Manuel
de Irujo Ollo (Lizarra, 1891-Iruñea, 1981). In memoriam "Aquí
estoy porque he venido" |
Arantzazu
Amezaga Iribarren |
ARBASOAK HALA, HORRELA OINORDEKOAK
Tales fueron sus antepasados, así
serán sus descendientes.
Proverbio vasco.
Hace
veinte años que partió a la eternidad, Manuel Irujo
Ollo, el hombre de la palabra certera y abundante, buena y civilizada,
el hombre de la larga vida jalonada de hechos honrosos. Hace veinte
años y parece que fue ayer cuando la marcha de San Andrés
que sonaba alegre bajo la bóveda azul del cielo de Estella,
le acompañó en su retorno a la tierra de la que
brotó.
No son muchas las cosas que han
cambiado en Euskal Herria desde su partida; seguimos combatiendo
por la idea que nos dejó en la mente y en el corazón
y continuamos trabajando la tarea que nos encomendó. Y
como legó en testamento sus cinco libros y su más
de mil artículos y sus infinitas cartas, parece que está
mucho más vivo que los que hablan hoy pero sin su ciencia
y su coraje, sin su profundo humanismo y sin su tremenda fe.
Era un hombre nacido en un hogar
confortable y amoroso, en su Lizarra natal, un 25 de setiembre
de 1891, en vísperas de la festividad de San Miguel, lo
cual marcó su profunda religiosidad, y de la Gamazada,
un movimiento pacifista y popular en defensa de la foralidad económica
de Navarra frente a la intrusión del poder central. Su
padre Daniel Irujo Urra (1862-1911) se aprestaba como abogado
a defender la causa de Sabino Arana Goiri (1866-1903), la cual
ganó por dos veces. Era un excelente abogado y un profesor
muy estimado, el único laico por un tiempo, de la Universidad
de Deusto y sobrino de Estanislao Aranzadi Izkue (1841-1918),
uno de los más preclaros Euskalerriakos, la organización
pre-nacionalista que nace en la derrotada Navarra posterior a
la segunda guerra carlista(1872-1876): y contó
entre sus militantes a Arturo Campion (1854-1937), a Juan Iturralde
y Suit (1840-1904), por sólo citar a algunos de los muchos
notables que militaron en sus filas. Era, ciertamente, un grupo
de élite cultural pero en todos ellos cabía la devoción
por las cosas del pueblo y su lengua natal. Ellos dan una impronta
al Euskara y una revisión a la historia de Euskal Herria
que el propio Sabino Arana Goiri, con un tinte más político,
acabará de retocar y forjar.
Su madre, Aniana
Ollo Elordi (1866-1960) era hija única y descendía
de gente liberal que conoció su propio exilio. Su abuela
Carolina nació en Filipinas. De allí trajeron a
Estella un toque exótico decidiendo plantar palmeras en
la huerta de la casa solariega de los Urra, el único apellido
firmemente radicado en la tierra de Estella desde antiguo, y todos
ellos, funcionarios de la administración local.
| Foto
del recién estrenado matrimonio entre Aurelia Pozueta
(Estella 1892-1918) y Manuel de Irujo. Archivo Irujo-Amezaga. |
Ese deseo de servir al pueblo y
al mismo tiempo de fundirse con él, son los motores que
impulsarán la propia vida de Manuel Irujo. Sus antepasados
le otorgaron riqueza, renombre, y un objetivo político
y nacional. El se dedicó durante toda su larga vida a darle
forma al proyecto. Y lo hizo muy bien aunque le costó tanto
dolor y sacrificio. Tanto sudor y tantas lágrimas.
Porqué es verdad que fue
Diputado de Navarra, el más joven y polémico, y
Diputado a Cortes por Guipúzcoa, el más reconocido,
y que durante la guerra civil desempeñó cargos de
Ministro en el gobierno de la República.Pero en
todos esos cometidos políticos vació los contenidos
de los criterios humanistas de su educación religiosa y
de su formación vasca: " Soy cristiano, vasco y
demócrata" solía repetir en frase muy sencilla.
