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Desarrollo del sector primario
Martín Uriarte Zugazabeitia

Resulta obvio que al igual que el resto de la sociedad, todos los sectores que forman su actividad económica y, en concreto el sector primario, han evolucionado de forma significativa en las últimas décadas y más concretamente, gracias a los últimos avances tecnológicos y científicos en los últimos años del anterior siglo y milenio.

Este camino hacia el desarrollo del sector primario se ha visto facilitado gracias al esfuerzo realizado en los últimos años por todas aquellas entidades que bien directa o indirectamente se han implicado en la realización de servicios al medio rural (administraciones autonómicas, forales, locales, centros de gestión, asociaciones de productores, cooperativas de servicios , suministros, cámaras y sindicatos agrarios) dando lugar a un sector primario vasco más estructurado, más profesional , mejor formado y preparado para encarar los retos exigidos.

Partimos, como soporte para la instalación de este sector, de un territorio sumamente abrupto con carácter de región de montaña. Definido así, más por sus elevadas pendientes que por la importancia de sus altitudes.

Así mismo, el clima es otro factor variable dentro del territorio siendo la vertiente cantábrica de pluviometría abundante y temperaturas suaves; incrementándose el riesgo de helada invernal y disminuyendo las precipitaciones en cuanto nos adentramos hacia el interior.

Detalle aplicación nuevas tecnologías para favorecer el manejo de la explotación. Ej. Maquinaria ensilado.

Bajo este marco se instala el sector primario vasco que, aunque en relación con otros sectores de actividad aporta en la actualidad tan solo el 1,7 % en términos de P.I.B. (Producto Interior Bruto) y da trabajo, hoy en día, a aproximadamente un 3,5 % del total de empleados de nuestra sociedad; abarca por el contrario, más del 90 % de los 7.300 Km2 sobre los que se extiende la Comunidad Autónoma Vasca.

Aunque, si bien es cierto que la asunción de la importancia estratégica de este sector como garante del patrimonio natural, paisajístico y cultural es aún una asignatura pendiente de nuestra sociedad; hoy en día, se encuentran reconocidas, a nivel institucional, tres grandes funciones para el espacio rural, amparadas por el concepto de multifuncionalidad: su FUNCIÓN ECONÓMICA (aprovisionamiento de materias primas, soporte para la instalación de nuevos emprendedores agrarios, industriales comerciales, servicios, etc...); su FUNCIÓN SOCIO-CULTURAL (interrelación con las zonas urbanas) y su FUNCIÓN ECOLÓGICA (explotación de los espacios naturales existentes).

Los tres principales subsectores que conforman la producción final agraria en la C.A.P.V. son el subsector agrícola que ostenta el 39,4 % de la Producción Final Agraria (P.F.A.), el subsector ganadero con el 37,9 % y el forestal con el 19,4 %, finalizando con el 3,3 % otras producciones.

En cuanto al SUBSECTOR FORESTAL, que obtiene el 19,4% de la P.F.A. y ocupa prácticamente el 53,3 % de la superficie de la C.A.P.V., el 55,5% de este porcentaje se destina a Coníferas (Pinus Insignis 76 %), el 41,6 % a Frondosas y el resto a bosque mixto; siendo los territorios de Gipuzkoa y Bizkaia las más desarrolladas en este sentido.

La principal evolución que se ha producido en este subsector es la adopción de los criterios de gestión sostenible de este recurso forestal, evaluando los aspectos ecológicos, económicos y sociales a los que el sector forestal contribuye de manera positiva.

En cuanto al SUBSECTOR AGRICOLA, este obtiene el 39,4 % de la P.F.A. y viene ocupando junto con las actividades ganaderas el 28,6 % del suelo de la C.A.P.V.; siendo el territorio de Alava con mayor superficie agraria útil donde dicha actividad está más desarrollada; siendo por orden y criterio económico el vino y sus subproductos, así como los cereales y tubérculos (patata y remolacha) los principales productos explotados. A este respecto comentar cómo la tendencia de los últimos años ha ido dirigida a una modernización del parque de maquinaria buscando una mayor adecuación a la dimensión óptima de las explotaciones, en este aspecto, favorecida por la compra y utilización en común de las máquinas. En general, las explotaciones incrementan su dimensión física mientras mantienen la dedicación del personal activo.

