EL TABACO COMO FACTOR DE RIESGO SANITARIO
El
tabaco es una planta de la familia de las solanáceas traída
de América a la que también pertenecen tomates,
pimientos, patatas o berenjenas. Se recolecta en forma de hoja
verde luego se somete a un proceso de curación incluida
una oxidación que aumenta la toxicidad de algunas sustancias.
Más tarde en la fabricación de las labores se le
añaden aditivos como humidificantes, azúcares y
saborizantes cuya investigación como posibles agentes patógenos
está dificultada por estar protegidos por el secreto de
patente. Se ha demostrado que la introducción de los cigarrillos
bajos en nicotina y alquitrán y los cigarrillos sin humo
no son una alternativa sanitaria válida para disminuir
el número de eventos cardiovasculares, en parte porque
se aumenta el consumo del resto de componentes para obtener la
"dosis" de nicotina que es la sustancia adictiva
bien por inhalaciones más profundas, bien por mayor consumo
de unidades. (1)
En el humo del tabaco viajan en forma
de gas, vapor o partículas 4.865 sustancias conocidas.
Unos 500 circulan en forma de gas o vapor. Los principales componentes
de esta fase gaseosa son el nitrógeno (58 %), el oxígeno
(12%), el dióxido de carbono (13%) y el monóxido
de carbono (3,5%), junto con hidrógeno, metano y otros
hidrocarburos, aldehídos y cetonas, ácido cianhídrico,
óxidos de nitrógeno, nitrilos volátiles y
otros varios centenares en menor concentración. Otras sustancias
viajan en forma de partículas, entre ellas se encuentran
la mayoría de las cancerígenas y las capaces de
producir mutaciones genéticas, los polifenoles y sus derivados.
La nicotina, quizá el componente más estudiado,
se desprende como partícula o como vapor según la
acidez del medio. Especial atención merecen los radicales
libres presentes en las partículas con su potente acción
oxidante, oxidan las proteínas ocasionando lesión
tisular, y al oxidar la lipoproteína de bajo peso molecular
(LDL) y generan el agente promotor de los primeros pasos de la
enfermedad aterosclerosa; además oxidan otras sustancias
que se encuentran en el humo haciéndolas más tóxicas.
También en las partículas se encuentran en pequeñas
concentraciones otras sustancias tales como insecticidas y sus
derivados, metales como el aluminio, cadmio, plomo, mercurio,
níquel, y polonio-210, y otras en proporción aún
menor. (2) Son miles de
sustancias, con interacción entre ellas y con efectos directos
e indirectos: evidentemente el efecto final no es la suma simple
de los efectos individuales tomados aisladamente.
En la Comunidad Autónoma del
País Vasco (CAPV) aunque durante los últimos años
se ha producido una disminución del consumo de cigarrillos,
aún fuma el 29 por ciento de los adultos y se ve con preocupación
cómo aumenta el consumo sectores previamente menos consumidores
tales como mujeres y jóvenes. Entre 1986 y 1997 en el grupo
de varones mayores de dieciséis años, la proporción
de fumadores se redujo del 50 al 35 por ciento, en el mismo período
la de las mujeres fumadoras aumentó del 17 al 23,5 por
ciento. Si a este 29 por ciento de población fumadora se
añade otro 39 por ciento que refiere estar expuesta a humo
de otros todos los días o con mucha frecuencia
suman un total de 69 por ciento de la población
expuesta a la toxicidad del humo: casi un millón doscientas
mil personas. (3) (4)
En el conjunto del Estado la proporción de adultos fumadores
es aproximadamente 35 por ciento. (5).
El tabaquismo se ha convertido
en un problema mundial de salud pública de primera magnitud.
