Los Altos Hornos en la economía de Euskal Herria
* Traducción al español del original en euskera
Xabier Barrutia Etxebarria

¿Se puede considerar justo el cierre de los Altos Hornos de Vizcaya (AHV)? ¿Suponían una carga para la economía vasca, o hemos perdido una oportunidad con su desaparición?

Desde su fundación en 1902, los AHV han desempeñado un papel fundamental en el proceso de industrialización de Euskal Herria. Su arraigada presencia en la margen izquierda del Nervión, principalmente en Barakaldo y en Sestao, bien puede considerarse absoluta, y no sólo por la magnitud de sus instalaciones, sino también por su escuela, su economato, etc. Algunos de los trabajadores que he entrevistado forman parte de la cuarta generación de los AHV, bisnietos como son de los primeros trabajadores de mediados del siglo XIX de Nuestra Señora del Carmen.

Además de las instalaciones de la margen izquierda, a primeros de los años 70 los AHV se adueñaron de las fábricas de Etxebarria y de Lesaka, gracias a las cuales aumentó su producción de bobinas y productos de gran valor añadido como la hojalata, el galvanizado, tubos, etc.

A mediados de los años 70 se produjo una crisis internacional que ocasionó importantes pérdidas a los AHV desde 1977 en adelante y que sumió a la empresa en un mar de problemas, dado que la economía del Estado español, hasta su incorporación en 1986 a Europa, se mantuvo bastante hermética, con lo cual las grandes empresas vascas apenas tenían competencia extranjera y carecían de alicientes para su superación. En semejantes circunstancias, la gestión de las grandes empresas fue realmente deficiente, como por ejemplo en lo respectivo a los recursos humanos.

Durante todo este tiempo el Estado español ha contado con una ventaja frente a Europa, dado que la siderurgia integrada española no ha tenido demasiada capacidad productiva. AHV y ENSIDESA, su competidora asturiana, no han podido producir el total de bobinas calientes necesarias en el Estado español, motivo por el cual opinamos que ambas empresas bien podían haberse salvado.

El Gobierno Vasco, al aplicar su política industrial basándose en las competencias reconocidas a las Autonomías desarrolladas tras la dictadura de Franco, no llevó a cabo ninguna reestructuración de los AHV, en tanto que Madrid, por su parte, reestructuró 14 sectores: el del acero, la construcción naval, los bienes de equipo, el aluminio, etc.

El Gobierno de Madrid, al reestructurar los mencionados sectores, adoptó una perspectiva estatal, no la vasca, y en consecuencia otorgó preferencia al acero de Asturias y a los astilleros de Cádiz en lugar de a las empresas de Euskal Herria.

En mi Tesis doctoral defiendo que los AHV podían resultar técnicamente rentables, y sostengo que su cierre se debió a una decisión de índole política, desechando de este modo la versión oficial que argumentaba la imposibilidad de que los AHV resultaran rentables por carecer de un gran puerto o por tratarse de una pequeña empresa.

A los AHV no se les concedió la oportunidad de demostrar su viabilidad. La reestructuración finalizada en 1989 los dejó mal avenidos, con un exceso de trabajadores, y ese mismo año Madrid los sumía en una absoluta descapitalización, incluso en una auténtica situación de quiebra. Esta reprochable conclusión la hemos extraído tras examinar con detenimiento las inspecciones de la empresa.

El objeto de discusión, por tanto, debería ser otro. Aun siendo los AHV viables, ¿merecía la pena apostar por ellos invirtiendo todos los millones que precisaba para su salvación? El Gobierno Vasco nunca ha exigido con firmeza las competencias sobre el sector del acero y el naval, quizás por tratarse de huesos demasiado grandes para la Hacienda Vasca. En todo caso, este punto exige ser examinado en profundidad, dado que la existencia de que haya Estados tan pequeños como Luxemburgo es posible.

En nuestra opinión, los AHV tenían que haberse mantenido, sobre todo tras el esfuerzo realizado en el periodo 1984-1988 por actualizar sus instalaciones. El número de empleados en la Margen Izquierda ascendía a 4.000. Además, con el cierre de los AHV, el futuro de los 900 trabajadores de la fábrica de Etxebarri se vio durante un tiempo repleto de dudas.

La alternativa aplicada tampoco es que haya resultado barata. El plan interinstitucional para el fomento de la Margen Izquierda invirtió entre los años 1997-2000 un total de 59.000 millones de pesetas para la creación de 3.000 puestos de trabajo, y desembolsó otro tanto para fundar la Acería Compacta de Bizkaia (ACB), de no más de 300 puestos de trabajo.

En lo que respecta al futuro, deberíamos aprender de nuestros errores. El centro de decisión debe necesariamente estar localizado en Euskal Herria, puesto que por el momento ACB, Etxebarri y Lesaka, etc. se encuentran bajo las órdenes provenientes de Madrid, lo cual, como bien se ha encargado de demostrar la experiencia de los AHV, resulta peligroso.


Xabier Barrutia Etxebarria, profesor de la UPV. Departamento de Economía Aplicada I
Fotografías: Página web Bizkaia Maite y Lur Hiztegi Entziklopedikoa

Euskonews & Media 136.zbk (2001 / 9 / 21-28)


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