Errakel Armentia, cooperante
"En África los niños se están muriendo de hambre, con "h" y mayúsculas"
* Traducción al español del original en euskera
Ismael Diaz de Mendibil

Errakel ArmentiaTres y media de la tarde de un día cualquiera y de un mes cualquiera. Alrededor de 20 personas esperan la llegada de un vuelo en la terminal del aeropuerto de Foronda. Los pasajeros del vuelo acceden a la terminal, la mayoría de ellos son hombres y mujeres de negocios, algún que otro jubilado y un turista despistado. La nota discordante del pasaje la pone una pequeña niña. Llega asustada y sufre alguna enfermedad, porque su caminar es torpe y cansino. De esta manera, han llegado hasta Euskadi casi una treintena de niños, llegan enfermos y asustados, pero semanas más tarde, vuelven a sus hogares africanos, sanos y sonrientes. En este objetivo trabaja nuestra entrevistada. Ella, junto a decenas de vascos, componen la delegación vasca de "Tierra de hombres".

-Sitúenos, ¿qué es "Tierra de hombres"?
En 1960 se crea en Suiza Tierra de hombres a iniciativa de un periodista que fue enviado especial en la guerra de Argel. Allí ve los desastres de la guerra, niños mutilados, familias destruidas... Fue tal el impacto, que a su vuelta a Suiza, hizo un llamamiento a las autoridades suizas y a la propia sociedad para que acogieran a aquellos niños argelinos con el fin de curarlos. Suiza entera se volcó. Las instituciones empezaron a trabajar, y aquellos niños que no podían ser curados en Argelia, se les operaba y curaba en Suiza, y tras la recuperación volvían a su país, igual que ahora. Hoy en día estamos en más de 40 países, en todos los continentes, y con 100 programas diferentes, todos ellos volcados en la infancia. Tierra de hombres es una organización no gubernamental que se dedica a la infancia desamparada, sin condición de orden político, racial o confesional. En el estado español, en concreto en Madrid, comienza sus pasos en 1995, y a partir de ahí se abren las delegaciones de Valencia, Sevilla, Málaga, Rioja, Navarra y Euskadi. Aquí comenzamos en 1997. Desde un principio, cuando presentamos nuestros proyectos al Gobierno Vasco, todo fueron facilidades, con lo que la red sanitaria vasca se ha convertido en eje fundamental de nuestros proyectos. Nunca hubiera pensado que iba a ser tan fácil. Es una pena que Tierra de hombres no tenga infraestructura suficiente para trabajar en Gipuzkoa, con lo que sólo estamos implantados en Bizkaia y Araba.

-Tienen un centenar de proyectos diferentes, pero su carta de presentación es "Viaje hacia la vida". ¿En qué consiste "Viaje hacia la vida"?
Nosotros, por ejemplo, estamos en Mauritania, y allí curamos decenas de niños todos los días. En el caso de que a uno de esos niños haya que operarle, y no se pueda ni en Mauritania ni en los países limítrofes, porque no hay condiciones, se les traslada aquí. Hay que tener en cuenta que la infraestructura sanitaria en Mauritania es un desastre. Si los tenemos que trasladar, se organiza todo el operativo. ¿Cómo se hace? El delegado de Mauritania elabora un dossier médico y social. En él se reflejan los recursos económicos familiares, con quién vive el niño, si va a la escuela... La familia siempre tiene que realizar una aportación económica, la mayoría de las veces simbólica, porque no tienen nada. Todo este material se envía a Suiza, donde nuestra organización valora si el niño tiene posibilidades de curación; si no las tiene, no se le traslada.