Durante el siglo XX se ha podido constatar cómo la tasa
de enfermedades cardiovasculares aumentaba paralelamente al incremento
del consumo de tabaco; luego en los últimos 25- 30 años
cómo la reducción en el consumo se ha visto acompañada
de una reducción del 50 por ciento en la mortalidad de
causa cardiovascular. No obstante, en los países
industrializados sigue constituyendo la primera causa de muerte
modificable. (6) De la
misma manera en la C.A.P.V. se asocian al consumo de tabaco 19
por ciento del total de muertes prematuras, 88 por ciento de las
defunciones por cáncer de pulmón, 22 por
ciento de las originadas por enfermedades cardiovasculares (primera
causa a su vez de muerte e incapacidad) y aproximadamente la mitad
de las producidas por las enfermedades respiratorias. (7)
Sin duda el tabaquismo
es un factor de riesgo principal junto con la hipertensión
o la hipercolesterolemia a las que, además, potencia. (8)
El humo del tabaco puede iniciar directamente la formación
de la placa de ateroma y favorecer su evolución y complicación
o potenciar el efecto de otros factores de riesgo. Hace ya más
de 25 años que se conoce la relación
directa entre el tabaquismo y el grado de aterosclerosis
aórtica y coronaria en estudios necrópsicos.(9)
El daño producido por el tabaquismo pasivo está
documentado. (10)
Además cualquier exposición al humo del tabaco resulta
dañina por pequeña que sea, lo
cual está demostrado con consumos tan "mínimos"
como uno a cuatro cigarrillos diarios. (11)
La intervención sobre el tabaquismo reduce efectivamente
la incidencia de enfermedad coronaria.(12)
Tanto en la prevención como en el tratamiento de las enfermedades
cardiovasculares resulta fundamental la eliminación del
tabaquismo. En California una política antitabáquica
rigurosa y multifacética (fiscal, formativa y de control)
consiguió una reducción de las tasas de mortalidad
cardiovascular mayor que la de otros estados
de E.E.U.U. sin embargo, al recortarse esta política estas
tasas han experimentado un repunte, lo que demuestra la necesidad
de una actitud consecuente y mantenida.(13)
DISFUNCIÓN ENDOTELIAL. PLACA
DE ATEROMA. ATEROSCLEROSIS. ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES
La circulación requiere
unos vasos sanguíneos abiertos, permeables y libres de
acumulaciones de células o trombos en su interior. En caso
de señales de ruptura con peligro de pérdida de
sangre, el sistema tendría que operar en sentido contrario
cerrando el vaso y taponando su luz. Tanto las sustancias mediadoras
de una como de otra respuesta en permanente equilibrio según
la necesidad son producidas al menos en parte por el endotelio
que tapiza el interior de los vasos como máximo responsable.
Un endotelio
disfuncionante reacciona como uno lesionado, segrega los mediadores
"erróneos", pierde su capacidad para mantenerse
dilatado y predomina la secreción de sustancias vasoconstrictoras
(endotelina, angiotensina II) sobre las vasodilatadoras (ON, prostaciclina),
atrae células fagocitarias como neutrófilos y monocitos,
atrae plaquetas, activa la coagulación y la superficie
se vuelve trombógena a la vez que se inhibe la trombólisis,
segrega radicales libres que oxidan la transportadora de colesterol
(LDL-col) y se hace permeable a ella que penetra hasta la íntima
de la pared del vaso. Allí la LDL-col atrae monocitos de
la sangre circulante que intentarán eliminarla por fagocitosis
una vez convertidos en macrófagos y atrae células
musculares lisas que migran de la capa muscular atraídas
a la íntima donde participarán en el proceso de
fibrosis.

(Para
ver la imagen ampliada haga clic sobre ella)
Secuencia
de la acción de la lipoproteína de bajo peso molecular (LDL).
Las lipoproteínas de baja densidad y de muy baja densidad penetran
y se acumulan en la capa íntima de la arteria a un ritmo que depende
de la función del endotelio y la propia concentración de lipoproteínas
fundamentalmente. Una vez allí se oxidan por radicales libres
liberados por los macrófagos, células musculares lisas o las células
endoteliales.
Esta alteración
funcional o lesión y la inflamación crónica
que sigue en la pared arterial es la respuesta a estímulos
conocidos como factores de riesgo a saber: niveles altos de LDL,
LDL oxidada, hipertensión arterial, diabetes mellitus,
radicales libres de O2 y monóxido de carbono como el producido
por el tabaco. El resultado es la formación de la placa
de ateroma. A la vez que tienen lugar estos mecanismos en la pared,
en la luz del vaso sobre el endotelio se adhieren y agregan plaquetas
que dan lugar a la formación de trombos mientras segregan
sustancias vasoconstrictoras y estimulantes para otras células.
Como agentes de la respuesta inflamatoria provenientes de la sangre
también participan linfocitos y neutrófilos. Una
verdadera lluvia de fuego cruzado de moléculas biológicamente
activas tiene lugar provocada por la presencia de la LDL oxidada
(Fig. 1) y la disfunción endotelial donde todas las células
presentes tanto en la luz como en la pared del vaso se convierten
en origen y diana a la vez de numerosas sustancias que provocan
secreciones en cadena que estimulan aproximación entre
las células, contacto, adhesión y proliferación.
