Urdaibai
luce todos los tonos verdes posibles. La madre naturaleza fue
ciertamente generosa con este espacio de 220 km cuadrados, que
ocupa el 10% de la superficie de Bizkaia. Cuenta con 45.000 habitantes,
el 80% de los cuales vive en Gernika y Bermeo. A pesar de que la convivencia
de la diversidad natural y el ser humano puede resultar problemática,
la declaración por parte de la Unesco de Urdaibai como
Reserva de la Biosfera ha llevado al estricto respeto de su riqueza
biológica, en equilibrio con la economía y desarrollo
cultural de la comarca.
Xabier Arana dirige desde 1996 el Patronato agregado al Departamento
de Medioambiente, cargo que este biólogo natural de Gernika
de 35 años acepta como el mejor de los regalos. De hecho,
fue designado director a los tres días de contraer matrimonio.
Xabier nos ha dispensado un cálido recibimiento un día
de espléndida bajamar y, al haber hecho de su afición
su oficio, habla sobre Urdaibai con auténtica pasión.
-En 1984 UNESCO
declaró Urdaibai Reserva de la Biosfera. ¿Qué significa
este reconocimiento? Es un reconocimiento
internacional al valor ecológico y natural de Urdaibai.
En el mundo hay 400 Reservas de la Biosfera, 20 de las cuales
están en el Estado. En Euskal Herria tenemos otra Reserva
en las Bárdenas.
-¿En qué
consistió el proceso? Fue un proceso curioso,
ya que pasó de no ser nada a ser Reserva de la Biosfera.
En los años 70 se barajó la posibilidad de construir
un puente gigante sobre la ría con puerto deportivo incluído,
pero afortunadamente Aranzadi elaboró un magnífico
estudio sobre la riqueza natural y la situación sociológica
de Urdaibai.
-¿Con qué
se encontraron? El estudio tuvo un
doble resultado. Por una parte, se constató la necesidad
de gestionar toda la cuenca y proteger el patrimonio natural de
Urdaibai sin limitarse a la ría. Por otra, se observó
la necesidad de mantener las actividades industriales, agrícolas,
forestales etc. que contribuyen a conservar la identidad de la
comarca y se dedujo que la mejor manera de alcanzar ese equilibrio
sería declarar Urdaibai Reserva de la Biosfera.
-¿Cuál
es la principal finalidad del Patronato?
El
Patronato tiene tres objetivos: proteger la conservación
del patrimonio cultural y natural, garantizar el desarrollo socio-económico
y, por último, proporcionar ayuda logística, facilitando
la información y fomentando la participación y la
investigación.
-¿Cómo
se reparten las tareas? Nos dividimos en tres
departamentos: gestión territorial, programa socioeconómico,
y formación y educación.
-¿Cuál
es su cometido como director? Mi trabajo consiste
en coordinar proyectos y trabajos, y hacer de puente entre entidades,
autoridades y ciudadanos. También debo dinamizar la Reserva
de la Biosfera, dirigir la investigación, encargarme de
la divulgación y de las publicaciones, facilitar información
y apoyar campañas de sensibilización.
-¿Qué
otras Reservas de la Biosfera comparten estas características? A nivel estatal hay
otras Reservas de la Biosfera que siguen el modelo de Urdaibai,
como por ejemplo Menorca y Lanzarote, que también son reservas
pobladas. En este sentido, nos resultan muy prácticos los
foros y encuentros que se celebran con otras reservas del mundo
para intercambiar información y aprender de las experiencias
ajenas.
-Sin embargo,
¿no es un contrasentido la convivencia entre la naturaleza y el
ser humano? Puede ser un contrasentido,
pero es nuestro destino. No hay más que una Tierra y además,
limitada. Al haber aumentado tanto la capacidad tecnológica
del ser humano, nuestras necesidades se han visto igualmente incrementadas.
En consecuencia, ejercemos una enorme presión sobre el
medioambiente. Tenemos que compaginar el desarrollo de la sociedad
y la conservación del patrimonio cultural y natural.
-¿Qué
es el desarrollo sostenible? Significa organizar
un territorio y decidir entre todos el destino que se le va a
dar. Pero no basta con cumplir los tres objetivos antes mencionados.
Hay que ir más allá. Cuando el ser humano tiene
una marcada presencia, es necesario llegar a un acuerdo para no
dañar el patrimonio natural y cultural.
-¿Cuál
es el mayor problema para ello? El desarrollo sostenible
pasa por proteger los recursos medioambientales (el agua, la tierra,
el aire, la calidad de vida de las ciudades...). El problema es
que no todos los habitantes de la comarca llegan a asumir el proyecto.

