En
los días 5, 6 13 y 14 de marzo se celebraron unas jornadas
de debate sobre la creación contemporánea, con la
participación de reconocidos artistas, críticos
de arte y profesores universitarios procedentes del ámbito
vasco y del español. Cuestiones como las redefiniciones
teóricas de ese campo artístico contemporáneo,
la crisis de las categorías y disciplinas heredadas, las
dinámicas de hibridación entre recursos expresivos
diferentes, las nuevas modalidades narrativas y de puesta en forma
de identidades plurales impulsadas por las prácticas feministas,
por las vinculadas a otras derivas conceptuales o por las relacionadas
con la otredad, y las transformaciones profundas que las nuevas
tecnologías están incorporando a la misma naturaleza
del arte actual —tanto en sus condiciones de producción
como en las de exposición y recepción—, han sido
debatidas este encuentro organizado por la sección de artes
plásticas de Eusko Ikaskuntza y en colaboración
con el Vicerrectorado de Extensión Cultural y de Proyección
Universitaria de la Universidad del País Vasco. Celebradas
en el aula de cultura de la UPV-EHU en Bilbao, han contado con
una numerosa y activa participación.

La necesidad
de ese abordaje crítico e interdisciplinar al arte contemporáneo,
se vuelve más pertinente debido a que ese proceso de apertura
de las propias fronteras y límites del arte, así
como la hegemonía del relativismo estético en su
acontecer, no sólo provoca dificultad de comprensión
en el público profano sino también en el iniciado
o especializado. La actualidad de valores como la belleza, el
gusto, el compromiso social y político, el papel de las
artes en la configuración de las identidades individuales
o colectivas, la emergencia de nuevas tecnologías que favorecen
otras prácticas artísticas y una profunda mutación
de la experiencia que vincula un ámbito real, imaginario
y virtual, o las apuestas locales e internacionales de un mercado
ligado a estrategias de competencia, comunicación y poder...:
todo ello constituye un programa de interrogación apasionante
que compete a los propios artistas, investigadores, críticos
y a las instituciones académicas o artísticas.
En ese estado
de las cosas, esas jornadas han sido una modesta tentativa reflexiva,
un diálogo cruzado que anima otros desarrollos críticos
para seguir apreciando eso que llamamos arte contemporáneo.
A continuación
reseñamos algunas ideas de las diversas intervenciones
por orden de intervención.
Fernando Golvano
(crítico de arte y comisario de exposiciones): Tras presentar
un análisis de la situación concluye que la ambigüedad
del arte moderno y la expansión de su dinámica dislocada
deviene en arte de todos los posibles: así, la gran confusión
del "todo vale" parece protagonizar la escena de las
artes. A la pluralidad «infinita» de las prácticas artísticas
le acompaña otra de las teorías. Si ya no existe
una instancia de legitimación del arte y del artista que
sancione el nomos, la diferencia sustancial entre el arte
y el no-arte, entre los artistas "auténticos"
y los otros, se instala la anomia (es decir, se puede actuar o
crear sin valores normativos). Quedan los criterios estéticos,
como juegos de lenguaje que cada artista singulariza, sin fijación
estable y predeterminada. El arte activa una verdad de revelación
y no tanto una verdad de adecuación respecto al mundo.
El arte sigue siendo una de las posibilidades para resemantizar
el mundo y la experiencia. Nos permite dar una forma a la complejidad
o experimentar de otro (más intenso) lo real.

