Los inicios de la Fotografía 
 en la Ciencia 
	Cuando 
 hablamos de fotografía, con frecuencia tendemos a pensar 
 sólo en sus aspectos artísticos y documentales. 
 Ciertamente, la fotografía es un medio de expresión 
 artístico que deja un amplio campo a la creatividad. Y 
 cierto también que, desde su descubrimiento y rápida 
 difusión en 1839, sus posibilidades de documentación 
 constituyeron una de sus características más fascinantes. 
 Pensemos que todo el material gráfico que disponía 
 la humanidad, antes de la aparición de la fotografía, 
 era el resultado de las interpretaciones personales de los artistas, 
 y por lo tanto una descripción subjetiva e imperfecta de 
 la realidad. 
	Por eso no es 
 de extrañar que la primera aplicación científica 
 de la Fotografía estuviese basada en sus posibilidades 
 para registrar y duplicar imágenes. Uno de los pioneros, 
 Henry Fox Talbot, realizó un gran número de copias 
 de flores y hojas, en lo que llamaba "dibujos fotogénicos" 
 (1), incluso antes de que llegase a poder controlar la obtención 
 de imágenes con la cámara. Sus experimentos incluyeron 
 también microfotografías utilizando un microscopio 
 solar. En Francia, Alfred Donné logró adaptar también 
 la daguerrotipia a un microscopio. Pero la primera recopilación 
 sistemática, con una intención de clasificación 
 científica, fue la realizada por la botánica Anna 
 Atkins (2), entre 1843 y 1853, para su catálogo de "Algas 
 Británicas: Cianotipias", utilizando el mismo método 
 de dibujos fotogénicos, pero en este caso sobre papel sensibilizado 
 con sales de hierro, según el proceso llamado Cianotipia. 
También las 
 Artes se beneficiaron de las posibilidades de la nueva técnica 
 y, a mediados del siglo XIX, se inició la publicación 
 de libros de imágenes de obras de arte y construcciones 
 en lugares lejanos, que la mayoría de las personas sólo 
 habían podido conocer por grabados, quizá muy artísticos, 
 pero siempre subjetivos. Sin duda, en este sentido, el descubrimiento 
 de la fotografía constituye un hito en el progreso de la 
 humanidad, sólo equiparable al descubrimiento de la imprenta. 
	Pero el interés 
 por la fotografía va mucho más allá de sus 
 posibilidades documentales y artísticas. Para la Ciencia, 
 la Fotografía ha resultado ser una herramienta multidisciplinar 
 de primer orden, no sólo para registrar lo que el ojo percibe, 
 sino también, en muchos casos, aquello que resulta imposible 
 de ver. Muchos adelantos tecnológicos y descubrimientos 
 científicos de los siglos XIX y XX han requerido su concurso 
 y apoyo o, en algunos casos, la propia Fotografía ha sido 
 la causante del descubrimiento. Quizá el ejemplo más 
 conocido en este sentido, es el descubrimiento casual de la radioactividad 
 natural por A.H. Becquerel en 1896, al observar que una muestra 
 de una sal de uranio había impresionado una placa fotográfica 
 perfectamente protegida de la luz. 
	La simbiosis 
 entre Ciencia y Fotografía fue especialmente fructífera 
 hacia finales del XIX. En ese momento, uno de los campos de investigación 
 más importantes de la física era la determinación 
 de la estructura atómica, y se encontró que tanto 
 los rayos catódicos (electrones) como los rayos "positivos" 
 (iones con carga) podían impresionar una placa fotográfica, 
 lo que permitía su estudio a partir de sus deflexiones 
 por campos magnéticos. J.J. Thomson utilizó este 
 método para determinar, la relación carga/masa del 
 electrón y la masa del protón, así como la 
 confirmación de la existencia de isótopos, todo 
 ello entre 1897 y 1912. En los siguientes años se hizo 
 un gran uso de la fotografía para confirmar y estudiar 
 las trayectorias de partículas raras, como las fotografías 
 de positrones (1932) o la descomposición de mesones "pi" 
 (1937), entre otros ejemplos, y que hacían uso de la "cámara 
 de burbujas", un tanque de hidrógeno líquido 
 en el que se forman pequeñísimas burbujas cuando 
 lo atraviesan partículas elementales. 
