No
sabemos casi nada de la vida religiosa de les vascos antes del
cristianismo; pero quedan aún restos de las tradiciones
más antiguas en varios usos y costumbres y en los cuentos
populares que hablan de sorginak, akelarre, etc. Lo más
importante para el estudio de la vida religiosa pagana de los
vascos son sin duda los bailes tradicionales que se conservan
todavía en el rito católico en diferentes lugares
del país vasco. Es sabido que la iglesia católica
en todos los países, durante y después de la cristianización,
ha admitido muchas costumbres y tradiciones de tiempos del paganismo
que tenían su raíz en el alma del
pueblo, dándoles otro sentido, un sentido cristiano. T.
Braga por ejemplo indica los restos de cultos siderales y solares
en la veneración de San Jorge como aparecía en la
procesión del Corpus en Portugal, en la
Edad Media, y aparece hoy en su procesión particular (1).
De la fiesta de San Juan en Portugal dice Souza Viterbo (2):
«A festa de S. João é geralmente considerada como
urna festa da naturaleza, urna representação mythica
do solsticio de verão. As ceremonias que ainda hoje se
pratican entre nos e que pouco a pouco se vão extinguindo,
são vestigios d’um culto sideral. A festa do santo percursor
é o triumpho alcançado pelo verão contra
o inverno, e por isso ainda ha bem poucos annos conservava entre
nós certo caracter bellicoso. Em muitas terras de Portugal
celebrava-se a alvorada do S. João com cavalhadas que simulavam
torneios».
¿Cuáles son los bailes que
usan los vascos hoy día en sus manifestaciones religiosas?
El Viernes Santo (Ostiral-Santu) tiene lugar una procesión
en Andoain en la cual aparece un muchacho que representa a San
Miguel entre la cruz parroquial y el Santo Sepulcro
que llevan cuatro hombres. «La banda toca alguna
marcha fúnebre; entre tanto va bailando San Miguel» (3).
Según una lámina que representa al San Miguel, de
1915 (4), éste.
tiene en la mano, derecha un, bastón (espada), en la izquierda
un escudo elíptico muy pequeño y en la cabeza un
casco con tres plumas.
En la fiesta de la ermita de San
Esteban (Andoain), el 3 de agosto, tiene lugar otro baile. «Después
de la misa toca el tun-tun, y la gente joven ejecuta algunos bailes
tradicionales. A la tarde bailan el aurresku
y algún otro baile como a la mañana» (5).
En Deba tenemos la procesión
de San Roque (San Droke) (6),
el 16 de agosto. Al aparecer en el pórtico la imagen de
San Roque, «el director de los dantzarixak (bailarines),
armado de dos palos (uno en cada mano)cuyas puntas están,
adornadas de manojos de cintas, comienza a bailar delante la imagen
de San Roque. Después de este primer baile o saludo, enlazándose
los bailarines por medio de sus respectivos palos (cada uno lleva
su palo; sólo el director lleva dos), van a la cabeza de
la procesión, siempre ejecutando aquellos bailes que habrán
estudiado días antes... Al llegar frente a la ermita de
Santa Cruz, vuelve a bailar el jefe de los bailarines como a la
salida de la parroquia».
Bailes tradicionales semejantes a
éstos existen también en otros lugares de la península
ibérica. Muy conocidos son los bailes de los diez Seises
ante el altar mayor de la Catedral de Sevilla
en traje medieval, el día de Corpus, los tres días
de Carnaval y el de la Purísima Concepción
de Nuestra Señora (7).
Souza Viterbo habla de la mezcla de elementos
profanos y religiosos en los bailes en Portugal (8).
En Mallorca hay bailes tradicionales
muy característicos (9). En Pollensa bailan en la procesión
de Corpus dos águiles que son muchachas ricamente
enjoyadas y que llevan sendas águilas de cartón
pasadas por el cinto, adornadas con preciosos flecos de seda,
y además un águila en la cabeza. Bailan ante el
Ayuntamiento, al salir de la iglesia y una vez más por
la tarde. En el mismo lugar hay otra procesión en la fiesta
de San Sebastián, el 20 de enero. Esta vez bailan dos cavallets,
jóvenes en traje antiguo. En Felanitx y hasta hace
20 años también en Porreras bailaban en los días
de fiestas principales ante el altar mayor seis muchachos (cavallets)
con caballos de cartón y un muchacho vestido de dama.
En Manacor y Montuiri bailan los seis cossiés (bailarines)
y un muchacho que representa la dama. Hasta hace poco los cossiés
de Manacor usaban antiguos «danses guerreres» con palos (cetre)
y escudos de madera (broquer). Bailes parecidos se
encuentran también en las procesiones del 15 y 16 de agosto
en Alaró. El 24 de junio, fiesta de San Juan, baila en
Felanitx, Montuiri y Son Severa un joven que representa a San
Juan.
