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Juan
Mari Totorika opina que al caserío le depara un brillante
futuro, si bien advierte que tendrá que hacer frente
a importantes desafíos que contribuyan a mejorar
ciertos aspectos. Al mismo tiempo, subraya la imperiosa
necesidad de contar con la participación de las nuevas
generaciones. |
-¿Cuál
es la situación actual de la agricultura? La situación
de la agricultura, en general, va a mejor. Hay algunos sectores
a los que les va bastante bien, y otros a los que no tanto, como
se puede comprobar en las protestas de los que se lanzan a la
calle —en la mayoría de los casos, con motivo del precio
de determinados productos—. En cualquier caso, se puede decir
que, después de haber superado una grave crisis, la agricultura
se encuentra en un buen momento, y que además está
cada vez mejor.
-En concreto,
¿cuáles son los sectores que mejor van y los que no tanto?
Los que mejor están son los
productos cuya calidad está garantizada, como por ejemplo
los que ostentan el label vasco de calidad. En cambio, los productos
al por mayor —como por ejemplo la leche de vaca— están
atravesando un momento bastante delicado. Una de las mayores apuestas
que se ha planteado el sector durante estos últimos años
ha sido la de garantizar la calidad de sus productos de cara a
los consumidores. De hecho, estos productos han obtenido unos
resultados inmejorables.
-Ha señalado
que la agricultura ha atravesado por momentos de gravedad que
en cierto modo ya están superados. ¿Del todo superados? No, no. En este mercado,
que es más amplio que nunca, la agricultura está
sumida en un continuo proceso de renovación, al igual que
los demás sectores, y por tanto los problemas nunca desaparecen
definitivamente. Para los agricultores, el mejorar continuamente
se ha convertido en una especie de reto diario. Algunos consiguen
cumplir su objetivo, otros no. O al menos no con demasiada facilidad.
-¿A qué
se debe esa dificultad para alcanzar los objetivos? ¿Quizá
a la falta o escasez de medios y subvenciones para los caseríos? Las subvenciones que
se conceden en los distintos países de Europa son bastante
parecidos, ya que es la Comunidad Europea la que determina la
cuantía de las subvenciones. En ese aspecto, yo creo que
en Euskal Herria andamos bastante bien. La cuestión es
que en otras zonas de Europa cuentan con recursos naturales mucho
mejores que los nuestros. Nuestra orografía poco tiene
que ver con la de las Landas francesas. Y tampoco es lo mismo
producir leche en los caseríos —con todos los límites
naturales que tienen desde el punto de vista de la infraestructura—,
o hacerlo en una central destinada específicamente a ello.
Algunas dificultades proceden precisamente de esos límites
naturales. Por otra parte, y desconozco si es un caso que se repite
en otros países de Europa, los profesionales de nuestros
caseríos están ya bastante entrados en años.
El cambio generacional no está del todo garantizado, y
si la situación sigue tal como está, no sé
qué pasará dentro de unos años.
-Pero hoy en
día existen escuelas creadas bajo la exclusiva finalidad
de formar a los jóvenes para la agricultura. ¿Cómo
valoraría su aportación? En las escuelas de
agricultura estudian dos tipos de personas: los que proceden del
ámbito rural, y los que proceden de las ciudades. Hasta
ahora, el mundo de la agricultura ha atraído a mucha más
gente de la ciudad que a baserritarras. De las escuelas han salido
jóvenes con una formación bastante buena que, no
obstante, al finalizar sus estudios han visto que no tienen dónde
aplicar sus conocimientos. La agricultura está ligada a
la tierra, conque por muy buena formación que uno tenga,
si no dispone de tierras, no va a poder sacarle ningún
provecho. No es como la industria, donde al menos un pequeño
espacio permite montar una empresa o un despacho. En la agricultura
se necesitan tierras.
Hay
mucha gente que se siente atraída por la agricultura, conque
es normal que haya demanda de tierras. Lo que no sabemos es por
qué los terratenientes de Euskal Herria están tan
apegados a sus tierras; puede que por haberlos recibido en herencia
o porque tienen la intención de especular. La gente proveniente
de los caseríos ya tiene dónde trabajar (en el caserío
de sus padres o en tierras de parientes), pero no todos cuentan
con esa posibilidad. Es uno de los problemas que las escuelas
de agricultura tienen ante sí.
-Ha mencionado
el problema de la escasez de tierras. Con el transcurso de los
años, las zonas industriales se han ido apoderando de cada
vez más tierras y han dejado más bien poco para
la agricultura. ¿Vislumbra alguna solución? No sé cuál
podría ser. Lo cierto es que la mayoría de los baserritarras
y profesionales se quejan de la falta de tierras con las que poder
aumentar sus explotaciones. Los caseríos de este país
son pequeños, de modo que para que las explotaciones resulten
rentables tienen que contar con tierras. Pero no sabemos cómo
solventar el problema. Sabemos que muchos baserritarras se han
jubilado o están a punto de hacerlo, pero eso no significa
que dejen de trabajar. Si antes han trabajado con vacas de leche,
al jubilarse dejan de hacerlo y empiezan a trabajar con vacas
de carne, que dan mucho menos trabajo. Así que, de un modo
u otro, siguen vinculados a sus tierras. Seguramente con el tiempo
habrá muchas más tierras, pero para darle una pronta
solución al problema habrá que contar con el compromiso
de muchos sectores.
