El
ciclo vital de la persona a través de las categorías
de edad (nacimiento e infancia, niñez, adolescencia y juventud,
matrimonios del año, padres y madres de familia, viudos,
ancianos y difuntos o antepasados) y sus ritos de paso, suelen
presentar una serie de ajustes o desajustes del individuo respecto
a las demandas sociales para cada etapa. Por otro lado, a lo largo
de los diferentes momentos festivos del año, cada grupo
de edad tiene asignados unos papeles concretos a realizar (actos
festivos, ceremonias, rituales, ....), cuyo objetivo es la repetición
o regeneración del ciclo cósmico tan necesario para
la continuidad normal de la vida colectiva o incluso, de la misma
Naturaleza.
En el presente artículo
nos referimos a los grupos de edad y en concreto a las asociaciones
de jóvenes solteros o de mocedad que estaban constituidas
en grupos informales y de iguales, seminstituidas y que actuaban
como grupos cuasi totales en el marco del barrio (auzo)
o municipio.
Durante la etapa
juvenil, la conciencia social esta muy acentuada, acrecentándose
la participación activa en grupos y la lealtad o unidad
grupal. Las características de estos grupos juveniles de
amistad son variables en el número y en las categorías
físicas y sociales de sus componentes; la duración
puede ser de relativa permanencia; sus interrelaciones personales
sedentarias son frecuentes y su finalidad se concreta en diversas
funciones manifiestas (diversión, amistad, cooperación,
....) y latentes (socialización informal). Este proceso
de socialización, puede venir por la internalización
de los valores e ideales del mismo grupo de pertenencia o por
la adquisición de los de otro grupo de referencia. Consiste
en un proceso por el cual el individuo internaliza valores socioculturales
de su entorno y que a su vez, adapta o configura la propia personalidad
a las necesidades colectivas y del hábitat. Todo proceso
de socialización, necesita de un conjunto de medios para
procurar la identificación social de los componentes a
las pautas, normas y valores de una sociedad, que están
basados en el control social. Dentro de este contexto cultural,
se encuadran los datos obtenidos de nuestra investigación,
que a continuación vamos a recapitular:
A los componentes
de estas agrupaciones, en la merindad de Busturia (Bizkaia), se
les denominaba saragi mutilek (los mozos del pellejo de
vino); de donde podemos deducir, cierta relación en la
forma y funciones con los grupos de eskota. Estos últimos,
hace unos años, eran habituales en ciertas localidades
de la merindad de Uribe (Meñaka, Munguia, Arrieta, Larrauri,
Emerando, ....) y de Durangaldea (en sus fiestas de ermita), donde
en agrupación de juventud (denominados de eskota)
se encargaban de comprar un pellejo de vino e invitar a la vecindad.
Las localidades
que conocieron agrupaciones de saragi mutilek en sus fiestas
patronales, antes de su desaparición con la Guerra Civil,
fueron Ajangiz, Arratzu, Ereño, Errigoiti, Forua, Gorozika,
Lumo, Ibarruri, Kortezubi, Mendata, Munitibar, Murueta, Muxika
y Nabarniz. Entre las diversas asociaciones juveniles de cada
barrio o pueblo existía una relación de buena vecindad.
Todos los jóvenes
asociados eran muchachos solteros que entraban en la asociación
hacia los 16 ó 18 años (cuando estrenaban sus primeros
pantalones largos) y salían de la misma, al contraer matrimonio
o por fallecimiento (es el caso de los mutil zar).
Dos jóvenes
eran los representantes juveniles y a los que denominaban plaza
mutilek (los chicos de la plaza). Este cargo duraba un año
y se les atribuían ciertas funciones específicas
(cuidar del desarrollo festivo, organizar actividades, relacionarse
con las autoridades, administrar fondos, etc.). Con motivo de
las fiestas patronales de la localidad o barrio, esta organización
juvenil celebraba una reunión previa donde acordaban la
compra de un pellejo de vino, el pago "a escote" de los gastos
festivos, la organización de otros actos (músicos,
colectas, etc.), la admisión de nuevos miembros y la elección
o renovación de cargos. Curiosamente, el sistema de elección
del Fiel Regidor en Bizkaia, presentaba una estrecha relación
con los sistemas utilizados (sufragio universal, nombramiento
del saliente al entrante, sorteo, rotación del cargo por
barrios o caseríos y propietarios recién casados)
para elegir los representantes juveniles y algo similar, sucedía
con muchas de las funciones atribuidas.
La víspera
de fiestas al anochecer, los jóvenes de la asociación
trasladaban con gran regocijo el pellejo de vino (zagi edo
zaragi) que habían comprado "a escote" en alguna localidad
vecina. Durante las fiestas, acostumbraban a guardar este pellejo
en el camarote (ganbara) del Ayuntamiento, en un espacio
contiguo a la ermita o a la iglesia, en alguna taberna o casa
particular o en el horno (labe) de un caserío. Terminaban
con una cena en común (basada, generalmente, en bacalao),
donde se consumía parte del vino festivo.
