El
turismo es un motor económico importante, representa el
4% del PIB de la Comunidad Autónoma del País Vasco,
pero a su vez tiene un impacto ambiental. Ante esta realidad surge
el turismo sostenible que busca la armonía entre el medio
natural y el ocio. Una de sus formas es el agroturismo, una oferta
que cada vez gana más adeptos en nuestra comunidad.
El turismo puede
considerarse un fenómeno cultural propio de este final
de siglo y con grandes repercusiones económicas y de cohesión
transcultural. De acuerdo con el Informe europeo Dobris, basado
en datos de la Organización Mundial del Turismo (WTO),
este sector genera actualmente cerca del 5,5% del Producto Interior
Bruto (PIB) de la Unión Europea y se prevé que para
el año 2005 se haya convertido en la mayor actividad económica
comunitaria. Esta previsible evolución puede tener graves
repercusiones para el medio ambiente por la presión que
se va a ejercer sobre los hábitats, los servicios de transporte,
el suelo en la costa y la montaña, los recursos energéticos
e hídricos y las plantas de tratamiento de aguas residuales.

El impacto ambiental
del turismo está supeditado al tipo de turismo, al comportamiento
de los turistas y a la calidad de los servicios turísticos.
La mayor parte de las presiones sobre el medio ambiente las ejerce
el turismo de masas en la costa y la montaña, principalmente
por la concentración de la actividad turística en
cortos períodos de vacaciones. Sin embargo, frente a la
tradicional imagen del turismo como agente depredador de territorios
y culturas, ha comenzado a desarrollarse una nueva sensibilidad
internacional que apuesta por opciones turísticas sostenibles.
En definitiva, se trata de que el turismo, el medio ambiente y
el patrimonio cultural puedan constituir los elementos de una
gran fórmula de desarrollo equilibrado.
La necesidad
de un turismo sostenible ha sido reconocido a nivel internacional
en la Agenda 21 (Cumbre de la Tierra celebrada en Río en
1992) y por la Comisión Europea en el Quinto Programa de
Acción Medioambiental "Hacia un Desarrollo Sostenible"
(1992). Los elementos clave de un turismo sostenible son:
- Una perspectiva a largo plazo
en la planificación política, ya que el turismo
sostenible es un objetivo que no puede alcanzarse inmediatamente.
- Un reconocimiento de la interdependencia
de los sistemas económicos y ambientales.
- Una consideración de los
límites biológicos en los cuales las actividades
humanas necesitan permanecer.
Se sugiere que es
necesario equilibrar cinco elementos principales para alcanzar
un turismo sostenible, sin que ninguno de ellos llegue a dominar
sobre el resto: aspectos económicos, sociales, culturales,
medioambientales y satisfacción turística. Esto
supone la necesidad de definir indicadores que midan estos diferentes
aspectos al objeto de señalar las áreas prioritarias
de actuación. La capacidad de carga de una zona concreta
debiera evaluarse en tres niveles:
- Capacidad medioambiental/física:
el grado en el que un ecosistema, hábitat o paisaje puede
acogerse a los diferentes impactos del turismo y sus infraestructuras
asociadas sin que se causen daños, y teniendo en cuenta
la variación estacional.
- Capacidad cultural y social: el
nivel por encima del cual los desarrollos turísticos
y el número de visitantes afectan negativamente a las
comunidades locales y sus modos de vida.
- Capacidad psicológica:
el nivel de desarrollo turístico o número de visitantes
compatible con el tipo de experiencias culturales y medioambientales
que los visitantes están buscando en relación
con un destino particular.
En la actualidad,
la principal preocupación tanto a nivel europeo como para
cada uno de los Estados miembros, es el control del turismo de
masas, con el fin de preservar el entorno y los lugares de afluencia
máxima. La aplicación del Quinto Programa de Actuación
en materia de Medio Ambiente de la UE y la aceptación por
todas las partes implicadas de un desarrollo sostenible del turismo,
han permitido la realización de determinadas acciones encaminadas
a concienciar al público en general del desarrollo de un
nuevo turismo.
