Resulta
obvio que al igual que el resto de la sociedad, todos los sectores
que forman su actividad económica y, en concreto el sector
primario, han evolucionado de forma significativa en las últimas
décadas y más concretamente, gracias a los últimos
avances tecnológicos y científicos en los últimos
años del anterior siglo y milenio.
Este camino hacia
el desarrollo del sector primario se ha visto facilitado gracias
al esfuerzo realizado en los últimos años por todas
aquellas entidades que bien directa o indirectamente se han implicado
en la realización de servicios al medio rural (administraciones
autonómicas, forales, locales, centros de gestión,
asociaciones de productores, cooperativas de servicios , suministros,
cámaras y sindicatos agrarios) dando lugar a un sector
primario vasco más estructurado, más profesional
, mejor formado y preparado para encarar los retos exigidos.
Partimos, como soporte
para la instalación de este sector, de un territorio sumamente
abrupto con carácter de región de montaña.
Definido así, más por sus elevadas pendientes que
por la importancia de sus altitudes.
Así mismo,
el clima es otro factor variable dentro del territorio siendo
la vertiente cantábrica de pluviometría abundante
y temperaturas suaves; incrementándose el riesgo de helada
invernal y disminuyendo las precipitaciones en cuanto nos adentramos
hacia el interior.
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Detalle
aplicación nuevas tecnologías para favorecer
el manejo de la explotación.
Ej. Maquinaria ensilado. |
Bajo este marco se
instala el sector primario vasco que, aunque en relación
con otros sectores de actividad aporta en la actualidad tan solo
el 1,7 % en términos de P.I.B. (Producto Interior Bruto)
y da trabajo, hoy en día, a aproximadamente un 3,5 % del
total de empleados de nuestra sociedad; abarca por el contrario,
más del 90 % de los 7.300 Km2 sobre los que
se extiende la Comunidad Autónoma Vasca.
Aunque, si bien es
cierto que la asunción de la importancia estratégica
de este sector como garante del patrimonio natural, paisajístico
y cultural es aún una asignatura pendiente de nuestra sociedad;
hoy en día, se encuentran reconocidas, a nivel institucional,
tres grandes funciones para el espacio rural, amparadas por el
concepto de multifuncionalidad: su FUNCIÓN ECONÓMICA
(aprovisionamiento de materias primas, soporte para la instalación
de nuevos emprendedores agrarios, industriales comerciales, servicios,
etc...); su FUNCIÓN SOCIO-CULTURAL (interrelación
con las zonas urbanas) y su FUNCIÓN ECOLÓGICA
(explotación de los espacios naturales existentes).
Los tres principales
subsectores que conforman la producción final agraria en
la C.A.P.V. son el subsector agrícola que ostenta
el 39,4 % de la Producción Final Agraria (P.F.A.),
el subsector ganadero con el 37,9 % y el forestal con el 19,4
%, finalizando con el 3,3 % otras producciones.
En cuanto al
SUBSECTOR FORESTAL, que obtiene el 19,4% de la P.F.A.
y ocupa prácticamente el 53,3 % de la superficie de la
C.A.P.V., el 55,5% de este porcentaje se destina a Coníferas
(Pinus Insignis 76 %), el 41,6 % a Frondosas y el resto a bosque
mixto; siendo los territorios de Gipuzkoa y Bizkaia las más
desarrolladas en este sentido.
La principal
evolución que se ha producido en este subsector es la adopción
de los criterios de gestión sostenible de este recurso
forestal, evaluando los aspectos ecológicos, económicos
y sociales a los que el sector forestal contribuye de manera positiva.
En cuanto al
SUBSECTOR AGRICOLA, este obtiene el 39,4 % de la P.F.A.
y viene ocupando junto con las actividades ganaderas el 28,6 %
del suelo de la C.A.P.V.; siendo el territorio de Alava
con mayor superficie agraria útil donde dicha actividad
está más desarrollada; siendo por orden y criterio
económico el vino y sus subproductos, así como los
cereales y tubérculos (patata y remolacha) los principales
productos explotados. A este respecto comentar cómo la
tendencia de los últimos años ha ido dirigida a
una modernización del parque de maquinaria buscando una
mayor adecuación a la dimensión óptima de
las explotaciones, en este aspecto, favorecida por la compra y
utilización en común de las máquinas. En
general, las explotaciones incrementan su dimensión física
mientras mantienen la dedicación del personal activo.