El día de
la fiesta por la mañana, se celebraba una misa en honor
del patrono y posteriormente, se organizaban los típicos
festejos matinales. Ya por la tarde, reunidos los saragi mutil
de las diversos barrios y pueblos de alrededor, se procedía
a celebrar el baile a los sones del tamborilero municipal.
A modo de inciso,
indicar que antes de la popularización del baile "a lo
suelto" (jota o fandango y arin arin) y "a lo agarra(d)o"
(pasodobles, vals, ....) fue costumbre habitual, en las tardes
de los domingos y fiestas, divertirse mediante la ejecución
de sucesivas Soka dantzak o Aurreskus.
En la plaza pública
o frente a la ermita, los saragi mutil locales iniciaban
las Erregelak (Las reglas) o "Aurresku de Anteiglesia".
La siguiente Soka dantza la sacarían los saragi
mutil de otra localidad que, previamente, la hubiese solicitado
a los plaza mutil o a la autoridad municipal y así
sucesivamente, según acuerdo consuetudinario, se trataba
de conseguir buena armonía entre la juventud de la zona.
Esta modalidad de
Erregelak, en la actualidad, sigue vigente en algunas localidades
de la merindad de Durango (Garai, Berriz, Iurreta, ....) y al
parecer, tuvieron su extensión y variante en la zona de
Gernika. Referente a este antiguo (se remonta a principios del
XIX o incluso al XVIII) y olvidado "Aurresku de Anteiglesia"
o Erregelak, indicar que su extensión se presenta
sobre ambas vertientes del Oiz (Durangaldea y Busturialdea)y que
buena parte de su labor de mantenimiento (en ambas zonas) corrió
a cargo de la dinastía de los "Patxiko" de Berriz. Por
otro lado, nos encontramos con que los agentes de su mantenimiento
musical son una serie de txistularis letrados o iletrados
y un grupo de antiguos dantzaris o aurreskularis,
que recuerdan la melodía o la asocian con la letra. Todo
ello ha contribuido, en buena parte, a su diversificación
paulatina o simplemente, a su deterioro a lo largo del tiempo.
Acabada la realización
de cada Aurresku o Erregelak por los jóvenes
de un determinado barrio o municipio, subían al desván
junto con las chicas que habían sido invitadas a la Soka
dantza y tomaban un trago de vino del pellejo (generalmente,
a las mozas se les ofrecía el vino rebajado con agua y
azúcar) que servían los plaza mutil. El mismo
vino era repartido por ellos, mediante unas jarras (pitxar)
y consumido por los asistentes o público en general.
De esta forma tan
sencilla y alegre, los habitantes de Busturialdea, celebraban
la festiva mañana y tarde patronal. Estas jornadas de fiesta
y sus bailes predisponían a posibles noviazgos; a relaciones
de buena vecindad entre la juventud de diferentes comunidades
(en ocasiones, contrariamente, se suscitaban rivalidades); a vínculos
de la asociación juvenil con autoridades y notables (locales
o interlocales) o al cumplimiento de un papel social por la juventud
(funcionando como especie de comisión de fiestas y a modo
de representantes festivos de la colectividad).
A su vez, estas
asociaciones juveniles tenían como función la socialización
de sus componentes. Durante el ciclo de edad y con orden al sexo,
se van configurando progresivamente las futuras funciones de los
jóvenes en el seno de la sociedad rural. Los mozos son
preparados en función de su participación activa
en la vida familiar, social y laboral de la comunidad. Mientras,
a las mozas se las tutela para la responsabilidad en las faenas
propias de la etxeko andre en la casa, crianza y educación
de los hijos y mantenimiento de las funciones religiosas domésticas.
El grupo de jóvenes
es, a nivel manifiesto, una agrupación de carácter
social (organizaban las fiestas , controlaban las posibles desviaciones,
eran vigilados y asesorados por los adultos) y,a nivel latente,
propicia el paso a la categoría de los casados (relación
entre jóvenes de ambos sexos y matrimonios, necesarios
para el grupo social en cuanto a uniones fecundas).
Grupo de edad que
se encarga del control social y de salvaguardar o definir los
límites espaciales del grupo social. Estas asociaciones
de jóvenes, establecían relaciones de buena vecindad
o rivalidad con otras mocerías de localidades cercanas.
Así como lazos de cordialidad con las autoridades locales
o personas relevantes del pueblo.
Los resultados obtenidos
y publicados en toda su extensión Jentilbaratz - Cuadernos
de Folklore (bajo el título de Asociaciones de mocerías
en la merindad de Busturia), nos dan una idea de las características,
sistemas de organización, normativas, funciones y el entorno
de las asociaciones de mozos que nos han ocupado.
Josu Larrinaga
Zugadi, sociólogo y miembro
de Eusko Ikaskuntza y de Euskal Dantzarien Biltzarra |