-Por tanto,
la participación de la ciudadanía es fundamental. Desde luego. La ley
de Urdaibai protege espacios como la ría, la costa, la
cornisa cantábrica, los yacimientos arqueológicos,
etc, pero no podemos olvidarnos del resto. El Patronato gestiona
la Reserva de la Biosfera, pero el entorno lo tenemos que cuidar
entre todos. Las entidades públicas, las sociedades, los
agentes sociales, los propietarios particulares, etc. juegan un
papel muy importante.
-¿Qué
hace peligrar el patrimonio natural? Las principales amenazas
son dos. La primera es muy clara: la masiva urbanización
y construcción de viviendas. La presión de las ciudades
es impresionante, tanto en Bizkaia, en Gipuzkoa, como en Lapurdi.
Y en nuestro caso esa presión es aún mayor, dado
que Bilbao se encuentra a media hora.
-¿Y la segunda
amenaza? Todavía queda
mucho que hacer respecto a la depuración de las aguas,
por lo que la calidad del agua de la ría no es todo lo
buena que nos gustaría. Las fábricas de las proximidades
de Gernika han reducido sus vertidos y los residuos se gestionan
mejor; ya no aparecen peces muertos, como antes. Por otra parte,
en Bermeo, donde se encuentra el sector de las conservas, están
estudiando el modo de producir menos residuos.
-¿Qué
actitud adoptan los habitantes de Urdaibai? Al principio, cuando
declararon Urdaibai Reserva de la Biosfera, sentían una
especie de recelo, porque la palabra "reserva" parecía
tener connotaciones restrictivas. Según se desprende de
los estudios sociológicos que se han efectuado con posterioridad,
las posturas predominantes son dos: la de los urbanitas y la de
los baserritarras, que están atravesando un delicado momento
ante la presión a la que los someten el urbanismo y el
turismo. Por tal motivo, apoyan nuestra actividad, ya que la legislación
los protege de la reinante ansiedad de construir viviendas en
terrenos rurales. Además, hay otro sector muy crítico:
el de los propietarios forestales.
-Se muestran
ustedes preocupados por la situación de los bosques. Preocupados y alarmados,
porque este tipo de silvicultura no hace sino destrozar las tierras.
Los estudios realizados demuestran que las técnicas actuales
erosionan la tierra. El cultivo del pino está muy extendido;
de hecho, el 60% de nuestra tierra son pinares. Pero lo preocupante
no es eso, sino el modo de talar los pinos. Ante las prisas por
proceder a una nueva plantación, los terrenos se preparan
con rudeza, arando la tierra bruscamente. Lo que antes estaba
cubierto de verde se está desertizando.
 |
Bosque
de ribera. |
-¿Y qué
dice la naturaleza sobre todo ello? Dice que hay lugares
que deberíamos dejar en paz, como ríos, valles y
collados de gran pendiente. Son muy sensibles y cumplen un papel
fundamental. Del mismo modo, hay especies que requieren nuestra
ayuda, ya que de lo contrario desaparecerían. También
hay especies que han desarrollado mecanismos de autoprotección.
-¿Dentro de
ese equilibrio, hay algo que predomine? Es difícil trazar
una línea, pero tenemos que tener en cuenta que el ser
humano no es el único ser vivo que cuenta con una infraestructura.
La Tierra también la tiene. La arena de los ríos
cumple una función ecológica de mantener las aguas
limpias y conseguir un equilibrio.
-¿Cómo
transmitir esa idea a la sociedad? No es fácil,
pero creo que la gente ha empezado a concienciarse de la importancia
de la biodiversidad. Si una especie desaparece, lo hace para siempre.
Los animales no conocen de fronteras político-administrativas.
Tenemos que hacer todo lo posible para posibilitar el desarrollo
de los procesos naturales, como las migraciones de las ballenas
y de las aves. En nombre del progreso vertemos petróleo,
destruimos humedales, etc y, desde nuestra condición de
destructores, tenemos una doble responsabilidad.
-Desde 1988,
la caza está protegida en Urdaibai. Sí. De este
modo, las aves pueden detenerse con toda tranquilidad. Pero tenemos
otro problema, y es que el número de jabalíes no
cesa de aumentar. Están causando destrozos en los caseríos.
Aun así, hemos encontrado una fácil solución:
basta con instalar rediles eléctricos para que los daños
cesen. Ocasionalmente, la Diputación Foral de Bizkaia organiza
batidas para controlar la población.
-También
las actividades deportivas proliferan cada vez más en Urdaibai.