-Tratándose
de terrenos de dimensiones más bien reducidas, ¿surge algún
tipo de complicación a la hora de introducir la tecnología? No creo que la tecnología
suponga ningún problema. Las explotaciones que más
tierras necesitan son las que tienen vacas de leche o de carne,
y la tecnología que se aplica en esos casos es más
bien simple. Sin embargo, para que las inversiones que se realizan
en maquinaria resulten rentables hay que tener cada vez más
tierras, y ahí es donde surge el problema. En lo referente
a la vegetación, no hay muchas dificultades. Las explotaciones
de los que tienen invernaderos están bastante bien dimensionadas.

-¿En qué
punto se encuentra actualmente la tecnología? En nuestros caseríos
se aplica la tecnología más avanzada. Los baserritarras
se mueven mucho, ya sea a través de los sindicatos o de
la administración.
-El Agroturismo
ha abierto una nueva puerta al caserío. ¿Cómo valoraría
lo que se ha venido haciendo hasta ahora?
El agroturismo, en su momento, se
planteó como una actividad que complementaría la
que se venía desarrollando en el caserío. En vista
de que los caseríos de esta zona son bastante pequeños,
y que su rentabilidad depende de grandes inversiones y de la disposición
de tierras, se pensó en importar el modelo que se venía
aplicando en varias zonas de Europa,
en las que gracias al turismo obtenían beneficios nada
desdeñables. Gracias a esta interesante alternativa, los
pequeños baserritarras y los no tan "profesionales" cuentan
con la posibilidad de obtener unas cuantas ganancias. En Euskal
Herria, la potencialidad del agroturismo no está del todo
desarrollada, con lo cual todavía podemos seguir abriendo
nuevos caminos.
-¿Se suele
mirar hacia el exterior a la hora de decantarse por un determinado
modelo o solución? ¿Se fijan en las soluciones que se adoptan
en otros países? Sí que solemos
fijarnos. Las cooperativas, los sindicatos y la Sociedad se mueven
mucho por el extranjero para conocer distintos modelos de desarrollo.
A través de Mendikoi, por ejemplo, nos mantenemos en contacto
con otras zonas de Europa. Pero tampoco es que apliquemos todo
lo que observamos en el exterior. Analizarlo sí, pero luego
hay que adaptarlo a nuestra situación. Procuramos que todo
cuanto aplicamos, el desarrollo en sí, sea autóctono.
Nuestras técnicas tienen que adaptarse a nuestros propios
recursos y a nuestras propias necesidades. No podemos aplicar
el modelo que rige en los Alpes europeos, por mucho que las circunstancias
sean parecidas.
-Ha mencionado
Mendikoi. ¿Qué papel desempeñan las instituciones
ligadas a la agricultura?
La
mayoría de los baserritarras que realizan trabajos afines
están asociados. Además, hay sindicatos que a su
vez forman parte de otras organizaciones. Y cada zona cuenta con
una sociedad de agricultura de montaña… En el mundo de
la agricultura hay una gran variedad de sociedades que además
mantienen una buenísima comunicación entre sí. En la Sociedad de agricultura
de montaña, por ejemplo, desempeñamos tres tipos
de funciones: por una parte, diseñamos proyectos; por otra
parte, actuamos como intermediarios entre los baserritarras y
la administración, y en tercer lugar gestionamos las ayudas
que conceden el Gobierno y la Diputación, y ayudamos y
aconsejamos a los baserritarras sobre cómo realizar inversiones.
-Al comienzo
de la entrevista declaraba que el mundo del caserío tiene
grandes retos ante sí. Dejando los retos de lado, ¿es posible
augurarle un buen porvenir? En mi opinión,
cada baserritarra tiene que encontrar su propio lugar, y para
eso hay que trabajar duro, tanto en el aspecto de la formación
como en el de la calidad. En casi todos los productos somos deficitarios,
lo cual significa que de cara al mercado tenemos grandes oportunidades.
Pero, claro, esos resultados deben ser además de calidad.
En este momento sí que vislumbro un buen futuro.
-No obstante,
el mercado exterior puede perjudicar considerablemente a los baserritarras. El mercado es muy amplio,
conque los baserritarras de Euskal Herria saldrán perjudicados
toda vez que la oferta exterior sea mejor. Ésa es la razón
por la que mantengo que nuestra respuesta tiene que venir dada
de la calidad de nuestros productos. Sabemos que muchos consumidores
compran nuestros productos por el mero hecho de proceder de aquí,
conque tenemos que aprovechar esa circunstancia, para que terminen
por asociar nuestros productos a la calidad.
Juan
Mari Totorika
En
1983 se licenció en Ingeniería
Técnica Agrícola en León,
y sólo le falta presentar el proyecto
para titularse como Ingeniero. Ha trabajado
para la Cámara Agrícola de Bizkaia,
y desde hace trece años lo hace para
la Sociedad de Agricultura de Montaña,
tanto en Durangaldea como en Lea Artibai.
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Fotografías: Estibalitz Ezkerra. Caseríos,
learjai.com
Euskonews & Media 169.zbk
(2002 / 5-31 / 6-7)
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