Las lenguas y pueblos usko-mediterraneos
Antonio Arnaiz-Villena

En los últimos años hemos estudiado las lenguas muertas existentes en las cercanías del mediterráneo: el ibérico-tartésico, el guanche, el sardo, el púnico-cartaginés, el etrusco, el linear A (minoico), el jeroglífico egipcio, el hitita y otras lenguas de Oriente medio como son el ugaritico, eblaico, sumerio y elamita.

La clasificación de las lenguas ha sido altamente subjetiva y envuelta en un dogmatismo que no se ha revisado desde la primera mitad del siglo XIX. Así, por ejemplo, el hitita fue comparado con el alemán por Hrozny y encontró una frase en la que le parecía que palabras alemanas pan y agua aparecían. Por ello principalmente se clasificó como indoeuropea, siendo claramente usko-mediterranea, tal y como hemos comprobado en nuestro último libro "Caucásicos, turcos, mesopotámicos y vascos".

Estas lenguas han sido comparadas con el vasco antiguo y hemos visto que todas ellas están emparentadas, proponiendo unas traducciones que se pueden encontrar en la bibliografía que se incluye.

La temática de estas lenguas muertas es principalmente funeraria y religiosa, aunque también se pueden encontrar temáticas de contabilidad. Obviamente, la escritura antigua no estaba al alcance de todos como hoy día y los escribas eran funcionarios importantes que mantenían un negocio funerario-religioso.

Las lenguas usko-mediterraneas tienen a su vez un emparentamiento con otras lenguas en el mundo, quizá con uno de los grupos de lengua más antiguos, que son las lenguas Dene-Caucásicas; las hablan hoy día los burushos del Karakorum en Pakistán, grupos aislados de Siberia (como los kets del rio Yenisei), los habitantes del Cáucaso y ciertos indígenas de Norteamérica, como son los atabascos, navajos y apaches.

Las lenguas vivas usko-mediterráneas del mediterráneo occidental serían hoy, el vasco y el bereber, este último muy modificado por el árabe.

La imagen que se obtiene es de un grupo de lenguas que se hablaban anteriormente a el año 5000 a.C. en el Mediterráneo, en Eurasia y en parte de América. Una especie de inundación de las llamadas lenguas eurasiáticas borró gran parte de las lenguas existentes (Dene - Caucásicas) y estableció las eurasiáticas (latín, griego, alemán etc.). Sin embargo, quedarían algunos aislados en lugares periféricos y/o de difícil acceso como pudieron ser el País Vasco y el Cáucaso. El porqué y los detalles de esta substitución estarían aún por descubrir.

El método comparativo actual de la mayoría de los lingüistas adolece, a nuestro juicio, de analizar hipotéticas gramáticas prehistóricas, ya que estas sólo han sido normalizadas en épocas modernas. Además, la reconstrucción hipotética de protolenguajes ,que quizá nadie habló, es quizá también equivocada para los estudios. Tengamos en cuenta que a principios del siglo XX existían al menos ocho dialectos vascos.

Gracias al empeño de los vascos en mantener su identidad lingüística se han podido realizar estos estudios.

GENES

La aculturación neolítica de Europa occidental no ha sido, como se nos ha dicho, realizada por una invasión de agricultores procedentes del Este (Oriente Medio) que fueron paulatinamente sustituyendo a cazadores recolectores. Más bien, el escenario sería el de un Mediterráneo que estaba densamente poblado, tanto en las épocas glaciares como interglaciares y que mantenía tanto un flujo cultural y tecnológico como genético entre las poblaciones ribereñas y otras cercanas. Hace unos 3000 años antes de Cristo, la desecación de un área fértil y densamente poblada (lo que hoy es el desierto del Sáhara),probablemente ayudó a difundir y expandir a las gentes y culturas Usko-Mediterráneas hacia mesopotamia y mas allá, si bien todos pudieran haber participado en una cultura primitiva, en la que las creencias religiosas y la religión de "la Madre" (AMA) eran fundamentales.

Los estudios genéticos entre gentes, por ejemplo, del Cáucaso, los emparentan con los mediterráneos. Kurdos, armenios, georgianos, judíos, turcos (que son genéticamente los antiguos anatolios, con una lengua centroasiática impuesta), libaneses, palestinos etc., están muy emparentados entre si. También están emparentados con los mediterráneos occidentales (vascos, ibéricos, norteafricanos), pero los mediterráneos del este, incluyendo caucásicos, y del oeste forman dos grupos relativamente diferenciados.

De esto se deduce que las lenguas y los genes no están relacionados directamente en estudios microgeográficos, es decir, en aquellos que estudian poblaciones cercanas (por ej. las del valle del Roncal y las del valle de Pas); ni quizá en los macrogeográficos, que comparan poblaciones geográficamente muy distantes entre si (por ej. chinos y franceses). Las lenguas han sido muchas veces impuestas, los genes permanecen.

Referencias

  • "The Usko-Mediterranean languages" por Antonio Arnaiz-Villena y Jorge Alonso-Garcia in "Prehistoric Iberia: Genetics, anthropology and linguistics" editado por Antonio Arnaiz-Villena. Kluwer-Plenum Publishers, New York, 2000.

  • "Egipcios, bereberes, guanches y vascos". A.Arnaiz y J.Alonso. Editorial Complutense. Madrid. 2001. (2ª Edición).

  • "Caucásicos, turcos, mesopotámicos y vascos", A.Arnaiz y J.Alonso. Editorial Complutense. Madrid. 2001

  • The correlation between languages and genes. Human Immunology, vol 62, pag 1051-1061(2001). A.Arnaiz-Villena et al.


Antonio Arnaiz-Villena, Catedrático. Universidad Complutense.Madrid

Euskonews & Media 163.zbk (2002 / 4 / 19-26)


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