Sorprende
primero la cordialidad con la que esta mujer abre las puertas
de su despacho de ETB; su hospitalidad convierte la entrevista
en una entrañable conversación como pocas. Su boca
narra vivencias capaces de dejar boquiabierto a cualquiera, pero
quizá, lo más sorprendente de todo, lo más
gratificante, sea la forma en la que describe una profesión
que ha marcado su vida. Y es que para Mirentxu Purroy "el
deber del periodista de investigación es buscar las perlas
más escogidas de cuantos trabajos se estén haciendo
en el mundo para ofrecérselas a la audiencia, a los lectores". Esta pamplonesa estudió
periodismo y filosofía simultáneamente, más
tarde se licenció en psicología y viajó hasta
Nueva York para estudiar cine. Ha recorrido más de medio
mundo y ha trabajado en diversos medios de comunicación.
Fundadora de "Punto y hora" y directora de "Egin",
ha dirigido los largometrajes "El silencio de los inocentes"
y "Detrás del tiempo". Hace poco más de
año y medio y convencida de que "la gente aprecia
la calidad" presentó un proyecto en ETB: un programa
de documentales que acercara el mundo a los hogares de Euskadi.
Consiguió que lo aceptaran y desde noviembre de 1999 podemos
apreciar su trabajo los domingos al mediodía en ETB2. Se
trata de "Mundo.hoy", una admirable labor periodística
de investigación que hace prácticamente sola.
-A
pesar de haber ejercido siempre como periodista, también
ha estudiado filosofía, psicología y cine. ¿Qué
motivos le impulsaron a ello? Siempre quise estudiar
periodismo, pero me matriculé en filosofía porque
cuando en época del franquismo dije en casa que quería
ser periodista mi padre me respondió que aquello no era
carrera, que no había libertad y que tenía que estudiar
otra cosa. Así que estudié filosofía por
obediencia y periodismo por afición. Ahí no tengo
ningún mérito, hice las dos carreras a la vez. Cuando
más tarde fui a ejercer la profesión a Salamanca
decidí estudiar psicología, hice dos especialidades;
clínica y pedagógica. Me acerqué a la psicología
porque lo que más me interesa es el ser humano: por qué
funcionan las cosas, por qué se mueven los países,
por qué empeoran las circunstancias, quién decide
que ahora tengamos una guerra verbal, dialéctica y ofensiva...
Quería saber cuáles eran los móviles de la
conducta humana y la sicología me dio respuestas. Pero
la verdad es que todo lo que he hecho ha sido en función
del periodismo. Siempre he tenido un compromiso con el lugar en
el que he nacido y me siento vinculada a todas las cosas que pasan.
No me siento distante de nada, quisiera estar cerca de todo, me
gustaría tener las claves para poder interpretar, tener
capacidad de análisis y poder saber objetivamente qué
pasa, cómo, cuándo y por qué; que es el "lead"
informativo. A partir de ahí hago mis cálculos y
mis análisis, y veo hacia donde se desvía la información,
la política, la opinión pública o la sociedad.
-Ha sido fundadora
de la publicación "Punto y hora" y directora
del diario "Egin". ¿Qué han supuesto estos dos
medios en su vida?
El
compromiso que siempre he tenido con lo que ocurre a mi alrededor
y el deseo de tener las claves para contarlo con objetividad me
llevó a estos medios. Los dos han marcado mi vida. "Punto
y hora" la fundamos un grupo de compañeros, en realidad
era una sociedad de redactores. Quisimos hacer un modelo como
el del diario francés "Le Monde": que la propiedad
estuviera en manos de los periodistas, que no fuera ninguna empresa
la que nos hiciera ser esclavos de sus intereses. Lo hicimos y
tuvo un éxito arrollador. Duró hasta que salieron
nuevas publicaciones con el mismo deseo de levantar el techo de
la libertad informativa. Más tarde llegué a "Egin"
por la misma vía, hasta que mi vida se truncó por
lo que hoy algunos llaman "falta de libertad" o "persecución".
