Es
un cinéfilo convencido. No siendo más que un chaval,
los carteles anunciadores del Festival de Cine le producían
cosquilleos, pero jamás llegó a imaginar que algún
día sería él mismo quien lo dirigiera, de
modo que lo que este pasaitarra está viviendo es todo un
sueño. Concluida ya la última edición del
Festival, el primero de su andadura como director, Olaciregui
realiza una valoración positiva y se muestra satisfecho
del trabajo realizado, a la vez que optimista con respecto a las
próximas ediciones.
Mikel Olaciregui se licenció en Ciencias Empresariales
en la Universidad de Deusto en 1978. Desde que en 1986 ETB lo
contratara como productor, no ha dejado de estar vinculado al
ámbito audiovisual. Tras su paso por el Departamento de
Producción de Euskal Telebista, en 1988 fue designado Representante
de la Dirección del Centro de Producción de Miramon,
y dos años más tarde se hacía cargo de la
dirección de los programas de ETB. Olaciregui tuvo sus
primeros contactos con el Festival de Cine en 1986; en 1993 fue
nombrado gerente, en 1999 subdirector, y el año en curso
ha recogido el testigo de la dirección.
-¿Qué
características destacaría del recién clausurado
Festival de Cine? ¿Qué sabor le ha dejado? El Festival se ha clausurado
en fechas muy recientes, por lo que todavía no tenemos
la suficiente perspectiva. Los diez días que ha durado
han sido muy hondos, de una gran intensidad. Por el momento no
podemos realizar ninguna valoración. En todo caso, destacaría
el trato y la actitud que han mostrado los medios de comunicación.
Tanto la Sección Oficial como Zabaltegi han recibido una
buena valoración. Tal y como era nuestro propósito,
lo que ha terminado por predominar han sido las películas.
Incluso en lo que respecta al número de espectadores hemos
obtenido unos magníficos resultados; las salas de cine
se han llenado hasta los topes. En estos momentos no tenemos más
que motivos de alegría. Sin embargo, de igual forma que
sucede en otros festivales y mostras, el fallo del jurado ha causado
cierto malestar. La mayoría de los medios de comunicación
han mostrado su descontento por la concesión de la Concha
de Oro a la película chilena "Taxi para 3", aunque han
expresado su plena conformidad con el resto del palmarés. Lo cierto es que me parece
un caso bastante curioso, sobre todo porque tras la primera proyección
de la película se escucharon aplausos. Es cierto que algunos
medios consideraban que había otras películas mejores,
pero el Jurado asume la responsabilidad de sus decisiones, y no
ha estado sometida a ninguna presión, ni por nuestra parte,
ni por la de la prensa. Adoptó su decisión de conceder
el primer premio a esta película con total libertad. Es
una decisión respetable. No podemos más que aceptarla,
a pesar de que pueda no ser de nuestro agrado. Como en los certámenes
de los Oscar y de los Goya, siempre queremos que sea nuestra película
favorita la que se alce con el galardón, pero hay que respetar
las reglas del juego.

Mikel Olaciregui
saluda a Claude Chabrol, Presidente del Jurado.
-En cualquier
caso, la decisión de conceder el premio a la mejor actriz
a la joven Pilar López de Ayala por su trabajo en "Juana
la Loca" fue recibida con una gran ovación...
Sí, es verdad que fue una decisión
muy aplaudida. No tiene más que veintitrés años,
y confío en que este premio le abrirá las puertas
de la fama y dará un impulso a su carrera. En los años
venideros su nombre estará en boca de muchos.
-Con motivo
de los atentados de Nueva York, el Festival se ha visto falto
de estrellas de Hollywood. Sin embargo, ¿considera que un Festival
ha de contar con otra serie de alicientes? Sin lugar a dudas. En cuanto
tuvieron lugar los terribles atentados del World Trade Center
nos percatamos de la repercusión que iba a tener en el
Festival. En cuanto los actores con los que nos manteníamos
en contacto nos comunicaron su decisión, la pusimos en
conocimiento de los medios. De todos modos, tampoco se puede decir
que no hayamos contado con estrellas. Han estado Harvey Keitel
y muchos cineastas europeos no tan conocidos. Para nosotros ha
sido todo un honor contar con la presencia de Chereaux o Viveira,
por citar sólo unos cuantos.
-El último
día del certamen, al actor kurdo Düzgün Ayhan,
galardonado por el Festival como mejor actor, fue detenido en
el aeropuerto de Sondika y no pudo recoger su premio... Fue una situación
muy difícil y desagradable. No nos agrada en absoluto que
un invitado se vea con problemas, sean del tipo que sean. El suceso
nos causó un gran malestar y adoptaremos medidas para que
no vuelva a suceder. En cualquier caso, sabíamos que era
refugiado político en Suiza y que por tal motivo era un
caso especial, pero sentimos muy profundamente la pesadilla que
Ayhan ha tenido que padecer. Nos gustaría expresarle nuestro
pesar.
-Este ha sido
el primer Festival en el que ha trabajado en calidad de director.
¿Cómo calificaría la experiencia Es una experiencia
totalmente diferente, con momentos buenos y malos, aunque estos
últimos se olvidan rápido. He vivido muchos momentos
especiales y emotivos. Ha sido todo un placer conocer en persona
a todos y a cada uno de los miembros del jurado oficial: Claude
Chabrol, Giuseppe Bertolucci, Yvonne Blake, Florinda Bolkan...
Todos ellos, además de ser grandes artistas, son unas personas
impresionantes. He echado en falta una pausada y prolongada charla
con Chabrol. Hemos comido juntos en dos ocasiones y nos hemos
cruzado con bastante frecuencia, pero no hemos tenido ocasión
de conversar sobre el cine y la vida. El Festival es una locura,
apenas hay tiempo para nada. Harvey Keitel ha demostrado tener
un magnífico talante y ha actuado con una envidiable inteligencia.
Sin olvidarse de la situación por la que atraviesa su país,
decidió venir al certamen, según me comentó,
por dos motivos: por una parte, por defender su película,
porque había que superar la paranoia que se respiraba en
los Estados Unidos, y por otra parte porque de lo contrario les
estaríamos regalando una segunda victoria a los atacantes.
De este modo, apostó por volver a la normalidad.