Es en suma un proceso inflamatorio crónico
que provoca en la pared arterial el nacimiento y desarrollo de
la placa de ateroma (14)
(Fig.2) elemento del base de la aterosclerosis. Hay una lipoproteína,
la de alta densidad (HDL), que se encarga de intentar sacar a
la circulación el colesterol que hay en la íntima
de la pared del vaso, por lo que un nivel elevado en sangre de
ella se considera un factor protector y uno bajo un factor de
riesgo.

(Para ver las imagenes ampliadas haga clic sobre ellas)
2A.
Las lipoproteínas oxidadas lesionan o provocan mala función del
endotelio con lo que éste permite un mayor paso de más lipoproteínas.
La LDL oxidada provoca en las células endoteliales la secreción
de moléculas que atraen a los monocitos y otras que los adhieren
a la superficie endotelial con lo que promueven la invasión de
la íntima por ellos; la misma LDL oxidada también les atrae. 2B.
Los monocitos convertidos en macrófagos reconocen a la LDL oxidada
por medio de receptores y las captan para metabolizarlas en su
interior la acumulación del colesterol transportado por la lipoproteína
le da al macrófago un aspecto característico por lo que se le
llama célula espumosa. También se intenta eliminar la LDL oxidada
por fagocitosis simple. Se aprecian células musculares lisas en
proceso de migrar a la capa íntima o en fase de multiplicarse
en respuesta a los factores de crecimiento segregados o simplemente
en fase de muerte por efecto tóxico.
El estrechamiento de los vasos resultante provoca un paso insuficiente
de la sangre que aporta los nutrientes y oxígeno necesarios
a los tejidos, además estas placas pueden romperse y ocasionar
de forma aguda la formación de un trombo o tapón,
la trombosis, tanto en la luz del vaso como en el espesor de su
pared constituye el acontecimiento fundamental que marca la complicación
aguda de la enfermedad aterosclerosa por la oclusión total
de la luz: el infarto es decir la muerte de la zona que depende
para su irrigación del vaso que se ha ocluido. El proceso
de aparición y desarrollo del ateroma es de años,
la rotura y trombosis sucede en un instante y la muerte del tejido
dependiente en unos minutos a unas pocas horas según el
tejido de que se trate y las características de la zona.
EFECTOS DEL HUMO DEL TABACO Y
LOS MECANISMOS DE LA ATEROMATOSIS
Sobre la Liberación de
Neurotransmisores y el Daño Endotelial
Hace más de treinta años
se conoce que la nicotina estimula la liberación de catecolaminas,
mediadores neurohormonales fundamentales en las respuestas de
adaptación del organismo a los cambios en su medio interno,
lo que secundariamente favorece, por un lado, la trombosis por
aumento de la adhesividad plaquetaria y, por otro, la formación
de la placa de ateroma por aumento de los lípidos sanguíneos
a la vez que también producen una sobrecarga circulatoria
por taquicardia y aumento de la presión arterial y también
desde entonces se sabe que los fumadores tienen una alta tasa
de hemoglobina saturada con monóxido de carbono (hasta
un 15 por ciento) lo que supone un empobrecimiento del
aporte de oxígeno por la hemoglobina aparte de contribuir
a la aparición de lesiones ateromatosas
por daño endotelial.(15)
Hoy además de haberse confirmado esas nociones ya antiguas,(16)
se conoce con más detalle como la nicotina produce liberación
de hormonas, vasopresina, endorfina beta, y neurotransmisores
como acetilcolina, serotonina, además de catecolaminas,
pero que éstas al aumentar la frecuencia cardiaca y la
presión arterial no sólo sobrecargan el sistema
circulatorio sino que también favorecen la rotura y trombosis
de la placa y que su acción sobre las plaquetas no sólo
favorece la trombosis sino la secreción de factores de
crecimiento por las mismas con lo que también interviene
en el desarrollo del ateroma. Un efecto más
recientemente descubierto de la nicotina es la inhibición
de la apoptosis o muerte celular programada con lo que no sólo
potencian la capacidad para producir tumores (17)
sino que también puede favorecer el desarrollo de las
placas de ateroma. También se sabe que la disfunción
endotelial no sólo está mediada por el CO sino que
los radicales libres presentes en el humo del tabaco son poderosos
agentes en este sentido.(18)
Sobre las Lipoproteínas
Previamente se ha destacado el carácter
aterógeno de unos niveles elevados de LDL o de los factores
que aumentan la permeabilidad del endotelio a la misma, así
como de los niveles bajos de HDL puesto que supone una mayor permanencia
del colesterol unido a la LDL dentro de la íntima. Pues
bien, fumar eleva los niveles séricos de colesterol unido
a la LDL y baja las concentraciones séricas de colesterol
unido a la HDL (19);
los oxidantes del humo de los cigarrillos oxidan la LDL del plasma
y la hacen más susceptible a la peroxidación por
los macrófagos y las células musculares lisas vasculares
(20).
