La vajilla fina en las mesas de época romana
La Terra Sigillata Hispánica en la vertiente mediterránea del
País Vasco
Idoia Filloy Nieva

Vamos a centrarnos en una de las evidencias materiales más representativas del mundo romano: la terra sigillata. Se trata de un tip muy bien definido de vajilla de mesa, caracterizado por estar dotado de un engobe sintetizadoque suele asemejar la apariencia de un barniz. Esta cerámica está realizada a torno y cocida en hornos de atmósfera oxidante, pudiendo estar decorada a molde, a la barbotina, mediante impresiones y, muy puntualmente, con pintura. En ocasiones presenta el sello del alfarero o sigillum, hecho que ha dado origen a su denominación genérica.

La terra Sigillata que se utilizó en época romana en la vertiente mediterránea del País Vasco, provenía de forma mayoritaria de los talleres riojanos del valle del Najerilla, una de las zonas alfareras más importantes de la Antigüedad. Sin embargo, también llegaron productos provenientes de otros centros productores. Así, en época altoimperial, se importó sigillata puntualmente de los talleres centroitálicos y en mayor medida de los sudgálicos. En época tardía llegaron producciones de otros talleres peninsulares ubicados en la zona meseteña, así como de los talleres gálicos tardíos del sur de la Galia, del Norte de Africa y, muy puntualmente, de Asia Menor. Aunque no vamos a entrar en el tema de las importaciones extrapeninsulares, hemos de señalar que su evidencia puede darnos una idea del nivel al que funcionaban las redes comerciales en época romana, incluso en época tardía.


Cuenco T.S.H. 37b de Cabriana (Comunión)

Pero vamos a centrarnos en la Terra Sigillata de procedencia hispánica que se localiza en los yacimientos alaveses, haciendo un breve repaso cronológico.

En época altoimperial, entre mediados del siglo I d. C. y el siglo II d.C., conocemos –hasta ahora- casi 150 puntos en los que se han recogido evidencias de este tipo de producción cerámica, cifra ciertamente elocuente si tenemos en cuenta la extensión del territorio del que estamos hablando. Por el momento podemos considerar que casi 90 de estos puntos corresponderían a asentamientos propiamente dichos de diferente entidad, en tanto restantes constituirían hallazgos que aún hemos de considerar como aislados.

En esta época llega un importante volumen de terra sigillata riojana. Nuestros asentamientos, se nutrieron de todo tipo de recipientes para su vajilla de mesa: platos, cuencos, vasos, jarras, botellas, orzas, etc. Se trata de tipos formales estandarizados, como correspondería a una producción quasi industrializada, si bien en nuestro territorio se han localizado algunos tipos de recipientes no catalogados hasta el momento. Tenemos así una amplia gama de recipientes lisos y decorados. Entre las decoraciones a molde están presentes todas aquellas que marcan la evolución decorativa de estos talleres, desde las iniciales imitaciones de la producción gálica, a las composiciones metopadas y posteriormente las de círculos tan características en la segunda centuria. También los vasos lisos se decoran en ocasiones con barbotina e, incluso muy puntualmente, con pintura.

En el siglo IIId.C. se produce una recesión generalizada que se traduce en un menor número de asentamientos en los que está presente la terra sigillata, no llegando a 30. En esta época se continúan importando recipientes lisos y decorados. Las decoraciones a molde son continuistas con respecto a las altoimperiales de círculos –si bien con punzones y un estilo menos cuidados-. También aparecen motivos nuevos como serían las series de rombos en relieve, asociadas además a tipos formales nuevos. En este momento también se constata la presencia de sigillata de procedencia meseteña, evidenciada en las producciones denominadas brillantes o avellanas.

En época tardorromana, entre los siglos IV-V d. C. Se constata una nueva emergencia en el poblamiento y un renovado impulso productivo en los talleres del valle del Najerilla, así como en los meseteños. Localizamos terra sigillata hispánica tardía, en unos 80 puntos dentro del territorio alavés, de los que más de 50 corresponderían a asentamientos propiamente dichos, 10 a la característica reocupación tardía de cuevas y el resto a hallazgos que tendríamos que considerar como aislados. En esta época nuestros asentamientos recibieron nuevamente una amplia gama de los recipientes que caracterizan la producción de esta cronología, entre los que surgen nuevos tipos formales y se mantienen otros: cuencos, platos, vasos, jarras, botellas, etc., evidenciándose también en esta época, la presencia de algunos recipientes no catalogados hasta el momento. Las decoraciones a molde presentan estilos diversos, desde los que recuerdan y son evolución de los altoimperiales, a los muy característicos de grandes ruedas. También aparecen entonces las decoraciones impresas de estilo norafricano, que se imitaron elos alfares hispánicos. Como ya hemos señalado, la mayorí de las sigillatas de este período se importaron a territorio alavés desde los cercanos centros productores del Najerilla, si bien nuevamente se detecta la presencia de producciones meseteñas.



Vaso T.S.H. 30 de Uralde (Trebiño)

Se constata por tanto cómo la comercialización de la sigillata riojana copó los mercados de la vertiente mediterránea del País Vasco durante todo el período romano, como era lógico debido a su proximidad territorial, a su volumen de producción, a la buena comercialización de sus productos y al amplio período productivo de estos talleres (probablemente entre mediados del siglo Id.C. a principios del VI d.C.). Nuestros asentamientos adquirieron una amplia gama de productos dentro de la oferta de vajilla que ofrecieron estos talleres. Y ello desde los mismos inicios de su vida productiva y hasta el final de la misma. La presencia minoritaria de sigillata meseteña es indicativa de la apertura de nuestros mercados a otras producciones cercanas, sobre todo en época tardía, que no llegaron a imponerse frente a la fuerte cometencia najerillense.

Las importaciones extrapeninsulares, itálicas y gálicas en época altoimperial; gálicas, norafricanas y pergamenas en el período tardorromano, nos informan de la integración de nuestro territorio en los circuitos comerciales del Imperio, incluso en un período como el tardío, para el que se venía suponiendo una mayor autarquía y una desvinculación de ámbitos de comercio lejanos. La importancia de la ciudad de Iruña/Veleia fue fundamental, como centro receptor y redistribuidor de mercancías en el amplio territorio situado bajo su ámbito de influencia.

Además de las implicaciones cronológicas y económico-comerciales de estos productos hay que recordar que son también el reflejo de la adopción de unos usos culinarios, de una moda en los servicios de mesa, por parte de amplias capas de la población de Euskal Herria en época romana. Recordemos que estos tipos de vajilla aparecen en todo tipo de hábitats, desde las ciudades al más humilde de los asentamientos rurales.


Idoia Filloy Nieva, arqueóloga (Instituto Alavés de Arqueología)
Fotografías: Del libro "La Romanización" Museo arqueológico de Álava

Euskonews & Media 117.zbk (2001 / 3-30 - 4-6)


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