Samaniego y Bilbao
Emilio Palacios Fernández

Desconozco en qué fecha exacta visitó Samaniego por vez primera Bilbao. Su padre le había hablado de la ciudad marinera, pero no había motivos particulares para hacer el penoso recorrido por las agrestes montañas para ver el mar que tantas intranquilidades desataba en las personas de tierra firme. Tampoco estaba el camino Bilbao-Logroño, mal trazado y lleno de baches, para entregarse a aventuras viajeras. El joven riojano había estado en varias ocasiones en San Sebastián, cuando había ido a reconocer las heredades de su tío en Tolosa, ricas en maizales y manzanos. También había visitado Vitoria, largo viaje por la ribera del Ebro hasta el camino real de Miranda, en época temprana para cumplimentar a amigos y familiares como su estimado primo Carlos Antonio de Otazu.

Seguramente empezó a interesarse por la ciudad del Nervión en Bayona a donde había ido en 1758 para estudiar en los jesuitas y donde concluyó las Humanidades en 1763. Este afecto le vino a través de la bilbaína Manuela Salcedo que, acompañada de su hermana estudiaba en el colegio femenino de la villa francesa. Durante estos años de estudiante que tuvo relación con la joven, ojos claros y amable genio, cimentaron algo más que una sincera amistad. Posiblemente, esto no está confirmado documentalmente, en uno de estos veranos que volvió a su tierra pudo hacer su primera visita….. de discreto enamorado. La intensa actividad en la fundación de la Bascongada, su estrecha colaboración en el Real Seminario de Bergara, los violentos episodios de la "matxinada" no fueron óbice para que en 1767, después de seguir el habitual rito de pedida, matrimoniara con ella en Laguardia. A partir de esta fecha, además de la casa solariega heredada de sus mayores, sentó también sus reales en Bilbao. Pasaba largas temporadas en esta ciudad residiendo en la casa de su familia política, situada en la calle Matadero, donde pudo ampliar sus horizontes sociales y culturales. Su suegro, militar de profesión, era persona con inquietudes intelectuales, al igual que su cuñado Felipe, sacerdote.

En 1765 había muerto en Tolosa su tío Bernardo de Zabala y Arteaga, pasando los mayorazgos de Yurreamendi, Idiáquez e Irala a su padre Félix Ignacio, que él mismo heredaría a su fallecimiento. Samaniego tenía en este momento residencias fijas en cada una de las provincias vascas: el palacio familiar de Laguardia, con largas temporadas en el idílico paraje de La Escobosa a orillas del Ebro, la casa de sus suegros en Bilbao, el palacete de Yurreamendi de Tolosa, al que le gustaba retirarse para escribir, y villa en la que ejerció de alcalde en 1775. Tuvo relación de índole familiar, amical, política y literaria con gente de las tres provincias. El joven alavés, sin la atadura de los hijos que no llegarían nunca, pudo gastar sus inquietudes de hombre ilustrado y amante de su tierra vasca en una entrega generosa a los proyectos sociales, educativos, económicos, culturales que promovía la Bascongada y a su profesión de escritor a la que cada vez dedicaba más tiempo.

Laguardia (Araba). Casa natal de Samaniego.
Fot. I. Linazasoro. 1978

En julio de 1776 se trasladó a Bilbao donde le sorprendemos colaborando con los socios vizcaínos de la Bascongada. Así en el "Dictamen de Vizcaya sobre la casa-pensión" pone su firma junto a la de los Amigos, y manifiesta un criterio diferente a la propuesta alavesa. La vuelta a su pueblo natal por la muerte de su padre al año siguiente y los graves problemas nacidos de las tradicionales rencillas con ciertas familias de la nobleza local, hicieron insoportable de momento la casa solariega. Nuevamente se incorporó a las reuniones de la Bascongada de Vizcaya, con cuyos socios al parecer congeniaba mejor que con los alaveses, pues éstos estaban tomando iniciativas de manera unilateral como había sucedido en la fundación en Vitoria de la Escuela de dibujo. Diversas cartas conservadas de nuestro autor le sitúan con frecuencia en estos pagos.

Con su cuñada Casimira Salcedo, matrimoniada con el marqués de San Miguel, se trasladó a tierras levantinas por razones de su quebrada salud. Aprovechó Samaniego esta estancia para publicar en la imprenta de Benito Monfort de Valencia sus Fábulas en verso castellano (1781) y contratar a Santibáñez, profesor en la universidad, para que diera clase en el Seminario de Bergara, del que ejercería de director, por segunda vez, al año siguiente. Durante casi cuatro años (1783-1786) fue comisionado en corte por la provincia de Álava para que ayudara en la solución de varios problemas sobre asuntos económicos con la corona, pero donde tuvo tiempo de promover para la Bascongada la fundación de un Seminario para Señoritas que se iba a establecer en Vitoria, editar el segundo volumen de sus Fábulas (1784), participar en las polémicas teatrales y en las tertulias madrileñas en las que adquirió gran prestigio dado su carácter cordial y divertido, y sus habilidades literarias y musicales.