-En caso de traslado a Euskadi, son acogidos temporalmente por una familia, que se encarga de atenderlos tanto en el hospital, como en las semanas posteriores a la operación.
Sí, pero a veces requieren una atención de 24 horas al día, con lo que la familia que le acoge tiene el apoyo de otras familias en los cuidados. Aquí me gustaría resaltar que el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco nos ha abierto sus puertas de par en par. En otras zonas del Estado, o incluso en Suiza, se trabaja con hospitales privados, y aquí, en cambio, con la red pública, y desde el primer momento. Desde 1999 en Euskadi se ha asistido a 27 niños. Somos la delegación que más operaciones tramita. Este es nuestro granito de arena, porque Tierra de hombres a lo largo de este tiempo ha curado a miles de niños. Esos niños siempre vuelven a sus hogares, algunos de ellos tras una larga recuperación, pero el seguimiento del caso es continuo, incluso cuando el niño rehace su vida con su familia.

-Con "Viaje hacia la vida" ha conocido decenas de niños con graves enfermedades, ¿cuál es el caso que más le ha impactado?
El caso de una niña de Benin. Una niña de la calle, sin respaldo familiar. Le ha costado muchísimo adaptarse a nuestra cultura, a nuestros comportamientos y normas. Una niña terriblemente cariñosa, pero que a la vuelta a su país, tiene un futuro incierto, tanto sanitariamente como socialmente. Me ha impactado también la solidaridad de las familias vascas, que se han volcado con este caso. Si esta niña no hubiese sido detectada por Tierra de hombres, ¡que hubiera sido de ella!

-¿Es el continente africano el campo principal del trabajo de "Tierra de hombres"?
En el resto de continentes los traslados no son tan numerosos, ya que las instalaciones sanitarias de, por ejemplo, Sudamérica, son mucho mejores que las de África. El problema de América Latina es más económico, porque la gente no tiene dinero para acceder a las buenas instalaciones que hay en América. Eso sí, todas son privadas, con lo que sólo acceden los ricos. Allí nuestro aporte es principalmente económico.

-En sus viajes a África, ¿qué le ha impactado más en lo positivo y en lo negativo?
Casi todo es positivo. Cuando dicen que África engancha es totalmente cierto. El africano no tiene nada y te lo da todo, pero con el corazón además. El desarrollo contamina, con lo que están menos contaminados, sin embargo, por desgracia, ellos también están en ese proceso. Se están muriendo de hambre, pero casi todos tienen televisión, aunque sea con un generador de electricidad. Nosotros hemos perdido los valores. Nuestros abuelos, por ejemplo, tenían un espíritu mucho más limpio. En dos generaciones hemos perdido instituciones como la familia, o valores tan importantes como la solidaridad. Aquí existen orfanatos, allí no. ¿Por qué? Porque no hacen falta. Allí mueren muchos más padres y madres, hay muchos más niños huérfanos, pero no hacen falta porque la familia se hace cargo de los niños.
No es la panacea, pero tienen cosas negativas. ¿Negativo? La realidad social y religiosa de determinadas culturas castiga mucho, a la sociedad en general, y a las mujeres y a los niños en particular. Pero esta situación no es generalizable, porque mira la religión católica, que castiga, atemoriza... "!Haz esto!, porque sino irás al infierno...".

-Decía que "Viaje hacia la vida" es el proyecto más conocido de "Tierra de hombres", pero que tienen otros muchos más. Destaque algún otro.
El tráfico de niños como esclavos en Benin y Togo, o la prostitución. En Benin y Togo exportan a los niños para explotarlos en diferentes puntos del planeta. Son países donde hay muchísimos niños, ya que la mitad de la población es menor de 15 años. Engañan a las familias, les prometen un sueño que consiste en escolarizarlos, darles una vida mejor, y ellos a cambio, tienen una boca menos que alimentar. Es el problema del hambre, que no tienen nada que comer. Estamos pidiendo en todos los foros internacionales que se considere el tráfico de niños como crimen contra la humanidad, pero las grandes potencias siguen mirando para otro lado. Allí tenemos centros que se llaman "centros oasis", donde acogemos a los niños.

