Bilbon jaioa 1860ko
abuztuan 10ean. Bartzelonan, Parisen eta Londresen egin zituen
pinturako ikasketak.Inpresionismoaren aitzindaria izan zen Euskal
Herrian nahiz eta bere lanetan kolorea baino, marrazkia, irudia
eta gauzen ingurua nabarmentzen ziren. Euskal Herriko eraikuntza
batzuetako beirategiak landu zituen (Bilboko Arte Ederretako Museoa,
Gernikako Juntetxea, Oiartzungo Rafael Pikabearen jauregia...).
Biriketako gaitzak jota hil zen 1916. Urtean. Obra nagusiak: La
terraza (1887), Cazadores (1887), La siega (1887),
La promesa (1877), La niña del clavel eta
El grumete.
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"La
niña del clavel", Adolfo Guiard eta Larraurirena.
Bilboko Arte Ederretako Museoa.
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Jose Antonio Larrañaga
Etxabe, gipuzkoar abeslari eta musikagilea, Usurbil, Azkoitia
eta Oiartzungo jatorrizkoa. 60ko hamarkadan Angel Bengoetxearen
"La Voz de Guipuzcoa" lehiaketetan hasi zen kantari.
1970 inguruko urteetan hasi zen euskal kantak abesten "Los
Corsarios" rock taldean. 70 hamarkadaren erdialdean,
euskaraz hasten da abesten, hainbat jaialdi eta musikaldietan
milaka lagun bilduz. Euskal Herri osoan zehar abestu du eta baita
Frantzia, Belgika, Espainia eta Holandan. Urkorenak dira, besteak beste,
Sakonki, Maite zaitut Euskal-Erria, Hemen gaude,
Gure lagunei, Goiherri, Biltzen, Donosti
maitia eta Kaioan amodioa diskak. Bere Gu euskaraz
abestiak arrakasta handia lortu zuen 70 hamarkadaren azkenaldian. |
Escritor
guipuzcoano, nacido en Azpeitia el 12 de marzo de 1906. A los
catorce años de edad hubo de abandonar el Bachillerato
para ponerse a trabajar. Es, pues, un literato autodidacta. Hasta
los veintiún años no vio publicado su primer artículo,
pero desde entonces no ha cesó de escribir. Arteche fue
un trabajador infatigable.
A su veintena de obras publicadas
(Una inquietud y cuatro preguntas, San Ignacio de Loyola,
Elcano, Urdaneta, Mi Guipúzcoa, Legazpi,
Caminando, Mi viaje diario, San Francisco Javier,
Lope de Aguirre, Traidor, La paz de mi lámpara,
Vida de Jesús, ¡Portar bien!, Saint-Cyran,
Cuatro relatos, Camino y horizonte, Lavigerie,
Siluetas y recuerdos, Rectificaciones y añadidos,
Discusión en Bidartea, Canto a Marichu, etc.),
hay que añadir varios miles de artículos periodísticos.
Todos los libros de José de Arteche han versado sobre temas
o personajes de Vasconia. Arteche ha tocado diferentes géneros
literarios, destacando como biógrafo de Loyola, San Francisco
Javier, Elcano, Lope de Aguirre, Urdaneta, Legazpi, Lavigerie,
etc. Produce en euskera y en castellano,
con idéntica facilidad de expedición. Cubre una
columna habitual en el semanario vasco Zeruko Argia, casi
desde su misma fundación. Sus trabajos euskéricos
están escritos en un lenguaje muy popular y asequible,
deliberadamente desprovisto de neologismos y galanuras puristas.
En cuanto a sus colaboraciones periodísticas en idioma
castellano, cabría decir que vienen a constituir una especie
de brújula orientadora para sus innumerables lectores. Su pluma ha fungido también,
a veces, de pincel lírico y entrañable, tanto para
captar los encantos acendrados y poéticos de muchos rincones
escondidos de su Guipúzcoa natal, como para plasmar algunos
retratos de tipos humildes y populares que él llegó
a conocer. Hay otra faceta en Arteche
muy importante: la de ensayista. Sin ir más lejos, su estudio
sobre Saint-Cyran y el jansenismo vasco -una de sus producciones
más logradas y felices, con ediciones reiteradamente agotadas-
constituye un admirable sondeo psicológico de nuestro enigmático
carácter. Y ensayos
igualmente agudos, profundos y especulativos lo son también
muchas de sus colaboraciones de prensa. Creyente sin grietas problemáticas
o dubitativas y dotado de una sólida formación humanística,
Arteche, desde su espléndida y serena madurez creativa,
gusta de aleccionar y orientar a las generaciones jóvenes
del país, con sus frecuentes intervenciones en charlas,
coloquios y conferencias. En septiembre de 1967 le fue
otorgado el Premio República Argentina. Algunos de los
libros de Arteche han sido traducidos al francés, portugués,
inglés y neerlandés. El escritor publica en 1970
el original de su obra El abrazo de los muertos, que es
su propio diario de la guerra civil de 1936-1939 y que, para José
de Arteche, es el más importante de todos sus libros. Muere
en 1971.
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