¿Quién
podría decir que Joxe Azurmendi, Txomin Peillen o Pedro
Miguel Etxenike no forman parte de la Comunidad Científico-Intelectual
Euskaldún (en adelante, CCIE) actual? ¿Qué les confiere
la consideración de intelectuales? ¿Qué los convierte
en científicos vascos? En el fondo les une el desarrollar
su producción cultural (o, al menos, parte de ella), en
euskera.
Eso, en lo que a los
intelectuales vascos se refiere. Internet, por su parte, es sin
duda el reto tecnológico más importante de los últimos
años, cuya relevancia ha llevado a las entidades públicas,
sociedades y similares a invertir buena parte de sus esfuerzos
en estar presentes en internet y en euskera. Es el caso de las
páginas web de las asociaciones del euskera, que en muchos
casos ofrecen sus revistas on-line (por ejemplo, Eta
Kitto!); o
de las entidades culturales vascas
(Kontseilua,
AEK,
HABE,...);
así como de las muchas instituciones y sociedades científicas,
de las que destacan,
Jakingunea,
Elhuyar
Kultur Elkartea, Euskaltzaindia,
Aranzadi
Zientzi Elkartea, Eusko
Ikaskuntza etcétera,
sin olvidarnos de las páginas web de las universidades:
UPV/EHU,
MU,
Deustuko
Unibertsitatea, UEU,...
Todas estas instituciones
o sociedades científicas cuentan con páginas web
en euskera. Jakingunea,
por ejemplo, ofrece varios números de la revista Jakin,
así como la base de datos del catálogo de los libros
en euskera del siglo XX. Las páginas web más habituales
son las de Eusko
Ikaskuntza y Euskaltzaindia,
dos instituciones que han realizado sendos esfuerzos para poner
on-line las bases de datos de libros y documentos. De todos modos,
a pesar de que Eusko
Ikaskuntza dispone de importantes
bases de datos en la red, la que está íntegramente
en euskera es la de la Biblioteca
Azkue de Euskaltzaindia-Real
Academia de la Lengua Vasca.
Lo que queremos señalar
con todo esto es que las entidades científicas vascas están
presentes en internet. En cualquier caso son páginas web
particulares, en las que cada uno expone sus productos, sin llegar
a compartir ningún proyecto
común. Y es que una de
las principales características de las páginas web
científico-culturales en euskera es precisamente la dispersión,
hecho nada sorprendente, por otra parte, teniendo en cuenta que
la CCIE se encuentra exactamente en la misma situación.
Son muchos los euskaldunes
que cuentan con una cualificación universitaria. Los/as
profesores/as de universidad, de enseñanza secundaria o
profesionales cualificados/as, que realizan su trabajo de manera
regular o esporádica en euskera, se encuentran diseminados
en universidades, centros de enseñanza superior, la administraciones
públicas, empresas privadas, despachos de abogados, hospitales,
etc. El conocimiento y comunicación entre estos profesionales
cualificados es prácticamente inexistente, y su situación
queda lejos de poder considerarse normalizada. Tan sólo
existen algunas vías informales de comunicación
y redes sociales.
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Los intelectuales
vascos del siglo XIX crearon sólidas redes sociales.
Intercambiaban sus impresiones mediante cartas y coloquios. |
Para superar esta situación
de dispersión y desconexión entre los expertos de
cada área del conocimiento, internet ofrece un par de posibilidades:
las listas de distribución e Inguma.
Las primeras permiten establecer una comunicación directa
entre quienes se dan de alta en ellas, y resultan muy prácticas
para mantener en contacto a las personas interesadas en una misma
materia. En euskera tenemos las listas de Uztargi
y Joana
Albret Bibliotekonomia Mintegia
en torno a la actividad cultural vasca y la biblioteca. En el
caso de las listas, sin embargo, la comunicación se ciñe
a un determinado tema, y no todas las materias disponen de una
lista de distribución en euskera. No obstante en internet
existe una herramienta diseñada específicamente
para dar con cualquier experto o encontrar información
sobre cualquier tema: Inguma.
