La
sociedad actual concede una importancia cada vez mayor a la prevención
de la salud, razón por la cual se habla mucho sobre los
beneficios del ejercicio físico y, en general, sobre la
conveniencia de practicar algún deporte. Es bien sabido
que el ejercicio físico desempeña un importantísimo
papel en la conservación de la salud y que resulta fundamental
en lo que respecta a la prevención.
Pero la salud no
debería enfocarse desde un punto de vista meramente médico.
En tal sentido, conviene adoptar una perspectiva mucho más
amplia, ya que son múltiples los campos a los que se extienden
los beneficios del ejercicio físico:
- Bienestar psicológico
- Reducción del estrés
- Realización personal
- Cambio del carácter
- Mejora de la situación
médica y fisiológica
- Etc.
La salud debe ser
examinada persona por persona, teniendo en cuenta que la práctica
del ejercicio físico y el deporte no siempre son saludables.
En
el mundo entero se confeccionan programas dirigidos a prevenir
las enfermedades cardíacas, la hipertensión, la
obesidad, la diabetes o enfermedades óseas. Es bien sabido
que, gracias a los beneficiosos efectos del ejercicio físico,
son muchos los parámetros de la salud que tienden a mejorar:
- Circulación
del corazón:
- Se reduce la frecuencia
cardíaca
- Mejora la economía del
esfuerzo
- Aumenta el aporte del oxígeno
del corazón y de los músculos
- Crece el número y tamaño
de los vasos sanguíneos
- Mejora el control de la tensión
arterial
- Musculatura
ósea:
- Mejoran o se curan las patologías
osteoarticulares
- Aumenta la fuerza y disminuyen
las lesiones
- La osteoporosis se reduce
- Mejora la flexibilidad de las
articulaciones
- Metabolismo:
- Mejora el control de la
glucemia y disminuye la necesidad de insulina
- Se controla la obesidad
- Mejora la imagen de los lípidos:
los triglicéridos se reducen y mejora la proporción
del colesterol
De este modo se consigue
que tanto las vías metabólicas para obtener energía
como el nivel de estrés que crea la intensidad del trabajo
realizado se vean reducidas. Este conjunto de cambios recibe el
nombre de economía del trabajo, gracias al cual
el mismo cometido físico se desarrolla con un desgaste
biológico menor, de tal forma que los sistemas del cuerpo
trabajan con mayor comodidad y con una mejor oxigenación.
De
lo expuesto se deduce que la inactividad puede dar lugar a muchas
deficiencias y enfermedades, motivo por el cual hoy en día
se concede una gran importancia al ejercicio físico, no
sólo en tanto que medida de prevención, sino incluso
para recuperarse de diversas patologías (aparato respiratorio,
metabolismo, articulaciones óseas, etc.).
Los objetivos del
ejercicio físico, además de los fisiológicos,
pueden ser muy variados:
- Mejorar las funciones orgánicas - Cambiar los hábitos - Equilibrar y reforzar la
carga psicológica - Aumentar la capacidad de
esfuerzo - Enseñar los límites
físicos de cada persona - Ayudar a conocer los síntomas
y señales que aparecen con el ejercicio
Con ello se pretende
desterrar el miedo al estrés físico y a los cambios
que origina el ejercicio físico, y llegar a entenderlos
dentro de la normalidad. Con frecuencia se le suele temer más
a la disnea o a la molestia muscular que aparece en el transcurso
del ejercicio físico que a la propia enfermedad. Por tal
motivo, cuando el ejercicio físico se presenta como un
medio terapéutico más, el aspecto psicológico
adquiere una gran importancia dentro de la Terapia del Movimiento.
La Terapia del Movimiento
trata de dar un paso en adelante, al servirse del ejercicio físico
como medio terapéutico, lo cual significa que no es sólo
una medida de prevención, sino también un complemento
de las fases de rehabilitación. Mediante la práctica
del ejercicio físico se pretende gozar de un aceptable
estado de salud, gracias al cual los enfermos puedan desarrollar
su vida de la mejor manera posible.
El ejercicio físico aporta
múltiples beneficios:
en las enfermedades cardiovasculares,
tanto en lo que respecta a la prevención como a la rehabilitación.
Este ha sido el primer campo de la terapia del movimiento.
en las enfermedades cancerígenas:
principalmente en la recuperación de varias terapias,
aunque revista mayor importancia en la prevención de
diversos tipos de cáncer (de pecho, de colon, etc.)
en la obesidad, tanto de niños
como de adultos. La prevención de la obesidad infantil
reviste una enorme importancia, que no es menor en el caso de
los adultos, y resulta absolutamente necesaria en el caso de
la diabetes del tipo II, que en cualquier caso empieza a prevenirse
en la niñez
en las enfermedades respiratorias:
asma, bronquitis crónicas
en el aparato locomotor, en la
prevención de patologías originadas por posturas
incorrectas, en la recuperación de lesiones articulares
y/o al mantener la movilización
En cualquier caso,
no son éstos los únicos aspectos en los que resulta
recomendable practicar ejercicio, ya que durante los últimos
años se aconseja asimismo en la recuperación de
otras enfermedades o patologías tales como el SIDA, la
psiquiatría, etc.

No obstante, hay
que dejar bien claro que la terapia del movimiento es un medio
terapéutico complementario que debe ser practicado con
profesionalidad, y no de cualquier manera, ya que de lo contrario
en lugar de beneficiosa podría resultar perjudicial. La
actividad física hay que entenderla como un medicamento
que debe ser recetado, dosificado y supervisado por un médico.
Al igual que si se tratara de una sustancia farmacológica,
en la terapia del movimiento hay que tener en cuenta cuáles
son el Tipo, las Dosis, las Declaraciones y las Prohibiciones.
Por ello, en la Terapia del Movimiento:
- El control, la
declaración y la dosificación de la capacidad
debe hacerlas un médico.
- La práctica del ejercicio, el control del esfuerzo
y la modificación del ejercicio deben ser definidas por
un Profesional del Ejercicio Físico.
Llegados a este punto,
hay que señalar que el ejercicio físico practicado
en la Terapia del Movimiento ha de ser personal, tanto porque
cada persona es diferente como porque cada enfermedad tiene sus
peculiaridades, y, sobre todo, porque las fases de cada enfermedad
varían.
Por todo ello, y
como conclusión, me gustaría destacar unas cuantas
ideas:
El ejercicio físico entraña
unos peligros, pero son más los beneficios que aporta
Es necesario conocer los límites
de cada persona, en todo momento
La actividad física incontrolada
puede suponer un peligro para la enfermedad
El sedentarismo puede resultar
perjudicial, tanto para los enfermos como para los que gozan
de salud
El ejercicio físico puede
ayudar a mejorar la situación física y psíquica
Siendo como es la
Terapia del Movimiento una importante técnica, la salud
pública debería considerarla junto con el resto
de las terapias, sin limitarse a aceptarla como una válida
hipótesis carente de una aplicación efectiva.
Iñaki Arratibel, SHEE-IVEF.
Instituto Vasco de Educación Física |