¿Cómo influyen en la fauna y flora? Últimamente,
los barcos y piraguas que entran en los cauces estrechos ahuyentan
a aves como las espátulas, que en el 15% de los casos abandonan
Urdaibai, sin tomar el descanso que necesitan antes de dar comienzo
a la siguiente etapa migratoria. Por tanto, recomendamos navegar
por el centro del río.

-¿Los surfistas
de Mundaka no causan ningún mal? A Mundaka viene gente
de todo el mundo a por la mejor ola izquierda del mundo. Pero
los surfistas no causan ningún daño a Urdaibai.
-¿Qué
hallará el visitante en Mundaka que no encuentre en otros
lugares? Muchísimas cosas.
Pero, por encima de todo, la ría de Urdaibai.
-¿Qué
destacaría de la flora de Urdaibai? La gran cantidad de
plantas que constan en el catálogo de especies amenazadas.
-¿Y respecto
a la cultura? Antiquísimas
huellas. La primera referencia es de hace 36.000 millones de años.
La agricultura apareció en nuestra comarca hace 6.000 años.
Y, por supuesto, las cuevas de Santimamiñe. También
hay vestigios de la Edad de Hierro, de cuando llegaron los vikingos
y los normandos. La Edad Media, por su parte, nos ha dejado un
rico legado: casas torre, iglesias, el Camino de Santiago, etc. Por otra parte, y ya respecto
a tiempos más modernos, hay que recordar que Urdaibai cuenta
con un tipo de caserío particular, muy interesante desde
la perspectiva arquitectónica y de la organización
territorial.
-¿Qué
aspecto resaltaría de su fauna? Aunque las grandes
protagonistas son las aves, destacaría el visón
europeo y la jineta.
-Teniendo en
cuenta que la clave reside en la educación, ¿qué
actividad desarrollaría de cara a educar a la sociedad? Tenemos un plan de
investigación y educación, pero que no se limita
exclusivamente al ámbito escolar. Sin lugar a dudas, hay
que extender la educación y los conocimientos a todos los
sectores sociales, pero nosotros pretendemos ir más allá
de los fines didácticos. Ahí está la iniciativa
"Erraz mugitu Urdaibain", que fomenta el uso del transporte público
frente al automóvil. Este año queremos realizar
una campaña más amplia, ofreciendo consejos sobre
el desarrollo sostenible.
-Además,
publican ediciones muy cuidadas. Me alegro. Ahora mismo
estamos preparando una edición sobre la vida submarina
y una guía sobre las aves, para que los visitantes saquen
más provecho a sus visitas.
-¿Cuál
es el perfil del visitante de Urdaibai? Según las encuestas
que realizamos el año pasado, se pueden distinguir dos
perfiles: los visitantes que vienen a pasar el día y los
turistas que se hospedan por aquí utilizan los servicios
de forma activa. Necesitamos menos visitantes y más turistas.
 |
Marismas
de Urdaibai. |
-¿Cuál
suele ser la procedencia de los visitantes? La mayoría son
vizcaínos que vienen de las cercanías de Bilbao
a pasar el día.
-¿Y qué
hay de los turistas? Durante todo el año
vienen madrileños y catalanes a casas de agroturismo, y
en la época estival viene gente de toda Europa. Vienen
más del extranjero que de la Comunidad Autónoma.
Pero no porque se sientan atraídos por las playas, sino
porque quieren ver Urdaibai en su conjunto. De todos modos, el
mayor reclamo es el de conocer el pueblo de la paz. Parece que
estamos empezando a recoger el fruto de años de trabajo.
-¿Quiénes
son los turistas más peculiares? Sin duda, los japoneses.
Vienen a conocer nuestro pueblo mártir. Al ser tan simbolistas,
la ciudad bombardeada les resulta muy llamativa. Algunos también
se sienten atraídos por la naturaleza.
-¿Qué
tipo de propuestas reciben? La gente pide tres
cosas. Por una parte, mejorar la señalización. Estamos
en ello. Por otra parte, aumentar el número de plazas de
aparcamiento, pero eso no sería una solución, por
lo que aconsejamos utilizar el transporte público. Por
último, nos piden un mayor equipamiento para conocer el
patrimonio. En nuestra sede facilitamos información general
y ofrecemos consejos, pero en este momento hay dos proyectos de
cara al equipamiento de Urdaibai que se abrirán en breve,
uno en Gernika y otro en Busturia.
