Son
varios los motivos por los que una persona,en un momento concreto,opta
por alojarse en un agroturismo o casa rural.
Tras 10 años
de experiencia en el sector turístico, hemos visto ampliarse
el tipo de cliente que elige esta opción, bien a la hora
de plantear sus vacaciones,o en otros casos, cuando por motivos
de trabajo se ve obligado a pernoctar fuera de su domicilio.
Así mismo agroturismos y casas
rurales han debido adaptar sus servicios en base a las necesidades
de la clientela, lo que ha llevado al sector a plantearse nuevos
retos en mejoras de prestaciones, no solo a nivel de infraestructuras
sino también creando una oferta complementaria ofertando
actividades relacionadas con la actividad agrícola o ganadera
de los caseríos, artesanía,
actividades de ocio y aventura, etc…
La gestión de los establecimientos
es llevada por norma general por los miembros de la familia. Esto
implica un trato muy cercano con el cliente.
Cada cliente tiene unas necesidades
especificas y es el propietario/a del caserío, quien se
encarga de que esas necesidades sean cubiertas y conseguir así
un mayor grado de satisfacción y fidelización del
cliente.
El hecho de alojarse en un caserío
implica que ya de entrada los más pequeños detalles
de la vida cotidiana sean apreciados como parte de una cultura.
No son actividades culturales organizadas
sino que simplemente la forma de ser, de vivir, de trabajar, de
compartir experiencias, etc. hace ya de este tipo de alojamiento
algo muy especial, una manera de disfrutar de unos días
libres sumergido en una experiencia diferente.
Obviamente el caserío en si,
el entorno natural, el paisaje, la tranquilidad, el trato familiar
siguen siendo los puntos claves de cara al visitante.
La relación entre propietario/a
y visitante depende en parte también de la duración
de la estancia y los motivos del viaje, pero en general, se entabla
una cordial relación en la que se comparten ratos juntos
y la persona entra en contacto directo con la forma de vida de
un caserío.
Puede sentir, in situ, la manera
de entender la vida de las gentes no solo del mundo rural entendido
como pueblo, sino esa especial forma de ser, del caserío
vasco, que en un momento dado optó por abrir sus puertas
y mostrar así su verdadero carácter.
La información que el visitante
recibe directamente de las personas que
viven en caserío es amplia y concreta y muy diferente de
esa otra información estandar que aparece en las guías.
No solo son espacios los que se ofrecen, sino también sensaciones.
La gastronomía
es una parte importantísima de nuestra cultura y también
un punto clave por el cual una persona puede optar por el turismo
rural en Euskadi. Los productos frescos y de calidad, el buen
hacer de los/las cocineros/as de nuestra tierra, es incluso la
forma de presentar esos productos, servirlos y degustarlos en
los caseríos, atraen a una gran numero de visitantes.
Es parte de nuestra forma de entender
la vida, de compartir sabrosos platos en una gran mesa que invita
a la charla sin tener en cuenta el tiempo. Es el nuestro, un tipo
de cocina que debe ser degustado sin prisas.
Así pues, uno de los puntos
clave por el cual los caseríos resultan un producto atractivo,
y a la vez, en lo referente al mercado turístico competitivo,
es esta oferta particular de sentir mas que ver, de vivir una
realidad cercana, más que leer sobre ella y aprender a
entender una cultura que no se puede fácilmente explicar
con palabras porque hasta las palabras se dicen en otra lengua,
en euskera.
Y si los motivos de la visita son
cuestiones de trabajo, el resultado es similar. Por la forma de
ser de nuestras gentes, una persona aun lejos de su hogar, trabajando
y muchas veces sola, puede al llegar al caserío después
de su jornada laboral, sentirse como en casa.
Los caseríos se han adaptado
también a esta demanda introduciendo servicios específicos
para las personas alojadas por motivos de trabajo y es la frase
"me he sentido como en casa " lo que en realidad no
se valora no olvidándonos, por supuesto de esa necesidad
de servicio de calidad, tranquilidad e intimidad, etc. que son
tan necesarios para continuar a la mañana siguiente con
la habitual jornada de trabajo.
Por lo tanto, lo que en este momento
un agroturismo o casa rural puede ofrecer al cliente, aparte de
los recursos turísticos conocidos en el mercado, como patrimonio,
cultura y gastronomía es además, el contacto directo
con la forma de vida en el caserío, tranquilidad, trato
familiar, entorno, precio adecuado, buena calidad en las instalaciones,
alternativa al turismo de masas y una dinámica propia que
favorece al desarrollo rural y turístico en Euskadi.
Mª Jesus
Mendia Agirre, Nekazalturismoa
Fotografías: Joseba Olalde |