Si
no hay cambios de última hora, el próximo 26 de
abril se inaugurará Artium. Tras muchas idas y venidas,
y no pocas discusiones políticas, el Museo de Arte Contemporáneo
de Alava mostrará su gran colección a los 90.000
visitantes que espera en sus ocho primeros meses de vida. Una
infraestructura cultural, la más importante de los últimos
años en Álava, que nace con la intención
de convertirse en referente cultural. Su director, Javier González
de Durana, se ha rodeado de un completo equipo de profesionales
con un objetivo claro: acercar el arte contemporáneo a
la sociedad. Están invitados a la cita, a partir del 26
de abril en Vitoria-Gasteiz.
-¿Qué
debe suponer Artium para Álava, y en extensión,
para Euskal Herria? Artium debe ser la
conexión intensa, extensa y profunda de la sociedad alavesa
y vasca con la cultura contemporánea comprometida con la
evolución del pensamiento artístico, pero también
con ese pensamiento que desde el arte trata de arrojar su luz
o poner su voz acerca de las cuestiones que, más allá
del arte, interesan a la sociedad. El arte se refiere a la vida,
a sus aspectos formales así como los ideológicos,
de manera que Artium posibilitará que se "vea" la voz artística
tanto en los primeros asuntos como en los segundos.
-¿Qué
puede esperar el visitante que atraviese la puerta principal del
Artium? El visitante encontrará
acontecimientos artísticos que le proporcionarán
diversos tipos de experiencias artísticas, las cuales le
informarán, le harán pensar y le producirán
placer sensorial -aunque quizás en algunas ocasiones para
hacer pensar sea necesario aplicar lo contrario del placer-, en
suma, actividades que le enriquecerán como persona individual
y como sujeto social de su tiempo.

-Y el Artium
y su director, ¿qué esperan de los visitantes que se acerquen
a Artium? Curiosidad y deseo
de conocer.
-El Artium
tiene una previsión de 90.000 visitas en sus ocho primeros
meses de andadura. ¿Se han querido cubrir las espaldas con la
previsión? En absoluto. En un
año supondrían 135.000 visitas. Para valorar la
magnitud de esa cifra basta con compararla con la que logró
el IVAM de Valencia en el año 2001, que fue de 230.000
visitantes. Si estando en una ciudad de más de un millón
de habitantes, si con doce años de prestigiosa historia,
si con un presupuesto que triplica el nuestro, si con un museo
que es mucho mayor en superficies... ni siquiera han conseguido
el doble de visitas de las que nosotros nos proponemos, yo no
diría que nos estamos cubriendo las espaldas, sino que
estamos siendo muy optimistas, incluso atrevidos. El MACBA de
Barcelona, con todo lo que es y representa, obtiene unas cifras
de resultados semejantes a las que nosotros nos proponemos conseguir.
-Respecto al
futuro de Artium, los más pesimistas prevén que
la colección permanente del Museo de Arte Contemporáneo
no tendrá el suficiente atractivo para garantizar un número
importante de visitas
al año..
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El atractivo de las
colecciones de arte, sean propias o en préstamo, no se
persigue, como primera meta, para atraer visitantes. Este es un
error fundamental sobre el que gravita gran parte de lo que se
considera hoy, en ciertos círculos, un museo de éxito.
El arte es para provocar sensaciones y pensamientos, no para atraer
gentes sólo por el hecho de atraerlas. Es como si se empezara
a estimar el éxito de los archivos históricos por
el número de investigadores que trabajan en ellos. No,
los archivos cumplen una función social y cultural fundamental
al margen de que investiguen en ellos 10, 100 o 100.000 visitantes.
Lo mismo ocurre con los museos. La gente que se acerque a los
museos será aquélla que necesite y quiera acercarse,
los que no lo sientan así no tienen por qué venir,
ni nosotros nos tenemos que ver obligados a forzar su visita.
A lo que nos tenemos que ver obligados es a hacer una excelente
programación y una intensa comunicación e información
de la programación: después... que venga el público
que quiera. Me niego a ser evaluado por un resultado tan manipulable
y extra-cultural como es el número de visitantes, aunque
no tengo reparos en confesar que intentaremos con todas nuestras
fuerzas que sean los más posibles, pero sin que ello implique
desvirtuar un ápice nuestros objetivos.
-Los más
optimistas, en cambio, hablan de un nuevo referente en la vida
cultural de Alava. Intentaremos dar la
razón a los que así piensan.
-¿Se equivocan
los que piensan en Artium como motor del turismo en Alava? Me parece excesivo
considerar Artium como un motor turístico de envergadura.
Incuestionablemente, la presencia del Museo atraerá visitantes
que, sin él, no se acercarían a Álava, pero
el motor será, en todo caso, una acción conjunta
del Casco Medieval, la catedral de Santa María y Artium.
Y espero que con el tiempo a esa tríada se sume la arquitectura
contemporánea de determinadas bodegas riojanas.