Martí
Perán y Fernando Golvano.
Marina Nuñez
(artista y profesora en la facultad de Bellas Artes de Pontevedra):
Revisó algunos desplazamientos en el campo pictórico
a partir de los años sesenta, tomando como referencia la
reacción antiexpresionista de artistas como Ad Reinhard,
Frank Stella y Robert Ryman en Estados Unidos o la de Daniel Buren
en Europa. Esas posiciones conceptuales reducían la pintura
a una especie de grado cero: no hay complacencia estética
en el buen gusto o en la sensualidad, ni expresión de maestrías
individuales; no hay expresión emotiva ni interior esencial,
sólo un signo que no es transparente, ni objetivo, ni universal,
sino una estructura codificada, convencional, arbitraria. También
analizó la nueva emergencia de la pintura expresionista
en los años ochenta a través de los nuevos salvajes
alemanes y la Transvangüardia italiana. Asimismo, indagó
críticamente en el imaginario épico y masculino
que subyace en buena parte de la pintura adscrita al expresionismo
abstracto.
Francisco Javier
San Martín (Historiador del arte y crítico):
En su ponencia cuestionó el carácter científico
de la historia del arte. Postuló un compromiso solidario
de esa disciplina con la crisis del arte y reconoció que
ante tal crisis no caben discursos fuertes, sino aproximaciones
plurales y provisionales que acompasen sus análisis al
ritmo del arte vivo. Así su propio campo se diversifica
y se amplía en la misma medida en que lo hace el arte.
Designó una serie de diferencias entre el arte de los años
sesenta y el de los noventa: mientras que el primero se centró
en una mayor exploración de los límites de los lenguajes
artísticos; el segundo, se focaliza más en la definición
que en nuevos campos y en nuevos procesos de hibridación.
Entre los casos que enumeró están los de Manzoni,
Cattelan, Koons, o Hirst. Destacó una serie de tendencias
que se revelan en la situación contemporánea: la
continuidad del ready made, la actualidad de la fotografía
como entrada de la realidad, la permanencia de la instalación
como dispositivo enunciador, las parodias del minimalismo, la
recuperación de la tradición pop y de la pintura.

Asier Pérez,
Fernando Golvano y Fernando Castro.
Martí Perán
(crítico y Profesor de Teoría del Arte en la Universidad
de Barcelona): En su enfoque crítico sobre el arte contemporáneo
presentó algunos conceptos claves para que el arte pueda
reinventar su capacidad transgresora, su nueva soberanía
que le comprometa con la realidad, ya que considera que el mundo
está saturado de ficción y simulacros. En el horizonte
de esta propuesta se reconoce una necesidad de construir sentido
y de oponerse al nihilismo. Perán cuestiona una concepción
dominante del pluralismo en el arte que neutraliza los discursos
críticos. Frente a la tradición moderna que consagra
las fronteras entre modalidades artísticas, sostiene conceptos
como el de transversalidad y el de hibridación, que conllevan
la imposibilidad de definición estable de su propio estatuto.
También defiende una estética relacional más
centrada en crear dispositivos que posibiliten narraciones, que
en las propias narraciones.
Miren Jaio (Crítica
de arte): Su intervención recorrió diversos momentos,
en el ámbito cultural y artístico, que han contribuido
a configurar determinados valores simbólicos e identitarios.
Así desde la utilización de imágenes nostálgicas
—como los paisajes costumbristas de S. Koch— en varias entidades
de ahorro vascas, o la emergencia de los emblemas de las nuevas
políticas culturales —Museo Guggenheim, Palacios de congresos—
como agencias que configuran identidades metropolitanas y consensos,
refirió cómo algunas prácticas artísticas
contestan esas dinámicas y los imaginarios que configuran.
Entre los artistas que intervienen en ese contexto crítico
señaló a Ibon Aranberri, Iñaki Garmendia,
Asier Pérez, Begoña Muñoz, Gabriel Villota
y Gorka Izagirre. También destacó la orientación
crítica, respecto a ese imaginario de lo vasco dominante,
que se impulsan desde otras estructuras de producción artística
independiente como es Consonni.
Lourdes Méndez
(Profesora en Bellas Artes): Describió el impacto de algunos
"lugares comunes" (principalmente el de la diferencia
sexual) del enfoque posmoderno sobre el arte occidental contemporáneo
que han contribuido a la emergencia en él de una temática
políticamente correcta. No obstante, según Méndez,
algunas artistas, conscientes de que la mujer sigue siendo una
figuración de la otredad en la mayor parte de las representaciones
visuales, subvierten en sus obras la construcción cultural
de lo femenino. Cree necesario interrogarse sobre la excelente
acogida que tienen las nociones de inautenticidad, hibridación,
diferencia, mestizaje, entre quienes actúan desde posiciones
de poder en los mundos del arte internacional, pues deberíamos
sospechar de su capacidad interpretativa. Propone repensar la
actual estructuración de las sociedades y del poder, y
su interelación con las políticas de legitimación
artística.