-De cara al futuro próximo, afrontan un nuevo reto con "Niños de la calle-Dakar".
En un último viaje a Senegal, nos hemos quedado impresionados de la cantidad de niños que viven en las calles. Las cifras hablan por si solas, ya que alrededor de 100.000 niños viven en la intemperie de Dakar. Vamos a trabajar con sociólogos, educadores, asistentes sociales... senegaleses. Porque esa es otra. Nosotros, los blancos, siempre tan listos y tan guapos, pensamos que los pobres negros son tontos. Esta gente ya lleva mucho tiempo trabajando, pero le hace falta el soporte y la financiación de Tierra de hombres. Son niños que están totalmente desarraigados, que ya no tienen ni familia ni casa, o que se pasan el día robando, drogándose, trapicheando... y sólo van a casa a dormir. Son los niños del pegamento. Muchas de las familias son polígamas, con padres que no aceptan los hijos de anteriores matrimonios. En algunos puntos de Dakar hay miles de personas hacinadas, sin agua, sin luz, sin escuelas... Queremos trabajar con cada niño de manera individual, ofrecerles alternativas, hacerles fuertes. Se trata de que valoren su vida, que se valoren a si mismos. Preguntarles qué es lo que saben hacer, qué les gustaría hacer... Alejarles del pegamento, de los robos... Se localizan en los mercados, donde pueden trabajar descargando mercancías, con lo que sufren graves lesiones de espalda, pero pueden sacar unas monedas. Allí pueden robar a los clientes, o en los puestos. Andan entre las basuras. Es difícil hasta que te escuchen.

-Y los turistas ¿qué dicen de todo esto?
Hay dos Senegales, el turístico y el verdadero, y no se comunican ambas realidades. Mire, hablando de turismo, pero con otro tema: El París-Dakar. Recuerdo las barbaridades que decían los medios de comunicación occidentales sobre el robo de tres camiones en esa prueba: "!Esta gente! ¡Que gente...!". Yo alucinaba, "!pero como no podemos ver esto!". Te vas al desierto, la gente se está muriendo de hambre, y llegas tú con tus camionazos. ¿Y te cabreas porque te roban un camión? Vas una vez al año, a hacer un alarde de ostentación, de poderío... No lo puedo entender, me sublevo.
El turismo en Senegal es un ghetto, no es nada solidario, pero ellos lo quieren mantener como fuente de ingresos que es. Mientras tanto, nosotros pensamos que, sin salir del hotel, hemos conocido Senegal, porque un negro nos ha llevado las maletas.

-Después de contarnos todo esto ¿qué cuerpo se le ha quedado?
Que hay que hacer algo en serio, y que no podemos estar pensando toda la vida en el Fondo Monetario Internacional, en la Banca Mundial, en el G-8... Estamos hablando de un problema de justicia social. Debemos pensar que somos unos privilegiados por vivir aquí, además por pura suerte, sin más. Aunque sólo sea por egoísmo, por pensar que podíamos ser nosotros. Cuando nosotros hemos sufrido, hemos pedido que nos ayuden, y hemos exigido que se nos eche una mano. África sigue siendo la gran desconocida. Hablamos de cooperación y nos vamos a Sudamérica. Nadie conoce África, si no es por la inmigración, que tanto nos molesta. Al hilo de esto, el racismo me puede, es superior a mi. Yo me siento más vasca que nadie en este mundo, y tengo mis raíces, pero una cosa no quita a la otra. Los niños se están muriendo de hambre, con "h" y mayúsculas.

Errakel Armentia

Errakel, 41 años recién cumplidos, funcionaria por obligación, pero funcionaria. Mujer ligada al mundo de la solidaridad y de la infancia. Madre de dos hijas biológicas, adoptó más tarde una tercera. Como persona ligada a la solidaridad, comenzó a trabajar en una asociación de acogida de Álava, pero su vida cambió el día que recibió una llamada que se identificó como Tierra de hombres. La persona que estaba al otro lado del teléfono le requería para comenzar a trabajar desde Euskadi con esa organización no gubernamental. Desde entonces, ella y otros muchos vascos luchan por un mundo más justo.


Fotografías: Ismael Diaz de Mendibil y Errakel Armentia


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