Las
tres primeras letras corresponden a los modelos lingüísticos
que rigen en las escuelas tanto de la Comunidad Autónoma
Vasca como en determinadas zonas bilingües de la Comunidad
Foral de Navarra, donde la enseñanza debe garantizar el
aprendizaje de ambas lenguas.
En
el modelo A, basado en la enseñanza en castellano, el euskera
consta como una asignatura, en tanto que en el modelo B tiene
una mayor presencia al ser la lengua en la que se imparten ciertas
materias del currículo. En el modelo D, por su parte, el
euskera se perfila como la lengua principal del centro escolar
y se extiende a toda la enseñanza, donde el castellano
es una asignatura. Pero, ¿en qué consiste exactamente el
modelo lingüístico "H"? Todavía no puede hablarse
propiamente del modelo "H", pero así es como podríamos
denominar al modelo trilingüe que varios centros escolares
han adoptado durante estos últimos años.
En la sociedad actual,
el conocimiento de una lengua extranjera resulta sumamente valioso
para poder desenvolverse en las cada vez más complejas
relaciones internacionales. Ya no basta con saber euskera y castellano;
en todo ámbito, y especialmente en el laboral, el conocimiento
de un tercer idioma, e incluso de un cuarto, ha llegado a ser
considerado un requisito necesario.
Ante esta necesidad,
los centros escolares se han encontrado con un nuevo reto ante
sí, y si bien la enseñanza de terceras lenguas como
el inglés o el francés no resulta novedosa, sí
lo es la posibilidad actual de cursar determinadas materias curriculares
en uno de estos idiomas. Precisamente éste sería
uno de los pilares del trilingüismo.
Pero, ¿de qué
tipo de trilingüismo? No se puede establecer un único
y homogéneo modelo para todos los centros escolares, ya
que cada cual tiene una identidad propia que en todo caso se debe
respetar. Antes de imbuirse en un proyecto de estas características,
el centro escolar debería concretar de qué modo
encauzará el proyecto y qué objetivos pretende alcanzar;
en definitiva, determinar el tipo de trilingüismo que desea
adoptar. ¿Quiere obtener un desenvolvimiento paralelo en todas
las lenguas? O, siendo una la lengua materna, ¿ser capaz de comunicarse
en las otras dos? ¿Qué nivel ha de poseer el estudiante
en la segunda y tercera lenguas al finalizar la Educación
Secundaria Obligatoria o el Bachiller?

La adopción
de tales decisiones corresponde a los propios centros escolares.
El modelo que hemos denominado "H" puede reunir una serie de mínimas
características, pero será cada centro escolar quien
tenga que especificar cuáles son sus finalidades, qué
tipo de estudiantes desea socializar y cómo desea encauzar
y desarrollar el proyecto. No cabe hablar de un solo modelo.
El reto es ciertamente
importante. Un proyecto de estas características, que afecta
a toda la estructura escolar, debe superar varios obstáculos,
como por ejemplo los relativos a la metodología de enseñanza
de las lenguas, el método de trabajo de los departamentos,
la necesidad de invertir en materiales y en nuevas tecnologías
aplicables a la enseñanza, las diferencias de aptitud entre
los estudiantes, etc. No obstante, el más importante de
todos ellos probablemente sea el aspecto concerniente a la preparación
de los profesores, ya que no sólo habrán de ser
bilingües o plurilingües, sino que además tendrán
que dominar la materia a impartir y saber enseñar.
Lo que está
claro es que el bilingüismo no puede desarrollarse de cualquier
modo y bajo cualquier criterio. La obtención de buenos
resultados requiere que todo el proceso esté previamente
diseñado.
En cualquier caso,
ya estamos empezando a ver los primeros intentos. Así,
se pueden citar los casos de varias escuelas e ikastolas que desde
el año 1991 están insertando una tercera lengua
de la Educación Primaria en adelante, el proyecto trilingüe
que algunos centros privados pusieron en marcha en el curso 1992-1993,
o el esfuerzo que otros centros escolares están realizando
en la Enseñanza Secundaria Obligatoria por impartir determinadas
asignaturas en inglés, en euskera y en castellano.
Sin embargo, lo difícil
no es dar el primer paso; los mayores problemas vienen después.
Al conocerse aún ningún programa trilingüe
que englobe toda la escolarización, hay aspectos que quedan
fuera del alcance de nuestras previsiones: cómo se va a
desarrollar el examen de ingreso en la universidad, qué
tipo de estudiantes se formarán tras finalizar el bachiller,
etc. Sin embargo, sí que podemos evaluar y analizar los
resultados obtenidos a mitad del proceso, que indudablemente resultarán
de gran interés para encauzar mejor los pasos a dar.
Entre las dudas y
preguntas que surgen destaca la preocupación de los profesores,
generalmente monolingües, sobre si los conceptos son asumidos
de igual modo en una lengua que en otra.
La
posibilidad está ahí. Cursar los estudios en tres
lenguas puede resultar tan costoso como beneficioso. Costoso,
por lo que hemos podido ver, por el esfuerzo que le supone al
centro de enseñanza, y beneficioso, como veremos, para
el estudiante. Desde el punto de vista lingüístico,
es bien sabido que el método más adecuado de aprender
una lengua es estudiar en ellas. Por otra parte, habría
que destacar el valor que tiene en la potenciación de la
conciencia metalingüística, ya que sirve de gran ayuda
para entender mejor el funcionamiento de todas las lenguas; todas
las facultades que el niño va adquiriendo resultan provechosas
en el proceso de aprendizaje de una cuarta o quinta lengua. También
cabe citar tanto los beneficios culturales, ya que el conocimiento
de múltiples lenguas convierte a los estudiantes en personas
más abiertas y tolerantes, como los cognitivos, que dotan,
entre otros aspectos, de una mayor capacidad de abstracción
y conceptualización.
Aun cuando la enseñanza
trilingüe nos resulte aún bastante novedosa y por
el momento limitada, otros países hace ya mucho tiempo
que abrieron este camino, y lo cierto es que no les va del todo
mal. Además, ¿por qué renunciar a conocer tres o
cuatro lenguas cuando el ser humano está dotado de esa
capacidad?
Ines M. Garcia Azkoaga,
centros escolares Erain y Eskibel, de Donostia.
Programa experimental puesto en marcha en el instituto "Botica
Vieja" de Bilbao para el presente curso.
Fotografías: Página web del Colegio Erain, están
publicadas en el boletín del colegio |