Con
motivo de la celebración del 500 aniversario de la llegada
de los franciscanos a Arantzazu, se ha organizado una exposición
sobre el Santuario de Arantzazu en la que se recoge su historia
(incluyendo aspectos como la evolución que ha seguido,
los incendios que lo han asolado, los antiguos ejemplares que
alberga, etc.) y que permanecerá abierta hasta septiembre.
Por otra parte, se acaba de crear Arantzazuko Adiskideen Elkartea-Sociedad
de Amigos de Arantzazu, bajo el fin de garantizar el futuro tanto
de Arantzazu como de su misión.

Se acaban de cumplir
quinientos años desde que los franciscanos llegaron a Arantzazu.
Cinco siglos cargados de historia, que han dejado una huella que
nos permite conocer la esencia del Santuario por encima de las
dificultades para obtener detalles sobre los acontecimientos y
personajes que se han ido sucediendo durante este medio milenio.
Las cinco salas que componen la exposición "Arantzazu
1501-2001" dan cuenta de la situación e ilusiones de
cada época.
En primer lugar se
muestran los cambios que a lo largo de estos quinientos años
han tenido lugar en las inmediaciones de Arantzazu, cuya peculiar
geografía ha atrapado la atención del ser humano
desde la misma Prehistoria. Las fotografías, los textos
y la información audiovisual que ofrecen los ordenadores
permiten al visitante, a medida que avanza por las salas, observar
las distintas fases del proceso de evolución del Santuario.
En
la exposición se precisa cómo han ido cambiando
los ropajes y adornos que cubren la imagen de Nuestra Señora
de Arantzazu a través de los siglos, desde su aparición
en 1468 al pastor Rodrigo Baltzategi hasta la actualidad, en la
que cuenta con devotos de todo el mundo, siendo particularmente
venerada en países como Perú y México.
Hay un apartado dedicado
a los ilustres personajes que han dejado constancia de una próspera
vida en Arantzazu, tales como Gandiaga, Villasante y Oteiza. Por
último, y para concluir la visita, se proyecta un magnífico
vídeo de quince minutos de duración.
La Sociedad de
Amigos
Aprovechando la celebración
del V. centenario de la llegada de los franciscanos a Arantzazu,
los frailes y responsables del Santuario han querido adaptar la
efeméride a los nuevos tiempos. De este modo, y aun cuando
Arantzazu cuenta con el servicio de la Hermandad de los Frailes,
la actual escasez de religiosos ha propiciado la creación
de la Sociedad de Amigos de Arantzazu, colectividad que desea
asegurar el futuro del Santuario, del Centro Cultural, del espléndido
entorno y de la Casa de Oraciones.

Arantzazu desea fijar
nuevos cauces para el futuro, tras haber superado ya los antiguos
que en su día fueron válidos. Desea garantizar su
continuidad como patrimonio del pueblo, y dado que transmite múltiples
mensajes, sus "amigos" deben asumir el compromiso de conservar
el mismo estilo a través de la fe, la cultura y la naturaleza.
¿Qué se ha
de hacer para ser un "amigo de Arantzazu"? Una forma de ayudar
sería acudir a las reuniones y ofrecer los puntos de vista
personales, o apoyar los proyectos para promover el Santuario.
Como requisito indispensable se exige conocer y apreciar el Santuario,
ser militante del amor, y mostrarse dispuesto a conceder el tiempo
y a prestar colaboración. Por otra parte, se debe abonar
una cuota anual de 30 euros en el caso de los particulares, y
de 300 e. para las empresas.

Cumplidos los trámites,
se hará entrega de un carnet acreditativo de la condición
de Amigo, así como un ejemplar de la revista Arantzazu.
Su nombre figurará en la página web de Arantzazu,
y tres o cuatro veces al año recibirá en su domicilio
el boletín "Adiskideen boletina". Por otra parte,
con sólo mostrar el carnet de amigo, se le realizará
un 10% de descuento en las comidas a la carta de la hospedería
de Arantzazu. En lo que respecta a las ventajas que obtendrán
las empresas, recibirán el boletín gratuitamente,
y tendrán la posibilidad de incluir su logotipo en la página
web.
Como se puede apreciar,
aun cuando no se vaya a cambiar la esencia de Arantzazu, sus actuales
responsables se están esforzando en modificar su futuro.
Fotografías:
Zuriñe Velez de Mendizabal
|