Aplicar este criterio en los debates políticos, en los
fragores de la guerra y en la densidad de su exilio, fue difícil
y espinoso, y las más de las veces, le costó severas
humillaciones. Pero él las afrontaba con la firmeza de
su fe y el aliento de su esperanza. Y no hay que olvidar que añadía
el poder de su risa. Desarmaba a los contrarios y levantaba la
moral de los suyos.
Sin
renunciar a su condición de navarro que para él
era esencial, integró su personalidad en la idea de una
Euskal Herria que al calor de la historia del Reino de Navarra,
incluía La Rioja..."Vasconitik Naparrara, Naparratik
Euskadira".
Para Manuel Irujo
la Libertad era el bien supremo del hombre. Un hombre libre es
digno puede decidir su destino. Ni los caballos del apocalipsis
cuyos cascos de acero trataban de derrumbar las conquistas de
la revolución francesa, ni las botas militares que intentaron
imponer su orden a la sociedad civil, ni la iglesia y sus jerarquías
sometidas, podían cambiar su profunda lealtad hacia la
condición humana. El hombre ha nacido libre y debe vivir
y hasta morir libre. Es su mayor bien, repetía, y recordaba
en su libro " Instituciones Jurídicas Vascas"
(Buenos Aires, EKIN, 1946), los derechos y deberes que se le deben
al hombre por su condición de tal..Encontró con
su sabiduría de hombre ilustrado, la rica y fértil
veta que hizo de las viejas leyes vascas, un modelo superior en
justicia y equidad, a los propios postulados de la Declaración
del Hombre y del Ciudadano que Francia despachó al mundo
en 1789 y los de la Constitución de los Estados Unidos,
promulgada en 1776, la primera república del mundo moderno,
que exigía el derecho a la libertad y a la felicidad para
sus ciudadanos.
Aunque era hombre
de estudios humanísticos (Licenciado en Letras y Derecho)
no desdeñó ninguno de los inventos tecnológicos
que se van sucediendo con rapidez. La máquina de escribir
que aprendió a usar en su despacho de Estella, en el inicio
de su activa vida profesional, aligeró el trabajo de sus
artículos que entregaba limpiamente a las revistas y periódicos
vascos y no vascos, de las que fue colaborador incansable; y así
mismo el teléfono, que como la electricidad se instalaron
en su casa-despacho de Estella en primera instancia, fue usado
primero con la urgencia de los negocios tanto administrativos
como políticos que le ocuparon la primera parte de su vida,
y después, con la brevedad que le recortaba su estrecha
economía ya que todos sus bienes le fueron incautados y
gravaron sobre él descomunales multas. Los militares insurgentes
al régimen constitucional, osaban castigar al hombre que
defendió con su palabra 7 su acción pacífica
lo que ellos machacaban con sus botas y pistolas.
| Manuel
Irujo, Ministro Vasco en el Gobierno de la República
española, dictando un texto al taquígrafo José
María de Aspiazu. |
Fue un diputado de
Navarra progresista y eficiente. A su acción, como logro
inmediato, se debe que el Hospital de Navarra, de la Cruz Roja,
pasara a ser de la Diputación, es decir, de todos los navarros.
Impulsó las obras públicas , y la recuperación
de los viejos monumentos en ruinas de Navarra, como el monasterio
de Iranzu. Callado aunque activo en los siete años que
duró la dictadura del general Primo de Rivera, dimite de
su condición de diputado cuando los cambios políticos
establecen la democracia y comienza la andadura de la 2daRepública,
en la cual su trabajo en relación a la reorganización
y puesta en marcha de su partido político, el Partido Nacionalista
Vasco, fue de primer orden, así como el trabajo para lograr
el Estatuto Vasco cuya primera convocatoria se realiza en su Lizarra
natal.
A ambas acciones decididas se une
en 1933 su elección como Diputado a Cortes por Guipúzcoa,
donde también se va a destacar por su labor incesante,
por sus artículos periodísticos donde con un sentido
casi anglosajón de la vida política, mantiene al
público atento a los detalles de la batalla parlamentaria.
Reelegido en 1933, continúa en la misma línea de
trabajo transparente y actuación permanente.
Así, en esta responsabilidad,
le alcanza el 18 de julio de 1936, en Tolosa, actuando con rapidez
en defensa del orden constitucional de la República amenazado
de muerte por los militares insurgentes de Marruecos y Navarra.