Otro descubrimiento 
 que estuvo muy ligado para su desarrollo al uso de las placas 
 fotográficas fueron los rayos X. Casi desde su descubrimiento 
 en 1895 se recurrió la fotografía para recoger en 
 un instante una imagen radiográfica, evitando mantener 
 irradiando el objeto y poder estudiarlo con detenimiento. Posteriormente, 
 el estudio de la estructura cristalina de la materia por difracción 
 de rayos X encontró, en el registro fotográfico 
 de los anillos de difracción, una herramienta ideal para 
 medir los espaciados reticulares de un cristal. 
Aplicaciones 
 de la fotografía a fines científicos  
	La aplicación 
 de la fotografía a fines científicos requiere la 
 utilización de equipos adecuados a las necesidades; equipos 
 que, por supuesto, en muchos casos no tienen ningún parecido 
 con una cámara habitual. Además hay que contar con 
 la necesidad de ópticas especiales, diferentes tipos de 
 luz, filtros, emulsiones especiales y muchos otros factores, con 
 el fin de tratar de conseguir el resultado buscado. Las situaciones 
 y las necesidades pueden ser muy variadas: desde tomas muy lentas 
 (como puede ocurrir en fotografía astronómica, o 
 para registrar un cambio apenas perceptible) o tomas excepcionalmente 
 rápidas (como la captación del impacto de un proyectil 
 o el estudio de un suceso muy rápido). 
  |  
Shooting the Apple, 
 1964 http://web.mit.edu/museum/exhibits/flashinsp.html 
 © The Harold E. Edgerton 1992 Trust |  
 
Pero los resultados 
 de mayor interés y donde la fotografía constituye 
 una ayuda insustituible es, sin duda, cuando se realizan tomas 
 de sucesos o situaciones que nuestros ojos no pueden percibir, 
 incluso con la ayuda de otros medios. En este terreno es donde 
 la fotografía se convierte en una herramienta de primer 
 orden al servicio de la ciencia. Por ejemplo, las emulsiones fotográficas 
 pueden confeccionarse con una sensibilidad extendida al infrarrojo, 
 o bien limitando al ultravioleta la sensibilidad natural de los 
 haluros de plata. Con estas emulsiones es posible registrar imágenes 
 que no son visibles por nosotros.  
	La fotografía 
 con emulsiones infrarrojas (3) se aplica en termografía, 
 fotografía nocturna, estudio de documentos antiguos o casi 
 borrados (ya que los restos de tinta pueden absorber en el infrarrojo 
 y hacerse visibles), detección de vegetación sana 
 de la enferma, estudio de las corrientes marinas, estudio de la 
 atmósfera, y en general, de cualquier situación 
 en que se produzcan variaciones de temperatura, incluyendo diagnósticos 
 médicos, por ejemplo, para localización de tumores. 
 Las aplicaciones son muy numerosas y variadas. También 
 en Arte se utilizan estas emulsiones para observar detalles cubiertos 
 por barnices, modificaciones o preparaciones realizadas por el 
 artista debajo de la imagen visible. 
	En el extremo 
 opuesto, la fotografía con luz ultravioleta se aplica también 
 al estudio de obras de arte, identificación de documentos, 
 criminología, microfotografía y fluorescencia. 
	Por otra parte 
 la fotografía presenta la posibilidad de mostrar imágenes 
 de sucesos que transcurren de forma muy rápida. La visión 
 humana puede distinguir hasta 10 imágenes por segundo, 
 pero con el dispositivo adecuado, una cámara puede registrar 
 movimientos de milésimas de segundo. El pionero en el estudio 
 del movimiento fue E. Muybridge (4), que realizó tomas 
 sistemáticas (hacia 1870) para estudiar los movimientos 
 de algunos animales y personas. Posteriormente, a partir de los 
 años 30, la gran figura en este campo fue el Prof. H. Edgerton 
 (5), que utilizando luces estraboscópicas logró 
 mostrar el movimiento de una bola o el golpe de un jugador de 
 golf, entre otras muchas famosas instantáneas. Actualmente 
 es posible trabajar en el orden de los picosegundos (10-12 
 seg), e incluso femtosegundos (10-15 seg) utilizando 
 como fuente de luz un láser pulsado. Esta técnica 
 permite estudiar mecanismos de reacciones químicas, el 
 movimiento en líquidos y gases o el comportamiento de los 
 electrones en semiconductores y superconductores. Actualmente 
 mediciones ultrarrápidas se utilizan en balística, 
 combustión y detonación, estudios vibracionales, 
 medicina, dinámica de fluidos, investigación en 
 plasma, procesado de materiales y otras muchas áreas. 
