafetales y caña de azúcar principalmente; goza de un clima primavera-verano permanentes y es camino obligado en el trayecto de Bogotá a Bucaramanga o viceversa.

La celebración de los 30 años del "Colegio Cooperativo" la disfrutamos como merecía, hubo comunicaciones emocionadas, representaciones del alumnado, almuerzo, banquete de solidaridad y un concierto de música colombiana muy bueno, todo ello expresión del buen nivel académico del que goza en la actualidad.

Sala de actos "Colegio Cooperativo", Barbosa.
En el centro: Hamira Fajardo (directora).
Derecha: P. Gonzalo Vargas (Párroco de Barbosa en la época de la fundación).
Izquierda: Chinca Porras ( amiga y natural de Barbosa)

Agradecer y compartir es lo que me queda de aquella experiencia tan bella y especial en la que aprendí muchas cosas, pero principalmente a saborear un poco mas ese "ser colombiano" que hasta el día de hoy me enriquece e interroga. Estas fueron mis palabras:

    Hoy que nos encontramos
    después de mucho tiempo,
    espérate y charlemos
    de tantas cosas viejas,s
    que en el cofre del almas
    guardamos como nuevas
    .

    Queridos profesores, y profesoras, alumnos, alumnas, compañeros amigos, amigas, ciudadanos de Barbosa. Poder compartir con todos ustedes un día como el de hoy en el que se cumplen 30 años de la fundación del colegio, me lleva a viajar en el tiempo y remontarme a los orígenes que esta ciudad Colombiana tiene en mi vida personal. Al hacerlo, gracias a la generosidad de la profesora Hamira Fajardo Sánchez, hoy directora de este centro educativo y también amiga, el escenario de mi memoria recobra presencias de la época, todas ellas marcadas por relaciones concretísimas que hasta el día de hoy perduran en esa emoción incontenible y fantástica que es esta ciudad para mi, ayudándome a seguir la vida de una manera mas solidaria, pues realmente nada pertenece solo al pasado. Vuestra constante presencia en mi vida, ahora a través de los años, en un contexto mas amplio y diverso, enriquecido por la propia historia personal, tiene la fuerza que los ciudadanos de Barbosa marcaron con mano suave pero firme en mi personalidad, durante dos años de convivencia.

    Quiero agradecer vuestra acogida, la de antes y la de ahora, vuestra hospitalidad, la de antes y la de ahora, vuestro cariño, el de antes y el de ahora, vuestra confianza, la de antes y la de ahora pero sobre todo esa amistad que como sello imborrable perdura a través del tiempo con nombres propios y vivencias intransferibles, formando parte de la vida misma de manera natural y extraordinaria. Quiero comunicaros que aunque no ha podido venir también está entre nosotros y nosotras, Maite, a quien muchos conocen y saben cual es la amistad que nos une. Maite y Arantxa, Arantxa y Maite, son dos nombres inseparables para los que compartimos aquellos años.

    Hablando del origen resulta imposible no describir y contar aquellas vivencias de los comienzos de este colegio. Era la esperanza de la época. Nombres como el P. Gonzalo Vargas, y el P. Pedro Elías Martínez tienen mucho que ver con esta realidad que hoy todos disfrutamos. El profesor Simón Cornejo, que ya no está entre nosotros, fue ese compañero lúcido y responsable que tuvimos Maite y yo en aquellos inicios, por eso su ausencia irremediable es para mi hoy una enorme presencia, la presencia de un buen profesional, incansable trabajador y excelente compañero. Veo en mi memoria también los rostros de los padres que arriesgaron por un estilo concreto de educación para sus hijos e hijas, respondiendo como auténticos ciudadanos responsables asnte un nuevo reto educacional para esta ciudad.

    Mi origen personal pertenece a otra cultura (la vasca), a otros entornos educativos, a otra lengua, el "euskara", pero la cualidades pedagógicas que acompañaron el inicio de esta experiencia educacional, son válidas en todos los espacios educativos: cooperación profesional; comunicación responsable; y sueño pedagógico. Es decir, una responsabilidad educativa compartida por padres, profesores, alumnos y agentes sociales. Cuando yo llegué a Barbosa la cooperación de todas estas parcelas sociales ante la creación de este colegio eran una realidad tangible. Realidad alimentada por la comunicación interpersonal a todos los niveles, en la que se discutían las formas, los modos, el estilo y hasta el uniforme de los alumnos y alumnas. No ere ese bla, bla, bla, que habla de la educación como de algo ajeno, sino la emoción inteligente y sincera de personas que apostaban por una formación de contenidos humanos para sus hijos e hijas. El intercambio de ideas, la conversación responsable y respetuosa fueron los cimientos de esta casa.

    Todo ello nutrido por un inquebrantable sueño pedagógico. Hoy ya una realidad. Pero el sueño continúa, porque sin él es imposible educar y transformar. Con vosotros, alumnos y alumnas (hoy quizás padres de familia), yo aprendí a soñar en la real transformación personal. Recuerdo como si de hoy se tratara, nuestras especialísimas relaciones interpersonales, relaciones necesarias de una profesora con sus alumnos y alumnas. Los conocimientos son imprescindibles pero los hacemos nuestros en esa dinámica que surge entre educador y educando. Todo pasa por esa relación insustituible, de una manera u otra, marcando el propio conocimiento con los rostros de las personas que toman parte en el desarrollo del mismo. Por eso la presencia real de los alumnos y alumnas que dieron lugar al origen de este colegio, forma parte de mi caudal pedagógico porque aprendí con ustedes a compartir el conocimiento. Quiero agradecerles la delicadeza y disponibilidad acogedora, en aquellas horas de aula, en donde siempre creo que me sentí aprendiendo. Por eso, afirmo con rotundidad que el alumno es también educador además de educando, esta es mi experiencia y también el sueño que hoy junto con todos ustedes deseo continuar vivenciando.

 
Coofundadoras del "Colegio Cooperativo", Barbosa
Maite de la Vega (izquierda), Arantxa Ugartetxea (derecha).

Yo también tuve veinte años, por eso sé que existe en Barbosa la transformación de la nostálgica Escuela de Doña Inés. Pueden llorar los guaduales de alegría al paso de la campesina santandereana que sigue siendo flor de romero. Les llevo a todos unidos en mi recuerdo como la luz del sol, como el agua y el viento, porque como dice la canción:

Yo quiero siempre lo de mi tierra primero
¡Ay que orgullosa me siento!,
de haber vivido en Barbosa.

¡MUCHAS FELICIDADES A TODOS Y A TODAS!.


Arantxa Ugartetxea Arrieta, Colegio Cooperativo
Fotografías de la autora


Euskonews & Media 202. zbk (2003 / 03 / 07-14)

Dohaneko harpidetza | Suscripción gratuita | Abonnement gratuit |
Free subscription


Aurreko aleak | Números anteriores | Numéros précedents |
Previous issues


Kredituak | Créditos | Crédits | Credits

Euskomedia: Euskal Kultur Informazio Zerbitzua

Eusko Ikaskuntzaren Web Orria

webmaster@euskonews.com



QUIENES SOMOSPolítica de privacidadAvisos LegalesCopyright © 1998 Eusko Ikaskuntza