Fue entonces cuando di un salto y desde el exilio decidí
estudiar cine. Siempre me había gustado y lo había
clasificado como un sueño imposible, de pronto me di cuenta
de que era capaz de hacerlo. El cine es lo mismo que el periodismo,
solo que se escribe y se cuenta a través de imágenes.
Hay más libertad porque también se puede hacer ficción.
-Hoy se dedica
a realizar documentales desde "Mundo.hoy", ¿cuáles
son los objetivos que se planteó para este programa? Cuando entré
en el mundo del cine empecé a hacer documentales y me di
cuenta de que había que dar unas claves mucho más
universales sobre cuál es el mundo en el que nos ha tocado
vivir. Con las mismas herramientas que en mi opinión tiene
que tener siempre un periodista: ética, sinceridad y capacidad
de distanciar los hechos para darles a las personas todos los
datos que les permitan ser libres y crear su propia opinión.
Y esto es lo que intento modestamente con "Mundo.hoy":
acercar el mundo a tu sofá, contar lo que pasa y ofrecer
el resultado que me han proporcionado las claves o los antecedentes
de los hechos. En toda noticia hay un pasado, y hay que contarlo
porque esos datos precedentes explican la realidad presente. Si
cuento, por ejemplo, que hay esclavitud oficial en Birmania, no
estoy diciendo la verdad a la gente que quiere saber realmente
lo que pasa. Para contar esa realidad tengo que ir al antecedente
que la ha creado y contar que en Birmania hubo unas elecciones
democráticas que ganó una mujer que sufrió
un golpe de estado militar y que está en arresto domiciliario.
No tengo que narrar el hecho de que haya esclavitud oficial en
Birmania, si no, cómo es posible que haya esclavitud oficial
en este país asiático. Todo tiene un antecedente,
el periodista tiene el deber de ir a esas fuentes para poder contar
en el contexto general y construir para las personas esa realidad
que llamamos noticia.
-¿Cuál
es la metodología de trabajo de "Mundo.hoy"? Primero perfilo un
calendario aproximado de los acontecimientos que van a tener lugar
a lo largo del año, así tengo una perspectiva de
lo que posiblemente será actualidad. Luego elaboro un dossier
de actualidad; para poder hacerlo me documento a conciencia. Una
vez estoy documentada recurro a Internet y me pongo en contacto
con productoras de
televisión, independientes o internacionales de todo el
mundo que hayan hecho algo sobre el tema en el que estoy trabajando.
Cuando encuentro algo que me interese pido un vídeo doméstico,
lo veo y compruebo la veracidad de las fuentes. Me he visto obligada
a rechazar un montón de trabajos por tendenciosos, por
no ser verdaderos y por no estar documentados. Esto me lleva a
ver cientos de cintas y a leer una documentación increíble.
También es cierto que siempre que podemos hacemos producción
propia, este año ya hemos producido tres documentales.
-El programa
ya ha cumplido cerca de año y medio. ¿Cuál ha sido
el resultado? Hay algo que resulta
realmente gratificante y que es una tesis que yo sostengo: la
gente agradece mucho la calidad y el trabajo bien hecho, es mucho
más lista y culta de lo que suponemos. Yo siempre he partido
de la base que a nadie le gusta comer angulas en un orinal: igual
que se pone una bonita mesa con los platos limpios y un buen mantel
y la gente lo agradece, creo que el deber del periodista de investigación
es buscar las perlas más escogidas de cuantos trabajos
se estén haciendo en el mundo, lo mejor para la audiencia.
Y la verdad es que el resultado de "Mundo.hoy" es excelente,
yo diría que hasta inesperado, no tanto para mí
como para la propia cadena a la que me costó convencer
para que aceptara el programa. Yo sabía y estoy convencida
de que la gente aprecia la calidad, y cuanto más y mejor
se la trabajes mejor. Todo esto con el mayor respeto a las personas,
a sus conocimientos y a sus deseos de saber. Yo agradezco enormemente
desde la primera persona a la última que ve "Mundo.hoy";
no les conozco, no sé quiénes son pero estoy segura
de que son personas inteligentes.
