Título de la publicación: Revista
Internacional de los Estudios Vascos
Año
de la publicación: 1924
Páginas
del artículo: 239-244
Resumen:
Estudio
de los dólmenes hallados en Gorbea y Oiz. Se describen
las losas y su posición así como una descripción
del lugar donde se hallaron. |
E N G O R B EA
1. Austegarmingo arie.—
El día 22 de Mayo de 1922 exploré parte de aquellas
laderas y estribaciones del monte Gorbea que dan frente al valle
de Orozko. En aquella expedición me acompañó
el culto presbítero D.Juan José de Bastegieta, cura
de Olarte de Orozko, a cuya colaboración debo no pocos
datos en estos y otros trabajos que he realizado.
Pasando por la anteiglesia de Urigoiti,
subimos a la loma de Odieta.
Después, rodeando por el lado de Oriente las peñas
llamadas Astapekatu, Atxulo y Lekanda, subimos a
la campa de Araba y de allí a Lekaitz, sitio
fresco y apacible donde un caballero vizcaino estaba construyendo
una casa o refugio veraniego. Después de comer junto a
una fuente que nace en aquel lugar, emprendimos el des censo por
el barranco de Iguriano.Visitamos la cueva de Lapurzulo,
donde es fama que vivieron doce ladrones con una mujer.
Casi al final de nuestra expedición,
cuando pasábamos por el collado de Austegarmin, vimos
junto al camino una gran lancha de
piedra caliza tendida en el suelo, que medía tres metros
de largo por uno y medio de ancho y 0, 25 de grueso. La situación
de la losa, sus dimensiones y aun la orientación E.-W.
aproximadamente de su eje mayor, me hicieron pensar se trataba
de algún resto de dolmen. Y me confirmé más
en mi opinión, cuando uno de los guías me dijo que
la losa se apoyaba antes por sus extremos sobre otras piedras
menores. Los campesinos la llaman Austegarmingo arie (=la
piedra de Austegarmin). Cuéntase que hace veinte
años pró ximamente hallaron debajo de ella gran
cantidad de dinero:no se sabe quiénes, ni a dónde
la llevaron.
2. Araneko arie.—
Al día siguiente subí al collado
que llaman Araneko arie (=la piedra de Arane), donde,
según la leyenda, acaeció la trágica muerte
de una joven del caserío Arane (1).
Parece que el nombre de este collado alude a alguna piedra notable
que debió existir allí en otro tiempo. Yo no ví
cosa digna de especial atención, si no son dos piedras,
no muy grandes, empotradas en el suelo a modo de mojones, la una
frente a la otra. «Mandé hacer una excavación a
su lado, y hallé un pedernalito informe y un trozo de cristal
de roca, hallazgos que, por su semejanza con
objetos que se descubren en nuestros dólmenes, me hicieron
pensar que allí existió quizá algún
túmulo o sepultura prehistórica. Pero nada puede
afirmarse con seguridad» (2).
3. Dolmen de Pagozareta.—
El día 6 de junio de este año volví a visitar
algunas de las montañas de Orozko. Me acompañó
en la excursión el citado D. Juan José de Bastegieta.
Pasamos por la falda NE. del monte
Odoriaga, no lejos del collado de Austegarmin, y
al llegar a la loma llamada Pagozareta, en la ladera meridional
del mismo monte, vimos un dolmen, rodeado y hasta cubierto de
espesísimo brezal.Se halla a S.SW.de la cumbre de Odoriaga,
a W. NW. de la cruz de Gorbea y a SE.de Araneko ari. El
terreno que ocupa, pertenece a la jurisdicción de Orozko;pero
se halla a 120 metros el mojón que marca los confines de
Vizcaya y del valle de Zuya.

Fig.I.ª— Dolmen de Pagozareta
El dolmen está constituído
por cuatro losas areniscas, dispuestas del modo que muestra la
figura l.ª, las cuales forman una cámara que mide 1, 90
m.de largo, 0, 80 de ancho y 1, 06 de alto. Están rodea
das y aprisionadas por la tierra, de suerte que apenas sobresalen
un palmo sobre la superficie del suelo. La piedra de la cubierta
fué quitada de su sitio hace cuarenta años, según
dicen los aldeanos, y hoy se halla a pocos metros del dolmen.
