En
contra de lo que pudiera parecer una embarcación tradicional
no es un mero objeto inerte. Seria mas adecuado considerarla como
el vivo reflejo de las raíces socio-culturales de la comunidad
que la creo. Sus características son la plasmación
de un cúmulo de factores que van desde el tipo de pesca
que practicaba hasta la meteorología imperante en sus aguas,
pasando por las especies que capturaba o los árboles que
poblaban sus bosques. Es sin lugar a dudas el fruto de la evolución
y adaptación de un pueblo a su entorno.
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Bateles tradicionales. (Autor
desconocido) |
A diferencia de otras
latitudes, en las que han preservado y valorado su patrimonio
marítimo, en la costa vasca la modernización y la
apuesta por las nuevas tecnologías se ha llevado a cabo,
en la mayoría de los casos, de forma drástica y
sin el mas mínimo interés por la conservación
del patrimonio. Los círculos culturales de nuestro país
tampoco han contribuido a mejorar esta situación. La importante
tradición marítima del País Vasco apenas
se ha traslucido en algunos trabajos de investigación,
siendo reflejada en demasiadas ocasiones con una visión
tópica y superficial.
La temprana irrupción
de los propulsores mecánicos, a principios del s.XX, provocó
la casi inmediata desaparición de las lanchas a vela y
la transformación de su entorno. Esto añadido a
lo mencionado anteriormente y a la arraigada costumbre de nuestros
arrantzales por deshacerse de todo aquello considerado como obsoleto
ha dado lugar a una realidad descorazonadora. Hoy en día
es prácticamente una utopía hablar de "recuperación"
de embarcaciones tradicionales.
Los objetivos
del proyecto La idea persigue tres grandes
objetivos:
- Una amplia y exhaustiva
investigación de campo sobre alguno de los tipos de pesca
practicados por los pescadores vascos entre finales del s.XIX
y principios del sXX, justo antes de la introducción del
vapor y el motor.
- Recuperación y/o
construcción y aparejamiento de una embarcación
emblemática.
- Reivindicar,
en la sociedad del ocio y la tecnología, un espacio para
esa "otra manera de navegar" entroncada en la tradición,
menos competitiva y más armoniosa con la naturaleza y
el medio ambiente.
La investigación
no se centrará exclusivamente en la propia embarcación
sino que abarcará campos más amplios como la carpintería
de ribera, la velería, cabullería, técnicas
y sistemas de pesca, modos de vida, etc. Además el estudio
etnográfico será llevado hasta las ultimas consecuencias
ya que pretendemos obtener la documentación necesaria para
construir un bote totalmente operativo, tal y como lo eran a principios
del siglo XX, y no meras descripciones etnográficas. Evidentemente
no es lo mismo describir una vela o la ropa de agua de un arrantzale
que obtener todos los datos necesarios para llevar a cabo su elaboración.
Por todo ello la tarea deberá ser lo más exhaustiva
y detallada posible puesto que en base a la misma se recuperaran
o reconstruirán las distintas piezas, elementos o actividades.
En definitiva se trata de crear un referente y un guía
para futuros proyectos por lo que debe realizarse con la máxima
exactitud y ortodoxia.
El "objeto"
de la investigación Optamos por el estudio
de la pesca costera, a través de su máxima representación
el batel, principalmente por ser esta, dentro de la pesca artesanal,
la más tradicional de cuantas han practicado nuestros arrantzales.

Dadas sus características
y su carácter localista, la evolución y continua
transformación que ha sufrido el mundo de la pesca, ha
tenido un reflejo muy atenuado en este tipo de pesca. Así
incluso hoy en día es practicada, en algunos casos, mediante
artes, sistemas y técnicas semejantes a las empleadas en
el siglo pasado.
Por otro lado el
vehículo de la pesca costera, el batel (de ahí la
denominación de Bateleruek – Bateleros
a sus practicantes) fue en su día el utilitario del Cantábrico
siendo un modelo de embarcación muy popular y extendido.
Se calcula que en 1890 existían en nuestra costa mas de
500 unidades, de las cuales en la actualidad, como ya hemos mencionado,
no se conserva prácticamente ninguna.
A principios del
año 2000 el Museo Naval – Untzi Museoa de San Sebastián
convocó una reunión de especialistas en pesca y
embarcaciones tradicionales al objeto de dinamizar la recuperación
de nuestro patrimonio. Tras barajar diversas posibilidades todas
las conclusiones finales giraron entorno a la recuperación
del batel como revitalizador de las tradiciones náuticas
de nuestro país. Embarcaciones similares han tenido un
existo considerable en Europa o Estados Unidos, su operatividad,
fácil maniobra, ambivalencia vela-remo e incluso su sencillo
mantenimiento podrían convertirse en una actividad de ocio
alternativo.
Los criterios
básicos En el ámbito de
la recuperación de patrimonio existen diversas líneas
de actuación, bien diferenciadas, que van desde la más
estricta ortodoxia, que defienden el construir o restaurar un
objeto tal y como fue construido originalmente, a la tendencia
contemporanizadora que pretende conservar las formas actualizando
los materiales y/o los medios.
