La
globalización es una característica de la civilización
actual, que influye intensamente en todos los aspectos de la vida
de los países y regiones, sobre todo en el económico.
Las
economías regionales, y en concreto los procesos de producción
de bienes y servicios se ven claramente influenciados por esta
nueva situación de competencia global. Actualmente, se
acepta que el talante innovador en un sentido amplio es una premisa
básica para desenvolverse en los mercados.
Las empresas industriales
tienen que apostar por la innovación, entendida como la
introducción de novedades en el mercado. La innovación
tiene un componente geográfico notable, ya que el entorno
local (con sus características materiales e inmateriales)
tiene gran influencia en la promoción y difusión
de la innovación, especialmente en el caso de pequeñas
empresas, que no pueden interiorizar todos los recursos necesarios
para desencadenar un proceso innovador y necesitan acudir a los
existentes en el área donde se asientan (Méndez,
2000). Las características del entorno determinan el potencial
existente en un territorio, que será utilizado o no por
cada empresa según su capacidad, y que es semilla de nuevas
iniciativas empresariales.
Navarra en general
es una región de carácter fuertemente industrial,
ya que más de una tercera parte de su PIB está constituido
por este sector. Las empresas industriales navarras son de pequeño
tamaño, y se localizan en el cuadrante suroccidental del
territorio. Los sectores principales son los de Automoción,
Alimentación y bebidas, Metalurgia y productos metálicos,
Construcción de maquinaria, Papel y artes gráficas
y Material y equipos eléctricos. Se trata básicamente
de una industria de transformación, con un componente exportador
importante, aunque focalizado en pocos sectores.

Con los datos disponibles,
se confirma la existencia de dos casos muy diferentes en la empresa
industrial de la Comunidad Foral de Navarra, tanto en estructura
como en problemática. Por un lado, se observan las empresas
de mayor tamaño, todas ellas de capital extranjero, que
aportan su producto y moderna tecnología (gran parte de
las multinacionales navarras se concentran en los dos sectores
principales: Automoción y Alimentación y bebidas).
Las multinacionales, con respecto a la innovación, presentan
las siguiente características (Molero, 2000):
-
Las empresas
matrices son los principales proveedores de tecnología
de producto. En cuanto a la tecnología de proceso,
la posición está más equilibrada entre
la matriz y las filiales.
-
La mayoría
de las filiales no realizan actividades de I+D, aunque el
porcentaje de empresas que las realizan es superior al de
las empresas locales. Así mismo, dedican a I+D más
recursos con relación a las ventas.
-
Las filiales
de las empresas multinacionales son muy activas en la introducción
de nuevos productos y procesos. Sin embargo, se detecta en
muchos casos déficits en cuanto a la sinergia entre
ellas y otros agentes del sistema de innovación.
-
Hay importantes
diferencias entre ellas en los esfuerzos dedicados a la innovación,
y se demuestra que cuanto mayor es ese esfuerzo, así
como el nivel tecnológico alcanzado, mayor es su participación
en el grupo y su posición en los mercados domésticos.

Por el otro lado,
se encuentra la pequeña y mediana empresa navarra, con
capital local, que actúa generalmente en respuesta a las
exigencias del mercado, sin apenas capacidad de anticipación.
Las pymes navarras suelen ser de dos tipos, empresas auxiliares
y empresas tradicionales. Las empresas auxiliares trabajan con
clientes industriales, y su gran reto es la calidad de producto
y de servicio. Las empresas tradicionales, con productos de poco
contenido tecnológico, deben trabajar en mantener su competitividad,
y una de sus armas fundamentales es la diferenciación.
En general, y por su escaso tamaño, necesitan recurrir
al exterior como apoyo a sus actividades de innovación
tecnológica. Los centros de apoyo a la innovación
y la cooperación entre empresas son dos de los instrumentos
más útiles.
Un elevado porcentaje
de los productos de las empresas industriales navarras no es propiedad
de las mismas sino que pertenece al cliente o a la empresa matriz,
lo cual tiene algunas ventajas y el serio inconveniente de dependencia
exterior. Por el número de trabajadores, en las empresas
de más de 150 trabajadores predominan aquellas cuyos productos
pertenecen a la compañía de la que dependen, en
las de entre 51 y 150 trabajadores las que tienen productos propios,
y las más pequeñas (menos de 50 trabajadores) se
reparten entre las de productos propios y aquellas cuyos productos
pertenecen al cliente. En función del sector de actividad,
las empresas con productos propios son predominantes en Alimentación
y Metalurgia y productos metálicos, los productos propiedad
del cliente en Material de transporte y Construcción de
maquinaria, y finalmente, los productos propiedad de la compañía
matriz en Material y equipo eléctrico y electrónico.