Se incrementa
la producción total no sólo debida a la mayor dimensión
de las explotaciones, sino también por la mejora en las
productividades y en algunos precios, debido a la calidad conseguida.
En cuanto a HORTICULTURA
INTENSIVA bajo invernadero, el desarrollo de este tipo de
actividad se ha producido principalmente en Bizkaia y Gipuzkoa,
existiendo en la actualidad unas 130 Has. cubiertas entre los
tres territorios históricos.
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Detalle
de innovaciones tecnológicas en horticultura.
Ej. Cultivo de tomate en hidropónico. |
Hasta los años
70 el sector hortícola consistía en las tradicionales
huertas al aire libre alrededor de los caseríos vendiendo
los productos obtenidos en los mercados locales.
Para los 80 se
instalan los primeros invernaderos de plástico, con el
consiguiente incremento productivo y rentabilidad. Se produce
un rápido crecimiento de la superficie cubierta, que se
acelera debido a la crisis industrial con el trasvase de personas
del sector industrial al sector hortícola. Este incremento
provoca la creación de estructuras de producción
y comercialización conjuntas que han prevalecido hasta
hoy. Las orientaciones productivas más representativas
eran los cultivos de lechugas, tomates, pimientos, vainas, acelgas,
etc...
En los años
90, tras los avances tecnológicos conseguidos, se inician
novedosos sistemas de producción como los cultivos sin
suelo (Hidroponía), instalándose invernaderos de
cristal automatizados y produciéndose una diversificación
productiva entre horticultura de consumo y planta ornamental.
En dicha época el sector entra en crisis, iniciando para
su resolución, políticas de diferenciación
de productos, distintivos de calidad agroalimentaria; así
como búsqueda de nuevas estrategias de comercialización,
adecuación y modernización de las instalaciones
y estructuras productivas.
Todo ello provoca
que en la actualidad, fruto de dicha reconversión y adaptación
tecnológica positiva, se disponga de un sector hortícola
profesional y especializado con unas estructuras y técnicas
de cultivo muy desarrolladas, encaminadas a la mejora de la calidad
del producto, de los aspectos comerciales, organolépticos
y medios ambientales, mediante una gestión integrada de
la explotación (lucha biológica, etc... ).
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Detalle
aplicación de lucha biológica para el control
de plagas y enfermedades. |
En cuanto al SUBSECTOR
FRUTÍCOLA contamos en la actualidad con unas 350 Has.
de frutales en toda la C.A.P.V., de las cuales son unas
60 Has. de Kiwi, unas 30 Has. de Pera Conferencia, junto con unas
250 Has. de manzana de sidra y Huertos frutales varios.
El desarrollo en
esta actividad surge a mediados de los 80 hasta la fecha, a excepción
de la manzana de sidra con gran desarrollo anterior en Gipuzkoa,
el sector se basa en algunas pequeñas plantaciones para
autoconsumo y mercados locales. Ahora bien, es a partir de los
90 cuando se desarrollan proyectos como la Pera Conferencia y
el Kiwi, propugnándose la fruticultura de las regiones
productivas más avanzadas y afines a nuestras condiciones,
esto es, variedades centroeuropeas obtenidas por medio de técnicas
de producción integradas (PI), utilizando las variedades
menos sensibles a plagas y enfermedades.
En cuanto al
SUBSECTOR VITIVINÍCOLA contamos en la actualidad
con unas 287 Has. registrados entre la Denominación Getariako
Txakolina (147 Ha.) y Bizkaiko Txakolina (140 Ha.), siendo las
variedades H. Zuri, H. Beltza y Folle Blanche las mayoritarias.
Al igual que
en los subsectores anteriores, el desarrollo se produce en los
años 80, siendo la década de los 90 donde se producen
con las Denominaciones la mejora sustancial de los txakolís,
con gran aceptación del mercado y de los consumidores.
Se incrementan las superficies plantadas y la instalación
de pequeñas bodegas (Bizkaia) así como una renovación
de las ya existentes. Se tiende cada vez más a una profesionalización
del sector.
Es de destacar
el cada vez más incipiente y creciente número de
productores agrarios que se inician en proyectos siguiendo técnicas
y prácticas ecológicas.