Turismo en la
CAPV Desde un punto de vista
del concepto tradicional de turismo relacionado con el sol, playa,
calor..., nuestra Comunidad Autónoma no ha sido un destino
habitual, salvo algunas zonas del litoral. Esto ha significado,
por un lado, que el impulso económico debido al desarrollo
de esta actividad a nivel estatal no se haya notado en la Comunidad
Autónoma del País Vasco, y por otro, que algunas
de las deficiencias que presentaba el sector se hayan mantenido
durante largo plazo de tiempo. Sin embargo, en los últimos
años está situación está cambiando.
Este cambio se manifiesta, económicamente, en una aportación
del sector turístico cada vez mayor al PIB en la CAPV,
siendo actualmente de un 4%, todavía inferior al 9% a nivel
estatal, pero incrementándose año tras año.
La evolución
del sector, se debe tanto al ya comentado cambio en la consideración
general del turismo, como al desarrollo de una política
sectorial orientada a la superación de las deficiencias
tradicionales del sector. En abril de 1994 se aprobó en
el Parlamento Vasco la "Ley de Ordenación del Turismo",
cuyo objetivo fundamental "es la regulación del sector
turístico en la CAPV y el establecimiento de los principios
y criterios a los que habrá de acomodarse la acción
administrativa en los concerniente a la planificación,
promoción y fomento del turismo.
Los comentados cambios
en la manera de entender las actividades turísticas, hacen
que toda una serie de Comunidades Autónomas que no son
típicamente turísticas tengan una clara oportunidad
de desarrollo al margen de este concepto tradicional de turismo.
Evidentemente, la CAPV no puede ofertar el denominado turismo
de sol y playa, pero sí puede ofertar otras alternativas
para las que sí está bien dotada y en las que cuenta
con las ventajas comparativas en relación a otros territorios.
En este sentido, se podrían relanzar con más intensidad
si cabe, ya se viene haciendo, actividades relacionadas con loas
valores arquitectónicos (cascos urbanos, monumentos, edificios...),
pictóricos y culturales (artesanía, gastronomía...)
y en definitiva, todas aquellas actividades que conforman la idiosincrasia
de un pueblo. En este marco tendrían cabida aquellas actividades
turísticas relacionadas con todos los temas relacionados
con el medio y la naturaleza, aspectos en los que la CAPV es un
territorio privilegiado. Contar con siete parques naturales declarados
(Urkiola, Gorbea, Aralar, Aiako Harria, Valderejo, Izki y Pagoeta),
cinco biotopos protegidos (Leizarán, Itxina, Gaztegulatxe,
complejo lagunar de Laguardia y ría de Iñurritza),
una Reserva de la Biosfera (Urdaibai) y otros espacios de gran
valor naturalístico y paisajístico son una oportunidad
de promover un turismo sostenible que respete y conserve nuestros
recursos sin amenazar estos espacios sensibles.
Una oferta singular Una de las formas de unir
turismo y sostenibilidad es el agroturismo, una oferta que cada
vez gana más adeptos. La razón del éxito
del agroturismo radica en la singularidad de la oferta, la adaptación
del caserío y la vida agrícola y ganadera al fenómeno
del agroturismo, el tipo de arquitectura popular que el mismo
representa y su ubicación física unida normalmente
a entornos muy cuidados y de mucho valor natural y paisajístico;
un tipo de alojamiento cada vez más demandado por un tipo
de cliente vinculado normalmente a las grandes urbes, donde supuestamente
tienen muchas carencias de tipo natural, verde, ecológico
y medioambiental.