Alguien ha trabajado por redondearla para utilizarla después
como afiladera giratoria; pero ha dejado sin terminar la.labor.
Falta el galgal;lo cual, junto con la circunstancia de hallarse
muy hundidas en la tierra las losas laterales, hace que sea sumamente
difícil divisar el monumento, si no se acerca a él
casi hasta tocarlo con los pies.
4. Dolmen de Usengatzu.—
Obtenidos los datos más necesarios del dolmen de Pagozareta,
partimos en dirección a Araneko ari, rodeando
la ladera meridional del monte Odoriaga. Al llegar a la
loma de Usengatzu, vimos restos de otro dolmen, los cuales
están situados a SW. de la cumbre de Odoriaga y
a NW. de Pagozareta. A unos 60 m.a S. SW. se halla un mojón
divisorio de los terrenos de Orozko y del valle de Zuya.

Fig.2.ª—Dolmen de Usengatzu
De la disposición de las losas
areniscas que quedan de este monu mento puede dar una idea la
figura 2ª. No pudimos apreciar todas las dimensiones de estas
losas por hallarse empotradas en el suelo.
***
En Pagozareta y en
Usengatzu se repite la leyenda de tesoros extraídos
que he referido de Austegarmingo ari.Por eso los aldeanos,
al hablar del dolmen de Pagozareta, dicen: dirua ataraneiko
eskinia (=cantón de donde se extrajo dinero).
5. Dolmen de Arimekorta.—
En las estribaciones orientales del Gorbea, en la pequeña
meseta de Arimekorta, dominando a Zeanuri y dominado por la peña
de Altamira, existe también un dolmen, cuyo estudio ha
sido hecho por los Sres. D. Enrique de Eguren y D. José
M.ªde Rotaetxe, aunque no ha sido publicado todavía que
yo sepa.
EN OIZ
El día 8 de junio realicé
otra excursión al monte Oiz. Saliendo de Ziortza
(Zenaruza) muy de mañana, recorrí antes de mediodía
los términos de Kutxinobaso, Markola y el monte
Apatiola hasta el collado de Muniuzguren. Me acompañaron
los señores don Miguel de Egurola, cura de Ziortza, D.
Domingo de Ugartetxea, coadjutor de Bolibar y D. Marcelino de
Zenaruzabeitia, vecino de Ziortza, a cuyos servicios debo en gran
parte el haber realizado con fruto aquella excursión. Me
refirió el Sr.Ugartetxea que en Kutxinobaso, donde
actualmente, existe un manzanal, fueron halla dos un brazalete
y dos hachas de bronce.De una de las hachas y del brazalete, que,
sin duda, fueron enviados a Madrid, se dice en un informe redactado
por D. José Ramón Mélida que «el ejemplar
(el hacha) se encuentra mal conservado», roto en dos pedazos que
ajustan mal, e incompleto; que «pertenece al tipo del hacha de
esco taduras para las espigas del mango y con dos asas para afianzar
las ligaduras con que al mismo se sujetaban, y que «de
dichas asas no conserva más que los arranques». Del brazalete
dice que «el trozo que más que una asa parece de brazalete,
es del tipo torques por estar formado el objeto con vástago
retorcido en espiral» (3).
6. Dolmen de Iturzurigaña.—
A la tarde subimos a las cumbres de Oiz. En el alto
de Iturzurigaña que está a S. SE. de la cruz
de Oiz y a unos 150 m.a S.SE.de la fuente Iturzuri,
hallamos un dol men cuyo túmulo mide 5, 50 m.en el
diámetro de la base y 0, 40 de altura. En el centro asoman
dos losas areniscas orientadas en la dirección E.-W.