Se incrementa la producción total no sólo debida a la mayor dimensión de las explotaciones, sino también por la mejora en las productividades y en algunos precios, debido a la calidad conseguida.

En cuanto a HORTICULTURA INTENSIVA bajo invernadero, el desarrollo de este tipo de actividad se ha producido principalmente en Bizkaia y Gipuzkoa, existiendo en la actualidad unas 130 Has. cubiertas entre los tres territorios históricos.

Detalle de innovaciones tecnológicas en horticultura.
Ej. Cultivo de tomate en hidropónico.

Hasta los años 70 el sector hortícola consistía en las tradicionales huertas al aire libre alrededor de los caseríos vendiendo los productos obtenidos en los mercados locales.

Para los 80 se instalan los primeros invernaderos de plástico, con el consiguiente incremento productivo y rentabilidad. Se produce un rápido crecimiento de la superficie cubierta, que se acelera debido a la crisis industrial con el trasvase de personas del sector industrial al sector hortícola. Este incremento provoca la creación de estructuras de producción y comercialización conjuntas que han prevalecido hasta hoy. Las orientaciones productivas más representativas eran los cultivos de lechugas, tomates, pimientos, vainas, acelgas, etc...

En los años 90, tras los avances tecnológicos conseguidos, se inician novedosos sistemas de producción como los cultivos sin suelo (Hidroponía), instalándose invernaderos de cristal automatizados y produciéndose una diversificación productiva entre horticultura de consumo y planta ornamental. En dicha época el sector entra en crisis, iniciando para su resolución, políticas de diferenciación de productos, distintivos de calidad agroalimentaria; así como búsqueda de nuevas estrategias de comercialización, adecuación y modernización de las instalaciones y estructuras productivas.

Todo ello provoca que en la actualidad, fruto de dicha reconversión y adaptación tecnológica positiva, se disponga de un sector hortícola profesional y especializado con unas estructuras y técnicas de cultivo muy desarrolladas, encaminadas a la mejora de la calidad del producto, de los aspectos comerciales, organolépticos y medios ambientales, mediante una gestión integrada de la explotación (lucha biológica, etc... ).

Detalle aplicación de lucha biológica para el control de plagas y enfermedades.

En cuanto al SUBSECTOR FRUTÍCOLA contamos en la actualidad con unas 350 Has. de frutales en toda la C.A.P.V., de las cuales son unas 60 Has. de Kiwi, unas 30 Has. de Pera Conferencia, junto con unas 250 Has. de manzana de sidra y Huertos frutales varios.

El desarrollo en esta actividad surge a mediados de los 80 hasta la fecha, a excepción de la manzana de sidra con gran desarrollo anterior en Gipuzkoa, el sector se basa en algunas pequeñas plantaciones para autoconsumo y mercados locales. Ahora bien, es a partir de los 90 cuando se desarrollan proyectos como la Pera Conferencia y el Kiwi, propugnándose la fruticultura de las regiones productivas más avanzadas y afines a nuestras condiciones, esto es, variedades centroeuropeas obtenidas por medio de técnicas de producción integradas (PI), utilizando las variedades menos sensibles a plagas y enfermedades.

En cuanto al SUBSECTOR VITIVINÍCOLA contamos en la actualidad con unas 287 Has. registrados entre la Denominación Getariako Txakolina (147 Ha.) y Bizkaiko Txakolina (140 Ha.), siendo las variedades H. Zuri, H. Beltza y Folle Blanche las mayoritarias.

Al igual que en los subsectores anteriores, el desarrollo se produce en los años 80, siendo la década de los 90 donde se producen con las Denominaciones la mejora sustancial de los txakolís, con gran aceptación del mercado y de los consumidores. Se incrementan las superficies plantadas y la instalación de pequeñas bodegas (Bizkaia) así como una renovación de las ya existentes. Se tiende cada vez más a una profesionalización del sector.

Es de destacar el cada vez más incipiente y creciente número de productores agrarios que se inician en proyectos siguiendo técnicas y prácticas ecológicas.

