Si
al hablar del Zinemaldia de Donostia no mencionáramos a
José Luis Tuduri, se nos olvidaría algo. Lo mismo
ocurriría a la inversa, conversar sobre la trayectoria
de este periodista sin hacer hincapié en el Festival de
Cine no tendría sentido. Y es que José Luis Tuduri
es uno de los pocos que conoció el nacimiento del certamen
cinematográfico en 1953 y que, desde entonces, no se ha
perdido ninguna edición. Este periodista, nacido en Zaragoza,
recuerda con nostalgia los festivales de la década de los
sesenta "años en los que nos visitaban los grandes
de Hollywood", y confiesa que, a pesar de sentir cierta nostalgia,
acude a gusto a los últimos festivales, "porque puedo
ver todas las películas que quiero sin preocuparme de tener
que escribir sobre ellas".
-El cine y
el periodismo le han acompañado desde muy joven, ¿Cómo
empezó a relacionarse con estas dos disciplinas? A mí siempre
me ha gustado el cine. Cuando era muy joven y todavía vivía
en Zaragoza nació el periódico "Amanecer"
y yo me ofrecí a prestar mis servicios como crítico
de cine. Me aceptaron después de un periodo de prueba y
estuve trabajando varios años para el diario "Amanecer".
Con él asistí a las primeras ediciones del Festival
Internacional de Cine de San Sebastián. Mi familia se asentó
definitivamente en Donostia y en 1961 inicié mi labor como
crítico cinematográfico en el periódico "Unidad"
de San Sebastián. Tres años después me concedieron
el Premio Nacional a la Mejor Labor Periodística, del Círculo
de Escritores Cinematográficos, por los análisis
y ensayos publicados en dicho diario.
-Pero además
de periodista, también ha trabajado en otros campos del
cine... Entre 1961 y 1966 pertenecí
a la Organización del Festival de San Sebastián
como responsable de la Sección Comercial, hoy Mercado del
Film. Asistí como enviado especial a la práctica
totalidad de los festivales y certámenes de cine que se
celebraron en España y a los de Berlín, Cannes y
Venecia y al Festival de los Tres Continentes de Nantes. También
he sido miembro de varios jurados en diversos festivales: de la
Federación Nacional de Cine Clubes (1957), del Círculo
de Escritores Cinematográficos durante varios años,
de la Crítica Internacional en el Festival Iberoamericano
de Huelva (1983 y 1984), de Radio Televisión Española
para galardonar la mejor primera obra de un director latinoamericano
(1985), o del Premio "Ciga" para nuevos realizadores
(1987). He sido miembro del Comité de Selección
en el Festival de San Sebastián en 1971 y de 1981 a 1983.
A partir de 1986 formé parte del Jurado Calificador que
concede las becas del Gobierno Vasco para estudios e investigaciones
de la Cinematografía y también he sido miembro de
la Junta de Valoración y Calificación para las subvenciones
a los proyectos de cine vasco. En 1968 empecé a trabajar
como redactor en Radio Nacional de España en San Sebastián
y pertenecí a la Junta Asesora de Cinematografía,
órgano consultivo del Gobierno Vasco para la protección
y fomento de la cinematografía en Euskadi.
-¿Nunca llegó
a estudiar la carrera de periodismo? No, nunca llegué
a estudiar periodismo, fui auxiliar de redacción y luego
acabé siendo redactor. Tengo el carné de periodista
pero nunca llegué a hacer la carrera.
-Se puede
decir entonces, que fue el cine lo que le llevó al periodismo,
y no a la inversa... Sí, es cierto,
yo he sido periodista gracias, única y exclusivamente,
al cine. Siempre me ha gustado mucho el cine como hobby y desde
muy joven he visto infinidad de películas y he acudido
a muchos festivales.
-¿Ha escrito
alguna vez sobre algo que no sea cine? Sí, es curioso,
una vez en el periódico me encargaron una crónica
sobre un partido de fútbol de la Real Sociedad, y eso que
yo jamás he sido aficionado al fútbol, también
escribí sobre unas regatas que se celebraron en Zaragoza.
-¿Qué
diferencias ve entre los periodistas de su generación y
los jóvenes de hoy en día? Cuando me jubilé
me asombraba la cantidad de gente joven que había en las
ruedas de prensa... Esto me impresiona bastante, porque los periodistas
son muy jóvenes y yo ya no conozco a nadie.
-Ha escrito
dos libros sobre el Festival de Cine de Donostia: "San Sebastián,
un Festival, una Historia 1953-1966" y "San Sebastián,
un Festival una Historia 1966-1977"... He estado en el Festival
desde el primer día en 1953 y no he faltado a ninguno.
Hoy sólo quedamos cuatro personas que hemos estado en todos
los Festivales de la historia.
