El pescador actual y la gestión de los recursos pesqueros: conclusiones y extrapolaciones del modelo de Orio
Iñaki Martin Bermejo

Recientemente, presenté la tesis Etnografía de los pescadores de Orio: el efecto-patrón en la flota local, cuyas conclusiones extiendo al conjunto de la bajura vasca. Constreñí la investigación al periodo 1950-2000, para estudiar al detalle todos los barcos de Orio del segmento de cerco y cebo vivo. La flota local tuvo su cenit en los años 60 tras alcanzar los 30 barcos de cerco y cebo vivo. El declive de la misma se inició a comienzos de los años 80 hasta estabilizarse en los 9 barcos actuales. En términos absolutos los 21 barcos desaparecieron vía desguace y/o venta de las unidades de esfuerzo.

El declive tuvo varias causas que englobo bajo tres aspectos: la estructura organizativa, la condición del mando y el influjo del efecto-patrón.

La estructura organizativa de bajura se sostiene bajo una concepción cultural que prepondera la condición linajuda de la organización de la pesca. Este modelo, a priori, excluye de la organización de las pesquerías, de la propiedad del buque y del acceso al caladero a quienes no mantienen afinidad.

En Orio, la cultura organizativa de la pesca emanó de los caseríos locales hasta los años 60, limitó la continuidad de los barcos principalmente por falta de descendencia para el mando, por la tardía incorporación del sotapatrón y por una concepción peculiar del mando, quien a menudo se impelía a permanecer al frente del barco más allá de lo exigible. Este ‘morir con las botas puestas’ tuvo mucha importancia en la transmisión oral tardía del saber hacer pesquero, en la sucesión y en el relevo de los mandos de los buques.

Asimismo, en el declive de la flota fue decisivo el influjo del efecto-patrón y su relación paradójica con la continuidad de la flota y con el éxito pesquero. En su sentido más restringido, el efecto-patrón es el conjunto de variables que procuran el éxito pesquero, tales como el expertismo, la pericia, la habilidad, el dominio tecnológico, el sentido del mando y el saber hacer pesquero. Estas cualidades se engarzan principalmente con otras variables como la tripulación competente, la autonomía y el sufrimiento pesqueros o la estructura de la flota. Así, el éxito pesquero es una combinación entre la memoria pesquera familiar y la figura del patrón de pesca, quien, elegido por los suyos, reúne y sintetiza el conjunto de características que le permiten desarrollar la pesca de una manera predecible, basada en el conocimiento del medio y en la racionalización de la pesca.

Este modelo, lo contrapongo abiertamente al modelo ‘tradicional’ del éxito pesquero que otros autores atribuyen a la suerte o a la estructura del buque. Esa concepción de la pesca es un artificio cultural donde la acción humana es un corcho en el mar, siempre a la deriva. Así, la pesca como contingencia la desterré analizando las capturas, barco por barco, y su relación con el influjo tecnológico y la cultura organizativa. La paradoja del modelo que presento es que no hay una correspondencia directa entre éxito pesquero y continuidad de la flota de Orio. Dicho de otra manera, teóricamente, los patrones que más éxito pesquero y más dinero han ganado en los últimos 15 años reunirían las condiciones para liderar la continuidad de la flota pesquera. Sin embargo, y por el contrario, un análisis pormenorizado me mostró que los patrones más exitosos de Orio son quienes han desguazado los barcos.

Esta es la paradoja del efecto-patrón, dentro del cual el éxito pesquero es una condición necesaria pero no suficiente para garantizar la continuidad de la actividad y del buque. En resumen, la flota de Orio se desguazó por causas ajenas a la rentabilidad económica. Esas causas tienen un influjo sociocultural relacionado con la estructura de mando y con la cultura empresarial del segmento de bajura, cuyas consecuencias tienen parangón con lo sucedido en el comercio familiar y en las explotaciones agropecuarias familiares de Euskadi. En este sentido, las ayudas públicas gestionadas con criterio comunitario horizontal tuvieron un doble efecto; por una parte aceleraron y animaron a desguazar la flota, proporcionando recursos que se emplearon en inversiones tierra adentro y que también fueron inesperadamente jubilaciones garantizadas para una minoría. Por otra parte, las ayudas fueron un colchón que amortiguó la crisis de los recursos de los últimos años, especialmente en su relación con la estructura de la flota y la incorporación de nuevas tecnologías que implementaron la competitividad respecto de otras flotas comunitarias.

Gestión de pesquerías: extrapolando el modelo de Orio al conjunto de la flota de Euskadi.

