Entre
los meses de marzo y septiembre de 2000, dentro del Programa de
Formación Cultural impulsado por la Diputación Foral
de Gipuzkoa, Fundación Lenbur, Sociedad de Ciencias Aranzadi
y Mancomunidad del Alto Urola, se realizó una intervención
arqueológica en la antigua ferrería de Olaberría
(Legazpi, Gipuzkoa), que se mantuvo activa entre los siglos XV-XIX.

Vista
general del aldaparo, antepara o urarka.
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Vano
de piedra de sillería insertado en una pared del
aldaparo, se nombra entre las restauraciones impulsadas
por Juan de Lasalde en 1585. |
La propiedad y
explotación de la ferrería:
Fruto de la labor
de documentación de la ferrería de Olaberría,
logramos reconstruir en su mayor parte el sistema de propiedad
y la explotación de la misma. La cantidad de datos que
aportaron tanto la documentación como la bibliografía,
nos posibilitaron establecer la existencia de tres períodos
claramente diferenciados:

1) Desde
el siglo XV hasta finales del siglo XVI.
Se detecta una multipropiedad
sobre las ferrerías . Los diferentes propietarios eran
a su vez los que la explotaban directamente, y en su caso, el
arrendatario solía ser al mismo tiempo uno de los porcioneros
(1) o propietarios de
la misma. Por lo tanto, el pequeño productor
era dueño de los medios de producción, vendiendo
ésta a un comerciante, en un sistema que se conoce como
Kaufsystem (2),
en el que el comerciante sólo controla la comercialización
y no la producción.
La existencia de
numerosos porcioneros sobre una misma ferrería se convirtió
en habitual durante los siglos XV y XVI, e incluso posteriormente,
sin duda debido al carácter de propiedad libre de las mismas.
Esta configuración de la propiedad fue decisiva en su desarrollo,
ya que era muy común que estos pequeños propietarios
se endeudaran y se vieran obligados incluso a vender. En este
período la producción ferrona estaba en manos de
los diferentes porcioneros, lo que no excluye la posibilidad de
arrendamiento. Durante esta primera etapa, la producción
de tochos se dirigía a abastecer a localidades especializadas
en la producción de herramientas y armas, tanto en Castilla
como en Gipuzkoa: Arrasate, Beasain y Bergara.

Al parecer,
este vano cegado fue la entrada principal de la ferrería.
2) Desde
Finales del XVI hasta el siglo XIX.
Se dará una
transformación de la propiedad sobre las ferrerías.
Numerosos linajes de la provincia se vincularon a la Corona de
Castilla como medio de ascensión social, económica
y política. Estas familias trataron de extender su poderío
e influencia en la provincia para tejer su propia red de poder,
siendo habitual su interés en aquellas actividades que
les reportaran un beneficio tanto económico como socio-político.
En Olaberría,
relacionado con el proceso anteriormente descrito, aparecieron
entre finales del siglo XVI y principios del XVII las figuras
del tesorero real en Burgos, Juan de Lasalde, y su sobrino y heredero,
Martín de Lizarazu. Ambos, aprovechando las deudas contraídas
por los distintos porcioneros, fueron haciéndose paulatinamente
con la totalidad del complejo de Olaberría (ferrería
y casería). Al mismo tiempo, realizaron numerosas obras
de remodelación de la ferrería mayor dotándola
de una ferrería menor, con lo que se aumentó y diversificó
la producción de hierro.
Las
dificultades económicas de la familia Lizarazu permitieron
que Ángela de Arriarán, se hiciera con la ferrería
de Olaberría, tras varias décadas de pleitos entre
diferentes acreedores de la misma. Con ella, Olaberría
quedó vinculada a su mayorazgo, pasando al linaje de los
Bikuña, de Legazpi. A lo largo de los siglos siguientes,
el propietario de Olaberría, al igual que ocurría
en muchas otras ferrerías de Gipuzkoa, sería ajeno
a la explotación de la ferrería, ya que esta era
dada en arrendamiento.
En esta etapa, veremos
como se desarrolló una compleja red social en torno a la
ferrería de Olaberría, que se extendía por
tres ámbitos distintos:
-
Los linajes propietarios
de diferentes ferrerías enlazaron mediante matrimonio
hasta que Olaberría, como muchas otras ferrerías
de Gipuzkoa, terminó en manos de los marqueses de San
Millán, linaje muy vinculado a la producción
ferrona provincial. Y este linaje, a su vez, entroncó
más adelante con los Porcel, uno de los linajes más
poderosos de la Corona de Castilla.
-
Del mismo modo,
en torno a los linajes de los propietarios, se extendía
una red de familias vinculadas al abastecimiento de las ferrerías
y la comercialización de su producción: arrendatarios,
ferrones, carboneros, arrieros,...
-
En un tercer
nivel, pero no menos importante, se daban relaciones endogámicas
entre diferentes familias de ferrones y arrendatarios.
Como quedó
adelantado ya antes, tras las obras de remodelación de
Lasalde, Lizarazu y Arriarán la producción de tochos
aumentó y se completó con la construcción
de una ferrería menor en la que se realizaban las herramientas,
aumentando así la rentabilidad de Olaberría. Durante
esta etapa, se observa que el dueño residía fuera
no sólo de la localidad sino incluso de la provincia, siendo
representado por un miembro del linaje, que arrendaba la ferrería
y se encargaba de los asuntos económicos en nombre del
cabeza de linaje que residía cerca de la Corte.
3) Último cuarto del siglo
XIX.
La tercera y última
etapa de Olaberría como ferrería, coincide con la
liquidación del Antiguo Régimen. Olaberría
volvió a recuperar su condición de propiedad libre
y, por lo tanto, dejó de estar vinculada a un linaje. La
red social desarrollada en torno a ella se fue deshaciendo, mientras
la actividad ferrona se extinguía. Se le daba paso así
a la propiedad individual y al desarrollo de actividades económicas
diversas en el solar de Olaberría (fábrica de cartuchos,
papelera, molino, ...).