José Luis
Brea (Profesor de Teoría del Arte y crítico):
Su ponencia evaluó lo que considera rasgos epocales que
intervienen en la creación contemporánea: Globalización
y movilidad crecientes, la nueva centralidad de la producción
información y conocimiento frente a la producción
de bienes materiales, el declive de las grandes máquinas
de producción de identidad, el asentamiento de una imagen-movimiento.
Todo ello, afecta a la función del arte y del artista.
Brea presentó un manifiesto del colectivo La Societé
Anonyme, al cual pertenece, que redefine esas funciones. Algunas
de sus tesis son: No somos artistas, tampoco somos críticos.
Somos productores (...) No existen obras de arte. Existen un trabajo
y unas prácticas que podemos denominar artísticas
(...) El trabajo del arte ya no tiene que ver más con la
representación. Ese modo del trabajo que llamamos artístico
debe a partir de ahora consagrarse a un producir similar —en la
esfera del acontecimiento, de la presencia: nunca más en
la de la representación. (...) El artista como productor
es a) un generador de narrativas de reconocimiento mutuo; b) un
inductor de situaciones intensificadas de encuentro y socialización
de experiencia; y c) un productor de mediaciones para su intercambio
en la esfera pública.
Asier Pérez
(Artista y profesor de la UPV-EHU): Su intervención,
apoyada por la utilización del programa informático
Power point, fue una presentación de máximas
que orientan su práctica artística. Entre ellas
cabe destacar las siguientes: Las cosas deben suceder de manera
simple. Intervenir en sociedad. Vivir en alta voz. Perseguir la
perfección de la belleza, de emisión de sentido...
puede ser un error catastrófico. Si las cosas parecen estar
bajo control, entonces es que no van a suficiente velocidad (Mario
Andretti, piloto). Meter cosas nuevas en la cabeza es fácil;
sacar cosas viejas es difícil. Olvida las dudas, el profesionalismo,
el consumo, las reglas. Olvida lo correcto y lo incorrecto...
También presentó su proyecto Kissarama, un
intento de batir el récord Guinnes sobre el mayor número
de parejas que se besan simultáneamente en un espacio público.
Este evento se celebrará en Belfast y podrá seguirse
a través de internet. El artista y la productora ya han
vendido ese dominio que permite visualizar la acción.
Ricardo Echevarría
(Artista multimedia): Se refirió a las dificultades
que entraña la denominación del net.art. Más
que una definición genérica que acoja a todas las
manifestaciones artísticas sen internet, Echevarría
propone acotarla sólo a aquellas modalidades del arte pensadas
para su puesta en obra específica en la red. Desde esta
perspectiva el artista es sobre todo un creador de interfaces,
de entornos y de protocolos de uso que el usuario debe saber activar.
También alertó sobre la dificultad creciente para
distinguir entre el arte y el medio, lo cual establece una nueva
ruptura entre la noción convencional del arte. En ese contexto
de estrategias híbridas y plurales, tiene poco sentido
preguntarse sobre el estatuto de las obras del net.art. El concepto
de autoría es asimismo replanteado, y aparecen producciones
más complejas con la participación de otros profesionales
que no vienen del campo artístico.

Fernando Castro
Flórez (Profesor de la Universidad Autónoma
de Madrid y crítico de arte): Destacó la importancia
en la creación contemporánea de las estrategias
situacionistas de tergiversación, es decir: una voluntad
crítica de desmantelamiento de las formas de comunicación
establecidas. El arte interviene en un contexto en el que lo que
nos invade no es un bloqueo de la comunicación, sino de
las declaraciones del sinsentido. Lo anterior se relaciona también
con cierta conciencia del agotamiento manierista de las instalaciones
o de un contextualismo artístico que finalmente parece
deslizarse hacia el autismo. Se refirió críticamente
a una nueva modalidad de turismo en la era de la globalización
que toma la forma del art-jet (N. García Canclini):
tanto en el mercado como en la museología ha llevado a
la aparición de críticos-jet y artistas-jet,
caracterizados por su capacidad de desplazarse con flexibilidad
entre muchos centros de varios continentes. Castro subrayó,
asimismo, las diversas modalidades de heterotopías artísticas
contemporáneas (de crisis, de desviación...), y
en las que se reconoce un afán contextualizador que, al
fijarse obsesivamente en el territorio del museo, acaba por ser
tautología.
Fernando Golvano, crítico de
Arte y miembro de la sección de Artes Plásticas y
Monumentales de Eusko Ikaskuntza |