El caso de Orio no es una excepción. El influjo del efecto-patrón en el conjunto de la flota vasca merece mayor atención. En los últimos 20 años han desaparecido casi 600 barcos de nuestras comunidades pesqueras. A modo de botones de muestra, comparables a la flota estudiada, puedo citar a Mutriku, que tenía 28 buques y hoy le queda 1; Lekeitio alcanzó 26 buques y hoy le quedan 5/6 operativos; Bermeo tuvo 74 y hoy tiene 8 del segmento de flota que aquí presento. A medio plazo, Donostia y Hondarribia son quienes sufrirán mayor declive en los próximos años. En estas comunidades de pescadores hay otras variables que han influido decisivamente, por ejemplo, en el caso de Bermeo ‘la guerra de los tostartekos’ de finales de los 80 liquidó la relación fluida entre mandos y tripulaciones competentes. Este aspecto acentuó la fuga de patrones de bajura hacia la flota atunera congeladora. La escasez de mandos incentivó el desguace de muchos barcos de esta localidad. En puertos como Mutriku y Ondarroa las cooperativas de pescadores fracasaron en la transmisión de los bienes patrimoniales, en la asignación de los mandos en los buques y en la organización de la actividad. Detrás de este declive existe un conflicto de mayor calado entre tradición y modernidad, una resistencia cultural que tiene que ver con la gestión global de los recursos. En este marco de relaciones entre pescador y entorno, hay que destacar que la Política Pesquera Comunitaria no dispone de un modelo óptimo de gestión de recursos renovables. La concepción estatalista de la gestión de las pesquerías, la concepción geo-estratégica del mar como territorio y la pesca como recurso propio han derivado en una política a corto plazo, miope con aspectos básicos de las pesquerías como la rentabilidad sostenible o la adecuación de la estructura de la flota a la explotación de los recursos.

El fracaso es más flagrante cuando gran parte de las disposiciones de la propia UE no se cumplen por parte de algunos Estados miembros. La ingeniería jurídica de la UE ha permitido camuflar la explotación de los recursos, esconder parte del potencial de la flota comunitaria y alimentar estrategias de abanderamiento, sociedades mixtas y cambio de entidades jurídicas con objetivos que transgreden una gestión óptima de los recursos pesqueros.

En este sentido, he desarrollado algunas aplicaciones informáticas cuya finalidad es que la gestión de pesquerías a medio plazo sea ‘on line’. Este tipo de gestión podría ser una realidad si se fomentara una gestión mancomunada a través de las regiones pesqueras en aquellos recursos que se comparten por su carácter migratorio o por otras condiciones de interés general. A esto habría que sumar un modelo de investigación transparente en sus medios y en sus fines. Dicho de otro modo, habría que generar un punto de inflexión respecto de la biopolítica que mantienen los Estados en relación a la gestión de los recursos pesqueros. Al hilo de este aspecto, cabe destacar que en la construcción de la Europa social, en el seno de las comisiones que mantienen un consejo científico habría que incluir el consejo técnico científico social que aportan Ciencias Humanas como la antropología y otras afines. Estas no han tenido una incidencia significativa en la PPC ni en la Construcción Europea. La aportación de este tipo de consejo científico social permitiría obtener una visión holista y sistémica de la PPC, y su influjo lograría una voz propia similar al de la biología o la economía. La carencia de un consejo técnico social evidencia las limitaciones prácticas de cuantas políticas conciernen en última instancia a comunidades con peso específico en el diseño de su futuro cultural. El caso de Orio es un estudio micro que, a modo de una caja de muñecas rusas, representa el ligamen entre política pesquera local y la concepción global de los recursos renovables. En primera instancia rebate las tesis economicistas tradicionales y supone un punto de ruptura con el principio de los comunes. En cualquier caso, es un observatorio que permite predecir una crisis, en su sentido de oportunidad y de cambio, que también está relacionada con los problemas de acceso al caladero y el conflicto entre artes y modos de pesca en el Golfo de Bizkaia. El soporte familiar de la bajura vasca permite predecir que ante cualquier conflicto o crisis de los recursos tradicionales, por ejemplo frente a otros modelos de explotación, posee una mayor resistencia y una mayor competitividad. Los modelos de cambio en ciernes, especialmente los relativos a la adopción e innovación tecnológica no harán sino reforzar el equilibrio de fuerzas en la explotación de los recursos.

Medidas de futuro como adecuar una gestión on line a escala internacional, incorporar herramientas de conocimiento de recursos, mancomunar y estandarizar los ratios de análisis, vertebrar al conjunto de las comunidades pesqueras, procurar el neolítico de la pesca a través de la acuicultura marina o innovar la flota con tecnología contrastada son aspectos que se tornan imprescindibles para cumplir en la práctica con el idearium europeo sin fragmentar ni erosionar dramáticamente los modelos culturales existentes. Observar directamente los puertos vascos, por ejemplo a Orio, me mostró los aspectos que aquí resumo, y que forman parte de las peculiaridades de las comunidades pesqueras de Euskadi. En el futuro inmediato, dilatar sine die la aplicación de medidas que permitan un mayor conocimiento y equilibrio en la explotación de los recursos no hará sino enconar y provocar puntos sin retorno en las posiciones de muchos de los agentes del sector pesquero.


Dr. Iñaki Martin Bermejo, Investigador pesquero.
Fotografías del autor.

Euskonews & Media 187.zbk (2002 / 11 / 8-15)

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