|  Es una de las zonas más lindas del residencial barrio 
 de Belgrano de Buenos Aires. En las madrugadas cantan los zorzales, 
 en la época apropiada la calle huele a flores de azahar, 
 y el aire lo llenan las campanadas de la parroquia San Benito Abad, 
 el ex monasterio benedictino que dirigió Andrés Azcarate. 
 Allí está la casa que compartió Endrés 
 de Irujo con su esposa. María Elena Etcheverry nos recibe 
 y nos abre la puerta al otro Andrés el de la intimidad, el 
 de las conversaciones familiares, el involucrado en la vida argentina; 
 y comenta el modo en que, con esfuerzo, continúa la obra 
 de Ekin y vive la problemática vasca.
 
 - ¿Cómo 
 lo conoció a Andrés?Le conocí como miembro del Instituto Americano de Estudios 
 Vascos, porque mi padre lo era también y fui incorporada 
 como miembro de número de la Institución en 1975.
 
 Comencé a concurrir a las reuniones del Instituto. Ni bien 
 me enteré dónde podía aprender euskera empecé 
 a ir a clases, a la misma que iba Andrés. Y, además, 
 a buscar bibliografía... y él me ayudó.
 
 Don Andrés, como yo le llamaba entonces, comenzó 
 a motivarme para que diera charlas sobre la investigación 
 de rh negativo de mi padre en población vasca, tema de mi 
 dominio... Andrés promovía a la gente para que hiciera 
 las cosas.
 - ¿En esa 
 época participaba de las actividades de la colectividad?Personalmente, yo tendía hacia lo vasco desde chiquilina, 
 desde entonces había iniciado una búsqueda. Me interesaba 
 la lengua, pero no conocía lo que era un Centro Vasco, nunca 
 había concurrido a uno. Totalmente volcada a mi vocación 
 de médica y concentrada en mis estudios, participaba con 
 mi padre de las actividades profesionales y concurría con 
 él a las reuniones de sociedades científicas. Pero 
 no tenía acceso a conferencias sobre temas vascos, sino excepcionalmente.
 
|  |  | María Elena Etcheverry en la casa de Belgrano |  - ¿Y qué 
 ocurría en esas ocasiones?Esas ocasiones eran siempre motivo de diálogo sobre temas 
 vascos con mi padre. Accedía a esa bibliografía en 
 casa -la mayoría de la editorial Ekin-, a casa llegaba periódicamente 
 el boletín del Instituto Americano de Estudios Vascos, que 
 enviaba por años Irujo, pero nada más...
 
 Recuerdo en particular la presentación de la versión 
 euskerica de Takakortaxarena de nuestro poema gauchesco, el Martín 
 Fierro; fue en 1972. Ese acto del Instituto al que concurrí 
 -que se hizo bajo los auspicios de la Secretaría de Cultura- 
 contó con la intervención del Dr. Andrés María 
 de Irujo...
 
 En el mes de su muerte, mi padre había recibido un premio 
 y Andrés había ido a saludarlo, encontré ahí 
 nuevamente a un señor muy mayor conocido de mi padre...
 - ¿Y cómo 
 terminó en casamiento?Terminó en casamiento porque empecé a tener diálogo 
 con él... conocerlo y admirarlo fue fácil, compartíamos 
 además muchos valores.
 
 Hacía dos años ya que le trataba cuando mi madre me 
 dijo un día: "Todavía te vas a casar con Irujo...". 
 Muy sorprendida le contesté "¡Pero mamá! 
 ¿cómo se te ocurre?, ¡podría ser mi padre!...". 
 Pero Andrés saltaba las "barreras generacionales" 
 -como la garrocha que practicaba en su juventud- y entendía 
 a la gente joven...
 