Mikel Olaciregui
y Mike Figgis, director de "Hotel".
-La próxima
edición del Festival será especial. Además
de celebrar su cincuenta aniversario, contará con la presencia
de los Premios Donostia de este año, como Julie Andrews
y Warren Beatty...
Tenemos varias ideas y proyectos en
mente para la próxima edición, pero están
por desarrollar. Hace dos años empezamos a recopilar y
clasificar fotos que dieron lugar a la exposición "Mil
imágenes", que el año pasado se exhibió en
el Kursaal y que este año ha recorrido varias ciudades
del Estado. De cara al próximo año pretendemos publicar
todas estas imágenes en un libro. También organizaremos
otra serie de eventos, pero en mi opinión básicamente
será similar a las otras ediciones. Procuraremos confeccionar
una buena y variada Sección Oficial, y trataremos de que
Zabaltegi mantenga el éxito que viene cosechando durante
los últimos años. Ocurre como con los cumpleaños,
que parece que unas fechas tienen que ser mucho más importantes,
pero al final no pasa nada.
-¿Cuándo
comienzan las preparaciones de un Festival? ¿Cuál suele
ser el proceso?
A finales de octubre los miembros
del Comité de Dirección nos reuniremos para realizar
una valoración de la recién clausurada edición,
y enseguida empezaremos a diseñar el próximo Festival.
Nos tomamos unas breves vacaciones, evidentemente, pero a partir
de febrero nos volcaremos en la elección de las películas.
En la sección Zabaltegi de este año, por ejemplo,
hemos incluido películas presentadas en la Berlinale ("Intimacy",
"Beijing Bicycle" y "La Ciénaga"). De modo que a partir
de febrero empezaremos a ver películas, para seleccionar
las que se van a traer a Donostia. Doce personas trabajamos a
lo largo de seis meses, y durante los días del Festival
llegamos a ser unas cuatrocientas.
-Usted siempre
se ha considerado cinéfilo. Sin embargo, ¿llegó
a imaginar que un día ejercería como director del
Festival? Nunca, ni tan siquiera
en mis mejores sueños. No era más que un niño
cuando empecé a visitar el Festival. En los años
de la censura, veía además de las películas
del Festival, las de la Sección Informativa. Asistía
a las proyecciones del Mercado de la calle Getaria sin pagar,
con mis amigos. Las imágenes y los carteles de la calle
me producían unas sensaciones increíbles, conque...
Además, yo he realizado estudios de economía. Nunca
había pensado en trabajar en el Festival, y mucho menos
en dirigirlo.
-¿Tiene alguna
película o actor favorito?
Para mí, Billy Wilder es todo
un maestro. Trabajó en comedias, mi género favorito.
Sé que es un tópico, pero para mí es un director
increíble. Me gustan todas sus películas.
-¿Qué
actor o actriz le gustaría invitar al Festival?
El mío es un sueño imposible,
porque me hubiera gustado invitar a Ava Gardner, una actriz que
alimenta mis sueños y protagoniza mis locuras.

Harvey Keitel,
Mikel Olaciregui y Tim Blake Nelson ("The grey zone").
-Ha tenido
la ocasión de conocer a muchos personajes famosos. ¿Qué
relación ha tenido con ellos? ¿Recuerda alguna anécdota?
Robert de Niro y Harvey Keitel, por
citar algunos de los asistentes a las últimas ediciones,
son bastante parecidos. Mientras trabajaban, en las ruedas de
prensa o al posar ante los fotógrafos, hacían todo
lo que se les pedía, pero dejaron bien claro que no estaban
dispuestos a tener a la gente y a las cámaras en los talones
todo el día. En ese aspecto los dos son muy estrictos,
y debido a ello algunos medios de comunicación los han
tachado de antipáticos, cuando no es para nada cierto.
Tuve la ocasión de cenar con Harvey Keitel en una sidrería.
Conversamos largo rato y me pareció una buenísima
persona. Cuando vio una cámara, que además era del
Festival, nos indicó que no quería, así que
lo quitamos, sin ningún problema, y seguimos conversando.
Trató a la gente con todo el respeto. Son personas absolutamente
normales. Lo difícil es trabajar con los responsables de
marketing etc. que les rodean, no con los actores.
-¿Qué
diagnóstico realizaría sobre la situación
del cine de Euskal Herria?
Me parece que contamos con un factor
que tenemos que impulsar con mucho afán: la creatividad.
Muchos de los directores del panorama estatal son vascos: Julio
Medem, Alex de la Iglesia, Montxo Armendariz... La lista es interminable.
En todo el Estado no hay otro país igual. En mi opinión,
los jóvenes de hoy en día, y especialmente en el
ámbito de los cortometrajes, tienen una enorme creatividad.
Lamentablemente, producir películas en euskera es muy difícil,
y debido a problemas del mercado, lo es cada vez más. Nuestro
drama es que los jóvenes cineastas se marchan a trabajar
a Madrid. Lo bueno es que tenemos cineastas, cinéfilos
y capacidad de hacer cine. Fotografías: Archivo Festival Internacional
de Cine de Donostia-San Sebastián
Euskonews & Media 140.zbk
(2001/10/19-26)
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