Para terminar, podemos 
 hacer un breve recorrido por diversas técnicas de uso más 
 habitual en las diferentes ramas científicas y técnicas 
 (aunque las descripciones tendrán que ser, necesariamente, 
 muy breves): 
	Macrofotografía: 
 El tamaño de la imagen en la toma es similar al tamaño 
 del objeto o un poco más grande. Aplicación: Pequeños 
 objetos, detalles en obras de arte, mineralogía, industria, 
 etc. 
	Microfotografía: 
 La cámara utiliza el microscopio como óptica para 
 registrar en la placa lo que vemos por el ocular (6), con una 
 resolución de hasta 200 nm y una ampliación de hasta 
 unos 1500 aumentos. La técnica presenta muchas variantes, 
 como microscopía de fluorescencia, de contraste de fase 
 (para registrar pequeños relieves) y de interferencias. 
 Aplicaciones: Biología, mineralogía, metalurgia, 
 estudio de materiales e infinidad de campos. Recomendamos, por 
 su belleza, visitar la dirección que se da más abajo 
 (6). 
  |  
Posición 
 16, NIKON Small World Competition 1999 
 Darwin Dale, Lansing, Michigan, USA 
 Oligochaete (water warm) (5x) 
 Rheinberg Illumination |  
 
	Microscopía 
 electrónica: Logra el mayor nivel de ampliación. 
 La luz es substituida por un haz de electrones que es enfocado 
 por campos magnéticos. Variantes: Microscopía electrónica 
 de barrido (para el estudio de la superficie del objeto), y microscopía 
 de fuerzas atómicas y efecto túnel, con el que es 
 posible llegar a obtener información sobre la posición 
 de los átomos (7) con resoluciones nanométricas, 
 e incluso atómicas. Las aplicaciones de la microscopía 
 electrónica son muchísimas: Estudio de células, 
 bacterias, virus, cristalografía, y en general, sobre la 
 estructura de la materia tanto en aspectos tecnológicos 
 como científicos. 
	En conexión 
 con la microfotografía podemos señalar una variante, 
 la fotolitografía, utilizada en la fabricación de 
 CDs, circuitos integrados y microchips. Para poder empaquetar 
 el mayor número de transistores se requiere utilizar luz 
 de menor longitud de onda para impresionar la fotorresina. Así 
 se utiliza un láser excimer en el ultravioleta (en lugar 
 de la tradicional lámpara de vapor de mercurio) se pueden 
 obtener resoluciones de 130 nm y situar mil millones de transistores 
 en un chip. Y se espera llegar hasta controlar los 65 nm y quizás 
 16 mil millones de transistores, utilizando fuentes de luz de 
 menor longitud de onda. 
	Rayos X: 
 Su aplicación más conocida es en diagnóstico 
 médico, por su propiedad de atravesar los tejidos. Por 
 esa misma propiedad se aplica en otros campos tecnológicos, 
 tal como estudiar fallos en materiales. Otra aplicación 
 es en el estudio de estructuras cristalinas o en la identificación 
 de compuestos. De forma similar, los Rayos gamma, emitidos 
 por algunas sustancias radiactivas y más penetrantes que 
 los rayos X, se utilizan en controles industriales, arqueología 
 y estudio de obras de arte. 
	Escintigrafía: 
 Por esta técnica se puede visualizar la distribución 
 de un isótopo radiactivo incorporado a un organismo, poniendo 
 de manifiesto su funcionamiento. 
	Holografía: 
 Fotografías de aspecto tridimensional realizadas por medio 
 de un láser, con aplicaciones de identificación 
 y para evitar falsificaciones. 
	Hay otros muchos 
 campos técnicos y científicos donde la fotografía 
 está presente, colaborando, registrando los resultados 
 y permitiendo un estudio más detallado de la información 
 proporcionada por otras técnicas. Pero este espacio se 
 nos acaba. Para terminar, mi mejor recomendación es la 
 de visitar alguna de las direcciones de Internet citadas al final 
 del texto. Quiero destacar una, francamente recomendable. Se trata 
 de la página (también en castellano) del Prof. Andrew 
 Davidhazy (8), del Instituto de Tecnología de Rochester, 
 en donde nos ofrece numerosos ejemplos de como arte y tecnología 
 se unen para producir imágenes de una incuestionable hermosura 
 y que nos dejará una excelente impresión. Desde 
 allí también podemos visitar otros muchos centros 
 relacionados con la fotografía, cuya dirección proporciona 
 en su página.  
 
Las direcciones 
 siguientes son una pequeña selección, 
 elegidas preferentemente por ofrecer imágenes 
 más que información técnica. 
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 Juan Cancela, Facultad de Químicas. 
 San Sebastián. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko 
 Unibertsitatea |