 Nos casamos en 1979, a los cinco años de conocernos, cuando 
 comprendimos que nos queríamos profundamente, él tenía 
 70 años y yo 40. Los catorce años de matrimonio fueron 
 en verdad muy felices, de excelente convivencia. Aunque vivimos 
 rodeados de grandes problemáticas, familiares, de nivel económico...él 
 las tuvo y yo me quedé sin trabajo... vivimos momentos muy 
 fuertes, los superamos juntos, apoyándonos mutuamente y en 
 la dificultad fuimos intensamente felices. Esto demostró 
 que no nos habíamos equivocado cuando decidimos compartir 
 la vida.
 
 Además, él era mucho más "joven" 
 que yo. ¡Tenía tantos proyectos!... los tuvo hasta 
 el día en que murió, el 29 de setiembre de 1993.
 
|  |  | Andrés de Irujo y María Elena Etcheverry 
 en la costa de Bizkaia, sobre la ermita de San Juan de Gaztelugatxe. |  - ¿Cómo 
 era su carácter?De gran firmeza. Ander era una persona muy consecuente con sus ideales 
 y posiciones, aún contra su conveniencia material o social.
 
 Una de las razones por las que me casé con él fue 
 esa. Nunca había imaginado que alguien pudiera llevar hasta 
 tal extremo todos los actos de su vida y entregarla por seguir un 
 ideal de esa manera.
 
 Entre ellos los de patria y sus ideales cristianos: éstos 
 y su vida no transcurrían por compartimentos separados. Tenía 
 gran tenacidad y una fuerza enorme para poner su voluntad al servicio 
 de lo que era objeto de su interés. Lo importante era, además, 
 a qué dirigía su interés. Tenía ideales 
 de una pureza impresionante, proyectos y los concretaba. Vivió 
 para ellos, realmente.
   Yo me sentí muy feliz de poder ser parte de su vida y también 
 por darle felicidad. Era muy afectuoso, muy respetuoso de la forma 
 de ser del otro. Su ánimo difícilmente decaía.
 No es fácil casarse a los cuarenta años y supongo 
 que a los setenta tampoco... los hábitos están muy 
 arraigados y se comparten conviviendo... Cuando me casé con 
 él no imaginé hasta que punto alcanzaban sus virtudes 
 y condiciones.
 
 Lo quería y admiraba por muchas cosas, pero el comprender 
 cómo era realmente, después del día a día 
 de catorce años juntos, me hizo sentirme realmente realizada 
 y muy orgullosa de que él me hubiera elegido.
 - ¿Qué 
 cambió en su vida al estar con Andrés Irujo?Mi matrimonio me ha dado posibilidades de vivir la vida con otra 
 visión mucho más plena.
 
 Un día me dijo que nunca me iba a dejar. Con tristeza le 
 dije "¡Ander!... como me dices eso. Por ley de la 
 vida, posiblemente tú me vas a dejar". Tuvo razón: 
 nunca me dejó. Me impresiona poder decir esto. Que un amor 
 de esas características le permita a uno crecer tanto... 
 que posibilite además proyectar tantas cosas a la vida.. 
 que continúe presente y se prolongue en ganas de vivir y 
 mejorar. El optimizar mi capacidad para dedicarla a los propios 
 ideales es algo que se nutre del ejemplo de Andrés y de nuestras 
 vivencias.... Realmente, esto conlleva una fuerza impresionante.
 
 Una sobrina de Andrés cumple años el día de 
 San Miguel. Tuve que llamarla para decirle a la familia que ese 
 día él había fallecido. Mariló me dijo 
 lo más consolador y hermoso que se le puede decir a una esposa 
 que vive lo que estaba viviendo yo en ese momento: "Cuando 
 las personas llegan a cierta edad de la vida empiezan a declinar. 
 Que vos hayas llegado a la vida del tío Andrés significó 
 para él postergar esa declinación". Y yo 
 percibía que realmente pude revitalizar y dar continuidad 
 a sus fuerzas, a sus ilusiones y proyectos. Sus facultades y vitalidad 
 estaban plenas cuando le sorprendió la muerte.
 
