Durante
las últimas décadas, la estructura de la explotación
agrícola tradicional de Euskal Herria se ha visto afectada
por una serie de profundos cambios, consecuencia de un duro proceso
de adaptación que responde a la aparición de nuevos
modelos basados en la tecnología y al hecho de haber entrado
a formar parte de Europa.
Se
podría afirmar que el modelo más típico al
que responden las explotaciones agrícolas de Euskal Herria
es el de la explotación de carácter familiar, que
a pesar de colonizar el territorio y garantizar la conservación
de la tierra rural, ha arrastrado una estructura que acusa varias
lagunas.
Entre los problemas
que condicionan su futuro cabe destacar la escasez de tierra que
afecta a un buen número de explotaciones, el progresivo
envejecimiento de los titulares de las mismas, la rigidez del
mercado de tierras y la precaria formación de algunos titulares.
Ante esta realidad,
y con el objeto de mejorar su competitividad y eficacia, se detecta
la necesidad de plantear soluciones para la defectuosa estructura
actual y modernizar las explotaciones agrícolas existentes.
La modernización
no se traduce únicamente en incrementar la capacidad productiva,
mejorar la calidad y condiciones de la producción, reducir
costes, crear nuevas estructuras y adentrarse en nuevas producciones,
sino que más bien se trata de mejorar las condiciones laborales
y de vida de los agricultores y de responder a la demanda social.
De entre los problemas
que hemos mencionado, nos detendremos en el concerniente al envejecimiento
de los titulares de no pocas explotaciones, y haremos alusión
a sus sucesores, a las nuevas generaciones, un tema para el que
en Euskal Herria, y en el resto de Europa, habrá que hallar
una solución, ya que los profesionales de las explotaciones
agrícolas presentan una edad muy avanzada y los jóvenes
recién llegados a este mundo se ven rodeados de multitud
de problemas, y mucho más los que hacen lo posible por
entrar en él.
Una de las prioridades
que la Política Agrícola Europea ha fijado para
los próximos años el rejuvenecimiento del sector
agrario..
Eso
mismo se ha propuesto el Departamento de Agricultura del Gobierno
Vasco, teniendo en cuenta que dicho sector se encuentra ante muchos
y muy variados problemas: la montañosa orografía
que presenta nuestra geografía, el coste que suponen las
primeras instalaciones, el precio de las tierras, etc.
A continuación
daremos un breve repaso a los aspectos que convendría analizar
para facilitar el acceso de la nueva generación a la agricultura:
El sector de
la agricultura en general y muy especialmente alguno de sus agentes
sociales dan una imagen muy negativa del sector y de su futuro,
lo cual hay que cambiar. Cierto que las explotaciones agrícolas
están sumidas en una grave crisis, pero no debemos olvidar
que la concentración empresarial es una realidad global
en este momento.
Sin embargo,
hay otra realidad que se muestra claramente, y es que las explotaciones
cuya gestión corre a cargo de gente joven funcionan fabulosamente,
en muchos casos con una tendencia hacia el crecimiento.
La
educación profesional es absolutamente necesaria. Los responsables
de nuestras explotaciones tienen que poseer amplios conocimientos
sobre aspectos tales como la gestión, la contabilidad,
la alimentación, la salud, los abonos, la genética,
la informática, etc.
En la medida
de lo posible, las Escuelas de Agricultura deben tratar de inculcar
a los alumnos un cierto espíritu empresario.
Una vez finalizada
esta educación general, los jóvenes deberían
disponer de un servicio de monitorización que les ayudara
a orientar y reforzar su nueva andadura.
Dicho servicio,
formado por un grupo de técnicos, debería ofrecer
asistencia y apoyo para resolver los problemas que pudieran surgir
en esa nueva etapa.
Hace falta mucho
dinero para iniciarse en este mundo, a modo de inversión,
y más aún si no se procede de un caserío.
Para poder facilitar el acceso de los jóvenes en el sector,
convendría establecer otro tipo de ayudas además
de las actuales subvenciones.
Por ejemplo,
facilitando a la empresa un capital durante sus primeros años,
hasta que sea capaz de funcionar por sí sola, o suscribiendo
acuerdos especiales con los bancos.
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Foto:
Horticultura Alberro Baratzaintza |
El problema más
grave con el que se van a encontrar los jóvenes agricultores
es, sin duda, el del costo de la tierra, un aspecto en el que
hay mucho que avanzar. Sin desechar otras posibilidades, convendría
confeccionar un CATÁLOGO DE TIERRAS DE CULTIVO DISPONIBLE.
Es importante
fomentar la asociación en lugar de actuar a título
individual, principalmente porque:
- Las posibilidades de desarrollo
de la empresa se multiplican.
- Aumentan las posibilidades para
mejorar la calidad de vida.
Podríamos
continuar detallando otros muchos aspectos, pero en mi opinión
ya hemos citado los más importantes. En cualquier caso,
y en lo que respecta al acceso de las nuevas generaciones a las
explotaciones agrícolas, no podemos olvidar el Desarrollo
Rural, y, dentro de él, el papel que ha representado, representa
y representará LA MUJER, además de otros operadores
como el transporte público de las zonas rurales, la salud,
las escuelas, etc.
Esta grave problemática,
por tanto, no es una cuestión que sólo afecte a
unos pocos. Entre todos, deberíamos unir nuestras fuerzas
y hacer frente a los nuevos retos que se plantean en el sector.
Xabier Muruamendiaraz, profesor en
MENDIKOI FRAISORO |