Todas sus acciones en Guipúzcoa en los meses de julio,
agosto y setiembre, son los de un hombre decidido a luchar por
"humanizar la guerra", evitando las matanzas
que, como resultado primero de la insurrección de las fuerzas
del orden público, dejaba libre espacio a los desórdenes
callejeros y a las venganzas seculares. Hombre civil y arropado
por todo el grupo parlamentario de su partido y dos de sus hermanos,
Andrés y Pello, realiza gestiones como la rendición
del Cuartel Loyola, sin una víctima ni un solo tiro, desviando
la dirección amenazadora de los cañones a la ciudad
de Donostia, y obteniendo para los fieles a la República,
un arsenal, del cual carecían. Aunque se realizaron desmanes,
verdad es que Irujo hizo cuanto estuvo de su mano por evitarlos
y en eso, llevaba ventaja contra quienes le atacaban no sólo
con la palabra sino con la acción combinada de cañones
y ejército profesional. Los que junto al Te Deum de Gracias,
organizaban los fusilamientos de los rebeldes al alzamiento.
"Fui el precio del Estatuto"
solía decir repetidamente cuando solicitado por el gobierno
de la República, se decidió su nombramiento como
hombre católico, vasco y liberal, para rebajar la condición
de roja de la República, de ministro. En realidad, el canje
fue (a él, que lego habría de ser llamado el Ministro
de los Canjes), Irujo como Ministro y a Euskadi, su Estatuto.
Siendo Ministro
de Justicia en 1937, en aquella Barcelona convulsa, permitió
la apertura de las cárceles a la revisión de la
Cruz Roja Internacional. Aseguraba de tal modo el buen trato a
los prisioneros, y al mismo tiempo, evitaba las matanzas. Sin
ninguna reserva, y de sorpresa, Irujo se personaba en los frentes,
hospitales, cementerios, en las llamadas cárceles del pueblo,
tratando de evitar el asesinato indiscriminado. Y cuando en las
sesiones del Consejo de Ministros se solicitaba penas de muerte,
Irujo hacía revisar la causa una y otra vez, tratando de
evitar la condena. Y así se ganó la amistad fervorosa
no tan sólo del director de la Cruz Roja Internacional,
el señor Junod, sino de los ministros británicos
que tanto le ayudaron en el asunto de los Canjes que él
llevo a cabo hasta el límite. Canjear significaba salvar
vidas, y en eso, como en el dadivoso reparto de los carnets del
Gobierno de Euzkadi a cuantos lo solicitaron, Irujo se convirtió
en el ministro salvador. Aunque fueron muchos los que debiéndole
la vida, le detractaron después. Y aún más
fueron los que recibiendo su pase y escapando a "territorio
nacional", continuaron el la abyecta calumnia en la que se
le envolvió durante los años amargos del franquismo.

Irujo,
Cortesao, Agirre y Pi y Sunyer en Londres en abril de 1945.
Dos veces dimitió como ministro
y dos veces hubo de continuar porque ambas le ofrecieron la total
libertad en su actuación en el asunto de los canjes. Pero
finalmente, en 1939, del brazo del presidente de Cataluña,
Lluys Companys y de su Lehendakari José Antonio Agirre,
hubo de atravesar la frontera de Le Perthur y comenzó entonces
el largo camino de su exilio que habría de durar cuarenta
años. Instalado en Londres, por hospitalidad de los cónsules
británicos que tanto le admiraban y respetaban por su labor
humanística y pacificadora, Irujo vive la segunda guerra
mundial con el horror que vivió la propia guerra civil
española.