-Algo más
de tres millones y medio de euros (600 millones de pesetas) como
presupuesto de gestión de 2002 parece una cantidad económica
humilde para un museo de la dimensión de Artium. ¿Lo es?
Es
suficiente para nuestras metas iniciales. En todo caso, debe tenerse
en cuenta que en esa cifra no se incluyen otras partidas económicas
que en otros museos sí se hace y que, de hecho, Artium
también gestionará. Por ejemplo, los 150 millones
de pesetas para adquisiciones de nuevas obras artísticas,
así como la repercusión de en torno a los 25 millones
de gasto de restauración. En nuestro caso, ambas partidas
quedan dentro del Departamento de Cultura de la Diputación
Foral de Álava, aunque dependa su gasto de nuestras decisiones.
-En su opinión,
¿a qué se debe la apatía de las entidades privadas
a la hora de involucrarse en proyectos culturales? No he notado esa apatía
en relación con Artium. Si en general existe cierto desinterés
empresarial con respecto a proyectos culturales, es porque no
se explica claramente al empresariado cuáles son los beneficios
que obtendría por su implicación, o porque los beneficios
que se les ofrece son insuficientes o poco alentadores y, esto
último, a su vez puede estar ocasionado porque la institución
cultural que aspira a captar recursos privados no posee el tipo
de organización y estructura jurídica adecuadas.
-¿Hacia dónde
va encaminada su gestión? ¿Hacia un atractivo museo como
lugar de exposición o hacia un centro de arte, donde trabajen,
investiguen y practiquen arte los artistas? Nuestra gestión
busca la eficacia y la eficiencia en relación con la misión
que tenemos encomendada. De las dos alternativas que planteas,
sobre todo, nos encaminamos hacia la primera. Es verdad que en
algún momento, hace años, se habló de un
museo que contuviera talleres de artistas, pero esto ha sido desestimado.
Un museo no debe ser un lugar de producción. La mezcla
de ambas funciones es inconveniente por incompatibilidad, salvo
que el museo sea enorme y en una punta se pueda situar el lugar
de producción con todas sus posibles incidencias (ruido,
olores, movimiento de maquinarias...) y en la otra punta se sitúe
el museo con sus necesarias condiciones de tranquilidad, calma...
Artium será un centro de arte, además de un museo,
porque no se limitará a presentar arte, sino también
a crear a su alrededor una serie de acciones que, desde el pensamiento
y la profundización temática (seminarios, charlas,
ciclos de cine, de música, de danza...), se enriquezca
la comprensión de aquel arte que se exhibe en las salas.
Los centros de producción de arte, muy necesarios (Arteleku,
Bilbaoarte...), deben ser instituciones diferentes. En todo caso,
sí habrá exposiciones puntuales que deberán
ser producidas enteramente "in situ".
-¿Ha desencadenado
el Guggenheim un interés social, político y económico
por el arte, desconocido hasta ahora en Euskadi? O preguntado
de otra manera, menos elegante, ¿El Artium es una realidad, entre
otras cosas, por el Guggenheim-Bilbao y su tirón? Este museo de Álava,
tarde o temprano, se iba a terminar haciendo. Su llegada se ha
demorado mucho más de lo debido y, finalmente, es muy posible
que se haya convertido en una realidad gracias al éxito
de instituciones parecidas en ciudades cercanas. Eso es lo que
supusimos que ocurriría las pocas personas que en sus comienzos
apoyamos el proyecto del museo Guggenheim Bilbao... y así
ha sido.

-Nadie es amigo
de comparaciones, y puede sonar hasta provocativo, pero, ¿Artium
es respecto al Guggenheim, lo que el Deportivo Alavés respecto
al F.C. Barcelona? Artium y Guggenheim
son dos museos de arte contemporáneo asentados en el País
Vasco. Ahí acaban las coincidencias. Artium es a Guggenheim
lo que un gran centro comercial es a una "delicatessen": Los dos
venden pero lo hacen de diferente manera..
-Desde el punto
de vista arquitectónico, ¿qué destacaría
del edificio de Artium? Un edificio que ha abierto una nueva plaza
publica en pleno centro de Vitoria-Gasteiz y que tiene parte de
sus instalaciones por debajo de la cota 0. Destacaría la
funcionalidad, la lógica espacial, la flexibilidad, el
óptimo aprovechamiento de sus posibilidades constructivas
y la serenidad formal.
-Tengo una
curiosidad confesable, ¿qué valor económico real
de mercado tiene la colección permanente del Artium? Vamos,
¿qué vale esto? El conjunto de la colección
está valorado y asegurado en 26.368.000 euros.
-Sala Rekalde,
Artium... son paradas en la vida profesional de Javier González
de Durana. ¿Cuál será la próxima? No tengo ni idea. Ni
siquiera sé si habrá otra etapa, quizás ésta
es la estación de término. No me importaría
nada que así fuera. Fotografías: González de Durana:
Artium. Maqueta: Extraída de una simulación virtual
realizada por EUVE
Euskonews & Media 159.zbk
(2002 / 3 / 15-22)
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