El SUBSECTOR GANADERO que obtiene el 37,9 % de la P.F.A., ante un censo prácticamente estable durante la última década, se ha visto inmerso en una profunda reestructuración, en la cual las explotaciones familiares principalmente lecheras, que han alternado la actividad ganadera con alguna otra actividad, están dando paso a explotaciones mejor dimensionadas, más profesionales y preparadas para el futuro, en el que la rentabilidad de las explotaciones y la apuesta clara por la producción de materias primas de calidad van a ser los ejes en torno a los que van a girar estas actividades.

En las explotaciones lecheras, los distintos planes de abandono han permitido que pequeñas explotaciones familiares con un futuro comprometido hayan sustituido la producción láctea por otra actividad agraria (principalmente vacuno de carne) y hayan cedido su cuota a otras explotaciones mejor dimensionadas, dando paso a una generación de nuevos ganaderos más profesionales, mejor formados y con unas estructuras e instalaciones más acordes a las necesidades de competitividad y calidad exigidas hoy en día. Se ha producido por tanto, una concentración de la cabaña ganadera lechera, y por tanto de su producción, en explotaciones que siguen modelos de gestión dirigidos a obtener la máxima rentabilidad, siempre bajo prácticas agrarias acordes con el mantenimiento del medio ambiente.

Detalle aplicación nuevas tecnologías en ganadería. Ej. Sala de Ordeño en vacuno leche.

Para ello se han aplicado innovaciones tecnológicas que han favorecido el sistema de manejo, la mejora genética de los animales, la calidad de vida de los profesionales; consiguiendo duplicar la media de producción lechera anual de 4000 Kg./año a 8000 Kg./año por vaca con la misma base de terreno e incluso mejorando ostensiblemente la calidad de la misma.

Por otra parte, el sector de la producción de carne se halla inmerso en plena expansión, en la cual las políticas desarrolladas en materia de producción de carne (amparada en marcas de calidad, así como el desarrollo de la mejora genética y sanitaria para la producción de productos con un valor añadido para su comercialización como ganado reproductor) han abierto a este subsector un amplio e interesante campo de desarrollo, cuyos retos futuros pasarán por la creación de estructuras de comercialización tanto para la producción de carne como para vida.

En cuanto al ovino, tradicionalmente se tiene la imagen de que el pastor es una persona solitaria que está todo el día sólo en el monte con las ovejas y su perro a la intemperie; imagen poco atractiva, bucólica, hasta folclórica y nada más lejos de la realidad. Estos ganaderos de ovino han venido participando en planes de mejora genética, se han adoptado las infraestructuras ganaderas a las nuevas necesidades, elaborando leche de calidad que transforman en queso, que amparado en la Denominación de Origen es comercializado sin grandes dificultades.

Además, durante estos últimos años, con las explotaciones asentadas en ganadería intensiva de conejos, aves de puesta y de corral y porcino, se han desarrollado experiencias todavía no asentadas en caprino, cría de cérvidos, avestruces, emus, etc...; así como producciones ganaderas varias siguiendo técnicas y prácticas ecológicas.

Si bien es cierto en este subsector ganadero, en general, se necesita urgentemente un relevo generacional que tome el testigo de unos profesionales que han jugado un papel clave en la historia del sector; mediante políticas imaginativas que animen a jóvenes ganaderos a incorporarse a una actividad que objetivamente puede presentar un futuro interesante.

Finalmente para acabar, comentar que tenemos en nuestras manos, en las de todos, un tesoro de incalculable valor, un mundo rural donde ha estado asentada nuestra historia y tradiciones, que tenemos el deber de preservar y desarrollar.

Por ello, lejos de estériles rivalidades entre los intereses urbanos y rurales, debemos hacer compatibles y complementarios ambos medios, de modo que se mejoren las condiciones de vida de la sociedad en general.

El medio rural necesita del mundo urbano (de su estómago para apreciar sus productos, de la dotación de servicios, medios e infraestructura comercial etc...) y por el contrario, el mundo rural necesita que el medio urbano demande sus productos y consuma sus zonas de ocio y esparcimiento...

¡Ahora bien, siempre con moderación!


Martín Uriarte Zugazabeitia, Gerente de Lorra s.coop. 

Euskonews & Media 169.zbk (2002 / 5-31 / 6-7)


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