Vista general
del taller.
La figura del ferrón:
Además de
la configuración de la propiedad y el sistema de explotación
de la misma, uno de los aspectos más interesantes aportados
por la documentación es precisamente el de la figura del
ferrón, ya que el tratamiento que se le da a ese término
en la misma puede inducirnos a error. Éste, solía
usarse indistintamente para referirse al dueño de la ferrería,
al arrendatario y al ferrón propiamente dicho, aunque cuando
hablamos de ferrón hemos de tener en cuenta igualmente
que estamos hablando del maestro ferrón que utilizaba en
su trabajo por lo menos a otros dos operarios.
Aclarado este primer
punto, nos querríamos detener en la figura del arrendatario
de la ferrería. Éste, generalmente, sería
un pequeño empresario que además de arrendar una
ferrería podía ser porcionero de la misma o de otras
ferrerías. Pertenecerían a linajes menores de nivel
local, como vemos que ocurría con Lorenzo López
de Plazaola, porcionero de Mirandaola y arrendatario a su vez
tanto de esta ultima como de Olaberría, ambas en Legazpi.
Los mercedarios
y los censos:
Otra de las figuras
a destacar es la de los mercedarios, surgida durante
el reinado de los Reyes Católicos. Los mercedarios recibían
de los monarcas el derecho a percibir el albalá
y diezmo viejo de las ferrerías de la provincia,
siendo a veces una merced de carácter hereditario.
Y
a pesar de que hasta el siglo XVII no parece haber ningún
pleito en torno a los mismos, podría afirmarse que por
los datos que poseemos, algunas ferrerías seguían
pagando estos derechos a Cristóbal de Ipeñarrieta,
mercedario de las ferrerías de Legazpi y de otras muchas
ferrerías de la provincia, y a sus herederos. Sin embargo,
para el siglo XVIII, incluso antes, parece cuestionarse ese derecho
hasta su desaparición de la documentación.
Finalmente, destacar
que como era habitual en el Antiguo Régimen, sobre Olaberría
y otras ferrerías existían uno o más censos,
siendo uno de los mayores prestamistas, a nivel provincial, el
convento de la Santísima Trinidad de Bidaurreta (Oñati).

(1)
Porcionero o parcionero era la denominación utilizada para
el dueño de una porción o parte de una ferrería,
lo que no impedía que un porcionero tuviera porciones en
diferentes ferrerías e incluso fuera arrendatario de alguna
de ellas. (VOLVER) (2)
ACHON INSAUSTI, J.A.: "Los mercaderes y la provincia de Guipúzcoa
en el siglo XVI. problemática, líneas de investigación
y una reciente tesis sobre el tema". En: Mundaiz (separata),
julio-diciembre 1988, nš36, pág. 10. (VOLVER)
Iñigo Imaz, licenciado
en Historia |