 Fíjate, es curioso, cómo en el afecto uno se retroalimenta. 
 El que hoy yo pueda continuar con nuestros proyectos comunes con 
 verdadera convicción, es porque él estuvo en mi vida... 
 En esto y en Jaungoikoa busco mi fuerza. Y pido además ayuda 
 a los que me quieren acompañar...
 
 - ¿Andrés 
 tenía facilidad para vincularse con las personas?No había límites en la llegada a las personas, si 
 éstas al menos querían intercambiar ideas, se integraba 
 de lleno en cualquier conversación. Desde un chiquito de 
 dos años de edad -que no sé por qué se comunicaban 
 tan especialmente con él- hasta jóvenes, adultos y 
 mayores que él, eran sus amigos. Esa cualidad fue otra de 
 las condiciones que me fascinó de su persona.
 - ¿Quiénes 
 eran sus amigos?Eran como hermanos con Iñaki de Azpiazu, hasta se reñían. 
 Iñaki junto al padre Mario Anzorena concelebró nuestro 
 casamiento. Monseñor José Erro era un amigo muy querido 
 de él y Andrés Peña, que también fue 
 testigo de nuestro casamiento. Fortunato Aguirre...¡cómo 
 llevó siempre la pena de su muerte!.. Jesus Maria de Leizaola 
 y Miguel José Garmendia, en momentos muy especiales... Sebastián 
 de Amorrortu y su hijo Pedro, luego Francisco; José María 
 Garciarena, Elpidio Lasarte, Enrique de Gandia, Lakakortaxarena, 
 que le acompañaron en tantos proyectos... Vicente Lizarralde, 
 Carlos Benitez, entrañables... y por supuesto, su hermano 
 Manuel, una admiración por él sin límites y 
 referente del padre, al que perdió de tan pequeño... 
 Pello Mari, sus restantes hermanos y sobrinos... y un etc., etc... 
 tantos que no debiera mencionar ninguno por la inmensa mayoría 
 que queda fuera...
 - ¿Cómo 
 vivía el exilio? ¿Con tristeza?No. Primero, porque lo vivió pensando que en cualquier momento 
 volvía. Los vascos exilados pensaban que terminaba la guerra 
 y regresaban. Hasta que después cambió el sentido 
 de las naciones, la manera de comportarse... a los amigos a los 
 que se felicitó y agradeció se los dejó de 
 lado al poco tiempo... La decepción que tuvieron en la década 
 del cincuenta fue tremenda...
 
 Luego, porque siempre él actuó en función 
 de su lucha por Euskal Herria, no había lugar para la melancolía; 
 y estuvo a punto de retornar en el '78, después de la muerte 
 de Franco... si yo no hubiera aparecido en su vida... Ander había 
 vivido siempre la ilusión de que algún día 
 iba a regresar.
 
|  |  | Andrés de Irujo en la costa de Bizkaia. 
 Dice María Elena Etcheverry: "A sus pies está 
 la ermita de San Juan de Gaztelugatxe. Estábamos en un 
 mirador que tiene un monumento a gudaris fallecidos durante 
 la guerra. Andrés estaba profundamente emocionado por 
 sus recuerdos en ese momento". |  - ¿Cuáles 
 eran sus planes?Cuando nos casamos me dijo "yo pensé que iba a regresar 
 con mis libros bajo el brazo, ya que no tuve hijos; y a recuperar 
 la casa de Fray Diego de Estella para la cultura".
 
 La casa, que había pertenecido a su familia, se destinó 
 para la cultura, pero no tiene una vida intensa, no representa un 
 centro de cultura como el que hubiera imaginado él... Se 
 realizan algunas actividades y hace poco fue escenario de un encuentro 
 muy esperanzador para todos los vascos... ¡ojalá hubiera 
 marcado un hito para la paz!... momento que tal vez no se quiso 
 o no se supo aprovechar...
 - 
 ¿Hablaba de la carga del exilio?Sé que el exilio fue muy duro, pero nunca lo manifestó 
 como una carga. A pesar de que aquí vivió descontando 
 seres queridos distantes, entre ellos sus propios hermanos, pues 
 fue el último de ellos en morir.
 
