En
frente de la cumbre de Larrunarri (1),
que forma parte de la sierra de Aralar, á orillas del río
Amézqueta, y muy próxima al casco urbano de la villa
del mismo nombre, se conserva, habitada por modestos labradores,
una de las Casas de Parientes mayores que de más fama gozaron
en Guipúzcoa, y que produjo hijos que supieron ascender
á muy altos puestos en la administración civil y
militar.
Esta casa es la de Amézqueta,
llamada también Jauregui, ó sea Palacio.
Sus poseedores estuvieron enlazados con los más esclarecidos
linajes del país vasco, entre ellos con el de Lazcano,
cabeza del bando oñacino.
El edificio que hoy se ofrece á
la contemplación del viajero en un lugar que, por lo tranquilo
y apacible, parece una égloga viviente, y desvanece toda
idea de lucha y de conflagración, es posterior al período
álgido de las guerras de bandos, y se construyó
después que Enrique IV había mandado rebajar las
principales torres, para evitar que en ellas se hicieran fuertes
los que perturbaban el solar guipuzcoano con sus feroces contiendas,
con aquellas peleas más que civiles que tan ingenuamente
narró Lope García de Salazar en su libro famoso
de las Bienandanças e fortunas.
Una inscripción grabada en
el escudo de armas que ostenta la casa en su fachada principal,
encima de la puerta de entrada, nos señala, con precisión
que no deja lugar á duda, la fecha en que se erigió.
Esta inscripción que en papeles
que datan de siglos anteriores, y que se conservan en el Archivo
de los descendientes de la ilustre familia que poseyó aquel
solar, se declara de difícil lectura, solicitó hace
algún tiempo nuestra curiosidad; y como no conseguíamos
verla satisfecha, pedimos su parecer á muy doctos especialistas,
entre ellos al sabio investigador de la historia literaria de
la Edad Media, don Ramón Menéndez Pidal, quien logró
desvanecer todas las dudas que se nos ocurrían, y hacernos
facilmente descifrable lo que se nos figuró de interpretación
no tan llana y hacedera. La inscripción viene á
decir lo siguiente: el primero Jha que nos señorió
(forma anticuada de señoreó) me fizo el año
de mil CCCCLXXXIIII. Biba Amezqueta.
La única sospecha que nos
cabía era si nos habríamos equivocado
al suponer que esta casa fué construída en el año
de 1484 por el primer señor de Amézqueta que llevó
el nombre de Juan. Acudimos para averiguarlo al Nobiliario
de Lizaso (2), en
que tan curiosas noticias se dan de los más esclarecidos
linajes guipuzcoanos, pero nuestras pesquisas resultaron infructuosas,
porque cabalmente, en la parte relativa á la familia de
Amézquela, hay en el libro á que nos referimos,
una laguna que abarca los años en que hubo de construirse
la casa que ostenta el escudo y la inscripción que tan
vivamente nos interesaban.
Pero un joven y afortunado investigador,
que viene completando con mucha discreción y acierto las
relaciones de Lizaso, el señor don Fernando del Valle y
Lersundi, nos facilitó unos datos que venían á
demostrar por modo indudable que fué el primer Juan de
Amézqueta el que mandó grabar la inscripción
que ostenta la fecha de mil cuatrocientos ochenta y cuatro. En
efecto, aparece por las noticias que nos ha facilitado el señor
del Valle, que « Juan López de Amézqueta, primero
de este nombre en el Señorío de esta casa, contrajo
matrimonio con Doña Catalina de Elduayen, y según
consta en su testamento hecho el 26 de Agosto del año 1494
« ó sea; diez años después de la erección
de la casa », dejó cuatro hijos legítimos, dos varones
y dos hembras.
El Palacio de Amézqueta, según
recuerda Lizaso, era « solar de cabo de armería, adornado
de insignias y paveses », y observaba « por armas propias un escudo
el campo de oro, y en él un árbol formal verde llamado
ameza, que es roble salvaje ó silvestre, de que tomó
la denominación de Amézqueta, y empinante al roble
un oso de su natural color, y á la mano derecha del escudo
tres clavos negros juntas las puntas para abajo que están
pegantes al árbol, y dentro del escudo un letrero que dice:
Viva Amézqueta. »
Largamente pudiera escribirse de
esta casa, si fuéramos á hacer detallada enumeración
de los hijos ilustres que de ella han procedido, y de la intervención
que tuvieron en muy graves sucesos de la vida pública y
en la historia del país.
Pero no siendo nuestro ánimo
relatar los anales de la casa de Amézqueta, sino consignar
la inscripción que ostenta el escudo que aparece en la
fachada principal de la misma, nos limitaremos tan sólo
á recordar que, según afirma el varias veces citado
Nobiliario de Lizaso, este Palacio fué en la antiguo
« el de la mayor sustancia y renta que había en la... Provincia
de Guipúzcoa, fuera del Palacio de Lazcano con quien anduvo
siempre unido y emparentado (3)».
Carmelo de ECHEGARAY
1.
Los naturales la llaman Ñauñarri. Señalo
este hecho á la consideración y al estudio de
los lingüistas, que se dedican á desentrañar
las leyes fonéticas del idioma vasco. (VOLVER) 2.
Nobiliario de los Palacios, Casas solares y linajes nobles
de la M. N. y M. L. Provincia de Guipuzcoa por D. Domingo
de Lizaso, Alguacil Mayor del Santo Oficio en la M. N. y M.
L. Ciudad de San Sebastian, Escribano de número y Archivista
de ella, con una introducción de D. Juan Carlos de
Guerra, Abogado de los Tribunales y socio correspondiente
de la Academia de la Historia.. . San Sebastian. Imprenta
de la Provincia, 1901. (VOLVER) 3.
LIZASO, loc. cit. (VOLVER) |
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