-"Mundo.hoy"
es uno de los pocos programas documentales de ETB. ¿Hasta qué
punto le costó que aceptaran el proyecto? Me
costó introducir el programa a nivel de las decisiones
que se toman en cuanto a programación. Al principio me
dijeron que no lo vería nadie, también propuse crear
un grupo de reporteros para producir documentales en casa, porque
creo que aquí hay gente tan buena y tan bien preparada
como la que se puede encontrar en la BBC. Y los hay, la prueba
de esto es que los tres documentales que hemos producido son de
muy buena calidad. Creía que me iban a negar la oportunidad
porque suponía hablar de nuevas inversiones, pero me dejaron
intentarlo y el resultado ha sido fantástico.
-¿Cómo
es el equipo que trabaja en el programa? En realidad no hay
equipo. Prácticamente lo hago todo yo. Bueno, Gurutze Lizarralde
me ayuda a hacer los contratos con las productoras una vez estén
los temas elegidos, y también está el realizador
de plató. Yo estoy sola en la tarea periodística,
exceptuando la ayuda de una chica que se dedica a sacar los códigos
de tiempo.
-¿Hay algo
que le gustaría añadir a sus documentales en el
futuro? Creo que ya sería
hermoso y de agradecer que el programa se consolidara con el prestigio
que está adquiriendo. Esto significa que hay mucha gente
interesada en un periodismo de investigación de calidad.
Creo que hay muchos temas que aunque se hayan tratado en profundidad
exigen un debate. Reportajes que piden una mayor aproximación
y cercanía. Aunque llevar esto a cabo supondría
cambiar el formato del programa, duplicar el equipo, y muchas
otras cosas.
-Ha pasado
tiempo desde que terminó la carrera de periodismo y son
muchos los años que lleva ejerciendo una profesión
que ha asumido como vocación. ¿Qué diferencias ve
entre los periodistas de hace treinta años y los de hoy?
¿Cómo ha vivido los cambios que ha sufrido el periodismo? Creo firmemente que
el periodismo de vocación es algo muy noble y admirable.
La de periodista me parece una profesión muy digna, y hoy
en este país está desacreditada. Nunca se había
producido una concentración como la que vivimos en la actualidad.
Antes en el estado español había ochenta periódicos
y ochenta propietarios, hoy hay ciento ochenta diarios y cinco
propietarios. Normalmente todo periodista sabe que al incorporarse
a un medio tiene que adquirir un color concreto, así evita
enfrentarse a la ola de quien le está pagando. También
hoy pasa más que nunca que todos saben para quién
están trabajando y se autocensuran. Antes las censuras
eran políticas, ahora las censuras son empresariales y
el periodista empieza a ser un esclavo de las dictaduras empresariales.
Además, el que puede elige una empresa afín a sus
ideas para no tener ningún problema de conciencia, ninguna
ruptura entre su realidad y su ideología. Aquí se
da el periodismo militante, algo que no sucede en los países
anglosajones, por eso está la profesión más
desacreditada que nunca. Y esto es igual a propaganda, no se trata
de periodismo. Propaganda es propagar y suponer ideología
u opinión, el periodista debería difundir información
y conocimiento. Y creo que todo esto es una degradación
moral, porque uno debiera de sostenerse siempre de pie en cuanto
a lo que es la información: el periodista no tiene el derecho
de informar, es el lector quien tiene el derecho de ser informado.
El delito de silenciar una información es el peor de todos
los delitos, porque es mucho más grave que manipular.
-¿Qué
opina del intrusismo en el periodismo? ¿Considera necesario estudiar
la carrera de periodista para ejercer como tal?
Yo
estudié periodismo y a mí me ha servido, como toda
carrera, para saber manejarme y tener acceso a unos conocimientos
que más tarde me nutrirían en mi profesión.