 
 Sin embargo era como si estuviera allá, vivía apasionadamente 
 para lo vasco y por Euskal Herria. Leía a diario sus periódicos, 
 estaba al tanto de las situaciones, recibía recortes respecto 
 de toda la problemática, correspondencia continua de la familia 
 y conocidos; inclusive en una época con mucha precaución, 
 porque por muchas razones tenía la percepción de que 
 había observación de la correspondencia...  
 - ¿El régimen 
 de Franco también los perseguía acá?Bueno, eso no es cuestión de imaginarlo. Ya se han abierto 
 los archivos de Salamanca. Me han dicho que hay material de las 
 actuaciones de Andrés y se menciona que se hacía seguimiento 
 del movimiento vasco. Si se consultan los archivos de Relaciones 
 Exteriores esto se podrá ver. No estaban desatentos respecto 
 de lo que ocurría. Había continuas intervenciones 
 de la embajada.
 Cómo no creer en esa intervención y cómo no 
 constatarla si -por ejemplo- cuando se publicó el "Para 
 qué..." de Ansaldo (1951) hubo hasta carros de asalto 
 e intervención de la policía argentina sobre la editorial 
 Ekin. Quisieron incautar la edición, pero el libro ya se 
 había distribuido. Debe haber sido la distribución 
 más masiva y veloz que pudiera lograrse.
 
 En esa época había una amistad muy grande entre Perón 
 y Franco y una formación muy particular en el ejército. 
 Los ideólogos y los profesores del ejército argentino 
 tenían mucho que ver con las ideologías fascistas 
 de Mussolini y Franco, es decir, una gran mayoría admiraba 
 sus ideas... Sin olvidar la posición de Perón ante 
 la Alemania de Hitler.
 
 Por otra parte, los libros de la editorial eran destruidos en la 
 España de Franco por los admiradores del régimen y 
 su manera de apreciar la libertad de pensamiento.
 
|  |  | Andrés de Irujo trabajando en Ekin, cuando 
 estaba en el segundo piso del Laurak Bat |  - Su tarea era 
 de resistencia...El lo decía con todas sus letras: "mi trinchera son 
 los libros", su modo particular de hacer la guerra y de 
 trabajar por su patria, a través de la difusión de 
 la cultura vasca y de su lengua, esos hechos de la identidad de 
 su pueblo que se pretendía apagar.
 
 Él a diario trabajaba para eso. No de cualquier modo, insistentemente 
 y con fuerza.. ekintza ta erreintza... Cada minuto de sus 
 días, de su vida, desde que llegó al país hasta 
 que murió. No dejó un solo día de trabajar.
 
 Por eso, él no tenía una actitud de tristeza o de 
 melancolía, no había tiempos para ello. Sólo 
 por momentos se le escuchaba vehemente decir : "¡Navarra, 
 cuánto necesita que nos ocupemos de ella!"... el 
 tema de Navarra... imagínate cómo vivió él 
 la problemática de Navarra y el Estatuto ...
  - 
 ¿Se hubiera sentido entristecido si hubiera visto la situación 
 de Navarra hoy? No Navarra, ni todos los navarros, sí muchos de ellos y su 
 gobierno.
 
 Esa tristeza la vivimos muchos. La viví yo estando hace poco 
 de visita. Con mucho agrado visité la hermosa biblioteca 
 de Estella, muy moderna e informatizada. Con toda ilusión 
 quise comprobar la presencia de las publicaciones de un hijo de 
 Lizarra como era Andrés y busqué el libro de su autoría, 
 "Los Vascos y la República Española", que 
 menciona entre otros temas la participación de un hijo de 
 Estella, su Alcalde, en acontecimientos de la guerra; y otras publicaciones 
 de la Editorial Vasca Ekin; y el Boletín del Instituto Americano 
 de Estudios Vascos, de más de cuarenta años de publicación.
 