Irujo fue el primero
y todavía es el único, en escribir una Constitución
para el pueblo vasco, aunque habría de decir en 1977 que
la única Constitución que existía para él
era la de "Euskadi askatuta". Lo hizo en Londres,
en peno blitz, con las negras cortinas opacando la ventana
de su despacho de la Delegación Vasca de Londres, y con
el corazón sumergido en el sueño que se denominó
el Consejo Nacional Vasco. El no podía resignarse a la
pérdida de la Libertad y la Democracia, causas ambas que
se debatían en aquella guerra inclemente, pero tampoco
a la pérdida de la identidad vasca.
| Manuel
Irujo con sus cinco nietos: Miren, Ane, Jon, Manu y Mikel. |
Vivió alejado de su familia
a la que era tan afecto, porque todos ellos conocieron la pena
de la cárcel y la expatriación.Viudo joven, padre
de una niña y abuelo de cinco nietos, repartía sus
afectos más intimos entre Inglaterra, Francia, Venezuela,
y Argentina- Su vieja madre Aniana, hubo de morir en tierra argentina,
suspirando por su casa de Estella. Pero Manuel Irujo, optimista,
trataba de espantar la lejanía que imponían los
kilómetros de tierra, mar y aire con la redacción
constante y puntual de sus cartas, aunque solamente en el día
tristísimo de su propia muerte, pudo la familia moverse
desde los lejanos lugares para llevarlo a hombros a la última
de sus moradas de hombre caminante. Convirtió su exilio,
y eso también lo hicieron sus hermanos, en una actividad
constante por mantener los ideales vascos y los cinco viajes que
realizó al continente americano en su condición
de representante del Gobierno Vasco en Exilio, lograron insuflar
ánimos decaídos, restablecer voluntades flaqueantes,
y sobre todo, animar a la nueva generación que se levantaba
más allá de las fronteras del país, a la
vocación vasca de retorno. Pero también en su despacho
de París, abrió los brazos a todos los que de la
Euskadi interior buscaban en él, por saberlo tan receptivo,
apoyo y consideración. Porque fuese cual fuese la causa
que se defendía, Irujo estaba atento a la misma. Y fuese
quien fuese el que a él acudía, era atendido con
complacencia.
Nadie le puede negar generosidad,
apertura y tolerancia.

Recibimiento
a Manuel de Irujo y Ollo, en el aeropuerto de Fuenterrabia, a
la vuelta del exilio. 25 de Marzo de 1977. Foto: Aygües.
Pero también le llegó
el tiempo en que el exilio acabó y aunque era un hombre
anciano, decidió regresar a sus labores que durante cuarenta
años los militares interrumpieron.
La noche del 23 de marzo de 1977,
en el hotel Eskualduna de Donibane Lehitzun, en la víspera
misma de romper su exilio de 40 años, tocó en el
viejo piano del vestíbulo del hotel el zortziko de Iparragirre
"Ara Nun Dira". Era en cierta manera la clave
emocional de su ánimo en los cuarenta años de su
expatriación, pero también la callada queja de su
anciano corazón que se había vuelto afecto a marco
de París y de sus gentes y cosas que allí dejaba
de modo definitivo.
Quienes vivieron la tarde en la
plana de Noain de regreso del gran anciano en la frágil
avioneta de la que bajó airoso, pueden recordar el inmenso
silencio de la inmensa multitud allí reunida. El cielo
azul de Navarra nos cobijaba a todos bajo su manto, y el perfume
ácido del romero y la manzanilla, el aroma de Navarra,
parecía detenido sobre todas las frentes. Entonces, Irujo
abrió aquellos largos brazos y la multitud entera fue una
sola voz Gora Euskadi Askatuta. La inmensa ikurriña, recién
legalizada que ondeaba en el puntiagudo morro de la avioneta,
parecía acceder complacida a aquella simbiosis de pueblo
y lider.
Y siguió trabajando por Euskadi
como lo venía haciendo desde su infancia...como le habían
enseñado las generaciones de Irujo que fueron alcaldes
y diputados, y de los Urras funcionarios de Estella, y de los
Ollos procuradores de salud pública y de los Elordis funcionarios
de la administración central en Filipinas. Fue Senador
y Parlamentario por Navarra y Presidente de los Senadores Vascos.
Asistió a todos los actos de su partido, a todas las comisiones
de las Cortes, y finalmente, sucumbió a su edad y enfermedad.
Y un primero de enero de 1981, a la madrugada, en el Hospital
de Navarra que él logró devolver a la administración
Navarra, entregó su alma, grande y limpia, a su Creador.
La
cámara ardiente se preparó en su domicilio de Estella,
en la vieja casa que fuera suya y de la familia, y en la mitad
de la enorme habitación que en días pasados sirviera
para el baile y la música. Y de todos los rincones del
mundo vasco, y de más allá de sus fronteras, una
multitud vino a acompañarlo a su última morada.