-¿Cómo
fue el primer Festival de Cine de San Sebastián? ¿Cómo
lo recuerda? Fue un festival muy
de andar por casa. El festival de cine nació gracias a
un grupo de comerciantes locales que decidieron organizar algo
que diera vida a la ciudad. Se habló de muchas cosas, desde
un certamen de moda hasta unas carreras de coches. Al final alguien
propuso la idea de organizar un festival de cine parecido al de
Cannes. Aquél fue el inicio. En la primera edición
todo fueron anticipos de las distribuidoras de películas,
no había premios oficiales. La mayoría de las películas
premiadas y los galardones que se otorgaron fueron españoles.
Recuerdo que vinieron muchos artistas españoles, como María
Martín, Conrado San Martín, Julio Peña o
Alfredo Mayo, entre otros. El lunes 21 de septiembre de 1953,
fecha en la que se inauguraba la I Semana Internacional de Cine
de San Sebastián, la ciudad amaneció con buen tiempo.
Todas las localidades del Victoria Eugenia estaban prácticamente
vendidas, había un plantel de artistas que ponían
la nota popular de animación y las películas que
habían llegado podían completar gran parte de la
programación. Así, con buenas perspectivas, se inauguraba
oficialmente la I Semana. Hubo una recepción en el Ayuntamiento
con las palabras de rigor en esta clase de actos, que fueron pronunciadas
por el alcalde Juan Pagola, le contestó el secretario del
Sindicato Nacional del Espectáculo, Miguel de Echarri y
cerró el acto el Director General de Cinematografía,
Joaquín Argamasilla.
-¿Cómo
eran los festivales de la Dictadura? Recuerdo que, durante
el régimen de Franco, se le achacó a un productor
francés no traer mejores películas, a lo que él
respondió: "nosotros hemos venido aquí a lo
seguro, a que ustedes no rechacen las películas que presentamos,
porque en estos momentos ustedes viven bajo la censura más
rigurosa del mundo". Imagínese el tipo de películas
que podíamos ver en aquellos años. Sin embargo,
durante los festivales del Franquismo tuvimos la oportunidad de
contar con las visitas de figuras como Anthony Mann, Liz Taylor,
Orson Welles, Alfred Hitchcock, Federico Fellini o Kirk Douglas,
entre muchos otros.
-¿Cómo
se vivió el primer Festival de la democracia? La verdad, la muerte
de Franco no influyó tanto en la edición de 1975.
A los sesenta y siete días de iniciarse el festival del
75 se producía la muerte del dictador. Todavía a
mediados de septiembre no se percibían síntomas
claros de lo que iba a suceder el 20 de noviembre, porque continuaba
en activo. Pero su estado físico no tenía nada que
ver con la grave tensión política que se vivía
en todos los ambientes. Con el final de la dictadura llegó
también el final de la censura, y eso posibilitó
la presentación de muchas más películas.
El Festival de los años de la dictadura fue un festival
muy elitista, en el que no te dejaban entrar al teatro sin riguroso
smoking, de mucho derroche e infinidad de fiestas. Con la llegada
de la democracia el Festival se popularizó mucho más,
se empezaron a proyectar dos o tres sesiones de las películas
oficiales, cuando antes sólo se ofrecía una. Fueron
más de veinte películas las que trajeron los productores
al primer festival de la democracia, para exhibirlas en barrios
y pueblos, muchas eran estrenos... En los últimos años
de la dictadura se discutió mucho si llevar el Festival
de Donostia a otras ciudades de España, a Palma de Mallorca,
Alicante o Benalmádena. Pero José María García
Escudero nunca aceptó que se llevarán el Festival
a otro lugar. Al final se decidió dar más dinero
y mantener el Festival, esto ocurriría en la década
de los 60 o 70. Y la democracia llegó casi sin enterarnos
apenas, empezaron a llegar más gente y películas,
si cabe, más polémicas, pero no fue para tanto.
-¿Hay alguna
edición del Festival que por alguna razón recuerde
más que otras? Son cincuenta años,
y cincuenta festivales. Tengo infinidad de anécdotas entre
mis recuerdos. Conocí, entre muchos otros, a Arthur Penn.
Entonces yo estaba en la sección comercial y el vino a
presentar una película con una actriz muda como protagonista
y quería ver el resultado de los diálogos en español.
Yo le acompañé al Cine Rex de entonces, que ahora
no existe, para que viera la copia. Tuve la oportunidad de conversar
con él largo rato, a través de un intérprete,
porque yo no sé inglés. También tuve ocasión
de conocer al director argentino Leopoldo Tornes, y, por supuesto,
he entrevistado a muchos cineastas famosos como Fellini o Hitchcock,
entre otros.