El agroturismo consiste
en la prestación de servicios turísticos de alojamiento
y restauración por parte de agricultores y ganaderos en
sus propias granjas y caseríos. En noviembre de 1988, los
departamentos de Agricultura y Pesca, y de Comercio, Cultura y
Turismo del Gobierno Vasco crearon la modalidad de alojamiento
turístico-agrícola, elaborando además un
régimen de subvenciones (financiado por el Gobierno Vasco
y las Diputaciones Forales) para motivar y desarrollar la puesta
en marcha de esta actividad. Con ello se persiguen tres objetivos:
- Asegurar al baserritarra una combinación
de rentas, de manera que entre ingresos turísticos y
agrarios pueda mejorar sus condiciones de vida, posibilitando
además la creación de empleo para el baserritarra
y su familia.
- Contribuir a la progresiva rehabilitación
del patrimonio histórico así como a la reactivación
de ciertas economías locales en declive.
- Producir un incremento de la capacidad
de alojamiento.
A partir de 1988
se inició una promoción que continua en la actualidad,
teniendo esta actividad en los últimos años un gran
crecimiento.
Algunas
conclusiones
El turismo
es un ejemplo claro de la estrecha relación existente
entre el desarrollo económico y el medio ambiente,
con toda su secuela de beneficios, tensiones y posibles
conflictos. Si se planifican y controlan adecuadamente,
el turismo, el desarrollo regional y la protección
del medio ambiente podrían ir a la par. Si se respetan
la naturaleza y el medio ambiente, sobre todo en las zonas
costeras y de montaña, el turismo puede llegar a
ser beneficioso y duradero.
A nivel
general, las estadísticas existentes sobre el turismo
son inadecuadas para explicar los impactos medioambientales.
Se están comenzando a desarrollar a nivel europeo
indicadores para medir el turismo sostenible y las capacidades
de carga. Actualmente se recomienda realizar los análisis
y conclusiones relativos a los impactos del turismo sobre
el medio ambiente de forma individualizada, caso por caso.
Por lo
que respecta a la CAPV, existe un incremento notable de
la actividad turística, así como una modificación
considerable del tipo de visitante, tradicionalmente turismo
de negocios. Esto obliga a la adaptación y ampliación
de la infraestructura turística, con una planificación
muy estructurada y siguiendo las líneas marcadas
por la UE de respeto al medio ambiente. Llevar a cabo planes
generales y acciones de gestión local son importantes
para determinar si el turismo en nuestra Comunidad Autónoma
conduce a impactos ambientales indeseables.
El turismo
en la costa vasca está aumentando paulatinamente,
debido fundamentalmente a un aumento del tiempo de ocio,
a un creciente desarrollo económico, al confort climático
y confort de nuestras costas. Los impactos se producen por
la concentración de turistas, el desarrollo de infraestructuras
y alojamientos, la producción de residuos sólidos
y líquidos, así como el tráfico por
carretera. Para solucionar estos impactos es importante
desarrollar planes integrados de gestión de las zonas
costeras y estudiar instrumentos económicos, además
de las actividades de sensibilización, destinados
a cambiar los comportamientos de los turistas. Por otro
lado, el agroturismo, una de las formas más respetuosas
de turismo desde el punto de vista ambiental, está
adquiriendo un auge muy significativo y con altas expectativas
de crecimiento a medio plazo. Respecto a los parques naturales
y áreas protegidas, el número de visitantes
a estos lugares está aumentando debido al creciente
interés por la naturaleza. Los principales problemas
a estos espacios ambientales sensibles son causados por
el uso excesivo de los coches y la concentración
de visitantes a lugares fácilmente accesibles desde
las ciudades en "período pico". Diferentes
niveles de protección pueden ayudar a reducir la
sobrecarga de visitantes.
En resumen,
la calidad de los servicios turísticos va unida al
desarrollo sostenible. Es importante encontrar soluciones
a la sobrecarga de la capacidad de los lugares turísticos.
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Julen Rekondo, técnico y periodista
ambiental
Fotografías: Joseba Olalde |