Rezos y lágrimas y flores colmaron la iglesia, las calles
y el cementerio de Lizarra.
Allí quedó, hace veinte
años, entre los suyos, polvo y polvo, pero también
luz de estrellas. Porque quien le conoció creció
gracias a su aliento, y quien le lee hoy, sigue creciendo en su
fe y en su esperanza. Pareciera que en la simple losa de piedra
que registra su nombre, están también clara y
fulminantes su palabras "...os aseguro que no cejaremos
hasta que no llegue el momento en que podamos decir que en Navarra
como en Bizkaia, como en Guipúzcoa, como en Álava,
que Euskadi es la Patria de los Vascos...Empezamos aquí
a proclamar nuestro derecho y nuestro sentir".
BIOBIBLIOGRAFÍA (SÍNTESIS
del libro biográfico: Amezaga Iribarren, Arantzazu. Manuel
Irujo. Un hombre Vasco. Bilbo, Fundación Sabino Arana.
Kultur Elkargoa, 1999. Prólogo Iñaki Anasagasti.
477p. Ilus.)
1890 | Matrimonio
de Daniel Irujo y Aniana Ollo. Lizarra, setiembre 10 |
1891 | Nace
en Lizarra Manuel de Irujo Ollo. Lizarra, setiembre. 25 |
1893-94 | Gamazada;
Discurso de Larrazabal de Sabino Arana Goiri |
1896 | Juicio
a Sabino Arana Goiri. Abogado defensor: Daniel de Irujo |
1902 | Sabino
Arana Goiri en cárcel. Da, Defensa de Daniel Irujo |
1903 | Muere
Sabino Arana
Inauguración de la Casa Irujo Ollo-Lizarra |
1907 | M.I.
Bachiller en Orduña |
1908 | M.I
estudia Euskara con Resurrección Mª de Azkue
Socio de Juventud Vasca de Bilbao. Y Centro Vasco |
1910 | M.I.
Licenciado en Letras en Salamanca |
1911 |
Muere Daniel Irujo. Lizarra, febrero. 11 |
1912 | M.I.
Licenciado en Derecho |
1914-18 | 1ª
Guerra Mundial |
1916 | M.I.
se casa con Aurelia Pozueta. Lizarra, octubre 27 |
1917 | Funda
junto a Manuel Aranzadi y otros " San Miguel de la Encomienda"
Nace su única hija: Mirentxu. Lizarra, agosto 31 |
1918 | Muere
Aurelia Pozueta. Lizarra, octubre 27
Congreso de Estudios Vascos, Oñate. 1º
Muere Estanislao Aranzadi Izkue |
1919 | M.I.
Diputado Foral. Impugnación. Primeros artículos* |
1920 | Escisión
EAJ/PNV. M.I. en Comunión
Congreso de Estudios Vascos, II. Eusko Ikaskuntza. Iruña.
Julio 20
Ponencia de M.I. |
1921 | M.I.
inscrito en Colegio de Abogados Iruña, Donosti, Madrid |
1922 | Guerra
Africa. M.I se niega a firmar doc. Apoyando acciones guerra |
1923 | M.I.
Diputado de Navarra |
1923-30 | Dictadura
de Miguel Primo de Rivera |
1930 | Congreso
de Estudios Vascos, IV. Redacción Proyecto Estatuto
Reunificación EAJ/PNV |
1931 | 2da.
República Española. M.I. renuncia a puesto de
Diputado |
1931-33 | Primeras
publicaciones y mítines de M.I:
Navarra libre dentro de Euzkadi. Elizondo
Navarra ante el Estatuto Vasco. Tafalla
La misión del nacionalismo. Donosti |
1933 | Asamblea
EAJ/PNV. M. I. CoRedactor de Ponencia Organización
Viaje triangular a Galicia y Cataluña
M.I. Diputado a Cortes por Guipúzcoa |
1936-39 | España-Euskadi-Guerra
Civil
Julio-agosto: M.I. consigue rendición Cuartel Loyola
No aprueba carta "Non Licet" de Gomá
Apresada su familia. Madre, hija, hermanos
Confiscación de bienes. Multas cuantiosas
M.I. Ministro sin cartera 2da República. Esp. Madrid,
setiembre, 25
Estatuto Vasco. Gernika, octubre, 6 |
1937 | M.I.