 Me consta que fueron enviadas sistemáticamente a las bibliotecas 
 y ayuntamientos de Navarra y de toda Euskal Herria: estas publicaciones 
 eran inexistentes o inaccesibles.
 
 Constaté que un lector de Lizarra no podía acceder 
 tampoco a los libros de Arturo Campion, el insigne navarro: a su 
 "Genio de Navarra", a "Navarra en su Vida Historica", 
 tampoco a "Blancos y Negros"... Figuraba un compendio 
 de la obra de Campion, pero estaba... no recuerdo la terminología... 
 pero, "en un depósito de reserva", inaccesible 
 al lector...
 
 Ante esa sorpresa, seleccioné otros autores en mi búsqueda 
 y encontré que esos autores sí estaban accesibles...
 
 ¿Sigue siendo "inconveniente" acceder a las ideas 
 que tienen un fervor que contagia y que hacen pensar? ¿Es 
 malo conocer y admirar la historia de su pueblo como propia y sentir 
 que la identidad de uno está relacionada con esa historia? 
 ¿Por qué no admitir que la gente acceda a todas las 
 ideas y decida respecto a ellas?
 - ¿Cómo 
 reaccionó ante eso?Había llevado un pequeño grupo de ejemplares a la 
 feria del libro y del disco de Durango y los doné a la biblioteca. 
 Pero me dije: "esto es ocultismo" y me interesó 
 que los habitantes de Estella supieran que estos libros ahora están 
 en su hermosa biblioteca.
 
 Un periodista que se enteró hizo una nota por la entrega 
 de esos pocos libros, mencionando sus títulos.
 
 Quise que cualquier persona de Lizarra supiera que puede leer un 
 "Genio de Navarra" o "Navarra en su vida histórica" 
 de Arturo Campión, entre otros títulos... ¿Por 
 qué no podría leerlos un habitante de esa hermosa 
 tierra de Estella?
 
 Ni hablar de lo que está ocurriendo con el euskera... Quedé 
 en Navarra al final de mi viaje del año pasado (2001) por 
 razones familiares y de afecto: soy descendiente de navarros. Además 
 quería participar de su vida por unos días. Yo viajé 
 por un hecho cultural vasco, fui invitada a la Feria del Libro de 
 Durango.
 
 Tuve un incidente penoso en el lugar donde iba a desayunar con 
 bollos todos los días.
  - ¿Qué 
 ocurrió? Pregunté -por ser el día de San Francisco Javier- 
 qué actividades había, para participar, porque en 
 Argentina el 3 de diciembre festejamos el día del euskera.
 
 Una 
 persona del pueblo me dijo: "¿El día del euskera? 
 ¿qué es eso? ¡Francisco no es un santo vasco!..."; 
 y esta persona, que a diario era muy amable, le dijo muy alterada 
 a la de al lado: "los vascos nos quieren sacar a nuestro 
 santo!...". Entonces, le dije: "Señora, 
 perdón, pero no entiendo... en muchas partes del mundo se 
 festeja en el día de San Francisco Javier el día del 
 euskera, porque él murió hablando euskera... ¿por 
 qué dice que no era un santo vasco si era euskaldun?". 
 Y entonces me dijo "¡Pero no es un santo de los vascos..." 
 ¡Ese "ellos" y "nosotros"...! Y continuó: 
 "Nosotros tenemos aquí el castillo de Xabier!..."; 
 "Sí, sí, el de la familia de Jatsu y Azpilicueta 
 -le contesté- María de Jatsu y Azpilicueta estuvo 
 presa cuando la invasión de Castilla y Francisco Javier, 
 el santo de "ustedes", nuestro santo, vivió el 
 exilio, precisamente por intervención de Castilla sobre Navarra. 
 ¿Van a ser tan egoístas para no admitir que los vascos 
 en el mundo lo tomen como su patrono y del euskera..?". 
 Su contestación fue: "Eso se lo habrán predicado 
 a usted..!". "¿Prédica? Me suena 
 a sermón. Perdone, ¡pero esto es histórico y 
 es un hecho...!."
 