Después de esta entretenida experiencia en la corte debió parecer a Samaniego mortal la vuelta a la tranquilidad de los trabajos de su pueblo. Así que, tras visitar al marqués de Montehermoso, Diputado General de Álava, para darle cuenta de las gestiones, y a su hermana monja en Vitoria, se estableció Bilbao, cuyo ambiente le interesaba cada vez más. La creación literaria y las amistades eran los entretenimientos habituales del fabulista. Sigue participando en las polémicas literarias de Madrid, controla las reediciones de sus Fábulas, pero vive también con intensidad las relaciones sociales de la ciudad, donde escribe nuevas composiciones poéticas que dejan alguna huella de ella.

En "Sueño del martes de Carnaval en Bilbao", poema inédito de Samaniego que acabo de publicar por vez primera en la edición de Obras completas, relata el autor la celebración festiva de Carnaval de 1788. Con tono divertido y pincel costumbrista describe:

La plaza, las calles,
el fresco Arenal,
comedias graciosas,
la Consistorial,
y el lucido baile
que vi celebrar.

Traslada luego la acción a El Arenal, donde se encuentra con sus amigos disfrazados con máscaras festivas, indicando el vestuario grotesco, las divisas explicativas por medio de títulos de comedias, y la pareja femenina que les acompaña, personaje real o objeto figurado, que descubre a la perfección las costumbres sobre este festejo. Reconoce nominalmente las personas que asisten a este desfile y baile: Gacitúa, don Enrique Arana, don Isidro Uribarri, don Alejandro de Eguía, Epalza, don Diego Pedro de Allende con doña María Díaz de Haro, Olalde, Goicoechea, don José Gómez, Rentería, don Domingo Ugarte, Barbachano con la dama de Basabe, Landecho, don José Novia, don Agustín de Ugarte, Barraicúa, don Vicente Zarachaga, don Francisco Melo, Romero con doña Agustina Mazarredo, Guizaburuaga con doña Cayetana de Uribarri, don Francisco Ugarte, Barrena, don Ventura Gómez, don Juan de Mazarredo, don José Domingo Gortázar, don Francisco Larrinaga, don José Vitoria. El mismo Samaniego se presenta disfrazado de arlequín y lleva como divisa el título de la comedia El picarillo en la Corte, que hace referencia a su reciente estancia en Madrid, y de compañía una reproducción de una gata de su fábula. Así de divertidos celebraban el desfile de Carnaval el fabulista y sus amigos, donde encontramos los apellidos más destacados de aquella sociedad burguesa en la que se había integrado el escritor alavés.

Otro poema escrito en fechas posteriores por el vate alavés desarrolla su argumento en la misma ciudad. Se trata del titulado "Descripción del convento de Carmelitas de Bilbao llamado El Desierto", que comienza:

En el más sano clima de la España,
una fértil colina
hermosea y domina
el mar y la campaña.
Un río tortuoso,
con las aguas marinas caudaloso,

la presenta sus naves y las baña.
Coronan su eminencia
un templo entre cipreses y, a su lado,
en un bosque frondoso
un humilde edificio colocado,
apenas a la vista descubierto,
de veinticuatro estáticos varones,
grandes por su retiro y penitencia,
ésta es la habitación, éste el Desierto.

En este caso, más que los datos geográficos importa el vibrante tono anticlerical del poema. Su lectura, y la de algunos cuentos eróticos que componía entonces y que se editarían bajo el nombre de El jardín de Venus, subyugó al prócer asturiano G. M de Jovellanos cuando en 1791 visitó a su amigo en el palacio de Yurreamendi, según éste deja constancia puntual en su Diario. Se hicieron numerosas copias del mismo, e interesó al pincel mágico de Goya que reflejó el tema en algunos grabados en los que censura los vicios de los clérigos, poniendo como pie los versos de nuestro poeta.

Samaniego había hallado en Bilbao un espacio adecuado en el que seguir su profesión de hombre de letras. Sin necesidad de desplazarse a la corte, tuvo oportunidad de tratar con un grupo de personas cultas e inquietas que participaran en las tertulias, y con el que mantenía sus conversaciones sobre asuntos de actualidad literaria y política. Pero los episodios de la Revolución Francesa habían traído a esa sociedad un cierto desasosiego, que aumentó con los controles gubernativos sobre el proceso ilustrado. En abril de 1792 decidió el escritor retornar a Laguardia donde todavía lleva adelante diversos proyectos de reformas locales y provinciales. Con la invasión de las tropas francesas al País Vasco se inicia una auténtica caza de brujas de los tenidos por afrancesados. A Samaniego se le incoaría un penoso proceso por la Inquisición de Logroño a causa de la denuncia del hacendado bilbaíno José María de Murga "para descargo de mi conciencia". El Bilbao que había dado agradable cobijo durante largo tiempo provoca que le controlen sus costumbres de los últimos años, sus prácticas religiosas, sus lecturas, sus amistades, sus escritos. La cosa se ponía tan fea que tuvo que acogerse a la influencia de sus amigos de Madrid, los cuales consiguieron la interrupción del proceso. Samaniego no saldría ya de Laguardia, salvo viajes esporádicos a Logroño, hasta su muerte en 1801.


Emilio Palacios Fernández, Universidad Complutense
Fotografías: Enciclopedia Auñamendi (Foto Samaniego: Arch. J.L. Sáenz de Ugarte)

Euskonews & Media 147.zbk (2001/12/14-21)


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