Como
parte de nuestro trabajo de investigación sobre la ruta
juradera (camino de Santiago litoral), hemos emprendido el análisis
de su trazado inicial, esto es, del tramo de partida desde Bilbao,
que es el que ha pervivido, aunque en su trascurso hacia la falda
del monte Artxanda se han perdido algunos de los tramos más
significativos, fruto de la continua urbanización que se
verificó en la anteiglesia de Begoña en la segunda
mitad del siglo XX.
El camino viejo partía
en la Villa de don Diego desde la catedral de Santiago, saliendo
por el Portal de Zamudio y la calle Real hasta la actual plaza
de Unamuno en donde tomaba la dirección de Begoña
ascendiendo a través de las calzadas de Mallona y bordeando
el convento de la Cruz. Esta parte del trazado, delineada en 1745,
es la que mejor se conserva.
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Vista de las escaleras de Mallona
desde el Cementerio de Mallona |
Una vez llegado arriba,
en el barrio de la Cruz, tras dejar a la izquierda el pórtico
de entrada del antiguo cementerio de Mallona, el camino continuaba
por la estrada del Polvorín, perdiéndose su traza
en la zona del parque Etxebarria fruto de la intensa actividad
urbanística de la zona en la segunda mitad del siglo XX.
Los datos arrojados
por la documentación, la prospección y por la cartografía
antigua, sugieren que el trazado continuaba por el barrio de Zurbarán
atravesando la avenida de Zumalacárregui por las inmediaciones
del grupo Begoñalde, para ascender hacia el alto de Santo
Domingo rumbo al monte Abril y hacia Zamudio y Gernika.
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Grupo Begoñalde
y Barrio de Zurbarán, vistos desde el parque Etxebarria. |
También hemos
emprendido el estudio de las relaciones del mismo con otros caminos
de entrada a Bilbao como fueron el camino Real a Bermeo y los
caminos vecinales de la anteiglesia de Begoña.
En el área
de Begoña existieron otros caminos, vecinales o reales,
que fueron cobrando preponderancia a lo largo del siglo XIX, en
especial el camino Real a Bermeo, que será la ruta que
prevalecerá con el tiempo.
En esa época
el mantenimiento del camino viejo era impulsado tan sólo
a instancias de los vecinos de las zonas más próximas
a Bilbao, como Zamudio y Lezama, que lo utilizaban no sólo
por su inmediatez sino por la ausencia de peajes en su recorrido.
Estos portazgos en
cambio sí gravaban la entrada de mercancías en Bilbao
a través del camino Real, provocando encendidas quejas
de los usuarios del camino viejo, ya que para bajar a Begoña
éste debía atravesar el camino Real en la zona de
uno de los portazgos, provocando pleitos que incluso causaron
temporalmente el bloqueo del camino viejo.
Este, y otros factores
de índole socio-económica, fueron desbancando paulatinamente
al camino viejo a Gernika, que fue decayendo en su uso y abandonándose
su cuidado; y cuando nos encontremos ante las descripciones de
viajes a lo largo de Bizkaia por parte de viajeros procedentes
de otras regiones o países, será un camino ignorado,
a favor de su competidor inmediato, el camino Real a Bermeo.
Paulatinamente irá
cayendo en el olvido, salvo para algunos pueblos como Lezama y
Zamudio quienes continuarán usándolo para el comercio
local con Bilbao hasta bien entrado el siglo XX.
Mª Jesús
Fernández Fonseca, historiadora |