-Tendrán
alguna que otra anécdota que contar... Cómo no. En
una ocasión realizamos una serie de encuestas para saber
si la gente conocía Urdaibai y qué opinión
les merecía, y nos dieron unas respuestas sorprendentes:
algunos decían que estaba muy rico o que el material era
de muy buena calidad. La explicación es bien simple: desde
que fuera declarada Reserva de la Biosfera, el nombre de Urdaibai
ha tenido un gran éxito en la comarca. Hay equipos de remo,
de balonmano, una escuela de rugby, un equipo de triatlón,
muebles, bares, txakolin, veterinaria, serigrafía, un equipo
de motoristas, etc.; que han adoptado ese nombre. Hace un tiempo
sólo un grupo de danza de Forua se hacía llamar
Urdaibai, pero afortunadamente, en los últimos cinco años
la Reserva de la Biosfera se ha hecho mucho más conocida.

-¿Hasta qué
punto lo conocen los extranjeros? La gente que llama
desde el extranjero pregunta por los trámites que hay que
hacer para obtener la autorización para visitar la reserva.
Los artículos que se publican en las revistas en torno
a Urdaibai suelen llevar titulares tan llamativos como "El Santuario
de la Naturaleza". Cuando les explicamos que aquí vivimos
45.000 personas rodeadas de asfalto, se quedan de piedra.
-Su momento
más feliz en Urdaibai... Fue cuando me nombraron
director. Para mí suponía un gran reto presentar
mi candidatura al concurso, porque lo hice como independiente,
sin el apoyo de ningún partido político.
-¿Qué
divisa desde su postura de director? Comencé a apreciar
la riqueza que encierra nuestra comarca en 1989, cuando empecé
a trabajar como técnico en el patronato de Urdaibai. Ya
conocía la ría y las aves, pero empecé a
valorarlo al percatarme de su fragilidad.
-Urdaibai es
un punto de parada de las aves. ¿De dónde proceden? Del Norte de Europa,
del Ártico y de la Tundra. Algunas aves pasan el invierno
en nuestra marisma y otras van a Doñana o a África.
En marzo, pasada la época de las nieves, vuelven hacia
el Norte de Europa. Como dato, el 20% de las jinetas de Holanda
paran aquí.
-¿Cómo
consiguen realizar travesías tan largas? Aprovechan las corrientes
térmicas y las ventiscas. Van haciendo paradas, sin perder
la referencia de la costa. El chorlito, por ejemplo, vuela desde
Islandia hasta Sudáfrica.
-¿Cuál
es la mejor época para observar a las aves? Aunque puedan resultar
desagradables, los mejores días son los de mal tiempo,
porque el viento del noroeste empuja las aves hacia la costa.
La estación más apropiada es el otoño, porque
al emigrar desde este a oeste, hay que ponerse a mirar hacia el
este, hacia la isla de Izaro y el cabo de Ogoño. En primavera,
en cambio, hay que mirar en el sentido opuesto.
-También
se pueden avistar ballenas. ¿Cuál es el mejor lugar para
ello? El mejor lugar es Matxitxako,
durante todo el año. Pero para poder ver rorcuales, xibartes,
cachalotes y delfines, conviene que el mar esté en calma.
Y, evidentemente, se necesita un poco de paciencia.
 |
Grupo
de Rorcuales aliblancos y Delfín común. |
-Supongamos
que le ofrecen la posibilidad de hacer lo que le plazca en la
Reserva de la Biosfera de Urdaibai. ¿Qué cambiaría? ¡No será verdad!
Para empezar, protegería mejor los ecosistemas a través
de una gestión más directa y más amplia,
para que pudieran ser más funcionales. Urdaibai sería
un santuario natural si se mejoraran sus ríos y bosques.
Habría que desarrollar los robledales y los bosques mixtos,
que han tenido un claro retroceso, así como los hayedos,
que aquí están muy deteriorados. La Diputación
ha plantado varias hayas en Sollube, pero todavía son muy
pequeñas.
-¿Reduciría
la presencia de la gente? ¡Desde luego que no!
¡Dejaría de ser Urdaibai! A la sociedad del futuro me la
imagino, además de concienciada en la conservación
y recuperación del entorno natural, implicada en la conservación
de la naturaleza. Calidad de vida no significa llenarse los bolsillos,
sino disponer de recursos naturales de calidad.
-¿Cuál
es su rincón favorito de la Reserva? Es un secreto, pero
se lo diré: cuando atravieso un mal momento o algo me preocupa,
suelo ir al robledal de Triñe. Desde la ermita puedo contemplar
todo Urdaibai, incluso la isla de Izaro. Al ver a los pájaros
volar sobre mi cabeza y respirar en profundidad, ¡braust!, el
viento se lleva todos mis nubarrones interiores. Fotografías: Beñat
Doxandabaratz, de las publicaciones "Manual para la observación
de aves marinas y cetáceos desde el cabo de Matxitxako"
y "La espátula en Urdaibai"
Euskonews & Media 153.zbk
(2002/2/1-8)
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