Sobre la inflamación. Los
leucocitos y el sistema del complemento e inmunológico
Se conocen cada vez más conexiones
entre el proceso inflamatorio e inmunológico y la biología
del ateroma. La nicotina ejerce un efecto de atracción
para los neutrófilos que como célula fagocitaria
interviene como parte de las defensas inespecíficas del
organismo ante la agresión de tóxicos o infecciones.
La glicoproteína del tabaco presente en el humo activa
los elementos C 1 y C3 del complemento que es un sistema de proteínas
circulante que complementa la acción de los anticuerpos
o defensas específicas. La glicoproteína del tabaco
se ha demostrado que estimula la liberación de IL 1 alfa,
1 beta y IL – 6 que son sustancias proinflamatorias segregadas
por los monocitos, por ejemplo .
La tasa de hipersensibilidad inmediata
a la glucoproteína del tabaco entre los voluntarios sanos
es muy alta. Esta amplia difusión de alergia a este componente
del humo del tabaco posiblemente se deba por un lado a la alta
presencia de humo de tabaco en el medio ambiente, por otro a una
reacción cruzada con antígenos del tabaco en otras
plantas, algunas de consumo habitual en la alimentación
y también a estimulación selectiva de la producción
de IgE por los antígenos del tabaco según la respuesta
común en los procesos alérgicos. Los fumadores tienen
niveles más elevados de IgE que los no fumadores. Los niveles
elevados de IgE de los fumadores se correlacionan positivamente
con el infarto de miocardio, el accidentes vascular cerebral y
arteriopatía periférica en los varones.
Sobre la Trombosis
Tras la adhesión y migración
de células inflamatorias al interior de las paredes arteriales,
la superficie endotelial cambia su naturaleza antitrombótica
y se hace protrombótica, se libera el factor VII de la
coagulación, reduce la producción de trombomodulina,
de las proteínas C y S de efecto anticoagulante y profibrinolítico,
disminuye la presencia del activador del plasminógeno tisular
(fibrinolítico natual) y aumenta la de su inhibidor. También
hay evidencia de activación del factor XII. En definitiva
se favorece la trombogénesis en una superficie con capacidad
disminuida para lisar los trombos. En el caso de ruptura de
una placa la exposición del material de su interior activa
el factor XII que produciría una trombosis sobre ella.
Además el fibrinógeno factor de riesgo conocido
de enfermedad arterial coronaria(21)
está elevado en los fumadores.
Otro mecanismo trombogénico
es la doble alteración de la función plaquetar,
por vía directa y por vía indirecta
mediante la disfunción endotelial. Esto se ha comprobado
tanto en los fumadores activos como en los pasivos.(22)
Este efecto es independiente pero sinérgico con el que
ejerce la nicotina a través de la estimulación de
secreción de catecolaminas que también activan las
plaquetas.
En consecuencia, si se revisa la
reactividad alterada de los vasos sanguíneos, la tendencia
a la trombosis, la múltiple secreción de sustancias
que provoca infiltración y proliferación inflamatoria
crónica en la pared del vaso, en suma, los mecanismos de
aparición, desarrollo y complicación de la placa
de ateroma y la enfermedad aterosclerosa que produce, siendo por
ello responsable de la primera causa de muerte en nuestro país
y en los de nuestro entorno, se comprueba la ubicua intervención
tanto directa como indirecta de los mejor conocidos componentes
del humo del tabaco entre los miles que contiene.
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sensitivity to prostacyclin in smokers and nonsmokers. Chest
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Dr. Jesús María
San Vicente Estomba, Cardiólogo del Hospital Donostia de
Osakidetza – SVS
Vocal por Guipúzcoa de la Junta de la Sociedad Vasconavarra
de Cardiología – Euskalherriko Kardiologoen Elkartea |