Los descubrimientos arqueológicos llevados a cabo en Irun
en los últimos años no dejan lugar a dudas sobre
la identificación de Oiasso, la civitas de los vascones
citada por los autores clásicos, con la ciudad de Irun
. Entre estos hallazgos, la identificación del área
portuaria en la década de los noventa y los posteriores
estudios de los restos allí localizados han supuesto un
gran impulso para la arqueología romana en Gipuzkoa.
Los muelles portuarios se conocen gracias de las intervenciones
arqueológicas realizadas en las calles Santiago y Tadeo
Murgia, separadas por unas decenas de metros. La primera se desarrolló
en el invierno de 1992 como consecuencia de la construcción
de un colector proyectado para ocupar el subsuelo de la calle.
En lo que respecta a la intervención de Tadeo Murgia se
llevó a cabo en el año 1998, en este caso por la
edificación de un bloque de viviendas en el solar.
La calle Santiago
El área de excavación se delimitó en una
banda de 50m lineales por 4 de ancho, coincidiendo con las dimensiones
del cajón de seguridad preparado para el desarrollo de
las obras del colector. En una primera fase se excavaron los niveles
superficiales, con medios mecánicos, y se prepararon las
entibaciones a base de escudos con puntales. Luego, comenzaron
las labores arqueológicas, aproximadamente entre la cota
-1,80 m y 2,00 m desde la rasante de la calle.
Los trabajos permitieron determinar tres áreas funcionales
y una estratigrafía dispuesta en dos niveles de ocupación,
con sus correspondientes secuencias de sedimentos. Cronológicamente,
las referencias se refieren, principalmente, al período
comprendido entre los años 70 y 150 d. C.
El muelle o rampa de calado
Ocupa el extremo meridional de la banda, los primeros 15 m, contando
con una cimentación reticular de madera, rellena de sedimentos
orgánicos, y parte de la losadura. Paralela a la misma,
por el frente septentrional, se dispone una escollera de piedra
de mayor altura contra la que apoyan otra serie de rellenos con
los que se cubre la losadura hasta llegar al nivel de la escollera.
La cimentación de madera y los contextos asociados a la
fundación del muelle se datan entre los años 70
y 90, mientras que la escollera y los rellenos superiores a partir
de esa última fecha y hasta finales del siglo II; en este
sector se han recuperado, también, un número reducido
de elementos cerámicos del siglo III.
El elemento de mayor interés es, sin duda, la cimentación
de madera, tanto por su estado de conservación como por
las soluciones constructivas que presenta o los ajuares que se
han recuperado asociados a la misma. En general, las condiciones
del lugar, un ambiente poco oxigenado y prácticamente acuático
son las propicias para la conservación de material arqueológico
de tipo orgánico; no sólo piezas de madera de buenas
dimensiones, sino también infinidad de pequeños
restos vegetales, semillas, cueros o recortes de madera. La estructura
de madera está dispuesta sobre una superficie previamente
nivelada mediante excavación de los lodos naturales del
estuario. El plano sobre el que se extiende presenta un ligero
desnivel en dirección N-S, 8 %, que se repite en el sentido
longitudinal o E-W. La primera capa de piezas de madera, la mayoría
con signos evidentes de haber sido reutilizadas, se reparte formando
líneas paralelas que arrancan desde una perpendicular que
sirve de límite hacia el Norte. Sobre esta capa se coloca
otra serie de vigas transversales, formando una retícula
de módulos rectangulares. La viga cabecera sirve de apoyo
a gruesas piezas de madera de sección cuadrada, 40 cm x
40 cm, y una altura de 80 cm, La retícula esta cubierta
de rellenos de tierra en los que son especialmente abundantes
los ajuares arqueológicos cerámicos hasta alcanzar
una cota en la que se han registrado pequeñas isletas pavimentadas
con losas.
Se ha pensado que puede tratarse de un muelle alargado que penetra
en el estuario para facilitar el atraque de las naves frente a
las oscilaciones de las mareas, aunque también se ha planteado
el carácter de rampa de calado para favorecer la recogida
de las embarcaciones. La construcción de la escollera y
la colmatación posterior de los niveles fundacionales,
aún planteando muchas interrogantes, se defiende asociada
a una intervención similar reconocida en otro sector de
la excavación y que puede estar motivada por problemas
de asentamiento de las cimentaciones. Estos problemas obligarían
a elevar la cota de uso y a replantear las construcciones.
El dominio de los juncales.
El borde septentrional de la escollera limita con un espacio
en el que están ausentes los ajuares arqueológicos
y que responde a un antiguo juncal. Se extendía entre este
punto y el sector de los almacenes, en el extremo septentrional
de la banda, lo que demuestra la presencia de una zona de dominio
acuático.
Los almacenes.