Ministro de Justicia 2da República Esp. Mayo, 17- Dimite
diciembre, 10
M.I. Ministro sin cartera Diciembre, 10- Dimite en agosto,
18-1938 |
1939 | M.I.
en Londres. Funda Eusko etxea |
1939-45 | 2da
Guerra Mundial
Familia Irujo, canjeada, parte a Santo Domingo, Venezuela
y Argentina |
1941 | Consejo
Nacional Vasco. Termina en enero, 28 de 1942 |
1945 | M.I.
Min. De Com, Ind y Nav de la 2da Rep. En Exilio |
1945-46 | Libros:
Comunidad Ibérica de Naciones
Inglaterra y Los Vascos
Instituciones Jurídicas Vascas
(Buenos Aires, Editorial Ekin, 1945, 46) |
1948 | Delegación
Vasca a Praga
M.I. dimite como Min. De 2da Rep. Española en Exilio
|
1949 | Nace
su primera nieta: Mirentxiki (tendrá cuatro nietos
más)
Comienza sus viajes a las Colonias Vascas de América
(6 en total)
M.I. asesor jurídico del Gobierno Vasco en exilio.
París |
1960 | Muere
su madre Aniana en Buenos Aires; su sobrina Agurne en Caracas |
1974 | M.I.
Amigo de Europa |
1975 | M.I.
socio de Honor de Centros Vascos de Venezuela y Argentina |
1976 | Libro:
Un vasco en el Ministerio de Justicia, 2vols. (Buenos Aires,
Ekin) |
1977 | Marzo
24. Regreso a Euskadi por Noain
Senador de Navarra
Presidente de la Asamblea de Parlamentarios Vascos |
1979 | Diputado
Foral de Navarra |
1981 | Enero
1º, muere en el Hospital de Navarra |
1981 | Se
publica "Escritos en Alderdi, 1949-1960. Prólogo
de Carlos Garaikoetxea. Bilbao, EAJ/PNV
1981 2 vols. |
* A lo largo de su vida política
Manuel Irujo además de los libros reseñados, escribió
unos mil artículos en diferentes revistas: Alderdi (cuya
recopilación se publica en 1981 y está citada),
Askatasuna; Boletín del Instituto de Estudios Vascos, Buenos
Aires; Cuadernos para el Diálogo; El Día, San Sebastián;
Deia, Bilbao; Diario de Navarra, Pamplona; Elgar, París;
Eman, Caracas; España Republicana; Eusko Alderdi, Caracas;
Eusko Deya, Buenos Aires; Eusko Deya, México; Eusko Deya,
París; Eusko Gaztedi, Caracas; Eusko Yakintza, Euzkadi,
Bilbao; Euzkadi, Caracas; Fortnightly, London; Gernika; Gudari,
Caracas; El Heraldo, Madrid; Hoja especial Centro Vasco, Caracas;
Ibérica por la Libertad, New York; Jakintza, Baiona; Laurak
Bat, Buenos Aires; OPE-EPI: Boletín informativo del Gobierno
Vasco, París. Science and freedom Bulletin, London; Time,
London; El Universal, Caracas, Últimas Noticias, Caracas;
La Voz de Navarra, Pamplona.
A esta larga lista de colaboraciones
en publicaciones periódicas, habría que añadir
la de sus intervenciones parlamentarias que fueron muy numerosas
y a no olvidar en momentos clave de la política tanto nacional
como española. 1923, 1933-1939, y finalmente en su regreso,
1977-1980. Y también la de sus cartas que fueron muy importantes
pues se expresaba en ellas con total libertad y exponía
consideraciones políticas muy interesantes porque en su
exilio coincide con la creación de la Comunidad Europea
y de la participación, en su persona, de la misma.
Fotografías:
Del libro de Arantzazu Amezaga "Manuel Irujo Un hombre vasco",
de la Enciclopedia Auñamendi y del libro "Manuel Irujori
Omenaldia" de Eusko Ikaskuntza |