 Esa agresión o rechazo respecto al euskera y lo vasco la 
 viví yo en una bollería en Navarra y tuve que recomponer 
 durante el resto de mi estadía una relación de amabilidad 
 con la persona del incidente...
 - ¿Sabía 
 quién era usted la mujer de la bollería?Después debe haber sabido el porqué de mi visita, 
 porque salió en los diarios.
 
 Yo le dije que era argentina, descendiente de vascos porque tenía 
 ascendencia navarra. Y también, "siento que estén 
 pensando así, porque se pierden lo más rico de ustedes".
 
 ¿Te das cuenta qué tarea hay que hacer para el conocimiento 
 de la historia? Es que, es terrible lo que le pasa al pueblo vasco. 
 Fíjate lo que ha sido politizar -e inclusive relacionarlos 
 con la violencia- elementos tan fundamentales como son su cultura 
 y el euskera, elementos tan primordiales de la identidad del pueblo 
 vasco...
 
 No interesa que exista en la gente un sentido claro de identidad 
 cultural, como si eso pudiera crear algún problema a cualquier 
 ser humano.
 
 ¡Cuánto más ricas son las personas mostrándose 
 como son, con esas variaciones de la propia riqueza individual y 
 conciencia de pertenencia a un grupo o comunidad! ¡Cuánto 
 mejor se expresa tal como es una persona; y no "homogeneizada" 
 por todas las corrientes de intereses creados y por el materialismo!... 
 ¡Cuánto más válida su personalidad al 
 servicio del bien común!...
 
 La globalización es muy interesante y aporta hechos muy 
 positivos, pero si con esto se pretende dar homogeneidad a la gente, 
 si se pretende un "lavado de cerebro".. que todos deban 
 pensar de un modo y hasta expresarse en un único idioma... 
 ¿Por qué no imaginar la riqueza que todos pudiéramos 
 tener, a partir de la capacidad de acceder -por vivencias y educación- 
 a todo lo nuestro y además, a todo aquello que nos permita 
 comprender mejor a los demás?
 - Es difícil 
 construir unidad en la diversidad...No saben que Javier vivió el exilio y justamente estuvo enfrentado 
 con Ignacio de Loiola, que había sido cortesano a las órdenes 
 de Castilla. Y que esa lucha, por la que habían estado en 
 dos bandos opuestos, termina en un "reunirse por un mismo 
 objetivo común", que es el lema "para mayor 
 gloria de Dios!". Pese a que uno es parte de la causa del 
 exilio y el otro pertenece a una familia que vive el exilio, familia 
 navarra y de poder, ambos euskaldunak. Sin embargo, con miras a 
 objetivos mayores, Francisco Javier e Ignacio de Loiola se unen; 
 y, ¡con qué poder lo hacen! ¿Qué tenían 
 esos hombres que no tenemos nosotros? ¿Por qué no 
 podemos nosotros?
 - Pareciera que 
 en esos hombres resuena algo universal que lleva al encuentro...Creo que nos faltan los momentos y los espacios para el diálogo 
 y para la reflexión. Hemos perdido la capacidad de ser creativos 
 en conjunto. Todos nos creemos creativos y además, somos 
 celosos de nuestras obras. Sin querer, perdemos la capacidad de 
 hacer cosas buenas con los demás, no reconocemos las limitaciones 
 de la propia capacidad... ¡Cuánto podrían potenciarse 
 nuestros empeños si pudiéramos hacer las cosas en 
 conjunto!...
 