De todos modos, se comprueba que la propiedad del producto influye
pero no es un factor determinante de algunos aspectos tan importantes
como que se haga o no desarrollo de producto, que sean innovadoras,
etc.
En
general los productos navarros tienen poco contenido tecnológico.
Aunque casi siete de cada diez empresas realiza algún tipo
de desarrollo de producto, en la mayoría de los casos se
trata de aspectos parciales. Por el número de trabajadores,
las mayores empresas (>150 trabajadores) son las que más
desarrollo de producto realizan, seguidas de las más pequeñas
(< 50 trabajadores). Solo algo más de la mitad de las
empresas entre 51 y 150 trabajadores realiza algún tipo
de desarrollo de producto. Por sectores, destaca el de Construcción
de maquinaria y Material de transporte como las que más
actividades de desarrollo realizan.
En el contexto español,
la inversión en I+D es favorable, situándose por
detrás de Madrid, Cataluña y País Vasco,
pero en el ámbito de la Unión Europea se está
en clara desventaja. Es escaso el nivel de registros de propiedad
industrial o de colaboración con entidades de apoyo o con
otras empresas para compartir esfuerzos y llevar a cabo proyectos
innovadores.
El Plan Tecnológico
de Navarra (2000-2003), instrumento regional de política
tecnológica, se concreta en una serie de proyectos sectoriales:
- Ciudad de la innovación.
- Centro tecnológico nacional
de las energías renovables.
- Instituto de agrobiotecnología
y recursos naturales.
- Centro navarro de automoción.
- Centro de investigación
médica aplicada.
Además,
incluye actuaciones en programas como análisis individualizados
a pymes, incorporación de técnicos cualificados
a empresas, cursos de gestión de la innovación,
programa para multinacionales, potenciación de centros
tecnológicos y universidades, mesas sectoriales de trabajo,
proyectos individuales y mancomunados de I+D+I, programa APT APYME,
vigilancia tecnológica, creación de nuevas empresas
y finalmente equipamiento de centros de formación profesional.
El plan, con una
dotación económica muy importante, abarca casi todos
los aspectos del sistema de innovación, aunque puede pecar
de cierta descompensación. La aplicación rigurosa
y objetiva del plan debe influir decisivamente en el refuerzo
de la capacidad innovadora de la Comunidad.
Al ser la industria
navarra de transformación, la innovación de productos
debe ser una estrategia del sistema regional de innovación.
Los productos que tengan valor añadido son los que se venderán,
y por tanto la diferenciación y la fabricación a
bajo coste serán decisivas en este objetivo. Aun estando
previstas iniciativas en este sentido, no se aprecia una decidida
apuesta por la innovación de productos, que redundará
en la mejora de la posición competitiva de las empresas
y en la diversificación y fortalecimiento del tejido industrial
navarro. Se detecta además un claro déficit de profesionales
especializados en diseño y desarrollo de productos.
Es importante mejorar
e intensificar las relaciones entre los diversos agentes del sistema
de innovación para el mutuo enriquecimiento. Además,
las empresas locales con buenas capacidades tecnológicas
deberían tener más oportunidades para que puedan
aumentar sus capacidades de absorción de tecnología.
Las
empresas auxiliares merecen especial atención estratégica,
ya que al trabajar con clientes diferentes, tienen grandes oportunidades
de absorción de tecnología, además de que
por sus características, son reclamo de inversiones y contribuyen
en gran medida al fortalecimiento del tejido industrial. Finalmente,
las empresas a las que les falta capacidad para aprovechar el
potencial que tienen a su disposición deben encontrar apoyo
institucional.
Todas las industrias
son esenciales en la economía regional, aportando las mayores
gran dinamismo y las más pequeñas altas cotas de
estabilidad. Ninguna debe quedar desatendida en el proceso de
modernización, que se traduce, entre otras cosas, en el
desarrollo tecnológico y la apertura de mercados.
Amaia Pérez Ezkurdia, Universidad
Pública de Navarra
Conclusiones obtenidas a partir de
la encuesta realizada en 1999, en el marco de la tesis doctoral
de la autora.
Fotografías: De las páginas web "export.navarra.net"
y "plan tecnológico de navarra" |