-En
comparación con otros festivales, ¿Qué le falta
al de Donostia? Al de San Sebastián
le falta más popularidad internacional, creo que está
muy poco reconocido. Le falta producción internacional,
por mucho que vengan muchos artistas grandes, pero sobretodo mayor
difusión internacional, no vienen demasiados periodistas
extranjeros.
-Guardará
en su memoria infinidad de historias y anécdotas... Sí, muchas.
Ahora ya no se organizan fiestas como las de antes. Antes se celebraban
unas fiestas terribles en cuanto a gente y animación...
Recuerdo una fiesta que organizaron los griegos en el Tenis de
Ondarreta, en la que se terminaron rompiendo un montón
de platos para bailar el Sirtaki, fue en 1966. Otra vez, unos
cineastas mexicanos trajeron mucho tequila y me acuerdo que había
que tomarlo con limón y sal. En aquellos tiempos se organizaban
grandes mariscadas en la Sociedad Gaztelubide... Recuerdo que
el menú de las cenas que se ofrecían en el María
Cristina era pollo y langosta, conservo fotos de cenas en el Hotel
en las que se ve que todos nos estamos corriendo unas juergas
terribles. En algunas cosas el Festival de antes, quitando la
censura y las restricciones que vivíamos, era mucho mejor
que el de ahora, porque venía mucha más gente. Ahora
no es lo mismo. Nos visitaron, entre otros, Liz Taylor, Cantiflas,
Alfred Hitchcock y Orson Welles, a quien también entrevisté.
Recuerdo muy bien cuando vino Welles, fue una de las personas
que más gente logró convocar, de hecho la rueda
de prensa oficial no se hizo en el saloncito acostumbrado del
Victoria Eugenia, se hizo en el Hall Grande, y ya había
gente una o dos horas antes de que empezara la convocatoria. Buñuel
y Orson Welles han sido los cineastas que mayor atención
han acaparado en la historia del Festival. Recuerdo cómo
subió las escalinatas del Victoria Eugenia Orson Welles
acompañado de Fernando Rey, cómo saludaron... Fue
muy emotivo.
-La
49 edición del Festival, después del 11 de setiembre,
se caracterizó por la falta de estrellas de Hollywood.
En un festival que tiene que primar, ¿las películas de
calidad o el glamour de las estrellas?
Para
el público que no puede ir a ver todas las películas
puede que el glamour; pero para los especialistas y cinéfilos,
las películas de calidad, sin ninguna duda. El Festival
hoy en día tiene muy pocas críticas, a nivel local,
nacional e internacional... A mi juicio las sesiones retrospectivas
se diluyen, hay sesiones retrospectivas en las que sólo
han estado dos espectadores. Hay cinco retrospectivas y eso es
demasiado; en la época de Franco había mucha censura,
pero se hacía una única retrospectiva, con un único
director y se hacía un libro...
-¿Cómo
recuerda este último Festival? Me siento muy tranquilo,
soy un invitado más, veo muchas películas sin preocuparme
de qué escribir sobre ellas, con mucha mayor comodidad.
Claro que, siento nostalgia porque antes vivía el Festival
desde dentro, desde sus tripas.
-¿Qué
tiene de bueno el Zinemaldia que no tengan otros certámenes? Tiene particularidad,
una seña de identidad propia, y la selección de
películas es buena. Quizá me parece excesivo que
haya dos o tres Premios Donostia, en mi opinión debería
de haber un único premio, el grande.
José
Luis Tuduri
Periodista.
De padre vasco y madre aragonesa, nacido en
Zaragoza. Conoce el Festival de Cine de San
Sebastián desde su primera edición
en 1953. Comenzó escribiendo para el
diario "Amanecer" de Zaragoza, en
"Unidad" de Donostia e informó
también en "Radio Nacional".
Desde 1961 al 1966 fue responsable de la sección
comercial del Festival de San Sebastián.
Premio Nacional a la Mejor Labor Periodística
del Círculo de Escritores Cinematográficos
(1964), por los análisis de "Unidad".
Miembro de varios jurados en el Festival de
San Sebastián. Ha formado parte del Comité
de Selección del mismo festival durante
5 años. Ha participado en órganos
consultivos del Gobierno Vasco para la protección
y fomento de la cinematografía en Euskadi.
En 1990 fue integrante del Comité de
Dirección del Festival donostiarra y
designado miembro del Consejo de Administración
de "Euskal Media". Ha publicado dos
libros que recogen la historia del festival:
"San Sebastián, un Festival, una
Historia 1953-1966" y "San Sebastián,
un Festival una Historia 1966-1977". |
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Fotografías:
Usoa
Otaño Unzurrunzaga
-
Euskonews & Media 180.zbk
(2002 / 9 / 20-27)
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