 ¡Con cuánta ilusión vivimos muchos argentinos 
 descendientes de vascos el "Acuerdo de Lizarra"!... Ese 
 acuerdo que se hizo en la tan querida casa de Fray Diego de Estella. 
 La ilusión con que escuchamos de la presencia de representantes 
 de todos los gremios, de todas las fuerzas políticas... de 
 eso tiene que salir algo muy importante para la paz... Y al día 
 siguiente una frase provocativa: "Esto es una trampa, esto 
 es una mentira". Qué desilusión tuvimos todos 
 cuando vimos que no tenían capacidad para llegar al diálogo 
 y a la búsqueda de salidas para la convivencia en paz...
 
 Tuvimos que darnos cuenta que no se respeta la libertad de ideas, 
 el derecho y la opinión de los demás....tanto cómo 
 otros no respetan el don sagrado de la vida... ¡Qué 
 capacidad tenemos para ser jueces de los demás!...
 - El problema 
 no serían los juicios sino las diversas formas de violencia 
 que conllevan, ¿no?La violencia no puede admitirse, no importa de qué lado provenga... 
 No voy a entrar a juzgar por qué razones se llega a una posición 
 u otra en la vida... pero no puedo explicarme que se piense que 
 no se puede llegar al diálogo. Como tampoco me puedo explicar 
 las guerras. Es evidente que la gente joven que se sigue afiliando 
 a los medios violentos de ETA vive la problemática como si 
 fueran gudaris...
 
 Esto me recuerda a Durkheim cuando hablaba del suicidio y de la 
 responsabilidad de aquella sociedad capaz de generar suicidios en 
 su medio.
 
 Yo creo que la sociedad también debería preguntarse 
 "¿por qué existe ETA?".
 
 Se lo debería preguntar toda la sociedad española, 
 ya que cuando se refieren al fenómeno ETA se refieren al 
 fenómeno vasco y cuando se refieren a los vascos cuyas buenas 
 obras repercuten en el mundo se refieren al español que las 
 hace... Es que ¿el fenómeno de ETA no les pertenece 
 también?. Se debería preguntar la sociedad entera: 
 ¿qué genera esta problemática? ¿acaso 
 el respeto a las ideas y el diálogo?; ¿por qué 
 se llega a esta tremenda situación?; y, ¿qué 
 va a aproximar una solución? ¿el diálogo o 
 la violencia?
  - En 
 ese sentido, ¿cómo veía Andrés, que 
 había vivido la guerra, la radicalización de la juventud 
 en ETA? Andrés no estaba de acuerdo con la violencia; pero pensaba 
 que se podría haber trabajado en ocasión de los desentendimientos... 
 muchos reclamos debieron atenderse, se podían haber canalizado 
 las energías de los jóvenes... pensaba que tal vez 
 se perdió la oportunidad de acercarse a ellos, evitando que 
 muchos, en un mal dirigido idealismo, se radicalizaran.
 
 Cuando en algún momento tuvimos polémica sobre el 
 tema yo le dije: "Pero tú no pusiste bombas. No podrías 
 haber actuado con esa metodología". "No, 
 por supuesto. Existen muchas maneras de trabajar por las ideas", 
 me respondió.
 - ¿Se involucraba 
 en política en el caso argentino?Sí, se interesaba muchísimo. El era abogado y tenía 
 un interés apasionado por muchos temas. Si hubiera podido 
 ejercer su profesión hubiera sido un abogado con orientación 
 a la economía. La entendía muchísimo, la seguía 
 muchísimo; los temas de emisión de moneda y tantos 
 otros.
 
 Se indignaba en algunos momentos con muchas situaciones de la política, 
 inclusive en casa se daban polémicas familiares. El vivía 
 muy compenetrado los problemas de nuestro país.
 - ¿Cómo 
 vivió la violencia política en Argentina y los años 
 del Proceso?Yo no me había casado aún en 1976, nos casamos en 
 1979. Muchos argentinos no supimos ver lo que ocurría en 
 nuestro país. No nos dábamos cuenta, estábamos 
 enfrascados en nuestros trabajos.
 
