Título de la publicación: Revista
Internacional de los Estudios Vascos
Año
de la publicación: 1926
Páginas
del artículo: 20-21
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Parece
que los nombres de los metales en vascuence no tienen un origen
muy antiguo, pues, aun haciendo abstracción de los vocablos
modernos y notoriamente ajenos estañu y kobre,
los demás han sido analizados etimológicamente
a excepción, tal vez, del más antiguo y más
precioso el oro: ure, cuya relación con el aurum
latino la creemos muy vaga e insegura. El vocablo zilar,
zidar «plata » derivado probablemente de una forma intermedia
*zirar dícese que está tomado del gótico
silvir (al. silber ant. eslavo sirebro) o
de su correspondiente variante celta. Igualmente burdin, burni
«hierro »se ha revelado como un empréstito de un dialecto
indogermánico, derivándose de una raíz *brun
«brillar », «resplandecer ».
Resta entre los metales de uso antiguo
y general únicamente el plomo berun (perun en
algunas poblaciones del NOE. de Gipuzkoa), de cuya etimología,
por lo que veo, sólo se ha ocupado Vinson, el cual lo explica
como derivado de bêra «abajo », de manera que el
plomo significaría en vascuence «el metal pesado »por excelencia.
Puesto que (r)a es sufijo expresando la dirección
y que la segunda e de bêra, behera es probablemente
epentética como en atz-e «detrás » gain-e
«encima », aur-e «delante », quedaría como segundo
componente del vocablo berun un sufijo desconocido *-run,
siendo a todo trance distintas la r de berun y
la de bêra. Esta etimología, a pesar de estar
en perfecta concordancia con las cualidades fisicas del plomo,
no satisface mucho lingüísticamente, habiendo quedado,
no obstante, sin contradicción por falta de otra mejor.
Ahora bien, en mis excursiones y
correrías a través de Gipuzkoa he dado con unos
vocablos, cuya existencia creo que permite otra explicación,
tal vez más satisfactoria del nombre del plomo en vascuence
relacionada con otra cualidad muy marcada de dicho metal, es decir
con su color. En no pocos pueblos de la alta Gipuzkoa es muy corriente
el vocablo belun significativo «oscuro », «lívido
» y en sentido extendido «mustio », «triste », «abatido », según
los pueblos, lo mismo que el verbo belundu. En Aya por
la tan conocida supresión de la n ha resultado de
ahí belu en la acepción de «melancólico
», y también belutu. No se me figura, pues, nada
atrevido relacionar berun plomo con belun «oscuro
», «plomizo ». El plomo significaría por lo tanto, «el
metal oscuro », denominación que igualmente se avendría
muy bien con la física y que no tendría nada de
sorprendente; ya que los metales se designan con frecuencia por
su color aun en el mismo vascuence v. gr. ure gori y ure
zuri.
En verdad que por otra parte se podría
sospechar un posible parentesco entre belun e ilun,
ulun (vocablos que poco más o menos designan lo mismo),
en cuyo caso debieran analizarse: be-lun, i-lun (u-lun)resultando
*lun como supuesta radical significando «oscuro ». Pero
aun cuando no se admita la etimología de ilun propuesta
por Bonaparte (*il-une es decir «intermitencia de la luna
»), y la cual destruiría el aparente paralelismo be-lun
—ilun, no se puede poner en duda tampoco la presencia
de la radical *bel con el significado de «oscuro », «negro
»en los vocablos bele «cuervo »y beltz «negro»,
descubrimiento hecho, años atrás, por Schuchardt
y que parece ser indiscutible. En beluri, goibel, belari; se
divisa la misma radical. Tampoco sería imposible que belun
«oscuro »no fuera más que una variante fonética
de berun plomo mediante la frecuente y conocida permutación
de r en l y tomada en la acepción de «color
de plomo », «plomizo », «oscuro». Esto, sin embargo, no impediría
en modo alguno que se admitiese como segura la presencia en berun
y belun de la radical *bel «oscuro », «negro
»deducida de otros vocablos.
También en este caso queda
sin aclarar el sufijo *-un sobre cuya naturaleza no nos
atrevernos a formular ni siquiera alguna sospecha.
La etimología aquí
propuesta explicaría, pues, una letra más que la
de Vinson, por lo cual creemos que en igualdad de circunstancias
y confrontando las dos el platillo de la balanza bajaría
a favor de aquélla.
Gerhard BÄHR Donostia 7 —XII —1925
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