El origen de los bailes de los cavallets
los deduce M. Lohse-Barrelet de antiguas
cabalgatas en estrecha relación con cultos religiosos como
las conocemos de Portugal en la Edad Media (10)
y que sin duda son vestigios de cultos paganos. Los bailes de
las águiles los deduce de bailes que las mujeres
usaban para obtener por influencia mágica protección
a los hombres en la lid. Tomaban la forma de perspicaces águilas,
símbolo de la fuerza, para seguir a los hombres en todas
partes y protegerlos. (11)
En consideración de estas
analogías, también los bailes en la procesión
de San Roque en Deba parecen tener su origen en antiguos bailes
guerreros. ¿Tienen los palos de los dantzarixak algo que
ver con los palos que usan en Manacor? Seguramente comprueban
la antigüedad de la costumbre. Sabemos que en Gales se usaban
en la Edad Media palos y escudos parecidos a los de Manacor para
pelear (12). El San Miguel
de Andoain puede ser el resto de un dios, de la personificación
de una fuerza de la naturaleza, como en Alemania
substituyeron en muchos ugares como patrón de la iglesia
al Wotan por San Miguel, que, según el Apocalipsis, es
el vencedor de dragones o del diablo, en esto parecido a San Jorge
(13).
Por fin tenemos otra analogía.
En todos los lugares, donde en los primeros tiempos de la Edad
Media la iglesia católica había admitido bailes
de los tiempos paganos en el culto, estaba prohibido el
baile agarrado y se usaba sólo el baile suelto. También
en las pequeñas poblaciones vascas el baile
agarrado no se usa o es considerado como irreligioso. En Bidania
por ejemplo está prohibido bajo multa (14),
en Zegama se ha generalizado con el enfriamiento
del fervor religioso entre los obreros de las
fábricas (15),
en Zeanuri se encuentran algunos
casos, aunque raros (16),
en Meñaka ha acabado por introducirse el «valseo» (17).
Todo lo que he mostrado no puede
esclarecer las costumbres religiosas ante-cristianas de los vascos,
pero indicará la dirección en que se podrá
trabajar, si un día tenemos un material más abundante
que hoy.
WILHELM GIESE
(I)
T. Braga, O povo portuguez II, 139 sig.; cf. A. Guichot
y Sierra, Ciencia de la Mitología. El gran mito
chtónico-solar, Madrid, 1903, pág. 432 y
Mello Moraes, Festas e tradições populares
do Brazil, pág. 247 y sig. (VOLVER)
(2) Fastos Religiosos e n Revista
Lusitana V, pág. 153. (VOLVER)
(3) Véase Anuario de la Sociedad
de Eusko-Folklore IV (1924), pág. 71. (VOLVER)
(4) Anuario cit. IV, después pág.
86. (VOLVER)
(5) Anuario cit. IV, págs. 76-77. (VOLVER)
(6) Anuario cit. IV, Pág. 87 (con dos
láminas). (VOLVER)
(7) Cf. la lámina en G. Buschan, Die
Sicten der Völker, tomo III, Pág. 343. (VOLVER)
(8) Cf. Souza Viterbo, Artes e artistas
em Portugal, capítolos «dança» y «tapeçaria
». (VOLVER)
(9)Véase M. Lohse-Barrelet, Volkslieder
und Volkstänze auf Mallorca e n Iberica V
(1926), pág. 49 y sig. y M. Barrelet, Mallorkinische
Volkslieder und Tänze, Tesis, Hamburgo, 1922, pág.
68 y sig. del manuscrito. Cf. A. Noguera, Memoria sobre
cantos, bailes y tocatas populares en la isla de Mallorca
(Boletín de la Sociedad arqueológica Luliana
1893/94, pág. 239 y sig.) y Ludwig Salvator, Die
Balearen in Wort und Bild I, pág. 167 y sig. (VOLVER)
(10) Cf. Revista Lusitana V, pág.
153. (VOLVER)
(11) Falso es deducir los cantos de bailes
de los cantos de trabajo como l o hace M. Lohse-Barrelet según
Bücher (Iberica V, pág . 53 y Tesis pág.
68 y sig.), porque ya tenemos bailes religiosos en tiempos
primitivos en que no se conoce el trabajo como tal. Cf. F.
Graebner en Schwalbe-Fischer, Anthropologie, Leipzig-Berlin,
1923, pág. 567 y W. Giese en Iberica I I (1925),
pág. 131. (VOLVER)
(12) Véase Peredur ab Efrawc, ed.
K. Meyer, Leipzig, 1887, pág. 7, capítulo 17,
donde pelean dos jóvenes con palo (ffonn) y
escudo (daryan). (VOLVER) (13) Sobre San Miguel cf. F. Wiegand,
Der Erzengel Michae!, Stuttgart, 1886; W. Lueken, Michael,
Göttingen, 1898; G. Pitré, Spettacoli e
feste popolari siciliane (Bibl. d. Trad. Sic. XII. ),
Palermo, 1881, pág. 387 y sig. y los cuadros de San
Miguel por A. del Sarto (Florencia), Rafael (París,
Louvre), Signorelli (Roma, Capilla Sixtina). (VOLVER)
(14) Anuario cit. IV, pág. 86. (VOLVER)
(15) Anuario cit. IV, pág. 108. (VOLVER)
(16) Anuario cit. IV, pág. 133. (VOLVER)
(17) Anuario cit. IV, pág. 117. (VOLVER) |
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