 Vivimos, además, momentos muy fuertes en la universidad 
 donde vimos gente con las armas tomando las aulas o recorriendo 
 los jardines del hospital -eso yo lo viví- y por supuesto, 
 uno rechazaba esa situación de violencia...
 
 Cuando suelo hablar en mi medio de lo vasco y me dicen... "Ah, 
 vascos, los de ETA".. yo les respondo: "¿Vos 
 como argentino te sentiste identificado y representado por los Montoneros 
 y por el ERP? Yo no. Lo que me estás diciendo es exactamente 
 eso. Fue un grupo que no representó al país. Representó 
 a un grupo, nada más".
 
 Sin embargo, él me hizo conocer aspectos de la realidad 
 que desconocía... vivió de cerca la desaparición 
 de personas en el caso de amigos muy queridos de la comunidad vasca. 
 En el propio Laurak Bat una familia perdió a su hijo, desaparecido. 
 Yo conocí de su enorme pena con la desaparición de 
 ese muchacho... ¡Cuánto más terrible ha sido 
 reconocer la existencia de la violencia y de la ilegalidad desde 
 el propio estado!
 
 Andrés recordaba muchas de las situaciones de violencia 
 que vivieron durante la guerra y cuantos esfuerzos hicieron para 
 evitarlas, con riesgo de la propia vida en muchos casos. Me hizo 
 conocer el trabajo que realizara Manuel de Irujo y al que él 
 acompañó, con esa finalidad, en defensa de los derechos 
 a la vida y dignidad de las personas.
 
|  |  | Andrés de Irujo y su sobrino Enekoitz 
 Irujo, hijo de Pello Irujo y Arantza Amezaga, nieto de Eusebio 
 Irujo y Pilar Elizalde de Irujo, en un viaje a Euskal Herria. |  - ¿Cuáles 
 son las demandas que recibe actualmente en relación con Andrés?No le digo lo que me demandan sino lo que yo me demando.
 
 Debiera conocer y dominar mejor lo que es la vida de la editorial 
 y tendría que proyectarla; porque tomamos juntos la decisión 
 de no ceder el fondo editorial a quienes lo sugirieron a cambio 
 de algún dinero, que no era poco para nosotros en ese momento.
 
 Juntos asumimos el compromiso de que continuara la editorial en 
 Argentina, para que toda persona que quisiera editar algo sobre 
 tema vasco, pudiera hacerlo. Yo en este momento no cumplo esa finalidad. 
 Puedo sostener lo que sostengo porque tengo los ingresos de mi profesión 
 médica y estoy invirtiendo lo que me posibilita mi medio 
 de vida en la actividad que hago de difusión cultural, simplemente.
 
 Además, hay mucha gente que quiere acceder a la cultura 
 y no dispone de trabajo, tranquilidad ni dinero; es muy difícil 
 en esas condiciones el acceso a lo que es el disfrute del tiempo 
 libre y al verdadero desarrollo humano, que es mucho más 
 que cubrir necesidades básicas. Hoy en día en nuestro 
 país, esto es una realidad. Por eso, se accede a los libros 
 del fondo editorial a un precio razonable y lógico, el mínimo 
 posible. Yo esperaba el momento de la jubilación, para invertir 
 mi tiempo con mayor eficacia en la proyección de la editorial, 
 pero también vivo el día a día, en el sostener 
 mi trabajo, con la pregunta de cuánto recibiré por 
 mi jubilación... ¿Esta me va a permitir sostener las 
 cosas que hoy sostengo?...
 
 Mantengo un poco en invernadero muchos proyectos, no sin riesgo 
 de que algunos se congelen.
 Gonzalo Auza, Gonzalo 
 J. Auza, gonzalo@juandegaray.org.ar
 http://www.juandegaray.org.ar/fvajg/docs/Gonzalo_J_Auza
 Fotografías: Gonzalo Auza
 
  
Euskonews & Media 200. zbk (2003 / 02 / 21-28)
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