Pero luego hay que llevar estos conocimientos a la práctica,
porque teóricamente el periodismo sólo es periodismo
cuando se puede llegar a ejercer. Desde el momento en el que para
optar a un puesto de trabajo se necesita el título de periodista
se ha necesitado estudiar esta carrera. Lo que ocurre es que siempre
ha habido gente de otras carreras que ha ejercido como periodista.
Yo no quiero decir que todo el que ha estudiado la carrera de
periodismo sea un excelente periodista, pero sí creo que
debe de ser prioritario. En el caso de que haya una vacante de
periodista el puesto debería de ser para un titulado. Dada
la precariedad laboral en la que se encuentran hoy los periodistas
y la gente joven, creo que deberían tener derecho a que
su título tenga prioridad sobre otras especialidades. Pero,
por supuesto, son las empresas quienes deciden a quien contratan.
-Las nuevas
tecnologías están cambiando la forma de trabajar
en el periodismo. A este respecto, ¿cómo ve el futuro más
cercano? Creo que la tecnología
actual ha permitido un acercamiento más rápido a
las fuentes de la noticia. Yo soy la primera que aprovecho todo
lo que las nuevas tecnologías me ofrecen para facilitar
mi trabajo. Lo único que se ha conseguido es que el periodista,
vocero emocional de todo lo que pasa, tiene más posibilidades
de llegar a los sitios virtualmente y con mayor inmediatez. Y
no puede prescindir de una herramienta que inmediatamente le proporciona
datos. Pero yo me estoy dando cuenta de que muchos de los datos
que proporciona Internet no están comprobados. Como yo
no puedo verificar las fuentes tengo que volver al origen de las
fuentes y contrastar para saber si la información es válida
o no. Muchos dan por válida la información que encuentran
en la Red. Las nuevas tecnologías dan facilidades en cuanto
a que permiten un acceso a la información mucho más
inmediato, pero también conlleva mayores riesgos, porque
no se puede verificar la información. Lo que ocurre es
que en el periodismo se trabaja a tal velocidad que simplemente
se da por bueno lo que antes sale. Así dejamos de ser periodistas
verídicos.
-¿Qué
opina de la posibilidad de trabajar desde casa gracias a Internet?
Creo
que la aproximación humana es lo que tiene que primar con
el tiempo. El hecho de que el periodista, para poder sacarse las
castañas del fuego, tenga que estar viviendo en soledad
en casa, con su ordenador, su fax y su móvil conectado
me parece un gran empobrecimiento humano, ese futuro no me gusta.
Es evidente el deber del periodista de estar al día con
todo lo relacionado con las nuevas tecnologías, porque
además son su instrumento de trabajo y está abocado
a un reciclo constante a este respecto, pero siempre sabiendo
y conociendo sus herramientas básicas. Yo me atrevería
a decir que de los millones de noticias que hay en circulación
el 60% está sin verificar y son porquería. Pero
hace falta que lo haya descubierto el propio periodista y para
eso se necesita tiempo. O se humaniza más la profesión
o tendremos una gran pérdida de valor social e informativo
a la vez, y la información que tendremos será una
información de plástico.
-¿Está
contenta Mirentxu Purroy con su trabajo? ¿Le resulta gratificante? Sí, la verdad
es que estoy muy contenta. Me gusta mucho lo que hago, me parece
un trabajo fantástico. Este trabajo es sumamente gratificante,
estoy continuamente aprendiendo, me enriquece muchísimo.
Me da una dimensión muy grande de lo que ocurre, y me he
quedado muy sorprendida con el complejo mundo en el que vivo.
Finalmente, y después de haber recogido tanta información,
lo que más me ha asustado comprobar es que, para bien o
para mal, la religión es el factor más determinante
en los diferentes países. Fotografías: Teresa Sala
Euskonews & Media 126.zbk
(2001 / 6 / 8-15)
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