Inguma
es la base de datos de la Comunidad Científico-Intelectual
Euskaldún que UEU ha creado bajo el patrocinio de la Diputación
Foral de Bizkaia, y que recoge la información básica
acerca de cuanto se ha producido de forma oral y escrita en euskera
durante los últimos 30 años en todas y cada una
de las ramas del saber científico universitario. La base
de datos de Inguma
es un proyecto que pretende recopilar la totalidad de los productos
y autores de la CCIE, ofrecer una información básica,
y unificar la hoy por hoy dispersa CCIE. Por ello, junto con el
nombre y apellidos del autor consta su dirección de correo
electrónico, con el objeto de favorecer el conocimiento
y comunicación entre los miembros de la comunidad.
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La
base de datos de Inguma
recoge información sobre la Comunidad Científica
Euskaldún y desea potenciar a través del correo
electrónico la comunicación y el mutuo conocimiento
de los miembros que forman la comunidad. |
El criterio que se
ha seguido a la hora de introducir la ficha de una persona en
la base de datos de Inguma
es su producción cultural o profesional, que debe ser de
rango universitario y estar producida en euskera. En ella se recogen
los libros, artículos, reseñas y capítulos
redactados originariamente en euskera a partir de 1968, año
en que se aprobaron las normas ortográfico-gramaticales
básicas del euskera batua, así como las producciones
orales (conferencias, cursos y clases), que versan sobre alguna
de las ramas del saber universitario. Los productos se han clasificado
por medio de dos sistemas de catalogación de muy distinto
carácter: por una parte, siguiendo el sistema de la Clasificación
Decimal Universal (CDU), creado por Melvil Dewey en 1876 –puesto
que se trata del sistema más extendido en el mundo entero-,
y por otra parte, asignando palabras clave de una lista cerrada
de entradas temáticas. La catalogación sistemática
permite conocer al detalle los pormenores de la producción
científica vasca, es decir, las disciplinas académicas
más comunes y las menos estudiadas, las personas que trabajan
en cada uno de los campos del saber, etcétera.
De este modo, en estos
dos últimos años se han registrado uno por uno 4530
autores que forman parte de la CCIE. Para ello ha sido necesario
catalogar cerca de 15.000 documentos. Asimismo se ha realizado
el vaciado sistemático de sesenta y nueve revistas, trece
editoriales y la actividad de varias instituciones. A partir de
estos datos se pueden extraer varias conclusiones provisionales:
para empezar, la CCIE parte de una base muy extensa pero débil,
al ser 3.000 los miembros que cuentan con un producto, o dos a
lo sumo. Frente a esto, hay un reducido pero activo grupo formado
por unas 230 personas que cuentan con más de 16 productos.
Entre estos dos extremos, es decir, entre aquéllos que
cuentan con más de 3 productos pero menos de 16, hay 1.300
autores. En cualquier caso, estos datos no dejan de ser provisionales,
dado que la base de datos de Inguma
está todavía en construcción. Este año,
en cuanto se introduzcan las asignaturas y los profesores que
imparten sus clases en euskera en las universidades del País
Vasco se confirmarán o modificarán estas primeras
hipótesis sobre las cifras y la actividad de la CCIE.
Resumiendo, Inguma
es la base de datos de la Comunidad Científica Euskaldún
de acceso directo, público y gratuito que cuenta con un
dominio propio en internet (www.inguma.org).
Además de ofrecer la posibilidad de realizar consultas
rápidas y fáciles, es una herramienta pionera en
el estudio de los científicos e intelectuales que forman
parte de la comunidad lingüística vasca. Pero Inguma
no es sólo una base de datos es también un proyecto
que pretende poner fin a la actual dispersión de la CCIE
y superar los límites que entorpecen el desarrollo de la
cultura y lengua vascas, para lo cual, y con el objeto de favorecer
el conocimiento y la comunicación entre sus miembros, propone
el uso del correo electrónico.
Karmele Artetxe
Sánchez, responsable de documentación de Inguma
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