Agroturismo y cliente
Mª Jesus Mendia Agirre

Son varios los motivos por los que una persona,en un momento concreto,opta por alojarse en un agroturismo o casa rural.

Tras 10 años de experiencia en el sector turístico, hemos visto ampliarse el tipo de cliente que elige esta opción, bien a la hora de plantear sus vacaciones,o en otros casos, cuando por motivos de trabajo se ve obligado a pernoctar fuera de su domicilio.

Así mismo agroturismos y casas rurales han debido adaptar sus servicios en base a las necesidades de la clientela, lo que ha llevado al sector a plantearse nuevos retos en mejoras de prestaciones, no solo a nivel de infraestructuras sino también creando una oferta complementaria ofertando actividades relacionadas con la actividad agrícola o ganadera de los caseríos, artesanía, actividades de ocio y aventura, etc…

La gestión de los establecimientos es llevada por norma general por los miembros de la familia. Esto implica un trato muy cercano con el cliente.

Cada cliente tiene unas necesidades especificas y es el propietario/a del caserío, quien se encarga de que esas necesidades sean cubiertas y conseguir así un mayor grado de satisfacción y fidelización del cliente.

El hecho de alojarse en un caserío implica que ya de entrada los más pequeños detalles de la vida cotidiana sean apreciados como parte de una cultura.

No son actividades culturales organizadas sino que simplemente la forma de ser, de vivir, de trabajar, de compartir experiencias, etc. hace ya de este tipo de alojamiento algo muy especial, una manera de disfrutar de unos días libres sumergido en una experiencia diferente.

Obviamente el caserío en si, el entorno natural, el paisaje, la tranquilidad, el trato familiar siguen siendo los puntos claves de cara al visitante.

La relación entre propietario/a y visitante depende en parte también de la duración de la estancia y los motivos del viaje, pero en general, se entabla una cordial relación en la que se comparten ratos juntos y la persona entra en contacto directo con la forma de vida de un caserío.

Puede sentir, in situ, la manera de entender la vida de las gentes no solo del mundo rural entendido como pueblo, sino esa especial forma de ser, del caserío vasco, que en un momento dado optó por abrir sus puertas y mostrar así su verdadero carácter.

La información que el visitante recibe directamente de las personas que viven en caserío es amplia y concreta y muy diferente de esa otra información estandar que aparece en las guías. No solo son espacios los que se ofrecen, sino también sensaciones.

La gastronomía es una parte importantísima de nuestra cultura y también un punto clave por el cual una persona puede optar por el turismo rural en Euskadi. Los productos frescos y de calidad, el buen hacer de los/las cocineros/as de nuestra tierra, es incluso la forma de presentar esos productos, servirlos y degustarlos en los caseríos, atraen a una gran numero de visitantes.

Es parte de nuestra forma de entender la vida, de compartir sabrosos platos en una gran mesa que invita a la charla sin tener en cuenta el tiempo. Es el nuestro, un tipo de cocina que debe ser degustado sin prisas.

Así pues, uno de los puntos clave por el cual los caseríos resultan un producto atractivo, y a la vez, en lo referente al mercado turístico competitivo, es esta oferta particular de sentir mas que ver, de vivir una realidad cercana, más que leer sobre ella y aprender a entender una cultura que no se puede fácilmente explicar con palabras porque hasta las palabras se dicen en otra lengua, en euskera.

Y si los motivos de la visita son cuestiones de trabajo, el resultado es similar. Por la forma de ser de nuestras gentes, una persona aun lejos de su hogar, trabajando y muchas veces sola, puede al llegar al caserío después de su jornada laboral, sentirse como en casa.

Los caseríos se han adaptado también a esta demanda introduciendo servicios específicos para las personas alojadas por motivos de trabajo y es la frase "me he sentido como en casa " lo que en realidad no se valora no olvidándonos, por supuesto de esa necesidad de servicio de calidad, tranquilidad e intimidad, etc. que son tan necesarios para continuar a la mañana siguiente con la habitual jornada de trabajo.

Por lo tanto, lo que en este momento un agroturismo o casa rural puede ofrecer al cliente, aparte de los recursos turísticos conocidos en el mercado, como patrimonio, cultura y gastronomía es además, el contacto directo con la forma de vida en el caserío, tranquilidad, trato familiar, entorno, precio adecuado, buena calidad en las instalaciones, alternativa al turismo de masas y una dinámica propia que favorece al desarrollo rural y turístico en Euskadi.


Mª Jesus Mendia Agirre, Nekazalturismoa
Fotografías: Joseba Olalde

Euskonews & Media 128.zbk (2001 / 6 / 22-29)


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