He
leído el trabajo, o mejor dicho, la continuación
del trabajo, que acerca de la Interpretación de la toponimia
vasca publica en el número 3 del tomo XXIV, páginas
351-358, de esta REVISTA, mi querido y admirado amigo don Justo
Gárate, el culto e inquieto Doctor. Y me ha de permitir
éste que formule algunas observaciones a lo que él
expone, a tanto de prioridades, en su mentado artículo.
Dice, entre otras cosas: «Es curioso
también que, como cita la Historia de Estornés Lasa,
y yo pude comprobarlo unos meses antes, exista en el Archivo Conventual
de los P.P. Franciscanos de Zarauz una poesía inédita
de D. Eusebio M.ª de los Dolores Azkue de Marzo de 1862 que se
titula Euzkadia. Sabino Arana nació tres años
más tarde». Fué en la Revista Euskal-Esnalea
— tomo VII, pág. 225— donde B. de S. dió por
vez primera la noticia de la existencia de la obra de Azkue; y
apoyado en ese testimonio y en lo que en la propia publicación—tomo
VIII, pág. 1—expuso E’tar J., escribí yo en Espasa—
tomo 67, pág. 149, art. Vasconia—: «El hallazgo
en el Archivo del convento de los Franciscanos de Zarauz de un
poema euskérico inédito, que firma Eusebio Maria
Dolores de Azcue en 1862, y en el que se emplea la palabra Euzkadia,
promovió la sospecha de que la forma ideada por Arana-Goiri
no fuese neológica. Indudablemente lo es, y nó la
de Azcue, que es la misma Euskaria ya conocida, mediante
la substitución de la s y de la r, por z
y d, muy corriente en vascuence». Tengo por cierto,
pues, que, ni el fundador del nacionalismo vasco conoció
el manuscrito de Zarauz, ni Azkue se propuso introducir, al usar
de aquél término, ninguna novedad en el léxico.
Para lo primero me atengo, aparte de otras consideraciones, a
una que me brinda esta confesión de Arana-Goiri: «Incorregiblemente
perezoso para leer, y, por tanto, nada erudito, no dudo que muchas
veces he de caer en la errónea suposición de ser
yo el primero que emite un juicio determinado, cuando ya lo ha
sido por otros; pero puede tenerse por igualmente seguro que,
cuando yo sepa que mi hallazgo científico ha sido descubierto
por otro, lo he de confesar ingenuamente». [Euzko en Artículos
publicados en la 1.ª época de «Euzkadi», Revista
de Ciencias, Bellas Artes y Letras de Bilbao. 1901. Bilbao,
1908, pág. 3, nota.] Consecuente con esta norma, de haber
sabido Arana que Azkue se valió de la forma Euzkadia,
lo hubiese declarado.
Y sigue Gárate en otro párrafo
de su estudio: «Mi dato más antiguo —referente a la palabra
Euskaria— es el de una poesía de José Vicente
Echegaray de 1829 que titula dos estrofas «Euskarichoa»; aparece
en la Revista «Euskal-Erria», T. 16, págs. 8 y 9.» Sospecho
que este dato no es fruto de la observación personal de
Gárate, sino que le fué facilitado por alguna persona
que conoce poco el euskera o que se limitó lisa y llanamente
a advertir la presencia de la indicada voz a la cabeza de dos
de las estrofas de Echegaray, sin detenerse a examinar el contenido
de estas. De otra suerte no se explica que se haya podido dar
a «Euskarichoa» el valor que se le otorga por
Gárate.
La composición a que éste
se refiere lleva por epígrafe Donostiyako gazteak—Erregeen
gurtea edo adoraziyoa, beren egunaren bezpera gabean, 1829-
garren urtean (1)
— y estuvo destinada, sin duda, a alguna comparsa que recorriera
las calles de San Sebastián la noche del 5 de Enero de
1829. Las dos primeras estrofas llevan por rótulo común
Marcha y son bilingües: los versos impares están
escritos en castellano, y los pares, en euskera. Transcribiré,
como muestra, una de ellas.:
Humildes criados, leales, gratos Errege jaun irurenak, Há trece dias que
caminamos Oriyentetik Belena: Al fin llegamos de gozo
llenos Zoriyon leku onetan, Y nos hallamos postrados
todos Jaungoikoaren oñetan.
Siguen ocho estrofas más,
todas en euskera, bajo la rúbrica de Otsastechoa— cantarcico,
cantinela—, y con la de Euskarichoa se encabezan la que
figura tras de la octava de aquellas y la que pone fin a la poesía,
después de cuatro más que se agrupan al pié
de este título: Zortzikoan adorayizoa. He aquí
ambas Euskarichoak:
Kristabak, berri onak,
Doaya ta poza,
Atsegin zorionez
Naikeran bakoitza;
Esker on aukeretan
Beterik biotza,
Zelebratu dezagun
Jesusen jayotza
. . . . . . . . . . . .
Atozte ikustera
Atozte jendeak, Jesusaren oñetan Iru Erregueak; Emen berdintzen dira Aberats, pobreak, Berdiñak badirade Gure birtuteak.
El examen de estos versos aleja la
posibilidad de que «Euskarichoa» pueda ser entendido como algo
referente al solar o a la tierra de los vascos; pero se explica
perfectamente que José Vicente Echegaray utilizara esa
palabra en su significado de estribillo— refrain,
que dicen los franceses, y ritornello los italianos—,
que se le asigna en el Diccionario trilingüe del Padre
Larramendi, quien la deriva de euscaria, estribo, según
aquél, que da origen también, a euscaritu, estribar
y euscaritua, estribado (2).
El lugar que el tan repetido vocablo ocupa en la composición
de mi homónimo corrobora asimismo esta interpretación,
que no se vé modo de ampliarla a nada que acuse la presencia
del elemento Euskari como embrionario del Euskaria,
tan generalizado.
Bonifacio de ECHEGARAY
(1) Respeto en absoluto
la ortografía que se observa en los textos euskéricos
que reproduzco. (VOLVER)
(2) AZKUE, en su Diccionario, registra la palabra
Euskarri, como expresivo de apoyo, agarradero, asa. (VOLVER) |