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Batel tradicional
recuperado. Foto: Ramon Basaldua |
Por nuestra parte
consideramos que la recuperación de una embarcación
emblemática, como es el caso, requiere que actuemos con
la máxima fidelidad. Abogamos claramente por la aplicación
de conocimientos basados en una investigación escrupulosa
(de ahí su importancia) y nos manifestamos en contra de
la reinterpretación del pasado.
Posteriormente y
una vez dispongamos de un referente, cada proyecto podra decidir
sobre una aplicación integral o la adaptación a
la medida de los deseos o medios de cada cual. Pero ya en ningún
caso con la justificación del desconocimiento o la falta
de información.
El proyecto Definidos y razonados los
objetivos y objetos de nuestra investigación llegó
el momento de llevar a cabo el proyecto. Si dadas las circunstancias
el reunir la información necesaria se presentaba ya como
algo complejo ¿qué seria el llevarla a la practica?
Desde el primer momento
fuimos conscientes de que para llevar a cabo un proyecto de estas
características deberíamos afrontar un sin numero
de dificultades. Sin embargo el tiempo nos ha hecho ver que la
realidad esta siendo aun más complicada de lo que nos habíamos
imaginado.
- En primer lugar
la búsqueda de informantes, de por sí un tanto
laboriosa, lo fue más aun a la hora de encontrar arrantzales
que hubieran navegado a vela y pudieran recordarla con detalle,
tal y como nos sucedió también con otros artesanos;
veleros, cordeleros, etc.
- Como ya suponíamos
la búsqueda de embarcaciones de la época, susceptibles
de estudio o recuperación, resulto infructuosa, mas bien
fue que una tarea poco menos que imposible, al igual que sucedió
con el aparejo y el equipamiento, excepción hecha de
los remos.
A estas dificultades
tuvimos que sumar las de carácter técnico. Una vez
constatada la inexistencia de diversas piezas importantes había
que acometer su fabricación. Tendríamos que hacer
replicas de una gran cantidad de piezas, desde la propia embarcación
hasta la cabulleria, pasando por las velas, etc.
- A priori la madera
no presentaba demasiados problemas, aunque sí su calidad.
El algodón para las velas y algunas ropas era ya otra
cuestión puesto que apenas se elaboraba ya en la península,
situación que se repitió con el cáñamo
para la cabulleria o el hierro dulce de los herrajes
- Afortunadamente
los artesanos que trabajaban estos materiales gozan de una mejor
salud. Contábamos con varios carpinteros de ribera en
activo y localizamos, no sin dificultad, diversos profesionales,
que si bien hoy en día no practican este tipo de actividades
podrían volver a hacerlo con sus conocimientos y nuestro
apoyo técnico.
Así obteníamos
los medios imprescindibles para iniciar la navegación luego
vendrían los complementos; el aprendizaje de las maniobras,
la vestimenta, el calzado o la ropa de agua y relacionados directamente
con ellos arrantzales; costureras, zapateros, etc., en fin un
trabajo extenuante pero a la vez muy gratificante
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Construcción
de un batel de cuaderna cocida. Foto: Juan A. Apraiz |
Por ultimo, o más
bien tendríamos que decir penúltimo dadas las circunstancias,
el complejo mundo de la administración que, como no, tiene
mucho que "aportar" a la recuperación.
Debido a sus propias
características, tamaño, uso, etc muchas pequeñas
embarcaciones tradicionales no se inscribían en las ayudantias
o capitanías y en caso de hacerlo, sus transacciones o
compraventas apenas se registraban siendo habitualmente tratos
verbales. Actualmente las autoridades están aplicando la
ley de manera estricta por lo que legalizar este tipo de actuaciones
resulta prácticamente imposible de forma que se procede
a paralizar las embarcaciones. Por el momento no se ofrece ningún
tipo de alternativa, siendo patente la falta de sensibilidad que
por otro lado también es constatable en la concesión
de atraques, fondeos, etc..
La obtención
de certificados se convierte en otro calvario, la normativa de
carácter general se aplica a todo tipo de embarcaciones
sin tener en cuenta las peculiaridades de la construcción
tradicional como tampoco las tienen las casas aseguradoras. La
discriminación con otros tipos de recuperación es
evidente y como ejemplo elocuente ahí están los
vehículos clásicos a motor que además de
seguros especiales cuentan con similares condiciones en las inspecciones
ITV, permisos de circulación, etc.
Sin embargo y a pesar
de las dificultades continuamos trabajando para que el cariño
por el patrimonio y esa "otra forma de navegar" cale
hondo entre nosotros tal y como lo ha hecho ya en otras latitudes.
En definitiva el
proyecto tiene como fin investigar, recuperar y
difundir nuestra "memoria marítima" para
que este legado de nuestros antepasados pueda ser conocido,
estimado y disfrutado por nuestra generación y trasmitido
a las venideras. |