Se separan del área de los juncales mediante una línea
de tablestacado de madera, a la que se añade hacia la zona
inundada un pequeño embarcadero. En el interior del espacio
marcado por el tablestacado se observa la cimentación de
dos edificios separados por lo que se ha interpretado como un
vial. Las construcciones son escuadradas y se ordenan siguiendo
alineaciones de similar orientación. En el más cercano
a la lámina de agua se ha registrado una serie estratigráfica
en la que se representan dos niveles. Uno de fundación
con cierres alineados Norte-Sur, Este-Oeste que se cimienta con
pilotaje de madera, y otro posterior por el que se eleva la cota
de ocupación casi 30 cm, mediante una serie sucesiva de
rellenos. La nivelación supone un reajuste en la orientación
de las alineaciones de los edificios que pasan a adoptar las mismas
referencias urbanísticas existentes en la actualidad.
Todas estas estructuras se encuentran hoy en día in
situ, ya que al finalizar la excavación arqueológica
los restos se cubrieron con una capa de los mismos limos extraídos
y sobre ésta se construyó el colector, sin necesidad
de realizar movimientos de tierra adicionales.
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| Lucerna
hallada en la calle Santiago |
Tadeo Murgia
La excavación del puerto de Tadeo Murgia continúa
la tradición iniciada con la intervención en la
calle Santiago, marcada por el medio físico de la marisma.
Esto se traduce en unas óptimas condiciones de conservación
para los ajuares orgánicos (maderas, semillas, cueros...)
mientras que, por otra parte, suponen un gran inconveniente desde
el punto de vista metodológico, al exigir condiciones de
entibación complejas y medios auxiliares costosos para
drenaje de la zona de excavación y apoyo en las labores
de reconocimiento de los restos.
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Camafeo | |
Sin embargo, las dificultades de la intervención se vieron
recompensadas a través de los resultados obtenidos, tanto
en lo que se refiere a los ajuares como a la estructuras relacionadas
con el puerto. Los volúmenes de cerámica de la calle
Santiago se multiplicaron, así como los hallazgos de semillas
y elementos orgánicos, todo ello como consecuencia del
uso de un sistema de cribado por agua a presión. A estos
ajuares hay que sumar un buen número de novedades. Es el
caso de los pequeños ejemplos de joyería, de los
restos de tonelería, cordajes y tejidos vegetales.
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Fíbula
de oro |
En lo que a estructuras se refiere se registraron elementos correspondientes
a una instalación portuaria situada en el borde de la colina
de Beraun, al pie del estuario. Se organizaba en gradas de dos
metros de ancho, habiéndose reconocido un total de cuatro
gradas. La base de las mismas se encontraba fabricada mediante
aproximación de troncos, muchos de ellos incluso con corteza,
que fueron colocados sobre el terreno natural, asentados mediante
el uso de estacas utilizadas como topes. Sobre los troncos se
extendía un relleno muy orgánico con abundantes
virutas de madera o abarrotes y sobre éste un enlosado
de piedras. Al pie del muelle se encontraba la lámina de
agua por la que accederían las embarcaciones, detectándose
un fuerte buzamiento de los niveles naturales y rellenos prácticamente
estériles. Sin embargo, en el sector meridional, donde
el muelle se unía a tierra firme en su eje longitudinal,
se apreciaban grandes rellenos hasta la cota de las gradas (de
hasta metro y metro y medio de potencia) que parecen ser resultado
de un menor calado y de los sucesivos aportes desechados en las
descargas. Justamente en el límite Sur -Oeste de la excavación
se reconocieron las cimentaciones sobre pilotes de madera de edificios
identificados con almacenes.
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Sistema de gradas del muelle de Tadeo Murgia |
Todas estas piezas de madera correspondientes a las gradas del
muelle portuario fueron extraídas durante la excavación
y actualmente se encuentran en proceso de restauración
para su posterior exposición en el Museo de la Romanización
del Golfo de Bizkaia que se esta construyendo en Irun.
Bibliografía
- GUEREÑU, M.A., LÓPEZ COLOM, M.M., URTEGA, M.M.,
(1998), "Novedades de arqueología romana en Irun-Oiasso".
1er Coloquio Internacional sobre la Romanización en Euskal
Herria, Isturitz, 8, 469-489, Eusko Ikaskuntza, Donostia.
- URTEAGA, M.M., (2001), "Arqueología romana en Gipuzkoa",
Arkeolan, Boletín informativo semestral, 8. Irun.
- URTEAGA, M.M., (2002), "Erromatar garaia", Bertan,
17, Diputación Foral de Gipuzkoa, Departamento de Cultura,
Euskera, Juventud y Deportes. Donostia.
Marian Gereñu
ARKEOLAN.
Centro de Estudios e Investigaciones Histórico-Arqueológicas.
C/ Francisco de Gainza, 4. Villa Lore- Alaia. Irun. |