La
luna ejerce una gran influencia en los diferentes aspectos de
la naturaleza. De hecho, hasta hace pocos años las tareas
de los caseríos de Euskal Herria, tales como la matanza
del cerdo, el embotellamiento de la sidra, la siembra del maíz,
de las alubias o del nabo, la tala de árboles, etc. se
realizaban en gran medida atendiendo a las fases lunares. Migel
Murua llegó al caserío Otsein de la localidad de
Altzo hace aproximadamente setenta años, con apenas dieciséis
meses, y, exceptuando una temporada en que permaneció en
una fábrica, siempre ha trabajado en ella. Murua se ha
atenido con fidelidad a las costumbres transmitidas a través
de los siglos, entre las cuales se encuentran las concernientes
a la luna. Se muestra convencido de que ésta "tiene una
enorme influencia tanto en los quehaceres del caserío como
en otros muchos aspectos. Me enseñaron a creer en ella,
y sigo haciéndolo".
-¿Cuáles son las fases
y épocas lunares? Básicamente
se diferencian dos épocas: la menguante y la luna nueva.
La menguante empieza en luna llena, y necesita entre quince y
dieciséis días para crecer. Luego empieza la fase
de la luna nueva.
-¿Cómo reconoce cada
fase lunar? Cuando la luna está
creciendo, cuando la hoz mira de izquierda a derecha, es que está
renovándose. Y cuando se está gastando, cuando la
hoz mira de derecha a izquierda, se está menguando.
-¿Influye la luna en los quehaceres
del caserío? Sin duda. Influye,
y mucho. En casa solíamos realizar las tareas en función
de la fase lunar. Pero desde que hace unos veinte años
la gente empezó a abandonar
los caseríos y a trabajar en fábricas, se ha dejado
de creer en los secretos de la luna. Antes los baserritarras se
fijaban mucho en la luna. Pero hoy en día se le
presta muy poca atención, porque la gente trabaja a todo
correr. Ya no se siembran alubias, ni maíz. Los trabajos
del caserío ya no son lo que eran, y, así, la influencia
de la luna ha venido a menos.
-En lo que respecta a los campos
y huertas, ¿cuáles son las actividades o verduras más
sensibles a la influencia de la luna? Según las antiguas
costumbres, la mayoría de las frutas y verduras se deberían
sembrar en menguante. Unas recientes investigaciones han demostrado
que el ajo, la cebolla y todas las verduras que crecen bajo tierra
se tienen que sembrar en menguante, y el maíz, el tomate,
la alubia etc. en luna nueva.
-¿Exactamente qué frutas
y verduras se deberían sembrar en menguante? Casi
todas: maíz, alubias, patatas, nabos, tomates, lechugas...
Para sembrar el trigo no se reparaba demasiado en la luna; a ser
posible, se sembraba en noviembre. En cuanto a los ajos, conviene
sembrarlos el día de menguante anterior a San Martín,
y el puerro en menguante de San Juan. Mi aitona decía que
el nabo se debía sembrar la víspera de la festividad
de la Virgen, en agosto, y la verdad es que cuando le hacíamos
caso obteníamos unos nabos enormes, buenísimos.
-Por tanto, ¿qué se
debe sembrar los días de luna nueva? A
decir verdad, los días de luna nueva hay más bien
poco que hacer en el campo.
-¿Cuál
es la mejor forma de eliminar las ortigas? Lo mejor que se puede
hacer es golpearlas con un palo; mejor incluso que cortarlas.
Eso es lo que me decían y eso es lo que hago, aunque de
cualquier modo es bastante difícil eliminarlas del todo.
-¿Y cuál es la mejor
época para deshacerse de la menta? Según
se dice, menguante de agosto.
-¿En qué fase lunar
se deben plantar los árboles? Por
lo que me enseñaron en casa, los árboles de hoja
redonda deben plantarse los días de luna nueva, y los de
hoja larga en menguante. Por lo tanto, los árboles como
el haya o el avellano se tienen que plantar en novilunio, mientras
que el roble, el nogal o el castaño en menguante. Y lo
mismo en cuanto a su poda.
-¿Cuál considera la
mejor época para la tala de árboles? Para proceder a la
tala también se debe tener en cuenta la morfología
de la hoja. Los árboles de hojas redondas se deben talar
en luna nueva, y los demás en menguante. El haya siempre
hay que talarlo en luna nueva. La calidad de la leña se
distingue claramente en el momento de encender una hoguera. Un
haya que se ha talado en menguante pronto se verá atacada
por la carcoma. La encina, muy buena para el eje de las carretas,
se tiene que talar en menguante. El aliso se debe descortezar
en novilunio de mayo, y talarlo en mayo del siguiente año.
La acacia debe talarse en novilunio de noviembre o diciembre.
Y el nogal en menguante, porque es un material muy bueno, incluso
para los dientes del rastrillo. El roble también se debe
talar en menguante, preferiblemente en invierno. Cuando
llegamos a este caserío, hace ya tiempo, el suelo del establo
estaba muy deteriorado, y lo reparamos con la madera de un pino
ya talado, pero resulta que a los tres años se pudrió.
Me parece que ese árbol no fue sembrado o talado en la
época adecuada.
-¿Hay que alzar la vista hacia
la luna para esparcir el estiércol? Antes
el estiércol se removía siempre en menguante, porque
de hacerlo en novilunio quedaba blanquecino y muy ligero, y dejaba
de ser aprovechable. Pero al hacerlo en menguante se mantenía
estupendamente y conservaba todas sus propiedades.
-¿Cuándo
se debe embotellar la sidra? En menguante. Hoy en
día producimos muy poca sidra, pero antes, si embotellábamos
en luna nueva, debido al viento sur, muchas veces los corchos
se salían.
-¿Y cuál es la mejor
época para la matanza del cerdo? Si
el cerdo está capado, los días de menguante; si
no lo está, los de luna nueva. La amona solía decir
que un cerdo capado matado en luna nueva no se conservaba tan
bien en la sal. Pero estas cosas ya están olvidadas; ahora
se meten en frigoríficos.
-¿Influye la luna en las personas? Sí,
por lo menos en lo referente al pelo. El pelo siempre se debe
cortar en menguante. Y cuando aparecen los problemas de pérdida
de cabello, cortando en menguante se pierde menos. Yo siempre
me he cortado en menguante, y me va muy bien.
-¿Qué se debe hacer
los días de luna llena? Andarse
con cuidado y volver pronto a casa, que si no...
-¿Conoce alguna historia o
refrán sobre la luna? El aitona nos decía
que cuando Euskal Herria estaba poblada por pequeños caseríos,
los pobres, para poder subsistir, aprovechaban las noches de luna
de octubre, cuando ésta brillaba y aclaraba la noche. Resulta
que octubre era el mejor mes para entrar a robar a las huertas
y prados. Seguro que hay más historias y refranes, pero
no los recuerdo. Fotografías: Teresa Sala
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Euskonews & Media 108.zbk (2001 / 1-26
/ 2-2)
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