7. Dolmen (?)de Probazelaiburua.—
A 200 metros próximamente a N. NE. del anterior, y
a SE. de la cruz de Oiz existe un túmulo de un metro
de altura y treinta de circunferencia.En el centro tiene un hoyo
en forma de embudo, señal cierta de aber sido excavado
y profanado, por lo menos tanto como los anteriores. Las piedras
que lo forman son de arenisca, de cuya naturaleza es también
la roca del subsuelo. No aparecen las losas de la cámara
sepulcral, por lo que se puede dar por seguro que han sido extraídas
de su sitio y llevadas a otra parte, cosa que ha ocurrido en varios
dólmenes de nuestro país.
***
Después subimos por la loma
de Axnabarburu al pico más alto de Oiz .Nos
asomamos a su ladera oriental, y contemplamos un instante el cuadro
tan lleno de contrastes que ofrecían aquel accidentado
suelo de Vizcaya, aquellos encrespados montes de Guipúzcoa
y el dilatado Océano donde se perdía la vista. En
aquel mo mento pasaba a nuestros pies una neblina, en la cual
los últimos destellos del sol que ya se ponía, formaban
tres arcoiris concéntri cos. Mas luego se disipó
la nube, y desapareció el curioso fenómeno.
Descendimos al prado de Kortaun
y de allí a Ziortza, en cuya casa cura me hospedé,
gracias a la amabilidad de mi buen amigo D Miguel de Egurola,
quien, conocedor, como pocos, de su pueblo, me proporcionó,
además, valiosos datos etnográficos que muy de veras
le agradezco.
***
El día 9, de regreso de mi
excursión, pasé por Iruzubieta, barrio poco
distante de Markina. Allí, junto al molino que llaman de
Aretxabala, a la izquierda de la carretera que va a Beriz
y también del río que pasa por aquel lugar, ví
una pared antigua donde hace poco tiempo fueron halladas monedas
romanas. Al otro lado del río, en una cantera que da frente
al molino, aparecieron antes (hará de esto más de
diez años) unas catorce hachas de bronce. Se sabe que una
de éstas fué donada al museo de San Sebastián,
otra a D. Resurrección M.ª de Azkue, otra a D. Manuel Murga,
otra a D. Alejandro Gaitán de Ayala y otra a la Comisión
de Monumentos de Vizcaya. También el citado D. Domingo
de Ugartetxea, a quien debo estas noticias, posee tres ejemplares
muy bien conservados. Son semejantes al del n.º 794 del Musée
préhis torique de Mortillet (París, 1903); pero
sin rebordes, completamente planos, propios de la primera edad
de los metales.
Ya en 1917, después de citar
la frase de Menéndez y Pelayo: «parece que Vizcaya y Guipúzcoa
quedan hasta ahora fuera de la región
dolménica» (4),
dije estas palabras:«de hoy más podemos asegurar que dichas
provincias se hallan también dentro de la región
dólmenica» (5),
pues hacía poco más de un año descubrí
los primeros dólmenes de Guipúzcoa;por lo cual,
si bien no se conocía entonces ningún
monumento de esta clase en Vizcaya, supuse «que la gran faja de
necrópolis prehistóricas que empieza en Aralar y
continúa en Achu, Alzania y Aizgorri» entraría en
esta provincia (6). Ahora
esta suposición ha llegado a ser una realidad.
Seminario de Vitoria, 16 de diciembre
de 1923.
JOSE MIGUEL DE BARANDIARAN
(I) Eusko-Folklore,
1923, pág.3.
(VOLVER)
(2) Ibid., pág.4. (VOLVER)
(3) Bol.de la Comisión de Monumentos de
Vizcaya.—Febrero-Marzo de
1914, pág.II. (VOLVER)
(4) Historia de los Heterodoxos Españoles,
tom.I, pág.132.Madrid, 1911. (VOLVER)
(5) Discurso leído en la solemne apertura
del curso académico de 1917 a 1918 en el Seminario Conciliar
de Vitoria, pág. 14. Vitoria 1917. (VOLVER)
(6) Ibid, pág.15.
(VOLVER) |