El SUBSECTOR
GANADERO que obtiene el 37,9 % de la P.F.A., ante un
censo prácticamente estable durante la última década,
se ha visto inmerso en una profunda reestructuración, en
la cual las explotaciones familiares principalmente lecheras,
que han alternado la actividad ganadera con alguna otra actividad,
están dando paso a explotaciones mejor dimensionadas, más
profesionales y preparadas para el futuro, en el que la rentabilidad
de las explotaciones y la apuesta clara por la producción
de materias primas de calidad van a ser los ejes en torno a los
que van a girar estas actividades.
En las explotaciones
lecheras, los distintos planes de abandono han permitido que pequeñas
explotaciones familiares con un futuro comprometido hayan sustituido
la producción láctea por otra actividad agraria
(principalmente vacuno de carne) y hayan cedido su cuota a otras
explotaciones mejor dimensionadas, dando paso a una generación
de nuevos ganaderos más profesionales, mejor formados y
con unas estructuras e instalaciones más acordes a las
necesidades de competitividad y calidad exigidas hoy en día.
Se ha producido por tanto, una concentración de la cabaña
ganadera lechera, y por tanto de su producción, en explotaciones
que siguen modelos de gestión dirigidos a obtener la máxima
rentabilidad, siempre bajo prácticas agrarias acordes con
el mantenimiento del medio ambiente.
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Detalle
aplicación nuevas tecnologías en ganadería.
Ej. Sala
de Ordeño en vacuno leche. |
Para ello se han
aplicado innovaciones tecnológicas que han favorecido el
sistema de manejo, la mejora genética de los animales,
la calidad de vida de los profesionales; consiguiendo duplicar
la media de producción lechera anual de 4000 Kg./año
a 8000 Kg./año por vaca con la misma base de terreno e
incluso mejorando ostensiblemente la calidad de la misma.
Por otra parte,
el sector de la producción de carne se halla inmerso en
plena expansión, en la cual las políticas desarrolladas
en materia de producción de carne (amparada en marcas de
calidad, así como el desarrollo de la mejora genética
y sanitaria para la producción de productos con un valor
añadido para su comercialización como ganado reproductor)
han abierto a este subsector un amplio e interesante campo de
desarrollo, cuyos retos futuros pasarán por la creación
de estructuras de comercialización tanto para la producción
de carne como para vida.
En cuanto al
ovino, tradicionalmente se tiene la imagen de que el pastor es
una persona solitaria que está todo el día sólo
en el monte con las ovejas y su perro a la intemperie; imagen
poco atractiva, bucólica, hasta folclórica y nada
más lejos de la realidad. Estos ganaderos de ovino han
venido participando en planes de mejora genética, se han
adoptado las infraestructuras ganaderas a las nuevas necesidades,
elaborando leche de calidad que transforman en queso, que amparado
en la Denominación de Origen es comercializado sin grandes
dificultades.
Además,
durante estos últimos años, con las explotaciones
asentadas en ganadería intensiva de conejos, aves de puesta
y de corral y porcino, se han desarrollado experiencias todavía
no asentadas en caprino, cría de cérvidos, avestruces,
emus, etc...; así como producciones ganaderas varias siguiendo
técnicas y prácticas ecológicas.
Si bien es cierto
en este subsector ganadero, en general, se necesita urgentemente
un relevo generacional que tome el testigo de unos profesionales
que han jugado un papel clave en la historia del sector; mediante
políticas imaginativas que animen a jóvenes ganaderos
a incorporarse a una actividad que objetivamente puede presentar
un futuro interesante.
Finalmente para
acabar, comentar que tenemos en nuestras manos, en las de todos,
un tesoro de incalculable valor, un mundo rural donde ha estado
asentada nuestra historia y tradiciones, que tenemos el deber
de preservar y desarrollar.
Por ello, lejos
de estériles rivalidades entre los intereses urbanos y
rurales, debemos hacer compatibles y complementarios ambos medios,
de modo que se mejoren las condiciones de vida de la sociedad
en general.
El medio rural necesita
del mundo urbano (de su estómago para apreciar sus productos,
de la dotación de servicios, medios e infraestructura comercial
etc...) y por el contrario, el mundo rural necesita que el medio
urbano demande sus productos y consuma sus zonas de ocio y esparcimiento...
¡Ahora bien, siempre
con moderación!
Martín Uriarte Zugazabeitia,
Gerente de Lorra s.coop. |